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CAPITULO 3

Mia

Toda la semana la pase encerrada en mi habitación es lo que me gusta hacer, tener mi propio espacio, ya mañana me toca ir a la aburrida secundaria la semana de inicio no quise ir, creo que a sido ya suficiente los faltantes, a ver con que sorpresa me encuentro en este colegio, camino de un lado a otro dentro de mi habitación, Warrion de Aurora suena con fuerzas en el aparto musical me encanta su voz, una parte de mi se conecta con las letras, me recuesto en mi cama y empiezo a divagar sobre mi pasado, un pasado que no he podido olvidar y creo que jamás podré hacerlo.

Suspiró cerrando los ojos, mi corazón duele al recordar a mi madre llorar mientras asesinaban a mi padre y a mis Mellizos, duele como sentir el fuego quemando mi piel. Arrojó la almohada sobre el equipo de sonido me levantó de la cama y camino de un lado a otro, Lazy me observa como si estuviera loca, creo que a veces no me entiende, estoy cansada de qué ni yo misma tengo la menor idea de lo que me pasa. Si ya se de que, de no poder matar a ese bastardo, quisiera salir a buscarlo y vengarme de él, hacerlo sufrir de la misma forma en que sufrieron mis padres y mis hermanos. Bufando me tiro en la cama y termino viendo una película de mierda.

Me despierto algo desganada, pasada media hora termino mi baño, observo mi rostro en el espejo y algo malévolo se me viene a la cabeza. Creo que Mayra ya esta instalada en el comedor, le voy a joder su mañana, me río sola, retoco mi cabello largo, agrego un poco de maquillaje y luego me visto como suelo hacerlo, un top junto a su chamarra, falda corta medias negras y tacones altos color negro. Salgo de mi habitación pero antes le dejo beso a Lazy, ella mueve la cola ignorándome como siempre.

- No hagas berrinches en mi cama- Ella mueve su orejas blancas y ladra.

Mi perrita Lazy es la que me hace sonreí todas las mañanas es mi confidente me alegra los días.

Bajando al living busco a Mayra con la mirada, y bingo esta desayunando junto a Deán. Acercándome con mi mejor cara saludo a Deán y luego a ella pero hipócritamente.

- Buenos días Señora Mayra.

- Buenos días niña, le recuerdo que soy señorita o bien maestra Mayra.- Quise reír sin embargo me senté al comedor y mirándola con hastío comente.

- Ya estas vieja para decirte señorita, creo que ya tienes más de 40. - Su rostro se desfiguro de seguro se molesto.

- Mia desayuna ya debes irte es tu primer día de clases recuerda que ya te has atrasado, deja de molestar a Mayra.- Arrugó la nariz ya molesta, observo el rostro de satisfacción de Mayra. Me levanto de la mesa pero antes le echo el café caliente encima a Mayra, ella grita molesta y yo solo sonrió con malicia, salgo de la mansión satisfecha, de lejos escucho la voz enojada de Deán pero me vale madres.

El chofer me mira de reojo al ver que tengo los pies encima del estante del coche, seguro esta viendo mis piernas.

- Cuidado provocas un accidente mirándome de esa manera.

- Lo siento señorita es solo que...

- ¿Solo que?- Quise saber enarcándolo. Él negó asustado.- Julito es tu nombre cierto- Asintió mirando hacia la carretera. - No vengas por mi, vete algún otro lugar y no quiero saber que vas de chismoso donde Nancy ni tampoco al señor le comentes okey...¡Dije Okay!

- Okay señorita. Tranquila lo que usted diga.

- Muy bien.

Llegue al colegio Simón bolo o Bolívar algo así, según la mas prestigiosa de Acapulco, baje del coche y mire a Julio le guiño el ojo derecho el negó arrancando a toda velocidad, es un niñato estúpido. Mire para todos lados observado mi entorno, las chicas iban y venía, se notaba que en este colegio había de todo. Resignada busque mi aula de clases camine para todos lados y mire el cartel que decía 5to año. Bufé exasperada entre al aula y se escuchó el bullicio quise correrme pero no lo hice. Busque una silla vacía al encontrarla entre y fui a sentarme, varias chicas y chicos me quedaron viendo como si yo fuera una diosa para los hombres y una peste rara para las chicas, valla que si al parecer no les guste.

- Me imagino que no sabias que las clases empezaron ya hace una semana, si estas siendo trasladada por lo menos debes pedir permiso para entrar y también presentarte, es verdad que aún no a entrado la maestra, pero acá tenemos reglas niña.- Wau en serio que esta chica es muy habladora, la observe por un instante y algo aburrida me mire las uñas. No respondí ni una pizca palabra, ¿para que?

- Valla Carol te han ignorado.

- No a mi nadie me ignora, escuchaste lo que te he dicho- La chica vocifero muy cerca de mi, quise tomarla de su lindo cabello y revolcarla, pero no lo hice no por ahora. Suspirando la mire con mis penetrantes ojos verdes; ella me miro con altanería pero luego se alejó sin querer decir nada más, aleje un mechón de mi mejilla y nuevamente me mire las uñas, realmente necesito llamar a mi manicurista....

- Creo que estas ocupando mi escritorio, podrías salirte- Levante la cabeza y me encontré con unos ojos verdes amarillentos muy penetrantes, un cabello negro demasiado suave y un rostro muy limpio, lo mire con una seriedad de aquellas que fusilan sin embargo las de él eran igual o peor que las mías. Las chicas empezaron los cuchicheos y los chicos se callaron.

- Xavier quizás necesité que la saques a rastras o debe ser una sorda muda por eso no capta.- Valla la misma tipa con su lengua de lagarto, me cruce los brazos y quise quitar mis ojos del chico sin embargo solo sonreí mirándolo con burla.

- Tal parece que no captas, te lo volveré a repetir.

- Eres idiota ¿o que?- El chico me miro mal por mi cometario y una de las chicas se levanto de su escritorio se acerco y le hablo, él la observa.

- Xavier te daré mi escritorio no pierdas el tiempo ella acaba de entrar y parece que no entiende es mejor hablar con un perro.- Nuevamente el chico me miro y golpeo el escritorio con su puño.

- Chica nueva no deberías provocarlo. - dijo un chico Rubio.

- Te diré una sola cosa, el escritorio no tiene nombre por lo tanto no te pertenece así que esfúmate. - ignore a todos y saque mi móvil, Javier o Xavier no se como mierdas se llama bufo molesto alargo su mano y puso una silla al lado de la mesa no quise decir nada y supongo que el tampoco.

- Niña prepotente te las veras conmigo- fue lo que me susurro al sentarse a un lado de mi, lo mire de reojo y le sonreí con malicia.

- Te estaré esperando. - Respondí de la misma forma a lo que él se sorprendió. Acaso piensa que le puedo tener miedo. No sabe con que clase de niña esta hablando.

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