Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 5

Isabella Pov:

- Se burló de mi- le dije mientras me cepillaba el cabello- piensa que él puede elegir con quien me voy a casar.

- Es tu rey, si él desea puede hacerlo- me contestó Mary saliendo del armario. Llevaba un vestido hermoso, tenía pequeñas flores adornando su cintura, estaba hermosa.

- Que linda estás- le dije y ella me sonrió ampliamente- Estás hecha una princesa- ella dejó de sonreír.

- Ese era mi título cuando me casé con Francisco- hice una mueca.

- Lo siento en serio.

- No te preocupes, debiera de dejar de pensar en él- se tocó el vientre- aunque llevando a su hijo se me hace imposible.

- ¿Lo quieres abortar? - pregunte.

- Claro que no- dijo ella a la defensiva- es mi hijo.

- No la escuches, Mary- Vi como Fabiana entraba a la habitación- No piensa.

- Solo fue una pregunta- bufé, me mire al espejo y me arregle un poco de mi labial rojo que se me había corrido.

Vi por el espejo como Fabiana le dio unas pastillas a Mary. Las miré con confusión, pero no dije nada. Fabiana llevaba una bata de color rosa pastel, ya estaba peinada y maquillada al igual que yo.

- Me iré a vestir, debemos estar abajo de 20 minutos- le dijo a Mary, esta asintió. Fabiana dirigió su mirada a mi- No seas impuntual, no querrás hacer enojar a la corte- me advirtió, yo solo asentí sin mirarla.

Se fue de la habitación.

- Me vestiré- dije entrando al vestidor y colocándome mi vestido rojo.

Este vestido lo había escogido para que todos pusieran sus miradas en mí. Hoy me iba a robar la atención de todos, incluyendo la de James; no deseaba que se casase con ella.

Y yo estaba más que dispuesta de hacerlo cambiar de opinión.

Al salir Mary estaba sentada frente al espejo del tocador; se estaba colocando algo de rubor, aunque no lo necesitaba. Me miró por el espejo y me dio una sonrisa mientras bajaba su cabeza negando.

- ¿En serio quieres que regrese a ti no? - volteo para mirarme mejor- No creo que James caiga en tu juego.

- Lo conozco desde que tenemos 7 creo- dije acercándome al espejo de cuerpo completo, me empecé a mirar por todos lados, todo debía quedar en su lugar- Se que caerá de nuevo.

- A cambiado bastante querida- dijo Eliza desde la puerta- No creas que un vestido sexy y tu sonrisa coqueta e inocente lo va a hacer cambiar de opinión sobre su matrimonio- me sonrió con burla, la mire mal. Se incorporó ya que estaba recostada en el marco de la puerta- Es hora, bajemos.

Mire a Mary y ella me dio una sonrisa. Salimos hacia el corredor, ya no estaban las hermanas Schuyler. Bajamos hasta la sala donde estaba esperándonos todos los miembros de la corte.

(...)

Estábamos ya en la iglesia del castillo. Como ya lo tenía planeado todos me miraban, solo estaba esperando a que apareciera James para que me viera.

Y ahí fue cuando lo vi entrar del brazo de su hermana, se acercaron a saludar a gente de la corte. Ella llevaba un hermoso vestido dorado, digno de la reina que era.

Estaba muy hermosa. Ella volteo y al verme me dio una gran sonrisa; volteo a mirar a su hermano y escuché como le decía para que se acercasen a mí. James no me miró ni nada, solo asintió.

Se acercaron a mi mientras que James saludaba a los demás invitados, no se dignaba en mirarme. Cuando por fin se acercaron lo suficiente James volteo a mírame de pies a cabeza.

- Isabella- dijo Samara con una sonrisa, yo le sonreí de igual manera.

- Su majestad Samara- dije haciendo una reverencia, voltee a mirar a James. Estaba muy guapo, con su traje negro, camisa blanca y corbata dorada - Mi rey- volví a hacer una reverencia, pero esta vez levanté la mirada para observarlo con una pequeña sonrisa.

- Señorita Isabella- me contestó con indiferencia en su voz.

- Esta muy hermosa- le dije a Samara, ella me dio una sonrisa

- Usted no se queda atrás- me contestó.

- ¿Y cómo está su pequeño? - pregunte tratando de desviar mi mente para no atormentarme con la indiferencia de James hacia mí.

- Ahora está afuera jugando un poco.

- Que lindo, me encantan los niños- dije con una sonrisa.

James soltó una risa burlona y ambas volteamos a mirarlo; su hermana con intriga y yo con mala cara.

- Disculpé, mi rey- le dije- ¿Que es tan gracioso?

- Isabella, que yo recuerde usted odia a los niños- dijo con burla.

- Le comentó mi rey que he cambiado de pensar en estos años y hasta he cuidado bastante tiempo a varios niños.

- Pobres niños- comentó con burla.

- No te burles- le dije molesta, él no me dijo nada, solo me miró. Volteo para mirar a su lado y su hermana ya no estaba.

Su mirada volvió a mí y se acercó demasiado, nuestras narices estaban a centímetros.

- No creas que poniéndote un vestido rojo demasiado revelador hará que cambie de parecer sobre mi matrimonio- dijo duramente, trague saliva; nunca había vivido ese lado suyo. Sus ojos se oscurecieron, pero no de la forma que yo conocía, no era por deseo; eran por otra cosa, lo cual me causaba terror.

- James, me estás lastimando- dije al notar su agarre en mi brazo izquierdo. Bajo la mirada y veo que me tiene agarrada de ambos brazos.

- Grábate en la cabeza que no cancelaré mi matrimonio por ti- me soltó bruscamente.

- No la amas- dije, él no le tomó importancia y se acomodó su traje- Nunca serás feliz con ella- él alzó una ceja en mi dirección.

- ¿Y acaso piensas que lo seré contigo? - me dijo, yo hice una mueca.

- Yo no...- me interrumpió.

- No necesitas hablar- me interrumpió- agradece que te conseguí un esposo que te soporté, no muchos estaban dispuestos a casarse contigo.

Me mordí el labio interior, ya no deseo continuar con esto, no ahora.

- Como usted diga, mi rey- hice una reverencia- me retiró con su permiso- dijo con la cabeza abajo; puedo sentir su mirada de sorpresa sobre mí. Me retiro de ahí, busco a George.

James Pov:

"¿Que acaba de suceder?" Pensé.

Acaba de comportarse bien, no lo espere. Tomó aire y caminó hacia el altar, la boda ya estaba por iniciar.

Veo cómo todos toman asiento, Jackson se acerca a mi junto con mi hermana, mi hermana me dio una sonrisa y al estar a mi lado Jackson me estrecha la mano; va a su lugar donde están mi sobrino, las amigas de mi hermana y sus parejas. Veo a Dracco y este me da una sonrisa a boca cerrada.

Yo asiento entendiendo a lo que se refiere.

La marcha nupcial comienza, veo entrar a una niña con vestido negro y un niño no traje del mismo color del vestido de la niña que está a su lado. Me hizo recordar a cuando era un niño y solía pasear con las doncellas que me pretendían. Borre esa imagen de mi cabeza.

Vi entrar a Fabiana con un ramo de flores en las manos, detrás de ella Laura de la misma forma, luego sigue Eliza. La cual está acompañada del padrino, el primo de Magdalena.

Sonreí, verla así me gustaba, con una sonrisa. Era mi mejor amiga, y estoy más que arrepentido de haberla castigado por culpa de Isabella. Eliza siempre estuvo ahí, nos volvimos apegados desde que éramos pequeños, fue como una hermana para mí.

Creo que la razón por la que me apegue tanto a ella era porque me hacía recordar a mi hermana Eliza. No solo llevan el mismo nombre, también tenían rasgos físicos muy parecidos, pelo marrón y ojos azules.

Salgo de mis pensamientos al ver entrar a Magdalena.

Siento un escalofrío al verla, llevando a mi mente a unos años atrás, a un recuerdo que tengo intacto en mi cabeza.

(...)

5 años atrás...

- Dracco, ¿Y si se arrepintió? - pregunte en su dirección, mientras los nervios me mataban.

- Ella no es así- Dracco trato de tranquilizarme- Las novias se hacen de esperar, tranquilícese su majestad- yo asentí y volví a mirar al frente, donde estaba la puerta, esperando poderla ver.

Habían pasado 37 minutos y ella no llegaba.

Suspiré y me sentí derrotado; tal vez tenía una maldición. Ya era la segunda vez que me dejaban plantado. La gente de la corte se estaba poniendo impaciente.

"Mierda" pensé.

- Suficiente- dije, Dracco me miró- Súbditos- llamé la atención de todos- Como podemos ver la novia no llegará, la boda se cancela- dije molesto y empecé a caminar por el largo pasillo hacia la puerta. Cuando de pronto veo una figura femenina corriendo hacia mí.

Era Eliza con la respiración agitada- Detente- me dijo, yo la mire extrañado- La boda sigue- dijo en voz alta- Vuelvan a sus lugares.

- ¿De qué hablas? - dije molesto.

- Te lo explicaremos luego, ahora vuelve a tu lugar- me dijo empujándome levemente, Dracco me tomó del brazo y me llevo hasta el altar de nuevo.

Yo no entendía que estaba pasando, escuché la marcha nupcial y entro Eliza junto a Dracco.

¿En qué momento se había ido de mi lado?

Toda mi atención se fue a quien venía detrás de ellos. Ahí estaba ella, con un hermoso vestido blanco, que representaba su pureza, tanto de cuerpo como de alma.

Se veía hermosa, llevaba la gran corona que mandé que le hicieran, pero no llevaba el velo, tampoco un ramo en sus manos caminaba sola hasta el altar, cuando la tuve a mi lado la pude ver mejor.

No tenía ningún tipo de joyas fuera de su corona y sus delicados aretes de circón. Su cabello estaba suelto por detrás y apenas amarrado por delante; algunos mechones rebeldes a sus lados. Para mí se veía hermosa. Pero no llevaba las joyas que le mande. Extendí mi mano y ella la tomó con una sonrisa; la ayudé a subir las escaleras del altar y al llegar a este ambos miramos al frente.

El padre empezó a hablar, pero yo no podía poner atención, solo podía pensar en que había sucedido y porque María había llegado tan tarde; y sin las joyas que le di.

- ¿Porque no presta atención al padre? - escuché a María, la miré de reojo y ella seguía mirando a delante- ¿Estará molesto? - se preguntó, pero me di cuenta de que no había movido ni los labios.

Le estaba leyendo la mente.

- ¿Me puedes escuchar? - ella abrió los ojos como platos, volteo a mirarme, nuestras miradas se encontraron. Tenía una expresión de sorpresa- Creo que lo tomaré como un si- ella se quedó perpleja, iba a abrir la boca, pero le volví a hablar- No digas nada, puedo escuchar tus pensamientos.

- ¿Que sucede?

- Esto es bueno, ahora podremos hablar sobre lo que sucedió sin que nadie nos escuche.

- Mierda- alce una ceja- Ahora sabrá que no llegue porque se salió de control la despedida de soltera- abrí los ojos como platos, ella se dio cuenta- mierda.

- ¿Qué demonios pasó?

- Fuimos a la ciudad, a un bar, luego a una discoteca, un chico me invitó a bailar y al final me invitó un trago; no me di cuenta de que me sacó el número de teléfono, luego cuando me quiso besar le dije que estaba por casarme y que no quería nada con él, aunque no me interesaba porque mientras estaba ahí solo podía pensar en- dejé de escucharla- No digas nada, no pienses nada.

- Termina ahora - le ordené.

- En ti- bajo la cabeza, yo sonreí para mis adentros- ¿Porque le estoy contestando? Deja de pensar.

- ¿Porque llegaste tarde? - pregunte.

- Porque el hombre me busco, intento sobrepasarse conmigo, lo golpee, lo golpee demasiado fuerte, y accidentalmente lo mate- me quede sorprendido- Fue mi primera muerte- declaró- Me sentí aterrada, Eliza me ayudó a esconder su cuerpo. Me siento tan culpable.

- Los anillos- se cortó la conexión mental al darnos cuenta de que ya había llegado la hora de los anillos.

Ambos nos tomamos de las manos y nos miramos a los ojos. Vi como uno de los alumnos del colegio de María se acerca a nosotros.

Nos dan los anillos, ella toma el mío y yo el de ella. La miró a los ojos.

- Sus votos.

- Yo comenzaré- hablé, la mire y ella me dio una sonrisa de lado- Yo, James Moon, no vengo como hijo de la Diosa Luna, ni como tu rey; vengo como un hombre que está loco por ti- ella me dio una sonrisa tierna- Como un hombre al que hiciste cambiar, sacando lo mejor de él. Sino fuera por ti, yo seguiría metido en la miseria, dejando a mi pueblo de lado, sin tomar mis responsabilidades. Y por esa razón prometo amarte y respetarte. Nunca te sentirás sola de nuevo, porque planeo cuidarte con mi vida.

Ella se sonrojó y bajo la mirada.

- Ahora la novia- volvió a hablar el padre.

Ella soltó un gran suspiro, levantó la mirada y sus ojos tenían un hermoso brillo.

- Yo, María De Medici- empezó a hablar- Vengo a aquí, ante los ojos de nuestros familiares y amistades, ante los ojos de Dios Padre y la Diosa Luna; para confesarte mi amor por ti, para afirmar ante todos que mientras dure nuestro para siempre te voy a amar- tenía una ganas inmensas de besarla- Antes de ti no creía estar destinada a alguien, pero después de nuestro primer encuentro, empecé a dudar- sonreí recordando cómo nos conocimos, ella gritándome y yo siendo un inmaduro- Me da un poco de gracia pensar que me enamoraste en tan poco tiempo, porque al ser lo que somos el tiempo sobra; pero aun así todo paso muy rápido entre nosotros, y eso me da una nueva perspectiva- le di una gran sonrisa y me lleve su mano derecha a mis labios para darle un beso. Me encantaba eso de ella, siempre es tan buena con las palabras.

- Ahora repitan después de mi- volvió a hablar el padre- Primero usted su majestad- ella me sonrió- Yo James Moon, te tomó a ti como mi esposa, para amarte y respetarte hasta que la muerte nos separé.

Ambos aguantamos las risas- Yo James Moon- tome su mano izquierda- Te tomó a ti como mi esposa, para amarte y respetarte hasta que la muerte nos separe- le coloque el anillo en el dedo anular.

- Ahora tu María- dijo el padre, él iba a volver a hablar.

- Yo María De Medici- lo interrumpió- te tomó a ti como mi esposo, para amarte y respetarte hasta que la muerte nos separe- me colocó el anillo.

- Esta bien; puedes besar a la novia- dijo el padre y no perdí el tiempo; la tome de la cintura y la bese. Ella llevo sus manos a mi rostro y profundizó el beso. Al separarnos nos miramos a los ojos, ella acarició mi cara.

- Te amo- me dijo, yo sonrío al escucharla.

- Te amo- le respondí yo y la volví a besar.

Todos aplaudían, sentí como tiraban algo encima de nosotros. Eran pétalos de rosas y semillas de arroz.

Nada podría arruinar nuestro por siempre.

(...)

Presente…

- James Moon, ¿Aceptas a Magdalena De Medici como tú esposa para quererla y respetarla hasta que la muerte los separe? - preguntó el padre.

- Si- respondí sin dudar, miré de reojo a Magdalena y ella me dio una sonrisa de lado.

- Muy bien, ahora, Magdalena De Medici- la miró- ¿Aceptas a James Moon como tú esposo para quererlo y respe…- todo se quedó en el aire al escuchar cómo se abrían de golpe las puertas de la iglesia

Todos volteamos a ver qué era lo que sucedía, la luz que entraba por a la puerta me hizo entrecerrar los ojos.

- Magdalena- escuché un grito, yo conocía su voz- Magdalena no por favor- dijo mientras su respiración se le dificultaba- Su majestad, no me haga esto se lo ruego- Magdalena lo reconoció.

De pronto él calló al suelo.

- Alfredo- grito Magdalena y rápidamente corrió hasta él- Mi amor- dijo mientras tomaba su cabeza y la apegaba a su cuerpo.

Yo me acerqué a ellos, Dracco ya estaba ahí.

Toque a mi antiguo amigo, y lo sentí, sentí lo que me temía.

- Es mortal- dije.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.