3
Miedo.
Eso era lo que sentía en ese momento. Mucho miedo. El tipo seguía allí, sin hacer nada, solo nos observaba, como si estuviera esperando que nosotras hiciéramos algún movimiento para poder atacarnos.
—¡Aquí están! —una voz detrás de nosotras nos hizo sobresaltarnos en el mismo lugar— ¿por qué se vinieron, chicas? Si apenas nos estábamos divirtiendo.
Un tipo me pasa su brazo por mi cuello y me atrae hacia él. Era uno de los amigos de Kate ya que usaba una chaqueta del equipo de fútbol.
—Si, volvamos a la fiesta, ¿no les parece? —otro tipo hace lo mismo con Hasley.
Intento zafarme pero es inútil, así que miro al hombre del pasamontañas pero ya no está.
¿Qué?
—Tenemos que salir de aquí —le digo, intentando quitar su brazo. Pero era más fuerte.
—¿Por qué? Me empezaba a divertir —dice, besándome el cuello.
Sentí asco.
—¡Suéltame, Matt! —exclama Hasley con enfado. Al menos ella los conocía.
—No entienden —les digo— estamos en peligro. Había un tipo aquí con un arma. Creo que fue el que asesinó a los chicos en la fiesta de Kate.
—No juegues con eso, muñequita. Esos chicos eran nuestros amigos.
—¡No estamos jugando, Billy! Era cierto, estaba justo frente a nosotras pero ahora ha desaparecido —me apoyó Halsey.
—Pues nos ha tenido miedo entonces —responde.
—¿Que dices, Billy? Volvernos a la fiesta o quedarnos a divertir un rato con estas dos —propone Matt con una sonrisa de picardía en su cara. Estaban muy borrachos y sinceramente podía imaginar a lo que se referían con eso.
Intenté zafarme.
—¡Suéltame! —me estaba empezando a enojar.
—Me encanta que pongan resistencia —me dice— ¿sabes una cosa? —susurró en mi oído, muy bajo así que los demás no lo podían escuchar— siempre he querido cumplir una de mis fantasías, y es que pongan resistencia. Así, justo como tú. Creo que es más excitante.
—¡Eres un idiota! —exclamé— ¡eso se llama violación, maldito enfermo! —me removí, hasta que logré zafarme, así que aproveché para girarme a él y darle un fuerte puñetazo en su cara.
¡Dolió!
Ahogué una mueca de dolor mientras miraba a Billy llevarse una mano a la zona afectada.
—¡Mierda, Billy! ¡No te dejes!
—Maldita perra —se aproximó hacia mi y me dio una cachetada, tan fuerte que me hizo girar el rostro. Y ardió. Ardió como qué.
—¡V! —escuché a Hasley gritar.
Noté que Billy levantaba la mano otra vez, intentando pegarme, pero en eso alguien apreció detrás de él, golpeándolo con algo. Billy cayó inconsciente ya que fue un golpe en la cabeza.
Miré al susodicho.
El hombre.
El hombre del pasamontañas.
Y estaba frente a mi, cerca de mi.
—¡Mierda! —escuché decir a Matt.
El tipo vestido de negro elevó el rifle, así que me tensé de inmediato, pero no me apuntaba a mi sino a detrás de mi.
—Suéltala —ordenó con voz gruesa. No pude distinguir la voz y no era como que conociera a todos los chicos de este lugar.
El tipo del pasamontañas pasó a mi lado, ni siquiera me giré a ver, solo escuché un golpe y alguien cayendo al suelo. Hasley aparece a mi lado, tomándome del brazo. Me giré ahora a él, alejándonos un poco. Estaban los dos chicos tirados en el piso, inconsistentes.
El tipo del pasamontañas se nos quedó viendo un momento, para después caminar hacia el bosque, como si nada, perdiéndose en él. Hasley y yo nos tomamos un minuto para procesar lo que recién había pasado para después mirarnos y salir corriendo tomadas de la mano.
—¡Eso estuvo muy cerca! —dice.
—¡Solo sigue corriendo, Halsey, hasta que lleguemos estaremos a salvo!
Corrimos lo más que podíamos, sin mirar atrás, hasta que llegamos a la carretera. Habían autos transitando.
—¿Puedes creerlo? —me inquiere.
Ambos estamos cansadas.
—No puedo asimilar del todo lo que acaba de pasar —es que era verdad. Estuvimos a punto de ser violadas y también a punto de morir. Dios. Pero lo más extraño es que es tipo no nos hizo nada. Nada. Más bien nos defendió.
—No puedo creer lo de Billy y Matt —comenta.
—Si ese tipo no nos hubiera defendido... —digo.
—No quiero no imaginar —dice— V, ¿por qué nos defendería? ¿Por qué no nos hizo nada? Pero además, dejó vivo a Matt y a Billy. Siendo sincera, pensé que los mataría.
—Yo también —asentí.
—La verdad no tengo cabeza para recibir clases, estoy demasiado shockeada y un poco borracha. Aún no asimilo lo sucedido.
—¿Iras a tu casa? —le pregunto.
—Si, creo que estoy a salvo en mi casa.
Y yo recuerdo que tengo que hablar con Rich, quizás esté muy molesto conmigo. Y no me gustaría estar mal con él. La verdad.
—¿Te veo mañana? —inquiere, haciéndole seña a un taxi.
—Si —puse los labios en una sola línea.
Un taxi se detiene y Halsey se monta.
Se va.
Yo estaba algo cerca de mi casa, al menos, así que empecé a caminar con algo de miedo por esa carretera que gracias a Dios no estaba tan solitaria ya que pasaban coches y si notaba algo raro uno de ellos me podría ayudar, ¿no?
•
Cuando llego a casa respiro aliviada, dejo el bolso en una silla y me dirijo a la cocina, pero me detengo en seco al ver a alguien de espaldas.
Rich.
—Rich —susurré.
No se voltea. No habla.
Está molesto, se ve.
—¿Estas bien? —inquiero, acercándome un poco.
—¿Te divertiste con tus amigos? —se da la vuelta, veo que lleva en sus manos un cuchillo.
Lo miro mal.
—Perdóname, no creí que fuera a durar mucho tiempo. Acompañé a Halsey—le dije.
Me tenía nerviosa con ese cuchillo en sus manos.
—Está bien —dice— supongo que la pasas mejor con ellos que conmigo.
—¿Por qué dices eso? —me acerco— no es verdad, la paso genial contigo, siempre quiero estar contigo.
—No pareciera —deja el cuchillo en la mesa y se acerca.
—Es la verdad, Rich —es solo que Halsey quería ir y no pude decirle que no.
—Siempre dices que sí a todo —reprocha.
Frunzo mi ceño.
—Sí, puede que tenga un problema con eso.
—Sabes que eres mía, ¿cierto? —inquiere a lo bajo, muy cerca de mi. Sus manos rodean mi cintura, atrayéndome más a él. Parece urgido, urgido por mi respuesta. Parece posesivo. Con miedo.
—Sí, Rich —¿por qué lo dije? ¿Por qué si no soy posesión de nadie?
—Repítelo —pide.
—Soy tuya, Rich, solo tuya.
Acaricia mi pelo con una mano.
—¿Crees que no te aburrirás de mi? —me decía estas cosas como si... como si temiera que lo dejara. O que me aburriera.
—No, no me aburriré. Estoy segura.
Sin embargo la situación me pareció extraña. Rich se portó extraño.
Me tomó la cara entre sus manos y unió sus labios con los míos, dándome un tierno beso. Un beso que yo correspondí, obviamente.
—Siempre te voy a proteger, V —me dice entre el beso— eres mía ahora, y lo que es mío nadie lo toca —intensifica el beso, más salvaje.
Gemí.
Su mano bajó a mis nalgas, apestándolas, estaba tan cerca de él que pude sentir su bulto de abajo creciente. Y me prendí en ese momento. Enrosqué mis manos en su cuello.
—Me tienes loco —susurra— no sé qué me hiciste pero me tienes loco.
Tiré de su cabello.
Pero en eso, escuché cerrarse la puerta principal.
—Estoy en casa, Venus, ¿estas en tu cuarto?
Kyle.
Rich y yo nos separamos de inmediato.
—Mierda —se lamenta.
Y yo también me lamenté, ya que la estaba empezando a pasar más que bien con Rich.
—Estoy aquí —le dije.
Luego pasos me alertaron de que Kyle venía hacia nosotros.
Rich y yo ya continuaríamos con lo nuestro después.