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Llevo una hora en el apartamento de Samu y Simone. Fui a mi apartamento primero a darme una ducha, Samu está durmiendo en la cama y como siento haberlo despertado no sé qué hacer. Estoy en el sofá y he pasado cinco veces seguidas por los canales y ninguna película me ha llamado la atención, no tengo más noticias en la home de facebook y menos en la de Instagram, ahora me desplazo por las videos en tik tok pero sinceramente estoy aburrido. Supongo que la única solución es despertarlo. Entro en su habitación. Está acostado en la cama y abrazando una almohada. Su rostro es sereno y despreocupado. No, no puedo despertarlo, "Vane conténtate, aquí si lo despiertas te encontrarás con un Samuel cansado y no una Mariabil que te hace reír a carcajadas". Supongo que mi cabeza está bien. Me acerco a él con cautela y me acuesto a su lado y en sueños él me acerca a él y me abraza. Bueno, ahora ya no me aburro. Tiene su cara en mi hombro y su cálido aliento me hace cosquillas en el cuello, y un brazo rodea mi cintura. Extrañaba dormir en sus brazos a pesar de que no ha pasado mucho tiempo desde la última vez. Ni diez minutos después me quedo dormida junto a él arrullada por todas esas sensaciones que logra transmitirme.
Una serie de besos en mi cuello me despiertan. - Me equivoque o te dije que me despertaras – su voz es ronca y espesa por el sueño. - Lo siento - me encojo de hombros y él vuelve a la posición anterior - tus pechos son geniales como una almohada, ¿sabes? Son suaves - me río y él pone su mano sobre ellos - ¿sí? - Él asiente - tenemos que ir a buscar la casa - pero aún no sabemos cómo ni dónde buscarla. - por lo que me importa también puede ser una choza lo importante es que sea nuestra - me río - claro tal vez si algún día tenemos hijos los acostamos en el jardín - se pone serio de repente. Esta es la tercera vez que hablamos del tema pero siempre de forma abstracta y sigo sin entender si quiere o no - ¿quieres hijos? - Asiento con la cabeza - claro... no ahora pero dentro de unos años - asiente - ¿por qué? ¿no tú? - En mi corazón ya sé la respuesta, pero escucharla de él me da miedo porque haría todo más real - si, no.... bueno no sé tal vez lo más tarde posible. No creo que un bebé sea para mí. No puedo cuidar de mí mismo, y mucho menos de un niño. - como esperaba me quede como una mierda pero no quiero demostrarlo. Un niño siempre ha sido mi sueño y ahora?. - claro - entonces la casa? - Intenta cambiar de tema. - No lo sé. Deberíamos ver algunos anuncios. - ok espera - se levanta y vuelve con la computadora en la mano y empieza a buscar. - mira esto - Me muestra una casa cerca del club, tiene un jardín enorme y la misma casa y el precio también es aceptable. - pues hay que verlo por dentro, por fuera se ve muy bien y el precio también - asiente. - Llamo al dueño. - Asiento y voy al baño. ¿Estoy realmente dispuesto a renunciar a mi sueño? No sé, la verdad es que a lo mejor lo haría pero ahora mismo tampoco estoy preparada para tener un bebé. Quizá en unos años cambie de opinión. Tal vez o tal vez no.
Cuando vuelvo ya ha colgado, - el dueño no está en la ciudad pero dijo que si queremos esperar a que vuelva y que la casa es nueva porque la reformaron hace unos meses - en mi opinión deberíamos esperar - dices? ¿Quieres que esperemos? - Asiento con la cabeza - la casa se ve bonita y está cerca del club, en mi opinión deberíamos esperar y ver esto primero - asiente y me deja un beso para moldear y luego le envía un mensaje al vendedor para decirle que estamos esperando. - y ahora? ¿Que estamos haciendo? - pregunta - ¿ vamos a visitar a tu madre? Hace mucho que no la veo - ella asiente y va a cambiarse. Lo estoy esperando en el pasillo. Parece una mujer cuanto tarda - Samuel te mudas? - grito impaciente. Dos minutos después aparece. - finalmente. - digo agrio y en respuesta se me acerca con el brazo y me besa al estilo "samuel". - y esto? - le pregunto - hoy estas un poco agrio y tengo que encontrar la manera de endulzarte - levanto una ceja y salgo de la casa con él siguiéndome. En realidad tiene razón, mi estado de ánimo ha cambiado desde que hablamos de niños. Llegamos en auto y el viaje transcurre en silencio con canciones, de cantores mixtos, de fondo. Le envié un mensaje de texto a Amber para ver si estaba en casa y ella me llamó en respuesta gritando de alegría. De vez en cuando, Samu me lanza miradas pensativas, pero no le devuelvo ni una. Si tengo que ser honesto, no estoy enojado con él porque cada uno tiene sus propios planes de vida, pero ni siquiera quiero cambiar los míos. Estoy seguro de que todo esto nos llevará a luchar algún día. - Vane llegamos - detuvo el auto y no lo noté porque yo estaba perdida en mis pensamientos y él lo nota y me mira con aire misterioso. Afortunadamente, justo cuando está a punto de pedir algo, llega el huracán Amber y salta sobre él , ¿ y hermano mayor, has vuelto? - - ¿No puedes verme? - le responde riendo - estupida - la abraza fuerte - mi ratoncita - ella en respuesta le da una palmada en la cabeza - ya no me llames así - se baja de sus brazos y viene a abrazar - mi cuñada favorita -ley - dice abrazándome fuerte y yo me río - lecchina - se echa a reír. Entramos a la casa y en cuanto llegamos Bianca corre a abrazar a su hijo y luego yo - como estas - nos pregunta sentada frente a nosotros en el sofá. - bueno - responde Samuel y yo solo sonrío en su lugar. - Vanessa, ayer pensé que como quiero intentar hacer unos dulces nuevos para el domingo ya que vienes a comer aquí, tal vez podríamos hacerlos juntos si puedes y no tienes que trabajar. - sonrío feliz - por supuesto que sí. Me encanta jugar con varias cremas y glaseados – se ríe – por suerte, también porque a Ambra no le va bien en la cocina – mira divertida a su hija que se encoge de hombros – Mariabil y yo podremos probarlos y tal vez hasta comentar – ríe Samuel –