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Prólogo

- ¿Qué estás haciendo Acacia? - pregunta mi mamá en mi habitación sin haber tocado antes, aunque en la puerta hay un cartel que dice muy claro "Tocar antes de entrar".

Mi nombre es Acacia Baker y tengo quince años. Vivo en una casa en los suburbios con mi mamá, Regina. Mi hermano mayor, Robert o Robbie como le decimos de cariño, también vivía aquí, pero tiene diecinueve años así que ahora está en la universidad. Solo somos nosotros tres. Nuestro padre se fue de casa y nos abandonó cuando yo ni siquiera había nacido o al menos eso es lo que dice mamá. Sigo un poco dudosa de eso, aunque puede ser que sea porque ella y yo no tenemos la mejor relación del mundo.

Robbie es quien siempre se ha llevado bien con mamá. Es el chico tranquilo y estudioso que toda mamá siempre ha querido tener mientras que yo... pues yo soy más o menos todo lo contrario a mi hermano. Está bien, no tanto. No me va tan bien en la escuela como a él, pero me defiendo bastante mejor que otras personas. No soy tranquila, no me gusta estar en casa y mucho menos hacerle caso a mi mamá. Me gusta salir con mis amigos, vestirme como quiero y hacer lo que más quiero. No voy mucho a fiestas, no bebo mucho ni fumo, pero eso no significa que no me considere una chica rebelde o al menos así me describe mamá todo el tiempo.

-Arreglando mi mochila, mamá- le respondo rodando los ojos- Ya sabes que hoy es la fiesta de graduación de Tony.

Tony es mi mejor amigo del mundo. Se llama Anthony, pero todos le decimos Tony, es mucho más corto. Aunque es tres años mayor que yo y está saliendo de la escuela, siempre ha sido mi mejor amigo en el mundo y lo mejor es que vive al frente de nuestra casa.

-Te dije que no tenías permiso para ir a esa fiesta, Acacia- dice mamá ya molesta- ¿Por qué nunca me haces caso?

-Esta vez es por una buena causa- respondo también molesta- Es la fiesta de graduación de Tony, mamá. Amas a Tony y es el hijo de tu mejor amiga, ¿cómo quieres que no vaya si soy su cita?

-Ustedes son amigos

-No estoy diciendo lo contrario- mi mamá es tan anticuada algunas veces- Lo voy a acompañar como amigos porque todos tenían una cita y el muy idiota no quiso invitar a otra chica.

-Es una fiesta formal y tú no tienes un vestido

-Si, porque mi madre no me quiso dar dinero ni siquiera para comprarme un vestido usado- respondo tirando fuego por los ojos. Así es todos los días entre ella y yo- Cuando nunca te pido nada y trabajo casi todos los fines de semana como niñera.

- ¿Por qué no usaste ese dinero para comprarte el vestido?

- ¡Porque lo estoy guardando para la universidad, Regina! - la llamo por su nombre cuando estoy muy molesta- Porque sé que, aunque le mandas casi todo el dinero que ganas a Robbie ahora, cuando yo entre a la universidad no va a ser lo mismo conmigo.

-Si es que entras, Acacia- responde muy molesta al igual que yo- Con esa actitud ni como vendedora de comida rápida vas a poder trabajar.

Bien, eso es todo. Me largo de aquí.

Tomo mi mochila que en verdad solo tiene ropa para mañana porque no llegaré a dormir aquí. Oh y una sorpresa para Tony. Camino pasando por el lado de mamá hasta la puerta de mi habitación y casi corro hasta la puerta principal.

-Si vas a esa fiesta, no vuelvas a dormir hoy- me amenaza, como cada vez que peleamos y yo me voy.

-No pensaba hacerlo de todas formas- respondo con una sonrisa irónica.

Mi mamá cierra la puerta con un portazo y creo que toda la villa la escuchó. Sinceramente no me importa. Que piensen lo que quieran de nosotros.

Después de dar un par de pasos ya estoy en la casa de al frente. Aquí vive la mejor amiga de mamá con sus tres hijos. Su esposo murió hace mucho tiempo.

Los tres chicos son geniales al igual que su madre y los conozco desde que somos unos niños. El mayor es Tony con dieciocho años recién cumplidos. Luego le sigue Mackenzie, que tiene dieciséis, aunque está a solo unos días de cumplir diecisiete y, por último, está Samantha, que tiene catorce.

Me llevo mejor con Mack de lo que me llevaré con cualquier chica. Ella y yo somos muy parecidas. Algo locas y rebeldes, pero buenas chicas en general.

Toco la puerta y es Leila quien me abre.

-Hola, señora Knight- la saludo con respeto. A ella la respeto mucho más de lo que respetaré alguna vez a mi madre.

-Hola, Cassie- me saluda con felicidad

Así me llaman casi todos menos mi madre. Cassie. Solo a mamá no le agrado lo suficiente como para llamarme así y decirme por mi nombre.

-Mack está arriba- me dice mientras me deja pasar a su casa- Te está esperando.

-Gracias- respondo y subo las escaleras que conozco mejor que mi propia casa.

Mack también irá a la fiesta porque su novio está en el último año junto a su hermano. Ella me prestará un vestido porque mamá no fue capaz de prestarme ni un poco. Tampoco es que estemos muy mal económicamente como para tener que ahorrar así que asumiré que le mandó todo el dinero que sobró este mes a Robbie.

Entro a la habitación de Mack y ahí está ella con Sam. La primera ya está vestida con un vestido rojo corto que le llega hasta las rodillas. Se ve hermosa porque ella es hermosa.

Sam y Mack se parecen mucho. Las dos son de baja estatura con el cabello negro azabache y ojos marrones. Tony es el único que desentona con su cabello marrón con algunos tonos rojos, pero con los mismos ojos que sus hermanas menores.

- ¡Rubia, llegaste! - me saluda Mack- ¿Mucho problema para salir de casa?

-Hoy no puedo volver- respondo subiendo mis hombros- pero nada fuera de lo normal.

Mack ríe mientras me siento en la cama. Me siento un poco intimidada por Mack. Ella es demasiado bella y sabe cómo arreglarse para verse aún mejor. Yo, en cambio, no soy así. Mi belleza es más común. Soy pequeña de estatura, con el cabello rubio y ojos color miel.

Sam me acerca el vestido que creo que es para mí. Abro los ojos con sorpresa. Yo no soy tan delgada como Mack, puede que no caiga aquí dentro.

-Te quedará bien- dice Sam con dulzura- Ve a probártelo.

Lo tomo entre mis manos y camino al baño. Es negro e igual de corto que el de Mack y me queda bien. Un poco ajustado, pero se ve y siente muy bien.

Salgo del baño y me encuentro con Tony. Bueno, más bien choco con el pecho de Tony porque él, a diferencia de sus hermanas, es alto. No tanto, pero si bastante más que nosotras tres. Está vestido con un traje y trata de ponerse una corbata, pero no funciona muy bien.

- ¡Tony! - saludo y lo abrazo- Te ves bastante guapo, pelirrojo.

-No tanto como tú, Cassie- dice entre risas que trata de aguantar

- ¿De qué te ríes?

-Jamás pensé que te vería con vestido- responde para luego matarse de la risa.

Si, sufro de bullying de mi mejor amigo y es por eso que lo quiero tanto.

-Al menos yo sé cómo atar una corbata- le digo haciendo que pare de reír.

Me acerco a él y ato su corbata. Robbie me enseñó a hacerlo cuando todavía estaba aquí.

-Listo- digo admirando mi obra de arte

-No sé qué haría sin ti, Cas- me dice con cariño- Te voy a extrañar.

Eso rompe mi corazón. El muy idiota ha decidido inscribirse para hacer el servicio militar y se va en una semana. Su padre fue militar y quiere seguir sus pasos.

No le hablé durante una semana cuando me dijo su decisión, pero poco a poco he aprendido a aceptarla.

Le doy un último abrazo antes de ir con las chicas nuevamente. Aun me falta peinarme, los zapatos y el maquillaje. Será una larga noche.

Lo que hace uno por los amigos.

...

El baile fue como todos los que se ven en las películas. Muchos globos en el gimnasio, un DJ poniendo música aprobada por los profesores y éstos mirando que no suceda nada inapropiado.

El pase bien a pesar de todo. Baile con mi mejor amigo e hice que se divirtiera un poco antes de que se encierre con los militares.

Tony y yo llegamos a su casa. Mack se quedó un rato más con su novio.

-Puedes ir a la habitación de Mack- me dice Tony hablando bajo para no hacer ruido y despertar a su mamá y a Sam- Mañana tendrás que enfrentar a tu mamá.

-Tengo una idea mejor- le digo riendo.

Voy a tomar mi mochila de donde saco la sorpresa de Tony y se la muestro.

- ¿Eso es tequila? - pregunta Tony haciendo una mueca- ¿Qué quieres hacer con él?

Lo miro con mala cara. Hay veces en que Tony puede ser muy correcto e inocente. Es demasiado buen chico.

-Beberlo, chico bueno- respondo- ¿Para qué más lo querría?

-Tienes quince años- dice en tono reprobatorio- No puedes beber.

-No debo, que es diferente- respondo haciendo rodar los ojos de mi amigo- Vamos Tony. Te irás con los militares y ya no podrás beber.

-Sabes que no me gusta el alcohol

-Un poco de diversión antes de encerrarte y volverte más correcto de lo que ya eres no te haría mal, Tony- le digo y parece que ya lo estoy convenciendo- Además, me lo debes. Te irás lejos y me dejarás aquí sola- le hago un puchero.

-No estarás sola- replica él- Tienes a Mack, Sam y a Brennan.

Me pongo tensa al escuchar el nombre de Brennan.

-No quiero escuchar ese nombre hoy- le digo y él me entiende.

Brennan es el chico del que siempre he estado enamorada. Tiene la misma edad de Mack y van en el mismo curso. Hace un par de años Tony, Bren y yo fuimos muy buenos amigos. Ahora no tanto, pero seguimos siendo unidos.

La cosa es que Bren fue a la fiesta con una compañera de Tony y no se separó de ella en toda la noche.

-Está bien, acepto- me saca de mis pensamientos Tony- solo espero que nada malo salga de esto.

...

Nos acabamos la botella de tequila y Tony está tan movido que me convence de sacarle una botella de vodka a su mamá.

Ambos estamos riendo y jugando juegos de internet de esos que se juegan mientras uno está bebiendo.

Tony está feliz, aunque ya habla un poco extraño y camina más extraño aún.

- ¡Encontré otro! - le digo mirando la pantalla de su notebook- Es un juego de retos.

-Acepto todos los retos que esa máquina me dé- dice con complicaciones.

Los primeros retos son sencillos. Cosas como muerde un pedazo de ají o come papel. Después sale un reto para mí que no sé si estoy dispuesta a hacer.

-Bebe alcohol del pecho de uno de tus compañeros- lee Tony- ¿Aceptas?

- ¿Quieres que beba vodka lamiendo tu pecho? - pregunto y me cuesta hablar a estas alturas

-A menos que seas una gallina y aceptes que pierdes contra Anthony Knight- dice con una sonrisa apuntándome.

Oh no, eso sí que no. No soy una perdedora.

Asiento con la cabeza y Tony comienza a quitarse la camisa. He visto a mi amigo sin playera muchas veces, pero el alcohol debe estar haciendo algo extraño en mí porque me pongo nerviosa. Tony no tiene mal cuerpo, para nada.

Tony se recuesta en su cama y yo pongo vodka en su pecho. Con mucho cuidado de no manchar el vestido de Mack con alcohol, pongo mis piernas a cada lado del cuerpo de Tony. Mi corazón palpita cada vez más fuerte mientras con mi lengua tomo el vodka. El ambiente entre nosotros cambia y me doy cuenta. Pongo mis manos en los costados de Tony mientras sigo en mi labor.

-Creo que estoy no fue una muy buena idea- dice Tony con la voz más ronca de lo normal

- ¿Quieres que me detenga? - pregunto decepcionada

-No, y ese es el problema- me dice y nos miramos a los ojos- No quiero que te detengas y me encantaría hacerte lo mismo.

Me quedó sorprendida por sus palabras, pero aun así puedo reaccionar cuando Tony junta sus labios con los míos.

Nunca en la vida, desde que nos conocemos Tony y yo y eso es desde que yo nací más o menos, nos habíamos besado. Nunca. Es una experiencia nueva y debo decir que me agrada. Tony besa bien, ¿por qué no habíamos hecho esto antes?

No sé cómo sucede, pero Tony y yo comenzamos a sacarnos la ropa. No sé muy bien que hacer. Solo estoy dejando que Tony y el alcohol me guíen.

Comienzo a tener miedo. ¿Está bien esto? Hay una voz en mi cabeza que grita desesperado que no, no está bien, pero mi cuerpo no le obedece y le gusta mucho las caricias que Tony le está dando.

Poco a poco comenzamos a hacer lo que jamás ni en mis sueños más profundos pensé que alguna vez haría... tener sexo con Tony. Me gusta cómo se siente y no duele como dicen, aunque creo que eso debe ser porque hay tanto alcohol en mi sangre que ya no siento algunas cosas, como mis labios cuando Tony los muerde.

¿Qué hemos hecho?

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