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10

Aria arrojó sus brazos sobre él y lo besó, él regresó con entusiasmo y le apretó la nalga.

- acerquémonos - Alexa me jaló

- ¿qué? ¡No! -

- Alexa por favor - resopló Tyler

- no te rompas - como siempre Alexa nos ganó y nos acercamos.

Mi mano está apretando la de Alexa nerviosa, no sabía el motivo de toda esta agitación.

- Felicidades - Alexa le sonrió amablemente a Ethan, y él la miró con una sonrisa en su rostro.

- gracias belleza - Sentí todas las miradas de sus amigos sobre mí, y en especial la de Carter, quien me miraba amenazante. - ¿No me felicitas en su lugar? - Ethan me habló y yo lo miré, odiaba su manera de ser presuntuoso y malcriado.

- claro, felicidades por ser tan estúpido como para arriesgar tu vida de esta manera - abracé mis brazos contra mi pecho.

La chica pelirroja y el chico más pequeño, cuyos nombres aún no sabía, contuvieron una carcajada.

- No está del todo equivocado, soy Sophie - la chica me tendió la mano y se la estreché.

- Chloe -

- ¿De qué lado estás? Ethan la miró y ella levantó las manos

. - no se llama estupidez sino tener coraje, que tal vez no tengas - esta vez fue Aria quien habló y me giré hacia ella. - en resumen, ¿qué fue lo único arriesgado que hiciste? ¿No estás haciendo la tarea? se rió

¿Quién diablos se creía esa gallina que era? Ni siquiera me conocía.

- ay por que que haces en la vida ademas de cambiar pollas? - me defendió, Alexa

- aquí la historia se pone interesante - sonrió el chico cuyo nombre aún no sabía

- Dylan cállate - exclama Carter, aquí, problema resuelto.

- cuanto lo siento? Aria miró a mi amiga como si quisiera matarla

. - lo tienes cariño -

Escuchamos sirenas de policía a lo lejos, todos empezaron a correr y a correr.

- ¡Tenemos que irnos! Carter exclamó y miró a su alrededor con pánico . Vi gente corriendo de un lado a otro y había perdido de vista a mis amigos.

- ven conmigo! - Ethan me subió a la bicicleta, no pude resistirme, de lo contrario habría terminado en problemas hasta el cuello.

Arrancó el motor y arrancó rápidamente, dejé escapar un grito y lo abracé con fuerza, cerrando los ojos.

La velocidad, mi mayor miedo, lo que más odiaba en el mundo.

Una sensación de vómito invadió mi estómago y comencé a temblar, mi respiración y los latidos del corazón se volvieron irregulares.

- ¡Ethan! - le grité, él todavía estaba aquí conmigo ¿verdad? ¿No me había dejado como lo había hecho mi padre? - ¡Ethan, por favor, detente! - volví a gritar y sentí las lágrimas caer.

Lo escuchó raspar y seguir corriendo, no sabía qué camino era, mis ojos aún estaban cerrados.

Después de un rato nos detuvimos, pero lo abracé con fuerza otra vez, estaba teniendo mi ataque de pánico habitual.

- oye, Chloe - escuchó a Ethan llamarme - paramos -

- está muerto - susurro - ¡está muerto! - esta vez grité y me separé de Ethan.

Sintió sus manos en mi cara, la respiración aún era irregular.

- ¡abre los ojos Cloe! - Lo abrió lentamente y vi su rostro cerca del mío, sus ojos que miraban profundamente a los míos, brillantes y asustados.

Volteé la cara y casi me quedé sin aliento, desde aquí se podía ver todo Nueva York, las luces que iluminaban toda la ciudad.

- wow - susurré, mis manos seguían temblando y él tomó una, entrelazándola con la suya, extrañamente me calmé.

- agradable verdad? - asintió a su pregunta - ¿Qué tenías antes? - Me volteé hacia él

- m-Solo le temo a la velocidad - susurré de nuevo, parecía que tenía la voz cansada

- ¿ y hay alguna razón? - Miré mis manos, no estaba lista para decírselo así que lo negué, no confiaba lo suficiente como para revelar algo tan personal.

- sabes que cuando estoy enojado, triste siempre vengo aquí - continué mirándolo sin hablar, parecía amable ahora. - sobre todo de noche - miré la vista - te da mucha alegría, tranquilidad, te desconectas un poco de la vida que te rodea, de la vida real -

Mi mirada se volvió completamente hacia él, era tan hermosa como la vista que estaba mirando, pero me lo habría guardado para mí.

- el cielo está oscuro, como cuando pasamos un período oscuro y todo nos parece negro - comencé a hablar y su mirada se dirigió a mí, por primera vez me escuchó sin burlarse de mí ni repetir - y el las luces de la ciudad son la alegría, despreocupada, como para hacernos entender que aunque todo esté oscuro para ti, hay luz para todos. Regresarás más fuerte que antes, tal vez con algunas grietas en el alma y el corazón, pero serás fuerte y esta es la victoria más grande - ambos nos miramos a los ojos y de inmediato me sentí incómodo, había expresado mi opinión en voz alta y seguramente me habría creído loco.

Suspiró y se bajó de la bicicleta, soltando mi mano.

- en cambio hay luz para todos, solo hay que creerlo -

- ¿y si no lo creo? - Apreté la mandíbula - ahora ya no creo en nada -

- pues mal, pase lo que pase hay una luz para todos - .

Se acercó peligrosamente pero yo permanecí inmóvil, en ese momento no le tenía miedo.

Nuestros labios se tocaron, su frente estaba apoyada en la mía, yo no me moví para nada, extrañamente me gustaba esa situación.

" Mis demonios no quieren que encuentre la luz " , susurró.

Sus palabras resonaron en mi cabeza ya que todavía estaba muy cerca de mí. Podía sentir mi corazón latiendo muy fuerte contra mi pecho y mis manos temblando levemente, pero no era miedo, al menos eso creo.

Nos miramos a los ojos, ¿qué le pasó a él para hablar así? ¿Por qué sus ojos estaban tan apagados y llenos de ira y decepción?

- ¿Por qué dices eso? - susurré en sus labios.

- Porque digo la verdad - murmuró él también sin dar un solo paso.

- ahuyenta a tus demonios - respondí

- fue fácil - rozó lentamente nuestros labios y yo entrecerré los ojos, no sabía por qué estaba parada allí, sin moverme.

Las piernas parecían paralizadas, una extraña sensación en el estómago me invadía y las ganas de acariciar sus labios, besarlos, aumentaban, pero no podía hacerlo, no era el indicado y apenas lo conocía.

- Vete - dije segura de mi misma, tratando de no tartamudear.

- ¿Quieres que me aleje? - mordió mi labio y perdí un latido, tomando una respiración profunda.

Me separé pero lentamente volví a él, el deseo era tan grande, tal vez un solo beso no hubiera cambiado nada.

Entrecerré mis labios cuando los suyos estaban a punto de tocar los míos, pero mi teléfono sonó, haciéndome brillar y volver a la realidad.

Ethan se alejó y miró mi teléfono, inmediatamente lo saqué de mi bolsillo y contesté.

- uh p-listo? - hombre, todavía estaba tartamudeando

- Chloe pero ¿dónde diablos estás? - Tyler parecía agitado, al final era más que obvio, estábamos perdidos entre la multitud.

- Estoy bien Tyler, me escapé - Pasé una mano por mi cabello mientras sentía la mirada de Ethan arder sobre mí.

- solo? - su tono de voz parecía confuso

- con un amigo que conozco, estoy por irme a casa, nos vemos mañana -

- espera Chloe- - Cerré la llamada y volví a guardar el teléfono en mi bolsillo.

Miré a Ethan y sentí mis mejillas arder. Había sentido sensaciones extrañas, todo porque él se había acercado demasiado y estaba a punto de darme un beso.

¿Qué había saltado a mi mente?

- Debería irme a casa - Rompí el hielo que se había creado.

- Yo te llevo – se acercó a la moto y se puso el casco. Seguí mirándolo, ¿estaba fingiendo que no pasaba nada? ¿De verdad?

- ¿No crees que deberíamos hablar? -

- No tengo nada que decirte - respondió con frialdad - y ahora sube, no tengo tiempo que perder -

Pero, ¿qué le pasaba? ¿Primero me iba a besar y luego me trata mal? Decidí ignorar su comportamiento infantil, me puse el casco y me subí a la moto agarrado a él.

Se fue rápido y cerré los ojos, tenía que estar tranquila para no tener otro ataque de pánico, ya estaba asustada y cada vez que me subía al auto con Tyler lo invitaba a ir despacio.

Apreté las caderas de Ethan y lo escuché respirar hondo, fue realmente extraño.

Primero es violento, el fanfarrón, me hace huir con él para que no me lleve la policía, me tranquiliza y luego regresa frío, una persona más malhumorada que él que nunca había conocido.

- ¿Dónde vives? - me preguntó de repente

- bueno puedes dejarme cerca de la joyería de diamantes , sigo caminando - no quería revelar donde vivía, tal vez porque él hubiera juzgado el edificio en el que vivía y no en una villa majestuosa como a él.

- Dije, ¿dónde vives ? - pronunció bien las palabras.

Suspiré con resignación

- Boerum Hill, te diré dónde parar - susurré y él siguió conduciendo.

Después de un rato llegamos al barrio donde yo vivía, a esa hora no había mucha gente por ahí, salvo vagabundos y hombres que bebían como no sé qué.

Siempre he tenido miedo de andar sola por estas calles, sobre todo de noche, ha habido muchos casos de violencia contra la mujer y creo que estos días no se debe escuchar.

- aquí - señalo un edificio y se detiene.

- y quien es ese? preguntó Ethan y levanté la vista confundida para ver a quién se refería.

Vi el escarabajo de Volkswagen y Tyler apoyado en el tablero con los brazos cruzados.

- ¿Qué haces aquí a esta hora? - susurré y me quité el casco bajándome de la moto.

Caminé hacia él.

- Tyler, ¿qué haces aquí a esta hora? - Era la una de la mañana.

- ¡Desapareciste y no supiste más de mí! – dijo emocionado

– Respondí a tu llamada, dije que estaba bien, que no hacía falta que vinieras a mi casa Tyler, ¿si mi madre te vería? Ella se habría preocupado de verte sin mí - Traté de estar callado y hablar con calma, mientras Ethan disfrutaba de la escena sentado en la bicicleta.

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