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Capítulo 3

- ¿Oh tú sabes? Él sonrió y me detuvo antes de que pudiera salir de la escuela. – Así que mira: ¡SET! – llamó en voz alta, haciendo que los pocos estudiantes que aún quedaban miraran en nuestra dirección. Sentí que mi corazón se hundió en la boca del estómago, la desesperación casi se hizo cargo.

- ¿Estas loca? Dije, tratando de liberar mi brazo, pero ella no se movía. - ¿Porque hizo eso? ¿Quieres matarme de vergüenza?, odio llamar la atención.

Ella me ignoró y lo saludó, indicándole que se acercara.

Dejé de intentar liberarme cuando empezó a acercarse.

-Ni siquiera te gusta-, me quejé en un tono acusador. - ¡Miraste al tipo todo el día! ¿Por qué toda esta vibra amistosa ahora?

- Porque necesitas dejar la frescura y entrenar eficientemente. ¿Qué hay de malo en llamarlo para entrenar contigo? Además, nunca dije que no me gusta. Hemos estudiado juntos durante algún tiempo. Esta es solo mi manera de vivir con él. Está acostumbrado.

Antes de que pudiera responder algo, se acercó y se detuvo a su lado.

- ¿Y ahí? Miró la mano de Lucy que obviamente me impedía irme y arqueó una ceja con curiosidad.

Luché, tirando de mi brazo hacia atrás y apartándome, irritada.

- Vanessa necesita a alguien para entrenar el fin de semana. Como se mudó aquí recientemente y todavía no conoce a muchas personas y prefiere entrenar con personas con las que al menos ha interactuado un poco, pensé en llamarte y ver si puedes ayudar.

-Por supuesto-, se encogió de hombros. – Normalmente estoy disponible los fines de semana. No me importa venir a la escuela para poder jugar y entrenar un poco – se giró hacia mí. – ¿A qué hora te viene mejor? 11

- Cualquiera, pero si se puede por la mañana, creo que es mejor, así aún tenemos el resto del día para cualquier otra actividad.

- ¿Así que el sábado a las 8 am está bien? 7

- Si claro. Gracias por tu ayuda.

Él sonrió y se alejó, y me giré para mirar a Lucy.

- ¿Estas loca? ¡¿Porque hizo eso?!

Parecía estar disfrutando de toda la situación.

- Porque sabía que lo haría. Parecía interesado en ti. Bueno, en tu habilidad, pero todavía está en ti. Y como necesitas entrenar eficientemente, solo combiné lo útil con lo placentero.

- Y sacó el suyo de la línea en el proceso, ¿no es así? ¡Lo estás usando para no tener que venir a la escuela el sábado! 3

- Detalles...

La semana pasó rápido. Todos los días en el club jugábamos al menos cinco partidos. Algunos días disputábamos siete.

Los estudiantes pensaron que era mejor mantener los equipos, ya que mantendríamos la misma posición toda la semana, y los capitanes estuvieron de acuerdo. A partir del lunes volveremos a decidir los equipos y posiciones y para llevar un mejor control se creó una tabla con quién ya hizo equipo con quién, y cuál es la posición semanal de la persona, así el uso sería completo. Es decir, a partir de la semana que viene empezaré a jugar con Cristh y nuestro capitán en los partidos, así que será mejor que esté en mejor forma física que ahora.

Me desperté con el molesto sonido del despertador. ¿Por qué dejé que Lucy prácticamente programara este ejercicio extra? Estoy cansada, con sueño y sin las más mínimas ganas de ir hoy al colegio a entrenar. Lo único que más deseaba era acostarme y dormir todo el día para recuperarme del cansancio de la semana.

Me levanté y me duché para poder arreglarme a base de odio. Le mandé un mensaje al celular de mi mamá antes de salir de casa avisándole que ya me había ido y que no tenía horas para volver.

Llegué a la escuela y fui directo al vestuario a cambiarme de ropa y luego fui a la cancha para esperar a Cristh.

Al contrario de lo que pensaba, no había otros estudiantes en la cancha además de nosotros dos.

Saludó mientras terminaba de arreglar la hamaca.

- ¿Puedes sacar una pelota del almacén?

Asentí y fui al almacén de la cuadra. Cuando volví ya había terminado y estaba sentado en el suelo esperándome.

Reboté la pelota en el suelo como si fuera una pelota de baloncesto y él sonrió.

- No me digas que también sabes jugar baloncesto – se levantó y caminó hacia el lado opuesto de la red donde yo estaba.

- Soy un prodigio del deporte - dije en broma mientras giraba la pelota en mi dedo.

Se rió entre dientes levemente, encontrando mi leve exhibición interesante.

- Si quieres jugar algunos partidos de baloncesto más tarde, para entrenar aún más tu resistencia, estoy dispuesto a hacerlo.

- Creí que la idea era practicar voleibol – parpadeé mientras lanzaba la pelota por encima de la red para que él sacara.

- Pero nadie dijo que necesitábamos jugar solo voleibol – caminando hacia el fondo de la cancha, se preparó para sacar.

Me posicioné olvidando cualquier conversación y enfocándome solo en la pelota. ¿Soy capaz de jugar cara a cara con él? se me hace muy dificil...

Sacó y la pelota vino hacia mí con una presión increíble. Sentí que me ardía el brazo cuando recibí el balón, pero pude hacer un corte perfecto, anotando el primer punto. Sonreír.

El juego continuó. Jugamos hasta casi la extenuación. Llegó un momento en que ya no contábamos puntos ni sets, solo jugábamos.

Me acosté en el suelo haciendo la señal de ''tiempo'' con mis manos. Todo mi cuerpo ardía por el esfuerzo.

Se acercó y se sentó a mi lado en el suelo.

- ¿Estás bien? ¿Me puse demasiado pesado? ' Me reí.

- Hacía tiempo que no me cansaba así – a pesar de estar cansada, extrañaba esa sensación.

Se levantó y me ofreció su mano para poder ayudarme. Acepté y dejé que me arrastrara, haciendo poco esfuerzo por mi cuenta.

Miré la hora en mi teléfono y vi que eran casi las 5 de la tarde.

- ¡Mierda! Solté, atónita. – ¿Cómo estuvimos aquí todo este tiempo? Si me preguntas, no diría que fueron ni siquiera tres horas.

- Es porque es más difícil tener percepción del tiempo cuando estás haciendo algo que te gusta o cuando te estás divirtiendo.

- ¿Pero a estas alturas?... - Todavía estoy absolutamente en shock.

- ¿A la misma hora el próximo sábado? - Preguntó.

Me detuve unos momentos antes de responder. Con todo el entrenamiento de esta semana y el de hoy sería mentira decir que necesito mucho más entrenamiento como el de hoy, pero tampoco me puedo relajar. Además, lo que dijo es cierto: hoy fue divertido. Divertido como no lo era hace mucho tiempo para jugar al voleibol.

- ¿Tiene alguna cita? preguntó cuando dudé en responder.

-No,- negué con la cabeza. Solo tengo miedo de que me vaya a suicidar de agotamiento. Sonrío. -Pero para mí, el próximo sábado a las 8 am está bien.- Le guiñé un ojo.

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