3.- EL AMOR DE JOSÉ. PARTE TRES.
Ya en ella él se deprimió hasta que su hermano hablo con él y le dijo:
—Bueno José ya estuvo, tienes que continuar adelante, las cosas así son, a veces se puede y otras no, te están llamando al trabajo donde no te has presentado, así que te levantas y te vas a trabajar.
Su hermano de José lo levanto, lo metió a la ducha, él se preparó para irse al trabajo y así paso el tiempo. Un día Javier el hermano de José, lo invito a una reunión de amigos y si ambos fueron, ya en la fiesta se le acerco una joven a José, ella era agradable, así se pasaron todo el rato, después se despidieron no sin antes ella le pidió su teléfono, él se lo dio sin ningún problema, así ella lo empezó a buscar, al principio él se vio obligado a salir con ella, pero ya con el tiempo se acostumbró a ella, Javier le dijo:
—Así que estas saliendo con Marcela, ten cuidado, ella es una persona muy superficial la verdad no te conviene, pero tú ya sabrás.
Así paso el tiempo y un día que estaban juntos, Marcela y José esta le dijo:
—Oye José y si nos casamos.
José se le quedo viendo y luego le dijo:
—Pues sí, si tú quieres sí.
Ella le volvió a preguntar:
—Entonces si te quieres casar conmigo.
—Sí, sí.
Cuando José llego a su casa, vio a su hermano y le dijo:
—Sabes Javier, me voy a casar.
—¿Qué, que?
—Sí que me voy a casar.
—Y con quien, digo si se puede saber.
—Pues con Marcela.
—Que, que con Marcela hermano, ya lo pensaste bien.
—Pues no sé, ella me pidió matrimonio jaa, jaa, jaa.
—Ella que te pidió y tú.
—Sí, si yo acepte.
—Hay José, no sabes ni en la que te metiste.
Así empezaron los preparativos de la boda, no fue una gran boda, los papás de Marcela eran unas agradables, pero económicamente solo el papá trabajaba de ahí, ya nadie tenía su esposa, pero esta se dedicaba al hogar y Marcela con sus otras tres hermanas no hacían nada, ni estudiaban, ni trabajaban, así que para Marcela José era un muy buen candidato, que al ver esto ya no lo soltó.
Así se casaron en una ceremonia muy sencilla, se fueron a vivir al departamento, desde luego Javier se fue a vivir el solo, para dejarles el departamento. Así paso el tiempo Marcela era un parasito, no hacía nada en la casa, José pagaba para que la casa estuviera en orden, ella solo quería andar de compras y en fiestas y antros, cosa que ello les acarreaba muchas discusiones, porque a José no le gustaba esa, no era una buena idea de un matrimonio ni de un hogar que él es lo que quería, así que tenían muchos problemas, José se dio cuenta que Marcela solo busco quien la mantuviera, así que José le pidió el divorcio, ella desde luego cuando lo hizo ella le dijo:
—Pues no me puedes dejar, porque estoy embarazada.
Él se quedó sorprendido y al mismo tiempo estaba feliz porque iba a ser papá, así paso el tiempo, pero Marcela aun con su bebe no se compuso, cuando José llegaba su casa tenía que ver a la niña, pues Marcela no se había ocupado ni de cambiarla, así que cuando él llegaba, se ocupaba de su bebe, las cosas no mejoraron y Marcela continuaba con la misma actitud, así que José decidió divorciarse de ella y pelear la custodia de su hija, pero Marcela nuevamente se volvió a embarazar, pero esta vez José no cayó en la trampa y con todo y eso, le pidió el divorcio, entonces ella le dijo:
—Está bien te doy el divorcio, pero tú te quedas con los bebés, porque yo no voy a hacerme cargo de ellas, yo no las quiero, si las tuve fue por ti, pero nada más de mi parte, yo jamás en la vida hubiera tenido hijos.
José acepto todas sus condiciones, así José paso a ser papá soltero, porque Marcela tan luego nació su segunda bebé, se la dio de inmediato a José, así José y Javier se hicieron cargo de las bebés. Así continuo su vida, cuando un día en la oficina de Javier su secretaria le anuncio que una mujer lo andaba buscando él le dijo:
—Y ¿Quién es?
—No sé, pero me dijo que le dijera que quiere verlo, Ruth.
—Que, que —, contesto Javier sorprendido. —Dile que pase.
Así Javier vio nuevamente a Ruth, él le dijo muy atento:
—Buenos días Ruth, que gusto me da verte ¿Cómo has estado?
—Bien, bien Javier gracias.
Ella se sentó frente a él y le dijo:
—Javier a mí no me gusta andar con rodeos, así que vamos al punto, vine a buscar a José solo a eso, vine a buscar a José ¿Cómo esta él?
Javier le contesto:
—Y no crees que es demasiado tarde.
—Sí, si tienes razón en reprocharme, pero tú no sabes, no tenía yo otra salida, si no cedía yo, mis padres y toda mi familia quedaría en la ruina, pero mira, mi abuela a muerto, me he divorciado y en lo primero que pensé cuando ella murió fue en José, en que estaríamos juntos nuevamente para ya no separarnos nunca.
—Y no crees que sueñas despiertas, José ya hizo su vida, que creías que te iba a estar esperando sentado mientras tú te divertías con tu esposo, porque Ruth tanto tu como yo sabes que te divertías y mucho, mientras mi hermano estaba en depresión por lo que le hiciste.
—Sí, si tienes razón Javier yo sé que tienes toda la razón, pero yo no lo deje de amar, y la prueba es esta, que tan luego estuve libre lo vine a buscar de inmediato, de verdad que si Javier.
—Y no te has puesto a pensar de qué mi hermano ya no está solo, que él no te espero, fueron cinco años Ruth, cinco años, pues que te esperabas.
—Es verdad lo que me estás diciendo, Javier es verdad, el ya no está solo.
—Sí, si así es Ruth.
…