5
RICH
Cuando abro lentamente la ventana de la habitación de Venus, entro sigilosamente para evitar despertarla. Le había dicho que vendría —en realidad le di a entender eso— ya que ahora más que nunca sentía que necesitaba estar muy cerca de ella. Era como una necesidad de estar todo el tiempo allí, sintiéndola cerca de mi.
Cierro la ventana para evitar que la ventisca fría entre y la vaya a despertar. Ella está acostada en la cama, ni siquiera se puso la pijama esta vez. Iba a ir hacia su cama para acostarme a la par suya pero una luz me detuvo. Provenía de su ordenador, lo había dejado encendido. Me acerqué a la mesa con la intención de apagarlo pero lo que estaba en la pantalla me había llamado la atención.
¿Qué hace Venus viendo una foto mía y de... Leah?
Me tensé. Había casi tres fotos de Leah y yo de hace muchos años, cuando éramos novios. Me llevé una mano al pelo un poco indignado. Venus quizás esté celosa de ella por eso había estado actuando raro ¿cómo le hago saber que la que realmente me importa de verdad es ella? Es cierto que Leah y yo fuimos novios algunos años pero eso no tiene nada que ver. No amo a Leah y dudo mucho que lo que sintiera por ella cuando éramos novios fuera amor.
Sin embargo con Venus, desde que la conocí ella... se ha convertido en mi mundo para mi y no dejaré que nadie se interponga entre nosotros. Tampoco dejaré que nadie la moleste. Yo me encargaré de eso. Borro las fotos y apago la computadora. Venus no puede estarse torturando así. No sé qué cosas habrá pensado ahora que vio las fotos. Recuerdo que hasta hace unas horas la llamé solo porque quería escuchar su voz, pero no dije nada, espero que no se haya asustado.
Me dirigí a la cama y me recosté a su lado. Se miraba tan vulnerable así, quisiera llevármela a mi casa y vivir con ella por el resto de nuestras vidas. Venus ahora es mía. Y nadie me la va a quitar.
VENUS
Me remuevo en la cama un tanto incomoda, sin embargo siento un bulto a la par mía. Abro los ojos de inmediato con mucho miedo por pensar que era un ladrón o algo así. Pero no era ningún ladrón.
—Rich —llevé una mano al pecho— me asustaste.
—Shh tranquila, subí por la ventana. Tenía muchas ganas de estar contigo.
Respiré aliviada.
—Me hiciste falta —me acurruque a su lado.
—Tú también a mi. Por cierto, quiero decirte algo y quiero que me creas —toma mi barbilla y eleva mi cara para que lo vea.
—¿Si?
—Venus, eres la única persona que ahora forma parte de mi corazón. No hay lugar para nadie más allí. Independientemente de novias que haya tenido antes quiero que sepas que jamás —acaricia mi mejilla— jamás había sentido esto tan fuerte como siento por ti. Te lo digo con toda sinceridad. Por fin siento que te encontré. Y no te dejaré ir. Ya no.
A pesar de que sentí tan pero tan bonito que me haya dicho eso, no pude evitar sentir un poco de posesividad con lo último que dijo: y no te dejaré ir. Ya no. Sin embargo no le puse tanta importancia, lo que me gustaba era que me dijo que lo que siente por mi no lo había sentido por nadie. Ni siquiera por Leah. Y eso me tranquilizó mucho.
—Te amo, Venus —se inclina y me besa.
Mi corazón saltó de alegría. ¡Me dijo que me ama! No puedo creerlo. Lo besé con la misma intensidad con la que él lo hizo. No tenía dudas con Rich, sin duda es lo mejor que me pudo pasar al venir aquí. Rich se puso encima de mi sin despegar mis labios de los suyos.
—¿Eres mía? Di que eres mía —pide con deseo.
—Soy tuya, Rich, solo tuya.
Se separa y se quita la camisa dejando ver su abdomen tan trabajado. No pude evitar morderme el labio inferior. Rich estaba muy bueno. No se dejen llevar por las apariencias del callado del salón, niñas, porque debajo esconden algo muy bueno. Me quité la camisa y volví a besar a Rich. Me sentía demasiado bien con él y estaba demasiado excitada. Necesitaba de él, necesitaba tenerlo dentro.
Rich me bajó mis pantalones junto con mis bragas, mientras él se quitaba el pantalón y el bóxer yo me quitaba mi brazier, quedando ahora si completamente desnudos, sintiéndonos piel con piel, siendo uno solo. Cuando Rich me penetró con fuerza pegué un grito ahogado que Rich evitó con su mano. Se alejó un poco mientras me seguía penetrando y yo gemía, gemía de puro placer.
—Rich —susurré su nombre.
—¿Te gusta? —me pregunta a lo bajo.
—Me encanta —digo entre gemidos. Rich pone su mano alrededor de mi cuello, ahorcándome no lo suficiente fuerte como para dejar de respirar. Pero se sentía salvaje y emocionante.
—Eres mía, Venus —me dice con autoridad— solo mía, ¿quedó claro?
—Solo tuya, Rich, solo tuya.
Y así pasamos casi toda la noche, entregándonos en cuerpo y alma.
•
—¡Venus, llegarás tarde! —escucho el grito de papá en la planta baja, digo, de Kyle.
—¡Voy!
Hoy era un buen día. Me sentía muy relajada, me sentía contenta, me sentía feliz. Rich pasará a buscarme en unos minutos así que tomé mi bolso y salí de mi habitación. El recuerdo de lo que hicimos anoche invade mi mente y no puedo evitar sentir algo en mi estómago cuando recuerdo a Rich encima de mi, haciéndome suya.
—¿Venus? —papá chasquea los dedos frente de mi haciendo que saliera de mis lujuriosos pensamientos.
—¿Que? —regunguñé.
—Te llevaré a clases.
—No es necesario, Rich pasará por mi en un momento.
Y justo en ese momento un claxon afuera me hizo confirmar que mi novio había llegado.
—Pero, hija...
—Me voy, Kyle, te veo al rato —salí de casa muy rápido. Rich estaba en el auto, los vidrios estaban abajo así que lo podía ver. Su pelo rubio rizado estaba despeinado y llevaba unos lentes de sol oscuros. Se miraba tan sexy así. Me monté al asiento copiloto y le deposité un beso en la boca.
—¿Cómo dormiste? —cerré la puerta y me puse el cinturón.
—Solo dormí dos horas —se ríe— pero valió la pena la desvelada. No me importaría desvelarme de esa forma todas las noches —dice mientras arranca el coche y da la vuelta.
—Hmm lo mismo digo —suspiré— ¿crees que Kyle no escuchó nada?
Es decir, no estábamos haciendo tanto ruido como para que escuchara hasta su habitación. Espero que no porque la verdad sí me daría mucha vergüenza con el. Yo tengo la esperanza de que no.
—No te preocupes por eso, no escuchó nada, confía en mi —pone su mano en mi pierna y la acaricia. Hoy llevaba una falda corta y unas botas hasta la rodilla; cuando íbamos a medio camino Rich se detuvo y subió el vidrio del coche.
—¿Que pasa? —lo miro sin entender.
—Me estás tentando con esa falda —se quita el cinturón.
Sonreí maliciosa.
—¿Ah si?
—Así es, así que tienes que hacer algo al respecto —se desabrocha el botón de su pantalón y saca su... ya saben qué. Lo miro a los ojos porque aún me pone nerviosa vérselo con toda confianza. —Ven, siéntate encima.
—¿Seguro? ¿Crees que nadie nos vea?
—Los vidrios son oscuros, nadie puede vernos desde afuera.
Desabroché mi cinturón y quité mis bragas con mucha facilidad. Me costó un poco llegar hasta donde él, lo hice con mucho cuidado de no tocar nada con mis pies, cuando estaba encima me senté.
Jadeó.
—Venus, pasaría en esto todo el día —masajea mis nalgas y yo me empiezo a mover.
—Rich Caspersen —le doy un beso— te amo.
—¿Me amas? —sus ojos brillaron, había una chispa especial en ellos.
—Si —asentí— te amo.
Me besa.
—¿Y no vas a dejarme nunca? —inquiere.
—No, nunca —no sé si fue por la emoción del momento o qué se yo pero esa fue mi respuesta.
¿Habré hecho mal en decirle a Rich que era solo suya y que nunca lo dejaría? ¿Habrá sido eso lo que lo llevó a obsesionarse a tal punto de cometer actos atroces por mi? ¿O él ya estaba dañado desde más antes?