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#3 Madurar

Skyler's POV

Estamos saliendo de la casa de los Huffman, ya son las 3 a.m., solo nos quedamos hasta tan tarde por Halsey y su nueva conquista de este mes.

Este chico se llama Adam Huffman el cual hizo una actuación de héroe ayudando a limpiar el vestido a Halsey, a ella jamás le ha molestado tener el papel de damisela en peligro.

— Saul no me contesta el teléfono. — dice Halsey refiriéndose al amo de llaves de su casa y la de Ashton. — Lo he estado llamando desde hace dos horas.

— Tendrán que dormir en mi casa. — afirmo, y ninguno de los dos se niega.

Las familias de Ashton y Halsey son muy buenas amigas, ellos fueron criados como hermanos incluso viven uno junto al otro en dos casas dentro de un predio privado, mi casa está en otro predio privado justo en frente.

A diferencia de ellos que nacieron y crecieron acá, yo llegué a la ciudad hace 5 años (cuando tenía 12) desde el primer momento nos hicimos amigos inseparables, — literalmente inseparables — y el día después de mi cumpleaños número 13 Ashton me pidió que fuera su novia... hasta ahora nada ha cambiado.

— Creo tiene esta semana libre, sabes que Saul ha trabajado para la familia toda su vida, merece un poco descanso. — habla Ashton a Halsey, le doy una tierna mirada.

— Le pediré que deje las llaves la próxima vez. — contesta Halsey en tono amable y de repente hay un sentimiento que me invade, como que todo lo que me rodea es explícitamente correcto, mi mejor amiga y mi novio son personas muy correctas y por así decirlo "Bien educadas" eso genera que el ambiente que me rodea siempre se sienta pleno, sin actos indebidos, correcto.

Ashton deja entonces el auto en mi aparcamiento, y los tres entramos a la casa, esto de dormir en una casa los tres es bastante habitual así que no tengo que decirles ni a que habitación ir, ni que ropa usar de pijama, ya lo saben.

Hay suficientes habitaciones en la casa para que cada uno use la suya, pero Ashton entra a la mía sin pedir permiso y se acomoda en mi cama.

— No hagan mucho ruido. — Me susurra Halsey al oído, yo le doy una media sonrisa. — Hasta mañana Sky, que duermas Ash.

La chica entra a su habitación y yo a la mía, entro a mi cama acomodándome al lado opuesto del chico, estoy algo cansada así que me dispongo a dormir inmediatamente, pero entonces siento como el hombre junto a mi da una vuelta sobre su cuerpo para poder mirarme.

— Sabes que toda la noche estuve esperando para estar a solas contigo. — empieza a decir Ashton con tono coqueto, sé a qué quiere llegar y aunque estoy muy cansada siento el deber de seguirle el juego.

— ¿Ahh si? — Paso mi mano por su mejilla toda carrasposa. — ¿Y me vas a decir por qué?

— No.

— ¿No?

— Te voy a mostrar. — y sin dejarme decir nada estrella sus labios con los míos pero no intentando besar sino más bien como buscando una excusa para así desabotonar mi camisa.

Yo intento suavizar el beso, porque la verdad con lo cansada que estoy prefiero ir lento, pero esa no es de cerca la intensión de mi novio y rápidamente saca sus prendas y las mías, no es para nada la primera vez que hacemos esto así que no siento nervios ni miedo, pero si me sucede algo...

¡No estoy caliente! y eso me preocupa porque en general no es bueno que en el sexo uno vaya a 180 km/h y el otro a 30, así que me concentro, ubico mis ojos en un punto en la nada y empiezo a sentir lo mejor posible todo lo que él hace, besa mi abdomen pero de la misma manera que con mis labios, insípidamente.

Y con las manos baja mi ropa interior y saca mi sostén, se calma un poco y mira por un largo tiempo mi cuerpo totalmente desnudo, intenta trazar mis curvas con sus manos pero no es para nada delicado y sus manos van demasiado rápido mientras da unos besos a mis pechos... sigo con la vista en el vacío y hay algo...

Un objeto repentinamente llega a mi mente, es un collar de plata, intento pasar a otro pensamiento pero no puedo, es como si mi cabeza solo pudiera pensar en este momento en eso, un collar, tiene una cadena delicada, y el dije es tan minúsculo que no lo puedo reconocer.

— Eres hermosa. — dice la voz rasposa de Ashton, pero aun con su comentario no me logra sacar de la cabeza la imagen de ese collar.

Me preocupo, así que intento tener más protagonismo en lo que hacemos... Todo fue muy rápido, llegué a un orgasmo casi forzado pero lo logré al mismo tiempo que él, aun así la imagen de ese collar estuvo persistentemente en mi cabeza hasta que nuestras respiraciones se calmaron y yo caí en un profundo sueño.

El día siguiente no fue nada salido de lo normal, estuve viendo a Halsey tomar clases de piano, luego rendirse, tomar una clase de dibujo, luego mandar todo al carajo, tomar clases de cocina y luego frustrarse y rendirse definitivamente, en general amo observar a la gente haciendo cosas, cualquier tipo de cosa.

— Esas galletas si tienen forma de panda. — Señalo la bandeja de las no quemadas. — aunque tienen demasiadas manchas negras, podrías hacerlas pasar por un dálmata.

Halsey pone cara de pocos amigos.

— Siento que no triunfo. — Dice en voz de agonía. — ¡Es tan difícil encontrar un talento!

Finge llorar y me da un poco de risa porque le sale muy bien eso de llorar a lo falso repentinamente, ese es su talento, es actriz, pero cuando se lo digo no me pone atención.

— Mira el lado positivo, si eres una fracasada en la vida tu familia tiene suficiente dinero como para mantener a tres generaciones de inútiles. — le digo poniendo mis manos en sus hombros de forma familiar, ahora sí me está mirando con odio.

— ¿Por qué llevas todo el día mirando cómo fracaso? — pregunta la chica.

Yo levanto los hombros en señal de "Porque sí".

— Deberías tomar clases de actuación. — Comento y escucho como mi amiga se ríe a carcajadas. — ¿Qué pasa? Eres buena en eso.

— Vamos Sky, tu sabes cómo son nuestras familias. — yo pongo cara de no entender. — Es verdad que he hecho tres películas que ellos muestran con orgullo a todos sus amigos pero todas fueron filmadas en WeiBull y tengo papeles realmente nobles... Skyler soy hija, sobrina y nieta de políticos y empresarios, esa gente tiene que tener buena imagen, ¿Sabes lo que significaría que una legítima heredera del apellido White sea actriz?

Yo niego con la cabeza.

— Creo que nuestras familias nos apoyarían sin importar lo que hagamos con nuestras vidas. — digo muy segura de mi misma, escucho otra carcajada más fuerte de Halsey.

— Que ingenua eres... Ser actriz significa para los Grey, para los Jacobs y para los White algo así como prostituta a medias, no hay mujer importante en el cine que no tenga una potente escena sexual, o al menos un desnudo ejemplar y eso sin contar que para el mundo tu no serías Halsey White sino la chica rebelde de esa película, o la rubia puta de esa otra, yo lo acepto me gustaría incluso esa vida, pero a ellos no.— lo último lo dice con un tono perdido, claramente refiriéndose a su familia.

— ¿Estas segura de eso?

La chica asiente sin dudas.

. . .

El día siguiente llegó en un abrir y cerrar de ojos, tenía clase de Química, Física, y luego gimnasia, mi novio, Halsey y yo preferimos hacer calentamiento en bicicleta así que entramos media hora tarde.

Al llegar a la clase, hubo un murmullo general, como siempre.

Nos acercamos a todos los que al parecer estaban trotando hasta que el entrenador llega.

— VAMOS A JUGAR VOLEIBOL. — Grita y en dos minutos, ya que a la mayoría les gusta este deporte, ya estábamos todos organizados para empezar un partido.

Yo me ofrecí de voluntaria para árbitro, así podría estar todo el día sentada mirando jugar a los demás (como dije antes) amo observar a la gente haciendo cosas, cualquier tipo de cosa.

Todos en los dos equipos son muy buenos jugadores, hasta Halsey que no es tan buena deportista, pero hay dos que me llaman la atención, Daniel Wayne y esa chica de la que ahora mismo no recuerdo su nombre... ¿Riley? ¿Lucy? ¿Rosie? Rose... Esa chica me pareció desagradable, siempre la reconocí como todos, Rose Huffman la chica problemas con su linda moto, o bueno lo de "linda moto" es cosa mía porque su moto en especial me llamó la atención desde que la trajo por primera vez a la escuela, hasta donde la distinguía era una persona sumamente singular e incluso interesante pero esa noche en su casa después de haberle pedido ayuda se molestó repentinamente, tal vez fui un poco directa pero la forma en que me respondió "Que asco me acabas de dar" jamás nadie me había dicho algo así y sí que he recibido insultos en mi vida pero ¿Acaso fue algo tan terrible? y no le bastó solo con insultarme sino que luego aunque nadie más se diera cuenta arruinó el vestido de Halsey, fue demasiado lejos.

Ellos dos, Daniel Wayne a quien conozco porque siempre lleva outfits impresionantes y la desagradable chica Huffman arman todo el equipo solos, la chica recibe los remates, Daniel levanta la pelota con los dedos y Rose remata, aunque me desagrada debo admitir que es realmente buena, no ha perdido ni una pelota ni ha hecho un solo movimiento mal.

— ¿Cuánto vamos Skyler? — me pregunta Ashton que ya está todo sudado.

— Doce tu equipo y dieciséis...

No pude terminar mi oración porque un reflejo, una luz, un destello o como se le llame, acapara toda mi atención, aquella luz proviene del cuello de una persona con piel muy pálida, un objeto sale del interior de su camiseta, aquel artículo es para mí totalmente reconocible... Un collar de plata, la persona con aquel objeto está a 3 metros de distancia mía así que lo puedo detallar, pero el minúsculo dije es irreconocible, me entran unas desesperantes ganas de ver de cerca aquel objeto pero entonces le doy un rápido vistazo al dueño del cuello que porta el collar de plata... Rose Huffman.

— ¿Sky? Oye... — nuevamente Ashton me saca de mis pensamientos, pero recordándome a su vez un detalle, hace una noche cuando tuvimos sexo, una imagen igual estaba en mi cabeza, y puedo jurar que era el mismo collar, de plata y con una cadena delicada, estoy segura de que es el mismo.

— Doce tu equipo y diecisiete el otro, lo siento. — respondo rápidamente, Ashton me mira un poco confundido y hace un gesto con las manos como preguntando si estoy bien, yo asiento con la cabeza.

El partido siguió, pero ahora mi atención estaba casi fija en el collar de Rose Huffman, lo vi todo el tiempo bailar por el cuello de la chica, la curiosidad por verlo de cerca casi me quema y ni siquiera entiendo porque, ¡Quiero verlo! pero hay algo que me detiene y es su portadora, estoy segura de que yo le desagrado tanto como ella a mi "Que asco me acabas de dar" me enfurece recordar sus palabras, aunque desee ver su collar no voy a acercarme a ella.

El timbre suena y todos se dirigen a las duchas.

— ¿Qué tal jugué? — De la nada aparece Ashton a mi lado. — Parecías muy concentrada viendo el partido.

Lo observo por unos segundos sin saber que responder, no le presté ni un segundo de atención a mi novio y eso me hace sentir realmente mal, me acerco y le doy un beso para evitar la respuesta.

— ¿Que clase tenemos ahora? — Halsey se nos une mientras caminamos a las duchas.

— Hoy tenemos una charla con un psicólogo. — Responde Ashton. — Hey mira Halsey, tu hombre viene en camino.

Adam Huffman empieza a acercarse a nosotros, veo como Halsey rueda los ojos ¡Lo sabía! A ella no le gusta ese chico, siempre es muy reservada con sus novios pero la conozco, quiero decir, llevo 5 años siendo su mejor amiga, se perfectamente cuando alguien le interesa, pero es tan rara con este chico, la mayoría de veces que está con un hombre al que no quiere es por algún interés, pero Adam Huffman no tiene nada importante que ofrecerle.

— Hola. — saluda Adam a mi amiga en el tono más galán posible, ella lo abraza por la cintura.

Llegamos a la charla con el psicólogo que resultó ser un hombre de unos 35 años muy alto y musculoso, hasta a Ashton dejó con la boca abierta el tremendo saco de músculos.

— Jóvenes, hoy vamos a hablar de sexo. — empieza directamente el tipo y todo el salón se llena de murmullos y risas.

— Vírgenes. — espeta Adam y yo me rio.

Hay algo que siempre sucede cuando Halsey tiene novio y es que se convierte en nuestro cuarto integrante, hasta que lo cambia o sucede algo, es tradición y Ashton y yo lo aceptamos.

— ¿Saben que es el sexo? — pregunta el musculoso psicólogo, un chico al fondo del salón se levanta y hace un movimiento que se me asemeja mucho al de un perro fornicando, todos sus amigos se ríen. — Eso en realidad es muy erróneo, alguien me puede dar otra respuesta.

— Es una acción de todos los seres vivos con el fin de reproducirse. — responde una chica con lentes muy cerca de nosotros.

— Se puede decir que sí, pero ese solo es una de las finalidades del sexo. — empieza a hablar el psicólogo musculoso y con un control que trae en su mano enciende una pantalla gigante, aparecen unas imágenes que todos se quedaron viendo fijamente. — Esto, más explícitamente es el sexo.

El psicólogo comienza a explicar un montón de cosas en plan teoría a las que no les presté atención, en cambio observé detenidamente las imágenes en la pantalla.

Eran tres imágenes subidas de tono, tengo 17 años y lógicamente he visto porno un par de veces aunque siempre de forma educativa y sabía de qué venían las primeras dos fotos, pero la tercera imagen era algo que nunca había visto y a lo cual vagamente podía relacionar con el título de "Sexo".

Eran dos mujeres, o eso creía, tuve que fijarme varias veces en sus rostros porque no me lo podía creer, pero si, eran dos chicas, la primera tenía su dorso desnudo y en su rostro se podía apreciar el gesto más claro de excitación, esta chica observaba a la otra que también tenía la mismo expresión o incluso más intensa, estaban tan cerca, la mano de la segunda estaba en el interior de las bragas de la chica de torso desnudo y la forma como todos los músculos de sus piernas y abdomen se notaban tensos afirmaba que le estaba dando placer, era tan raro ver esto, una chica dándole placer a otra que la mira como si en verdad fuera su amante, estoy consciente de que en el mundo existen mujeres que son pareja de otras mujeres pero siempre lo he visto tan ajeno a mí y he tenido un concepto totalmente diferente a esta imagen.

— Que asco. — escucho como dicen por lo bajo los mismos chicos del movimiento de perro fornicando. — ¿Que es esa mierda? — pregunta fuerte uno de ellos dirigiéndose al psicólogo.

— ¿A qué te refieres?

— Pues mira, la primera imagen es misionero. — sus amigos se ríen. — la segunda es oral, y la tercera da puto asco son dos chicas.

Entonces casi de esa manera el chico responde a mi pregunta, WeiBull no es un lugar de gente con mente cerrada, ni hay una religión importante a decir verdad pero la gente es conservadora, quiero decir, la mayoría de los mayores de 26 son casados, a los varones se les educa para ser a lo que se le llama "hombres de verdad" y a las niñas como "Damas con delicadeza y elegancia", jamás en toda mi vida he conocido a una persona como la de la foto, una mujer que sea amante de otra mujer.

— Tienes razón son dos chicas... que están teniendo sexo. — Él chico se sienta esperando a que el musculoso psicólogo le dé una mejor explicación. — No hay tanta ciencia en el asunto, no están teniendo la misma forma de sexo así como en la primera imagen pero lo cierto es que una de ellas le está dando placer a la otra y a eso se le llama sexo.

En ese momento suena el timbre y dejamos el tema hasta ahí, pero algo queda en mi cabeza, como aquellas preguntas existenciales que la gente se formula y al final solo concluyen que no tienen repuesta.

No lo sé.

Pero algo se genera en mi cuerpo.

Y esto sí sé lo que es.

Curiosidad.

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