Librería
Español
Capítulos
Ajuste

4.- EL AMOR DE JOSÉ. PARTE CUATRO.

—Y el, él es feliz, el me olvido Javier, pero dime la verdad, él me olvido.

Él le contesto:

—Tu sabes bien que no Ruth, pero el ya no está solo y tu Ruth, ¿Estás sola?

—No, no yo tengo un hijo, él está pequeño, yo me quedé con la tutela, mi ex no quiere saber nada ni de mi ni de su hijo, el piensa que tal vez no es su hijo, pero si, si lo es porque lo tuve un año después de que me case, pero bueno eso ya no es importante quiero hablar con José.

—Pues lo siento Ruth, pero no lo vas a poder hacer.

—Pero ¿Por qué? Javier ¿Por qué?

—Porque le harías más mal que bien, y el en este momento su mente y su tiempo lo tiene enfocado en otra situación que para él es muy importante, es lo primero para él, así que en lo que respecta a mí no, ni le voy a decir nada a él ni te voy a decir dónde encontrarlo, así que lo siento Ruth, un buen consejo regresa a Guadalajara, aquí no tienes nada que hacer.

Ruth se levantó y se fue sin decir ni hacer nada, solo salió, cuando lo hizo ella iba llorando de tristeza y decepción, así empezó a caminar sin rumbo fijo, regresar a su estado eso no estaba en sus planes, así que levantó la cabeza y se dijo entre ella, “No, no voy a dejar de buscarlo, por lo menos tiene que saber que estoy aquí José, José cuanto te amo, solo dios puede separarnos, de eso estoy segura.”

Continúo caminando, después vio un pequeño café que se encontraba por la colonia roma, entro, se sentó pidió un café americano y continúo pensando que es lo que iba hacer, mientras lo hacía tomo unos sorbos de café movió la cabeza y dijo:

—No, no me estoy aferrando a un imposible, tengo que terminar con esto, esto no puede continuar.

Se paró, fue hacia la caja pago, cuando iba saliendo guardaba el cambio en su bolsa, cuando en eso choco con alguien que la empujó, alzo la vista molesta para ver quien la había empujado no lo podía creer si, si era José, el también incrédulo no creía lo que veía, cuando ella reacciono más rápido y le dijo:

—José, José te ando buscando.

Después se lanzó en sus brazos, lo abrazo, José aun no lo creía se le quedaba viendo después, alguien les dijo:

—Con permiso.

Y se dieron cuenta que obstruían la puerta, se hicieron ambos abrazados a un lado, después José le dijo:

—Pero que haces aquí Ruth.

—Buscándote José, solo buscándote.

—Pero porque o para qué, pero bueno, mira vamos a sentarnos.

Se la llevo de la mano hacia una mesa vacía y se sentaron, después José le dijo:

—Ruth me da mucho gusto verte, que andas haciendo por acá.

—José te vine a buscar.

—A mí, pero para ¿Qué?

—José déjame decirte, antes que nada, que yo sigo enamorada de ti y si te deje como te deje, es porque las circunstancias no me permitían continuar contigo —, el hizo el intento de interrumpirla, pero ella tapo su boca con la mano y continuo: —Mira déjame decirte, explicarte, yo sé que no merezco otra oportunidad, pero primero escúchame, cuando llegue a mi casa iba dispuesta a decirles que me iba a casar y lo hice, se los dije a mis papás, cuando se los dije mi papá me dijo con suma tristeza.

—Ruth eso no puede ser, no te puedes casar con nadie que no sea Rubén.

—Rubén es chico que conocí desde niña, la familia era muy a llegada a mi familia, así que crecimos juntos, él es un pedante y engreído, pero mi papá continuo.

—Pero porque papá, porque no lo entiendo, a Rubén no lo quiero.

—Yo lo se hija lo sé, pero no nos queda otra cosa que hacer.

—Pero ¿Por qué? mamá ¿Por qué?

—Mi papá continuo.

—Ruth tu sabes, el poder que tiene tu abuela en la familia, tu eres su única nieta y sabes cómo te quiere, pero ella es muy autoritaria y decidió que te vas a casar con Rubén, lo siento hija.

—Pues no, no, no lo voy a ser y no me pueden obligar.

—Te equivocas hija, si tú no lo haces tu abuela nos dejara en la calle, tu sabes que todos dependemos de ella, de sus empresas, todo lo que tiene te lo va a heredar a ti, así que si no lo haces nosotros quedaríamos en la calle, sin un centavo en la bolsa y tú con nosotros, así que lo siento, pero te casas porque te casas.

—Después de eso José, ya no me dejaron sola, tenía que hacerlo de verdad, tal vez tu no lo entiendas, pero yo no tenía otra salida, pero sabes, mi abuela falleció, me divorcie y me vine a buscarte José, aun eres el amor de mi vida.

Después José se le quedo viendo y le dijo:

—Ruth las cosas no son tan fáciles como tú crees, yo también hice mi vida y me casé.

—José ¿Estás casado?

—No, también me divorcie.

—Entonces nada puede impedir que estemos juntos.

—No Ruth, no, porque no estoy solo, tengo dos hermosas hijas y no estoy dispuesto a dejarlas solo por ti, ahora no ahora lo principal para mí son mis hijas, yo soy padre soltero y lo primero son mis hijas, lo siento Ruth si, si yo te sigo amando, no te he olvidado, pero ya no eres lo principal en mi vida.

Ella se quedó callada como pensando después ella le contesto:

—José yo, yo también tengo un hijo pequeño, pero si me quieres y yo, ten la seguridad de que si podemos amar a nuestros hijos como si los tres fueran de nosotros, José si hay algo que pensar hazlo, y la decisión que tomes cualquiera que esta sea, por favor comunícamela, que yo la aceptare.

Ruth se paró camino hacia la puerta, ella iba llorando, tenía la seguridad de haber perdido a José, cuando en eso sintió una mano en su brazo volteo a ver y era José, el tan solo la abraso y la beso y le murmuro al oído.

—Si mi amor, al fin seremos felices tu a mi lado y yo al tuyo.

FIN.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.