Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 1

Tres de mis trabajadores se veían pálidos y completamente intimidados por mí.Sonreípara mis adentros sin demostrarlo.Me encantaba tener un efecto en las personas;me encantaba la sensación de superioridad.

Los tres salieron de la habitación a toda prisa.Cada uno tomósu camino y esperaban que hicieran bien su trabajo.No quería tener que gritar otra vez.

Tuve suerte y ellos hicieron bien su trabajo después de mis gritos.El Sr.Stone llegóa mi oficina y después de nuestra agotadora reunión,yo ya había terminado mi día.

Conduje hasta mi casa.Me gustaba conducir,era una de las cosas que siempre hacía.En poco tiempo,detuve mi auto frente a mi gran complejo de apartamentos de aspecto moderno.Una vez que abríla puerta,me encontrécon el silencio.

Colguémi abrigo en el armario junto a la puerta y me dirigía la cocina,donde encontréa Marine,mi chef.Es la mejor chef que he tenido y una de las trabajadoras más eficientes que tengo bajo mi tutela.

Tenía mi comida lista,nunca tuve que esperar mientras cocinaba.Sabía exactamente cuándo llegaría a casa y siempre estaba lista para entonces.En cuanto me servía la comida,se marchaba y me dejaba sola en mi gran apartamento.

Encendíla televisión mientras comía el delicioso plato de pollo que me preparó Marine.Me entretuve con los mejores momentos del partido de fútbol de este fin de semana desde Inglaterra.No extraño tanto mi país natal.Estaba bastante contento con mi vida aquí en Nueva York.

Como siempre,dejélos platos sucios en el lavavajillas y me fui a mi oficina.Trabajéen algunos papeles aquíy allá.Ser CEO es una gran responsabilidad.No es solo que túdependas de tu trabajo;miles de familias dependen deél también.Es una gran responsabilidad.

Alrededor de las 15:00 apaguémi computadora portátil y me fui a la cama.Sentíque mis músculos se relajaban y pronto me quedédormida.

Cuando suena mi alarma al día siguiente,salto de la cama,me pongo unos pantalones cortos de baloncesto encima de mis calzoncillos y voy al gimnasio.

Como cada mañana,hago unos minutos de ejercicio y luego me doy una merecida ducha.Cuando termino,voy a la cocina y preparo el desayuno.Esa es otra de las cosas que hago yo misma.

Mi desayuno consistía en muesli,un plátano y cafécon dos azucarillos,lo que me daba energía suficiente para el resto del día.

Como todos los días,me dirigía la oficina.Todos me saludaron en el camino,pero yo no les respondí.Entréa mi oficina y,unos segundos después,apareciómi secretaria,Joanna.

—Señor Fereck,el señor Tomlinson llamóesta mañana.Además,el señor Horan quisiera hablar con usted sobre algunas cuestiones financieras.—Anunció.

—Estábien.¿Cuándo podréhacer que funcione?—pregunto.

—Hoy es imposible.Tienes que estar en el hospital en unos minutos para la obra benéfica.—Me lo recordó.

—¡Dios mío!¡Eso!Lo había olvidado por completo.—Me paséla mano por la cara.—Estábien,dile a Horan que intentaréreunirme conél después del almuerzo.Llamaréa Louis ahora y luego nos iremos.—

—Por supuesto,señor Fereck.—dijo antes de excitarme en mi oficina.

Saquémi teléfono y marquéel número de Louis.Después de unos cuantos timbres,contestó.

—¿Quépasa cabrón?—me saluda.

—Dime gilipollas.—Sonrío.—¿Todo bien?—

—Sí,amigo,todo estábien.Te llamépara decirte que tienes que estar libre el próximo sábado.—Dijo.

—¿Por qué?¿Vamos a salir?—pregunto.

—No.—Se rió.—Anoche le propuse matrimonio a Eleanor y ella dijo que sí.—Me lo dijo y supe que estaba sonriendo del otro lado de la línea.

—¡Guau!¡Enhorabuena,compañero!—Digo.

Me alegrémucho porél,aunque no podía entender por quéquería llegar a un compromiso de esa manera con alguien.Supongo que no todos estamos hechos para el matrimonio.Yo definitivamente no estaba hecha para esa basura.

—Sí,sí.Ahora el sábado hacemos una fiesta de compromiso.Tienes que venir.—Me dice.

—No me lo perdería,compañero.—Le digo.

—Bien.—dice.

Pasamos un rato juntos poco después.Le pedía Joanna que anotara el evento en mi agenda y luego me dirigía mi auto.En cuestión de minutos estaba frente al hospital.Me esperaban varias cámaras y les hice señas sabiendo que esto me daría una gran publicidad.

Entréal edificio y me recibióun hombre de pie.Se presentócomo el doctor Stevens y,de hecho,era el responsable de todo el hospital.

Me guióhasta elárea de niños donde iba a dar un discurso.Hago esto todos los años.Siempre dono una gran cantidad de dinero a una organización benéfica.Este año lo donéal hospital infantil de la ciudad.

Por supuesto,la prensa estuvo presente y tendréque posar para fotos con niños enfermos.No fue agradable ver a esas inocentes criaturas de esa manera,pero saber que parte de mi dinero los ayudaría a sentirse mejor me hace sentir feliz de alguna manera.Y no suelo estar feliz.

—Al señor Fereck le gustaría compartir algunas palabras con usted.—El doctor Stevens me presenta.

Todos aplaudieron y les di una pequeña sonrisa antes de llevarme el micrófono a la boca.

—Sí,gracias doctor Stevens.—Le sonreí.—Soy Antonio Fereck y soy el director ejecutivo de Fereck Inc.No espero que ninguno de ustedes lo sepa,pero bueno,esa es mi presentación para ustedes.—

Odiaba hablar en público y trabajémuy duro durante años para mejorar.Creo que ahora estoy mejor.Supongo que la práctica ayuda mucho.

—Estoy aquípara pasar una mañana contigo.Quiero saber quépasa entre estas paredes.Quiero ayudarte en todo lo que pueda y ver una sonrisa tuya me alegraráel día.—Digo.

Recitéel resto de mi discurso con la esperanza de sonar real para los niños.Fue triste ver el mal estado en el que se encontraban algunos de ellos.Los niños merecen ser felices y poder jugar,no estar enfermos en un hospital.

Una vez finalizado mi discurso,el doctor Stevens me presenta a algunos miembros del personal del hospital.Les doy la mano e intento ser lo más educado posible.

—Daniela,cariño,¿podrías enseñarle el lugar al señor Fereck?Me operarán del corazón en unos minutos.—Le preguntóel doctor Stevens a una chica rubia.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.