Capítulo 5: ¿Has preguntado o sólo le has gritado?
[...Tres semanas después...]
Esto es difícil, las primeras dos semanas fueron para adaptarme, los demás chicos no sabían sobre mí, o al menos ellos no me miraban como un bicho raro, por ello me sentí cómodo cuando ellos me invitaban a jugar, por otro lado, como me alimento todos los días, mi cuerpo llegó a su crecimiento ideal otra vez, antes medía 1.60 y ahora alcancé el metro setenta y cinco, además, antes pesaba 40 y he conseguido llegar a 65 kilogramos, estoy bien físicamente, ahora ya no parezco un niño.
Sin embargo, la tercera semana es para conocer, aprendo rápido, el problema es que no sé a lo que Hika se refiere a pesar de ver las armas con su respectivo nombre, se supone que me enseñaría a utilizar unas armas ligeras, mi cuerpo ha sido forzado a entrenar estos últimos días, por ello he conseguido un par de abdominales, casi ni se ven, no obstante, me gustaba saber que algún día tendría, sobre todo porque quería tener un cuerpo similar al de Hika, quizás así pueda prestarme atención.
Por otro lado, el coronel ha descubierto que mis habilidades se bloquean cuando Hika me obliga a no usarlas, soy como un esclavo que obedece a su amo, no es como si quisiera, simplemente no puedo desobedecerle, pero el problema es que lo pusieron a mi cuidado, él está furioso, él dijo que no quería ser mi niñera, jamás tuve una así que no estoy seguro de que significa, por otro lado, no es mi culpa el no saber más allá de sumar, mi padre y mi hermano me enseñaron, ya que, trabajaban en una tienda, no obstante, los libros siempre me los leían así que por más que le ponga nombre a las cosas yo no sabré qué dirá.
No es como si le dijera sobre esto, él no ha preguntado, no parece interesado en mí así que evito hablar cuando Hika habla, me gusta escucharlo, su voz me hace sentir un cosquilleo en el vientre, aunque no sé qué significa.
–¡Me está tomando el pelo! –escuché decir cuando pasaba fuera de la oficina del coronel– ni siquiera lo intenta, Yue no quiere aprender a pesar de que le he puesto el nombre a las armas, no me obedece ¡se está burlando de mí! –apoyé mi cuerpo en la puerta, yo no he hecho eso, no me podría burlar de él, aunque quisiera.
–Hika, sabes que en una guerra no te puedes quejar ¿verdad? Estás obligado a deducir por tu propia cuenta los peligros, en este caso, el problema de Yue– le respondió el coronel en un tono tranquilo– no creo que esté tratando de burlarse de ti– continuó– ¿le has preguntado qué ocurre? ¿Sabes si sabe leer? Llegó a los cinco años ¿crees que alguno de los científicos se iba a tomar el tiempo para enseñarle?
–No...– respondió Hika– pero él no dijo que...
–¿Has preguntado o sólo le has gritado?
–Lo segundo...– respondí alejándome de la puerta un poco entristecido, no quería ser una molestia, me gustaría aprender, pero no sé cómo aprender si nadie aún me enseña, todos parecen deducir que sé hacerlo, supongo que tener 18 años es complicado, sobre todo porque deberías saber cosas que yo no entiendo.