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Capítulo 1

—Hola Mariana Pérez, no puedo creer que hayas hecho esto por mí, muchas gracias.

—Valentina, no tienes que agradecerme, este viaje sería tan aburrido sin ti.

—Tienes amigos, no me necesitas. Sé que te divertirías igual sin mí.

—No mientas, tú y yo sabemos que ninguno de ellos es tan genial como tú, chica. Eres mi mejor amiga y nada cambiará eso. Subamos a ese maldito autobús.

El viaje en autobús sólo duró dos horas hasta las montañas. Mariana Pérez trajo su música con ella, las dos cantaron al ritmo de la música y se divirtieron mucho. Ignorando a los demás en el autobús que no dejaban de mirarlos.

Cuando el autobús llegó al hotel los estudiantes empezaron a salir, una de las chicas se detuvo junto a sus asientos. —Has sonado muy bien, Valentina. Incluso con Mariana Pérez chillando de fondo. Quería darte las gracias por la ayuda con las matemáticas. Aprobé el examen el lunes.

—Gracias, Carrol, si necesitas más ayuda házmelo saber.— Cuando bajan del autobús Valentina se sorprende. —Mira este lugar, Mariana Pérez.

Este lugar es enorme, el hotel era macizo con vigas de madera y grandes candelabros colgando del techo. Los pisos eran de mármol blanco, y los mostradores tenían una tapa de madera que parecía el centro de un árbol, es hermoso.

Solo hay doce chicos que han hecho el viaje hoy, algunos vienen el viernes en sus propios coches. —Tengo la llave de la habitación, Valentina, vamos.

La habitación tiene dos camas queen size con tocadores a juego. El baño tiene una gran ducha con cabezal de lluvia y un masajeador de mano. Tiene dos lavabos con espejos que se iluminan, son maravillosos para maquillarse. Las chicas se tumban en las camas riendo y disfrutando del tiempo que pasan lejos de la manada.

—Vamos a la piscina cubierta. Mariana Pérez grita.

—No puedo. Al menos hoy no.

—¿Por qué no? Chica, eres hermosa en bikini.

—No después de lo que hizo Eric.—Se levanta la camiseta mostrando a Mariana Pérez los moratones de los costados. —Él pensó que no debería ir al viaje de clase.

—Alguien debería hacer algo con él. No está bien que te haga esto. Eso tiene que doler.

—Él ha hecho cosas peores, así como muchos de la manada. Soy un hombre lobo, los moratones solo durarán hasta el final del día.— Me volví a tumbar en la cama mirando al techo.

—Todavía no tienes tu lobo, así que no se curará tan rápido y lo sé.

—No, mi lobo me ha estado curando durante el último mes, te lo prometo. El moretón desaparecerá esta noche, espera y verás.

—Me alegro de que te esté ayudando. Bueno, chica, puedes ponerte una camiseta sobre el bikini. Nadie verá nada.

No hay nadie en la piscina por suerte, solo estan ellos dos. Se lo están pasando muy bien hablando de sus planes para cuando acaben las clases. —¿Conseguiste la beca para la escuela de medicina de Harvard?

—Lo hice pero no puedo dejar que papá o Javier Ramírezse enteren. Lo cancelarán y me quedaré atrapada aquí.

—¿Estás loco? Yo no les diría nada. Me aceptaron, pero tengo que pagar mi camino. Mamá y papá dijeron que lo tienen cubierto. Mariana Pérez quiere que los dos vayan a la misma universidad. Así podrían pasar los próximos cuatro años juntas sin toda la mierda de la manada. —Vamos a prepararnos para comer que me muero de hambre.—Suben corriendo a cambiarse y luego salen a cenar.

—Yo lo pago,— dice Mariana Pérez.

—Yo puedo pagar la mía. Me he traído mis ahorros. He ahorrado durante los últimos cinco años; puedo gastar un poco.—

—Trabajaste demasiado para conseguir ese dinero. No gastas dinero en ropa ni en nada para ti. Por lo tanto, voy a pagar por cualquier cosa que desee este viaje, este fin de semana está en mí.

—Eres la mejor, bestie que hay. No he tenido tanto tiempo libre en mucho tiempo. Ojalá nunca tuviéramos que volver allí. Valentina se pone triste pensando en su vida.

—Oye, ya basta tenemos este tiempo para divertirnos, nada de tristezas solo momentos felices.—Ella toma su mano, —Vamos a explorar un poco.—

El viernes por la mañana, Valentina se despierta escuchando a Mariana Pérez cantando cumpleaños feliz trayéndole una pila de tortitas con una vela dentro. —Aquí tienes esto por tu cumpleaños. Ábrelo.

Abre la caja y encuentra el vestido más bonito que ha visto nunca. Está hecho de un material brillante que refleja la luz. El vestido es de largo completo con aberturas hasta los muslos, el color crema va perfecto con su pelo castaño oscuro. —Ya me has regalado un vestido, no deberías seguir gastando dinero en mí.

—Es para esta noche en el baile. Te va a quedar precioso. Mamá quería que este fin de semana fuera especial para ti, así que me ayudó a comprártelo. Incluso te compró zapatos. Sabes que mamá y papá te quieren, si pudieran te acogerían, pero la beta no lo permite —Valentina estaba a punto de llorar cuando Mariana Pérez le dio un codazo. —Vamos a comer y luego salimos a las pistas.— Mariana Pérez le dedica una sonrisa.

Los dos se unen al resto del grupo y pasan el día esquiando en las pistas. Cuando llega todo el grupo, se sientan junto al fuego a tomar chocolate caliente, disfrutando de las bromas entre ellos. Cuando salen para subir, entran Eric, el hermano de ella y el futuro alfa Alejandro García.

Alejandro García se detiene, huele el aire. Mira a su alrededor y ve a Valentina subiendo las escaleras. Después de verla huir hacia su habitación, le susurra algo a Javier Ramírezal oído. Mariana Pérez sigue a Valentina alcanzándola en la habitación.

—Ha sido un buen día. Tenemos que prepararnos para la cena y el baile.— Mariana Pérez dice que intenta levantar el ánimo de Valentina después de ver aparecer a su hermano.

—No creo que quiera ir, no con Javier Ramírezallí y tendrá a todos los demás siendo unos gilipollas conmigo.

—Somos tú y yo chica, al diablo con el resto. Es tu cumpleaños, ¿crees que te dejaría pasarlo sola en tu habitación?

—Mariana Pérez, va a arruinar tu noche. Empezará algo y hará que tengamos que irnos temprano.

—No tenerte allí va a arruinar mi noche. Vamos a verte con ese vestido.— Las dos se arreglan y lucen exquisitas, listas para la fiesta.

—Creo que me he equivocado. Te ves tan bien en ese vestido que no tendré oportunidad con ninguno de los chicos.

—Deja de mentir. Te ves hermosa en ese vestido azul con la forma en que abraza tus curvas y mostrando tus hombros desnudos no tengo ninguna oportunidad.

—Mariana Pérez desliza su brazo en el de Valentina y caminan hacia el baile.

Cuando bajan todos los ojos están puestos en ellas dos, varios hombres se acercan a Valentina invitándola a bailar. Mientras ella está en la pista de baile Alejandro García se acerca a Mariana Pérez, —¿Puedo hablar contigo lejos de Valentina?

—¿En qué puedo ayudarte, Alejandro García?

—Valentina es mi pareja y quiero sorprenderla esta noche y pasarla con ella.

—¿Es una broma? No voy a dejar que la lastimes.

—No voy a lastimarla, la quiero.

—¿De verdad la quieres? Lo prometes.

—Sí, Mariana Pérez, lo prometo. Es dulce y después de verla con ese vestido, cómo podría no quererla.

Mariana Pérez sonríe, —Puedo dormir en otra habitación.—

El Alfa y Javier Ramírezno se unen al resto, dejando que Valentina disfrute de la noche. —Valentina, me levantaré en un minuto, tengo que hacer una llamada.

—Oh, vale te veré en la habitación.—Esta ha sido la mejor noche de todas y Valentina estaba feliz sonriendo de camino a su habitación.

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