Capítulo 1
Era un lunes por la noche y estaba en mi habitación cerca de la ventana, estaba lloviendo; me encantaba ver la lluvia caer eso me relajaba.
Vivía con mi madre y mi hermano de ocho años, yo tenía diecisiete pero dentro de una semana cumplo los dieciocho. No tenía buena relación con mi madre, siempre me había tratado mal y no sé porque, sin embargo con mi hermano Evans me llevaba genial, casi siempre estábamos juntos. Ojalá las cosas cambiaran.
-Danira, baja a cenar – se oyó decir a mi madre desde abajo.
- ya voy – grite para que me oyera-
Salgo de mi habitación y voy al comedor, ahí está Evans con su cara angelical sonriéndome.
Después de cenar subo a mi habitación y me voy a la cama, mañana me espera un día largo.
Mientras en otro lugar....
-¿Amo desea algo más?-dice mi sirviente Lucio.
-No, puedes irte- le dije haciéndole una seña con la mano.
Hoy había sido un día agotador, al ser el líder de los vampiros tengo muchas responsabilidades, también tengo que asistir a reuniones para buscar aliados que se unan a mí y así algún día poder dominar el mundo.
Me dirigía a mi habitación cuando una voz chillona me interrumpió.
-¿Damián donde crees que vas? – vino hacia mí a una gran velocidad como de costumbre.
-voy hacia mi habitación, así que apártate- le dije muy serio.
-hermano porque eres así conmigo, prometiste que hoy me llevarías a cazar- me dijo poniendo cara apenada.
-cierto, pero ahora mismo no puedo, estoy muy cansado hoy ha sido un día largo, en otra ocasión será.- le conteste y me fui a gran velocidad a mi habitación antes de que pudiera decir nada.
Al momento de entrar la escuche decir detrás de la puerta...
-esto no va a quedar así, te arrepentirás.
La escuche irse rompiendo todo lo que se encontraba a su paso.
Rose es mi hermana por parte de padre, ella es más joven que yo, ni siquiera sabía que era mi hermana hasta hace una década, mi padre era muy bueno pero tenía un defecto, era un mujeriego y cuando murió yo tenía cien años y me dijo que tenía una hermana de quince años, me hizo prometerle que me encargaría de ella y que la cuidaría por siempre.
De eso hace diez años ya, cuando la encontré era una chiquilla asustada, tenía sangre de vampiro en su sistema pero también era humana porque su madre lo era, así que hace unos dos años que me pidió que la convirtiera y eso hice pero aun no sabe cazar por eso se alimenta de bolsas de sangre que lucio trae del hospital, a diferencia de mi yo me alimento directamente de la persona.
Narra Danira.
Estaba durmiendo de lo más tranquila cuando el sonido de la alarma me despertó, otro día más al instituto pero no me importaba, porque hoy era el último día así que tendría que estar feliz pero no lo estaba.
Me levante de la cama y fui al baño, una ducha me iría bien para despejarme. Luego me vestí y baje a prepararme el desayuno que consistía en un vaso de leche con una tostada de mermelada.
Ya estaba fuera de mi casa camino al instituto y me acorde que dentro de una semana cumplía la mayoría de edad. Mi madre me ha dicho que ese día me hará un regalo muy especial y es la primera vez que demuestra algo de generosidad conmigo.
Mientras pienso en que puede ser el regalo llego al instituto, me espera un día largo así que cojo fuerzas y para adentro.
En otro lugar...
Estaba durmiendo cuando oigo que tocan la puerta.
-¿quién rayos es?- digo malhumorado.
-Amo disculpe que le moleste, pero tengo que decirle algo importante para usted- dice lucio entrando en la habitación y encendiendo la luz.
-espero que de verdad sea importante- lo miro muy serio.
-señor vengo a recordarle que dentro de una semana la chica cumplirá la mayoría de edad-.
-crees que no me acordaba, dentro de una semana dispondré a mis guardias para que vayan a buscarla-.
-perdóname mi señor pero como últimamente está muy ocupado pensé que se le habría olvidado – me dice lucio muy nervioso.
-¿Quieres decirme algo más?-le pregunto.
-eh...sí, me gustaría acompañar a los guardias para que hagan bien su trabajo-yo levanto una ceja al oírlo, no sé el interés en ir.
-está bien puedes ir con ellos, pero escúchame bien, no quiero errores ¿entendido?-oigo como traga saliva al oírme.
-no se preocupe, no habrá errores-me dice y desaparece de mi vista.
La semana paso y hoy era el día de mi cumpleaños, estoy desayunando con mi hermano cuando mi madre se acerca a nosotros con una caja en la mano.
-esto es por tu cumpleaños- me dice entregándome la caja.
-gracias, no me lo esperaba-abro la caja y es un colgante con una piedra extraña.
-póntelo te dará suerte, la vas a necesitar- frunzo el ceño al oír eso.
- ¿por qué dijiste eso? -le pregunte extrañada
-pronto lo entenderás- dicho eso y se fue a la planta de arriba.
Yo seguí comiendo mi desayuno y hablando con Evans que al parecer estaba prestándole más atención a la tele que a mí.
Luego de comerme mí delicioso desayuno subí a mi habitación, seguía pensando en lo que me había dicho mi madre y tenía un mal presentimiento, fui al baño a probarme el colgante.
De repente sentí algo extraño como si me sintiera protegida y más fuerte, me gustaba esa sensación.
Salí del baño y escuche como tocaban la puerta de abajo, me acerque a la puerta de mi habitación para escuchar mejor y oí a mi madre hablar con un hombre, estaban hablando de llevarme a un sitio con su amo y escuche también como mi madre le decía que estaba arriba.
Reaccioné rápido y cogí mi móvil, abro la ventana y salto a un árbol que hay enfrente, ya estoy acostumbrada a escapar cuando me castigan.
Corro lo más rápido que puedo para intentar que no me vea y me escondo en una casa abandonada que hay a unas cuantas casas más de donde vivo, bajo al sótano de la casa y hay una pequeña ventana que da a la calle y se ve mi casa, es perfecto para saber qué pasa.