Capítulo 3. Peor
Por Denis
Casi no pude dormir, si me llegaba a descubrir pronto, no iba a poder conquistarlo nunca más.
Desayunamos apuradas, porque mi transformación llevaba su tiempo.
Angy se había quedado a dormir, estamos muy acostumbradas a estar mucho tiempo juntas, por eso en la casa de sus padres solo se queda de vez en cuándo, creo que esta semana terminaba de trasladar sus cosas al departamento.
Después del viaje que duró 6 meses, nos extrañamos los días que ella se quedaba a pernoctar en la casa de su familia.
—No puedo decirle que tengo experiencia, sí, por mi apellido le voy a decir que trabajé en la empresa de mi familia.
—Perfecto, es conocida, así que no creo que llame…
Mi amiga me mira asustada.
—Conoce a tu hermano…de la escuela secundaria.
Lo sabíamos, pero Angy tiene miedo que se nos escapen algunos detalles.
Pensamos todo con más cuidado.
Ideamos todo y ultimamos las especificaciones.
Angy se quedó en el departamento, tenía su huella digital registrada para abrir la puerta.
Solo ella y yo registramos las huellas.
Mis hermanos no registraron sus huellas, el departamento lo compraron a nombre de corporación Blotime, aunque era mío, es que yo no estaba presente en el momento de firmar la escritura.
Tomé mi coche, un Mercedes, último modelo, no sé si sería demostrar un nivel económico superior, pero como no le iba a ocultar que mi familia tenía dinero, porque eso lo sabía, no creo que esté mal que sepa en qué auto me movilizo.
En cuanto me bajé del auto, Angy me mandó el curriculum que había armado, estaba casi vacío, pero sí decía claramente que hablaba cuatro idiomas, aunque hablo algunos más, producto de mi educación superior, también de nuestro viaje por el mundo y de las escapadas a China en el medio de nuestro viaje, por unas importaciones para mi empresa familiar, fuimos 3 veces allí y nos sirvió para dominar el idioma.
Los dos tenemos facilidades para aprender idiomas.
La foto de perfil de mi currículum vitae es espantosa.
Me reía sola.
Rápidamente cambié la foto de mi watsapp fue un detalle que se nos escapó.
También me dijo que Leonardo me estaba esperando.
No puedo negar que estoy nerviosa y que mi corazón late fuerte.
Me temblaban las manos.
Entré al edificio, la recepcionista me miró con desagrado.
Yo sonreí cuando me acerqué para anunciarme.
—Para el puesto de secretaria personal del señor Haber.
Su cara de asombro casi me hace reir.
—No creo que el señor esté disponible.
Me lo dijo porque le debo parecer horrenda.
Imbécil, pensé, no lo va a estar para vos, dentro de poco.
—Me está esperando.
Le insistí, lo que me falta es no poder ingresar por culpa de esta idiota.
Desconfiada, levantó el teléfono interno.
—Melina, hay una señorita para ver al señor Haber, para tu puesto.
No pude escuchar nada, pero le debe haber preguntado si soy fea.
—Peor.
Fué todo lo que contestó.
—Puede subir, piso 16.
Me dio una tarjeta de invitados.
—Suerte.
Murmuró con una risa burlona.
Bueno ya se pasó con su desprecio.
Sin embargo le sonreí nuevamente, con falsedad, por supuesto.
Al salir del ascensor me encontré con una chica que me esperaba bastante ansiosa.
Me miró como si estuviera complacida de mi presencia.
Debe ser la secretaria que se va a casar.
Era bastante bonita, rubia, claro, le gustan las rubias.
Así y todo jamás me miró.
—Hola ¿Sos Denis?
Mierda, hasta mi nombre sabía.
—Si, un gusto, Denis Blotime.
—Como los cotillones.
La miré pensando en que todos conocen nuestra marca registrada.
—Sí.
Menos mal que hablamos de decir la verdad sobre ese tema.
Es que aparte de la casa central, donde importamos todo en exclusividad, tenemos casas mayoristas en todo el país y también minoristas y marcas propias en un montón de artículos.
—Soy Melina, acompáñame, por favor.
Asentí con la cabeza.
Tenía miedo de caerme por lo nerviosa que estaba.
Mi corazón latía a mil, iba a ver al amor de mi vida, aunque él no sabía que yo existía.
Melina golpeó la puerta de la oficina, que estaba abierta.
—Adelante.
Se oyó la voz sexi del hombre más sexi aun.
Pasé detrás de su secretaria.
Cuando me miró, no pudo disimular un gesto de desagrado.
Mierda ¿Me habré pasado?
—Buenos días, soy Denis Blotime.
Digo, tratando que mi voz sea normal…lo miraba y me sacaba al aire, literalmente.
—Encantado ¿Venís de parte de Angy?
Dijo, mientras hacía un gesto para que me siente.
Su secretaria se retiró, cerrando la puerta.
Estoy en la misma habitación…
Concentrate Denis, me dije.
—Gracias, igualmente, sí, fuimos compañeras en la secundaria y luego en la facultad.
Y en la primaria, le iba a añadir, pero no quiero que piense que tenemos tanta familiaridad.
—Vi el curriculum que me mandó, no tenés mucha experiencia.
—Es verdad, solo trabajé en Importaciones Blotime.
—¿Sos pariente de Javier Blotime?
Mierda, me quedé sin saber qué responder…
La verdad, otra no me queda…
—Sí.
Me mira esperando que me explique, pero yo no le aclaré nada hasta que él me preguntó.
—¿Qué clase de parentesco?
—Es...mi hermano.
Se sorprendió.
—No sabía que tenía otra hermana, conozco a Gabriela.
—Soy la más chica de los tres.
—¿Por qué no trabajás con ellos?
—Por...mi aspecto.
Ya está, no creo que me siga preguntando.
—Pero sos una de las dueñas.
Mierda ¿Qué le pasa?
—No, lo son mis padres y ellos, a mí, solo me usan para viajar a China, por las importaciones y en realidad prefieren esconderme o que esté lejos.
—Comprendo.
Mierda ¿Qué carajo comprende?
¿Que a los feos hay que esconderlos?
Si fuera fea de verdad, ya me hubiera suicidado con gente así, de todos modos no podía dejar de mirarlo, es tan bello, tan sexi, tan…
Denis, cerra la boca que se te va a caer la baba, me dije.
Pero entiendo que es terrible que pida una secretaria fea.
Y sobre todo para que no se case.
—¿Cuántos idiomas hablás?
—Correctamente, castellano, inglés, alemán y portugues, también me defiendo con el chino, el francés y el italiano.
—Guau, eso es impresionante.
—Como le dije antes…me esconden…viajando y es el motivo por el cual no quiero trabajar más con mi familia, no estamos peleados ni nada, los puede llamar, pero no es cómodo para ellos ni para mí.
—Conmigo tendrías que viajar, a veces y acompañarme a reuniones.
—Tengo mi pasaporte al día, vine hace unos días de...China.
Casi digo de Europa, me tengo que concentrar más.
—Soy exigente con mi personal, no podés faltar y una vez que firmás contrato, no podés dejar de trabajar mínimo, por un año, no podés casarte, ni quedar embarazada, al menos durante el primer año y cada año, si todo va bien, firmamos un nuevo contrato.
—¿Qué tiene que ver mi vida privada con mi trabajo?
—Quiero que me dure una maldita secretaria, mi empresa no es un trampolín para conseguir un marido rico, por eso aclaré y perdoname, no es personal, que quiero una secretaria fea.
Lo dice casi furioso, si supiera que yo pretendo casarme…con él.
—Eso dolió…pero estoy acá porque sé que soy fea, los hombres no me miran y francamente prefiero esconderme, a salir con un hombre que no toma en cuenta la parte espiritual.
Veo su cara casi de asco.
—La mujer nos entra por los ojos y después viene todo lo demás, más allá de tu espiritualidad, quisiera saber si estás comprometida a trabajar conmigo un año entero, serías mi secretaria y en parte mi asistente personal, incluso tendrías que trabajar algún sábado, aunque no todos y algún domingo, a veces te puedo citar en mi casa.
Es pedante y misógino, pero no se lo pienso decir, solo quiero estar a su lado.
—No tengo problema con eso, señor.
Dije mientras mi corazón daba saltos, me encantaría estar en su casa y en su cama…
Denis, prestá atención….
—Podrías comenzar el lunes próximo…no, mejor desde pasado mañana, así arreglás tus asuntos, no quisiera tener problemas con tu familia.
—No señor, quédese tranquilo, que para mi familia es un peso que le saca de encima, yo necesito trabajar, porque si bien puedo no hacer nada, porque ellos sí me dan todos los meses un cheque de unas cuantas cifras, no soy de las que se quedan de brazos cruzados, no tengo ganas, por ahora, de estudiar otra carrera y mi vida se termina ahí, no tengo mucha...actividad social.
—Entiendo ¿Entonces estás dispuesta a ser mi secretaria, sin irte de mi lado?
—Sí, señor.
Me quedaría toda la vida con vos….
—¿Usas peluca?
OHOHOH
Me quedé muda, hasta mis orejas deben estar coloradas.
—Sí, tengo un cabello horrible y así me siento más protegida.
—Ok, por mí no hay problema.
—Gracias por la oportunidad.
—Te la merecés..perdón… eso no sonó...quiero decir…
Yo le sonreí, estaba tentada, de verdad piensa que soy fea, bueno, ya estoy adentro.