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El viaje

El personal comienza a hacer las maletas mientras nosotros nos arreglamos, un amigo se comunicó conmigo para ver cómo estábamos, le comenté nuestros planes y me ofreció su avión para que nadie sepa que estamos saliendo del país, también me ofreció una casa que tienen Rusia. Él dice que allá nadie la conoce, que podrá comenzar de nuevo, es un alivio saber que todavía cuento con alguno de mis amigos, así que le tomé la palabra, debo decir que el plan de Katia funcionó. Todos los periodistas se fueron detrás del auto y nosotros salimos por la puerta de atrás en un taxi, que nos llevará directamente al hangar de mi amigo, mi hija va cubierta de pies a cabeza para no ser reconocida, lo malo es que no para de llorar.

—al subir al avión me sentí segura, no puedo creer que hasta hace unas horas estaba a punto de casarme y ahora estoy huyendo del país, ¡huyendo yo que fui plantada en el altar! Mientras Alexander debe estar a sus anchas paseando por todo el país, ¡qué injusta es la vida para las mujeres! Si el caso hubiese sido, al contrario, las noticias me hubiesen retratado como la peor de las mujeres. Pero hoy lo que salen las noticias es que habré hecho yo para que él me dejara plantada, no puedo creer como las personas son incapaces de solidarizarse con una mujer, parece mentira que eso pase en pleno siglo, veintiuno, ¡el mundo es de los malos ya lo aprendí!

—el avión despegó, por fin dejaremos este infierno atrás, mi hija se quedó dormida en uno de los asientos mientras veía una serie y nosotros pudimos relajarnos un poco también.

—aterrizamos y me sorprendí porque estaba en Rusia, no conozco este país, es la primera vez que vengo, ¿no sé cómo hizo mi padre? Pero llegamos a una casa que ya estaba amueblada, muy linda, ¡salí del infierno externo, ahora me toca luchar con el interno! Solo espero que las cosas aquí sean más fáciles, ¡con que nadie me reconozca estoy bien!

—mi hija se ve un poco más animada, así que aproveché decirle que fuéramos de compras y eso hicimos, al principio ella tenía miedo, pero al ver que nadie la reconocía fue tomando confianza. Quería visitar cada lugar por el que pasamos, lo primero que hicimos fue comprar ropa acorde para este clima y luego fuimos a comer, la veía muy emocionada queriendo conocer toda esta cultura. Mi esposa y yo nos observamos y sonreímos, pudimos hacer que saliera de esa burbuja de tristeza por un rato, sé que este será el lugar correcto para que comience de nuevo. Luego de comprar muchas cosas nos fuimos a la casa, ahí el ambiente cambió, volvió a ponerse triste, pero decidimos darle su espacio, dejarla sola, ella debe ser consciente de lo que le sucedió y pasar por todas las etapas de duelo y lamentablemente no podemos ayudarla.

—ya tengo una semana en Rusia, debo decir que este proceso es lento y doloroso, hay día que amanezco mejor y otros días no tanto, pero está bien, no quiero apurarme. Mi madre me ha dicho que encontró una buena terapeuta, pero no estoy muy convencida de ir, ahora me encuentro en el súper, necesito comprar toallas femeninas porque desde ayer tengo dolores en el vientre. Creo que ya me va a visitar la menstruación, luego de comprar fui por un helado, luego me fui a casa donde mis padres me esperan.

—¡hija, por fin llegas! ¿Pensé que te habían secuestrado?

—ja, ja, ja, madre no me pueden secuestrar porque las personas no saben quién soy para ellos, soy una simple turista —¿eso es bueno o malo? —muy bueno, mamá, no sabía qué pasar desapercibida, me haría bien.

—¿encontraste lo que buscabas?

—sí, estaba comprando toallas, porque me duele mucho el vientre y las caderas, pero aún no me termina de llegar, la menstruación es la primera vez que me sucede esto —es extraño, hija, porque a ti nunca te ha venido con dolor, ¿tienes algún otro malestar?

—me duelen mucho los senos —vamos a tu habitación, acompaño a mi hija, esta situación me está preocupando, ¡ojalá y no sea lo que yo estoy pensando Dios mío! Hija, quiero hacerte una pregunta y no es porque me quiera entrometer en tu vida, solo te lo pregunto por tu salud.

—sí, mami tranquila —me imagino que tú tuviste relaciones con Alexander, no te estoy juzgando, sé que es algo normal, pero ¿se cuidaron? Porque esos síntomas que tienes son muy parecidos a los de la menstruación, pero también son similares a los de un embarazo.

—¿un embarazo mamá? ¡No, no puedo estar embarazada!

—hija solo es una sugerencia, cuando yo estuve embarazada de ti me pasó así, estuve alrededor de una semana esperando que me viniera la menstruación. Tenía los mismos dolores y síntomas y nunca llegó, luego fui al médico y me enteré de que estaba embarazada, solo por eso te lo digo, no quisiera angustiarte más de lo que ya estás.

—mamá, por favor dime ¿Qué eso no me está sucediendo? ¿Dime que eso es mentira?

—hija no puedo hacer eso, es una posibilidad, ningún método anticonceptivo 100% efectivo, algunas mujeres somos más fértiles que otras o en este caso con algunas parejas tienen más conexión, se podría decir.

—¿hace cuánto debió haberte llegado la menstruación? — una semana — ¡lo mejor es ir a una clínica y salir de dudas! —¡No mamá, tengo miedo!

—hija, tenemos que descartar esa posibilidad, un embarazo no es un juego, es algo muy riesgoso si no se cuida, recuerda que son dos vidas las que estarían en peligro la tuya y la del bebé, lamentablemente cuando una mujer está embarazada tiene un pie en la tumba eso siempre lo decía mi madre.

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