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Capítulo 5: Compromiso

Los dos entraron en el Grupo Pansy y la sesión de fotos transcurrió sin contratiempos. Algunas de las prendas elegidas no eran del gusto de Carl, lo que provocó algunas quejas. Sin embargo, cada vez que Jane lo tranquilizaba, su opinión daba un giro de 180 grados. Su presencia tenía un efecto casi mágico sobre él.

Si se desviaba, una mirada de Jane lo ponía en su sitio. Carl no sólo sentía respeto por ella, sino también cierto temor. No era sólo gratitud por sus heroicidades pasadas; le preocupaba que pudiera darle una paliza si la irritaba.

A pesar de la actitud potencialmente entorpecedora de Carl, lo que se calculaba que iba a llevar cinco horas acabó en sólo dos.

Una vez terminado el rodaje, Carl cogió a Jane del brazo y sugirió: "Vámonos. Tenemos que ponernos al día. Yo invito la cena".

"No, no puedo. Todavía estoy de servicio", le rechazó Jane con frialdad.

Unos cuantos empleados seguían en el plató, fingiendo estar ocupados mientras cotilleaban el desarrollo del drama.

"¿Carl le ofreció una cena a Jane y la rechazó?".

"Vaya, ¿qué está pasando? ¿No sabe quién es? La mayoría de las chicas aprovecharían la oportunidad. Está actuando muy altanera".

"Con gusto cambiaría de lugar con ella y dejaría mi trabajo sólo para pasar algún tiempo con Carl. Jane es una tonta".

Rechazado, Carl se sintió casi derrotado. Después de pensarlo un momento, preguntó: "Por cierto, ¿por qué empezaste a trabajar aquí? ¿Se arruinó tu familia? Si es así, puedo mantenerte. No tienes por qué trabajar aquí, ¿vale?".

Jane puso los ojos en blanco y replicó: "No conoces toda la historia, Carl. Si me disculpas...".

Volvió al trabajo, dejando a todos esperando una salida dramática de Carl frustrado.

Sin embargo, para su sorpresa, esbozó una sonrisa de impotencia y se dirigió a la sala para esperar a Jane hasta que terminara su turno.

A la hora de cerrar, Patrick salió de su despacho y le dijo a Jane: "El abuelo tiene una reserva en un restaurante. Vamos a cenar".

Patrick se había mostrado reacio a ir, pero Mike había recurrido a las amenazas. El anciano había sufrido un infarto y, durante una videollamada, le dijo: "Tienes que ir. Si no lo haces, desconectaré este respirador. ¿Quieres que muera?".

Patrick no tuvo más remedio que obedecer.

Jane estaba a punto de responder cuando Carl entró en la habitación. "Jane, ¿ya estás fuera de servicio? ¿Vamos a cenar?"

No fue hasta que Patrick se aclaró la garganta que Carl se dio cuenta de que no estaba solo. "¡Oh, Patrick, estás aquí!".

¿Jane y Carl se conocían? Patrick los observó perplejo.

Jane, que había permanecido callada hasta entonces, habló por fin. "¿Qué tal si cenamos todos juntos?".

Al final, los tres se dirigieron al restaurante donde Mike había hecho una reserva.

Durante el trayecto, Carl entabló una animada conversación con Jane, que le respondía cordialmente de vez en cuando. Cuando llegaron, salió a relucir el lado caballeroso de Carl, que sujetó la puerta a Jane, le acercó una silla, le sirvió la comida y le llenó la copa de vino. Patrick se encontró desempeñando un papel secundario, como si ellos estuvieran en su propio mundo y él fuera un simple espectador.

"Por cierto, aún no me has dicho por qué decidiste trabajar en el Grupo Pansy. ¿Hay algo entre Patrick y tú?". Carl tenía la sospecha de que podía haber algo más en su relación.

Mirando a Patrick, Jane respondió: "Mi abuelo me pidió que trabajara aquí. En cuanto a lo que hay entre nosotros... estamos prometidos".

Carl casi se atraganta con el agua.

"Espera, ¿vosotros dos qué sois? ¡En qué mundo tan pequeño vivimos! ¿Así que tú eres la campesina con la que Patrick está prometido?".

Jane asintió con indiferencia.

Los rumores de su compromiso se habían extendido por todo el Guavo, así que Carl ya estaba al corriente. Dado que conocía el pasado de Jane, no pudo evitar suspirar al ver lo equivocados que habían estado los medios de comunicación. Podía ser del campo, pero no era pobre ni mucho menos. La familia North era increíblemente rica, con docenas de mansiones repartidas por todo el mundo.

"¿Estáis enamorados?" preguntó Carl, mirándolos con incredulidad.

Jane respondió con calma: "No te equivoques. No estamos enamorados. El compromiso se cancelará dentro de tres meses".

Carl dejó escapar un suspiro de alivio y asintió.

Con franqueza, dijo: "Eso está bien. Patrick no te merece. Yo soy incluso mejor que él. Los dos sois completamente diferentes. Él es frío y aburrido. Un matrimonio entre vosotros dos sería un desastre".

Patrick apuñaló con rabia un trozo de filete y lo masticó enérgicamente.

¿Carl no era digno de Jane? ¡Qué tontería! "Por cierto, Carl, tu hermano me ha pedido que te compre el coche que siempre has querido. Piensa regalártelo. Pensé..."

"Vamos, Patrick. No quise decir eso. ¿Ya no aguantas una broma?". Carl ofreció una sonrisa incómoda.

Disfrutaron de una agradable comida.

Al salir del restaurante, Jane y Patrick se despidieron de Carl.

"¡Adiós, Jane! Vendré a visitarte siempre que tenga tiempo libre".

Jane palmeó la cabeza de Carl mientras se abrazaban, saludándole con la mano.

"Adiós, Carl. Cuídate".

Lo acarició cariñosamente, como si fuera un perro de compañía, como su Alaskan Malamute. Pero a los ojos de Patrick, parecía como si estuviera flirteando con él.

Refunfuñó y subió al coche.

En el camino de vuelta, finalmente expresó su queja: "Ahora entiendo por qué estabas tan segura cuando dijiste que nunca te enamorarías de mí. Estás enamorado de otra".

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