Capítulo II. “ Primer encuentro, primer choque".
Kimberly.
-” ¡Amigas para esto!”- pensé en alto, no podía creer que después de haberme llamado a estas horas, y solo porque su marido le estaba haciendo el amor, mi mejor amiga Yvaine, me hubiera dejado hablando sola con el teléfono.
Despues de la llamada de teléfono que le hice a Yvaine donde casi no podía contestarme por que su recién estrenado marido la tenia ocupada.
La verdad es que me estaba aburriendo en la fiesta de presentación, si no me llega a llamar Yvai, hace rato que me hubiera ido, no entiendo fiestas de presentaciones de producto, si termina siendo una forma más de acosar a los modelos.
Si no fuera porque le habían dado un chivatazo, de qué mi padre podría asistir a este tipo de evento, no hubiera venido, ni hubiera sustituido a Susan, en su proyecto de hoy.
Decidí escabullirme, de la fiesta, por las escaleras ya que era lo más cercano que tenía, mientras había estado hablando con mi amiga me había ido alejando poco a poco del ruido para escucharla mejor hasta llegar hasta el área de servicios, sabía que había una escalera de emergencia en alguna de estas puertas. ¿Pero en cuál?
No era muy dada a la exploración, más bien era lo de enfrentarme directamente con mis peligros, tenía un sentido de la orientación bastante malo, así que la única forma de encontrar la escalera era abrir todas las puertas que encontraba mi paso.
En las dos primeras puertas no hubo resultado ya que una era un baño de mujeres y el otro era un armario de servicio que estaba cerrado. Por lógica el cartel el baño masculino no los iba a abrir, así que solo había dos posibilidades, los eché a suerte y lógicamente perdí.
La habitación que abrí, era un despacho donde ahora mismo sobre su mesa, se encontraban besándose un hombre y una mujer, a la mujer se le veía bastante inquieta e intentaba desatar a como fuera lugar la corbata del caballero, debían estar bastante entretenido por qué, ni se dieron cuenta que estaba allí, yo en vez de sentirme avergonzada, los miré, y con una sonrisa antes de volver a cerrar la puerta, les dije:
-” Disculpen que pasen un a buen noche”- y sin más cerré la puerta, abrí la otra puerta.
Vi las escaleras. Decidí quitarme los zapatos de tacón, comencé a descender por la escalera mientras cantaba una canción de mi cantante favorita.
-” Some boys kiss me, some boys hug me...I think they`re okey. If they don`t give me proper credit...I just walk away...”estaba ten entretenida cantando que no me di cuenta que alguien me estaba siguiendo, muy deprisa, prácticamente baja los escalones de dos en dos.
Me encontraba ya casi, en el piso dieciocho, dos pisos más arriba de donde se encontraba mi habitación, cuando sentí que alguien me cogía por la muñeca y tiraba de mí. Perdí el equilibrio y me estrellé contra algo o alguien duro, pero que había amoldado sus brazos para cogerme y que no cayera al suelo. Con cuidado levanté mi vista y me encontré ante los ojos azules más bonitos y fríos, que había visto en mi vida, todo ello enmarcado en un hombre aún más atractivo, que me miraba con una expresión feroz como si quisiera matarme.
Intenté levantarme y separarme de él, pero él, al notar que quería soltarme apretó más aun su agarré y prácticamente me inmovilizó contra la pared.
-” ¿Se puede saber qué pretende? ¿no me vas a soltarme?”- estaba mirándole a los ojos.
-” Bueno, preciosa, hasta que no me entregues el móvil para borrar la foto que nos hiciste, no te voy a soltar.”- dijo él en un hilo de voz cerca de mi oído, sentí en mi oído su aliento, casi me hace estremecer. Lo miré como si pensara que estaba loco, en realidad lo pensaba.
Hasta que me di cuenta de la corbata, ¿dónde había visto yo esta corbata? Un flashback atravesó mi cerebro. vi esa corbata, en mano de una mujer mientras ella y ese hombre se besaban en un despacho.
Mi cara debió reflejar, que había descubierto quién era él, porque el volvió a acorralarme aún más contra la pared, mientras prácticamente pegadas todo su cuerpo en mío.
-” ¿Qué crees que estás haciendo?, si tu amiguita no te dijo satisfecho búscate a otra a mí déjame en paz”- le dije mirándole a los ojos para que viera que su aptitud no me intimidaba, necesitaba que se separa un poco de mí para poder tener algo de movimiento y descargar sobre él todo lo que había prevenido en mis clases de defensa personal.
Pero al parecer no tenía suerte, ya que, al pegarse a mí, me dejaba muy poco espacio de movimiento, casi me estaba consumiendo el aire y sus labios estaban por milímetros cerca de los suyos. para mi desgracia un calor incomprensible comenzó a recorrerme el cuerpo, y mi voz comenzó a entrecortarse por los nervios.
-” Veo que me reconoces, ahora preciosa solo necesito que me dejes el móvil para comprobar que no has hecho ninguna foto”-
-” Para que quería yo hacer una foto, yo... me equivoqué de la puerta.... no tengo culpa y tú amiguita no te supieras hacerte...así que apártate de mí te daré el móvil para que compruebes que no tengo ninguna foto”- le dije mientras notaba que mi respiración se hacía más lenta, y que esa sensación desconocida, comenzar a apoderarse de algunas partes de mi cuerpo y hasta ahora, nadie había tocado. Pero por una extraña razón, deseaban que ese hombre lo hiciera.
La sola idea de pensar que mi cuerpo deseaba ser tocada por este hombre, hizo que me pusiera aún más nerviosa.
-” Kimberly Peterson, o te controlas. o no dejaré que te toque ningún hombre el resto de tu vida”- me dije a mí misma para castigarme.
Le di mi teléfono, que lo tenía en la mano, aunque él todavía no se había alejado de mí, mientras él me acorralaba con sus brazos y su cuerpo, contra la pared, miro el móvil, y al ver que estaba codificado me solicitó la clave.
-” Lo tengo codificado con huella, solo tengo que poner el dedo para descodificarlo”- le expliqué, para que me soltara las manos y poder usarlas para desbloquear el teléfono, pensé que esta era una oportunidad, me iba a servir para que él se separa un poco de mí y yo podré liberar la mano y así de una patada alejarme de él.
Pero mi acosador fue mucho más inteligente, me alzó la mano hasta ponerla por encima de mi cabeza, esto hizo que su cuerpo se acercarán aún más, me alzó la otra mano con el brazo mientras sostenía el móvil en la mano, así que mis pechos y su pectoral entraron en contacto, yo ya no tenía aire en los pulmones, solo respiraba su aliento, que estaba a milímetros de mí, y cuando pensé que me iba a besar, cerré lo ojos, como hipnotizada, en ese momento noté como acorralada mis dos brazo en el alto mientras que con una sola mano, mientras con la otra miraba el móvil con una sonrisa en sus labios.
-” ¿Por qué cierras los ojos?, ¿Qué estabas esperando, preciosa?”- Había desbloqueado el móvil con mi huella, mientras yo me hallaba perdida en su proximidad, en su aliento, en su mirada, en cómo su cuerpo se adaptaba al mío y finalmente como mis pechos se habían erguido ante el roce de su pectoral. Lo mire furiosa.
-” Termina de comprobarlo ya, para que me suelte si me dejes ir”- le dije ya pensando que cómo se volviera a acercar a mí, lo iba a terminar mordiendo.
De alguna manera tenía que liberarme, no me gusta la atracción y las sensaciones que estaba sintiendo mi cuerpo, y desde luego no me gustaba, porque estaba sintiendo por un desconocido, mujeriego.
Cuando esta idea llegó a mi cabeza, decidí que no lo miraría más a la cara, dirigí mi mirada en su corbata, la culpable de que todo es todo esto estuviera ocurriendo, y pensé en mil maneras de destrozarla.
Mientras él revisaba el móvil, me alegré que fuera mi móvil profesional, el que había traído, no me apetecía que este hombre revisara mis fotos personales que compartía con mis amigas, y sobre todo las fotos que tenía de mis ahijados, esos niños eran muy importantes para mí, y sabiendo lo que sabía de quién era su padre, pensaba guardar este secreto hasta la tumba. Mi amistad con Yvaine era muy importante.
-” Eres aún más bonita en persona, pero la verdad que estas fotos profesionales te favorecen, ¿tienes alguna en bikini?”- sus palabras me hicieron que terminará de enfadarme, ya estaba harta de qué este hombre jugará conmigo como el gato y el ratón.
Levante la mirada y la fijé en sus ojos, demostrando todo el enfado en mi mirada.
-” Pero, ¿tú quién te has creído cretino? Has comprobado que no he hecho ninguna foto, así que te doy dos segundos, para que me sueltes, o vas a haber una parte de mí, que hasta ahora no has visto.”- le dije ya harta de esta situación.
Él me miró, y acercándose a mí cara, me dijo:
-” ¿Te gustó?”-
-” Pero, ¿qué dices idiota?”- y dije con rabia con ganas de morderle. Él permanecía, impasible mientras yo ardía de rabia.
-” ¿Que, si te gustó verme, besarla?”-
-” Este idiota no tiene aprecio por la vida, o es muy valiente o es muy estúpido”- pensé y lo miré serio, mientras aun intentaba soltarme los brazos que él tenía sujeto sobre mi cabeza.
-” ¿Tú qué crees?, sinceramente los he visto besar mejor”- le dije para desinflar el ego.
-” O sea que los has visto, no me has dicho que me han besado mejor, has dicho que los has visto. ¿Preciosa, es que nunca te han besado?”- lo mire avergonzada por haber caído en su trampa, es verdad que nadie me había dado un beso, pero no porque no haber tenido oportunidades, sino porque yo no había querido.
Me daba ira y vergüenza que un desconocido lo hubiera descubierto, lo mire enfada
-” ¡Y eso que te importa!, ¡suéltame ya! Has descubierto que no tengo las fotos, si no me sueltas, te voy a denunciar, por acoso sexual, pervertido.”- en este punto me daba todo igual, ya me había avergonzado bastante.
-” Bueno si me vas a denunciar por acoso, por algo tan inocente, vamos a hacer algo que verdaderamente valga una denuncia, algo como tu primer beso”- no había terminado de decir estas palabras cuando sentí sus labios sobre los míos, en un principio intenté resistirme, sentía sus labios cálidos, su lengua acariciando mis labios, mi cuerpo intentaba moverse, pero me tenía aprisionado contra la pared, y las rabias y algo que no identificaba me recorría el cuerpo.
De repente, mi cuerpo dejó de resistirse, sus labios se volvieron aún más suave más tentadores, sin querer abrir mi boca ante la exigencia de su lengua, sentí como ella entraba en mi boca, ahí perdí toda noción de mí misma, estaba tan invadida de sensaciones, que no me di cuenta que me había soltado los brazos y ahora me tenía sujeta por mi cintura, mientras yo que rodeaban el cuello con mis brazos, el beso se hizo más exigente, tu sabor invadió mi boca, dejándome aún más hechizada.
- “¿Se puede saber qué estás haciendo Kimberly Peterson?, suelta este hombre ahora mismo y échate a correr.”- una voz estalló en mi cabeza y me hizo reaccionar, de la única forma que pude.
Mi mano liberada se estrelló contra su mejilla, mientras yo solté cuando él fue a agarrarse la mejilla, lo empujé y salí corriendo escaleras abajo, solo paré cuando me encontré encerrada dentro de mi habitación apoyada en la puerta.
Mi corazón latía como si fuera un caballo de carreras y sabía que no era precisamente por bajar dos plantas de escalones corriendo, de lo que estaba segura era que, aunque no volviera a ver más a ese idiota, había recibido el primer beso más excitante, pervertido y demoledor que una chica sin experiencia como yo, podía recibir.
Por la mañana, dejé el hotel, vi que mi pervertido acosador me había dejado mi teléfono profesional en recepción, y pensé que el fondo podía ser una buena persona, sí conseguía mantener sus manos fuera de las mujeres, ¡menudo mujeriego!
De todas formas, había quedado con Yvaine que me había venido en un coche para recogerme, primero me iba a dejar en su casa, me había dejado para vivir en la antigua casa de sus padres, y después de ir de compras, me iba a reunir con los niños y su marido, en su nueva mansión, me habían preparado una cena, y yo era la invitada de honor.
Aunque durante todo ese tiempo, mientras realizaba la mudanza me dije a mí misma que iba a olvidar esa noche y mi primer beso, la verdad es que me fue prácticamente imposible, al menos tendría cosas que contarle a mi amiga, aunque nada tenía que ver con el nivel de perversión que tuvo ella, en su primera noche, con el señor Miller.
Estas fueron las últimas palabras que le dije a mi amiga, mientras le contaba lo que me había pasado en el hotel de su marido. Le describí toda la situación, como me devolvió el teléfono, e incluso Yvaine estuvo registrando el móvil por si había alguna pista. Además, le conté lo bueno que estaba el pervertido que me atacó, si llego a saber que mis palabras me iban a meter en problemas, cuando la llame pervertida, me hubiera callado.
Jason.
Estaba en el edifico de Miller Holding, en mi despacho, re-visualizando por quinta vez, el video de la escalera del hotel Miller, donde había tenido en mis brazos a la mujer más excitante que había conocido en años. Aun me dolía la mejilla de la bofetada que me había proporcionado, pero si soy sincero, valió la pena, hacía mucho tiempo que una mujer no conseguía excitarme, tan sólo con tenerla cerca. Esa bruja había conseguido, que en el segundo que su cuerpo y el mío se tocaron, la deseara profundamente. Aun recordaba como había huido de mí, después de compartir el beso más pecaminoso, que recordaba en mi vida. Su sabor me había vuelto loco.
Tras golpearme, y liberarse de mi abrazo, la vi correr escaleras abajo. Fue en ese momento cuando me di cuenta que tenía aún su teléfono en la mano, aún estaba desbloqueado. Cogí su teléfono, e hice una llama al mío, Y así obtuve su número, luego llamé a la central de seguridad del hotel.