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Capitulo 2

Mónica

Cuando llegamos abro la puerta y me recibe mi gatito zafiro que sigue pasando junto a mis piernas.

—¡Ven aquí, mi bebé!— la llamo tomándola en mis brazos y acariciándola.

— Ay Mónica, déjame abrazarla un rato, ¿por favor? - Ella ruega y yo me río y le tomo el zafiro y la pongo en sus brazos y tomo nuestras cosas y las llevo a nuestras habitaciones.

"¿Qué tal si pedimos pizza para nuestra cena esta noche?" Le pregunto, me mira y me dice:

- ¡Yo quiero salir!

"Y quiero quedarme en casa y ya puse tus cosas en la habitación de invitados". Declaro.

- ¡Oh vamos amigo, tenemos que salir un rato! - Vuelve a insistir. Y la miro con incredulidad por lo que estaba preguntando.

— ¿Andressa no puede creer que me pidas que me vaya cuando estoy recibiendo amenazas? - respondo sorprendido.

"¡Está bien, bien ! " ¡Tienes razón! dice, encogiéndose de hombros.

"¡Mira, sé que tengo razón!" — Comento y sigo hablando: — ¡Ahora cuéntame más sobre tu prima! —pregunto, volviendo al tema de su prima.

— Entonces como te decía, mi primo es ex-sello y desde que dejó esa profesión abrió una agencia de seguridad con su amigo que resulta ser un pendejo llamado Henrique.

- ¡Ah entendí! “Tenía curiosidad por su prima.

"¿Entonces, qué piensas?" ella pregunta con curiosidad.

- ¿Acerca de? - respondo sin entender a qué se refería.

— ¡Ay, vamos, Mónica! - Ella resopla y pone los ojos en blanco y sigue hablando: - ¡Se trata de que él sea tu guardaespaldas!

— Andressa, cómo puedo pedirle que sea mi guardaespaldas si ni siquiera lo conozco.

"¡ Ay, por el amor de Dios!" - exclama seria y la veo levantar su celular y la veo tecleando unos mensajes y le pregunto

"¿ A quién le estás enviando mensajes de texto? "

— ¡Bueno , mi prima! - Dice con más naturalidad.

— Andressa... — Alerta.

- ¿Qué? - Dice con cara de pito grande.

"¿ Por qué le enviaste un mensaje de texto?" Pregunto con curiosidad.

— ¡Porque tiene que venir a tu encuentro!

"¿Y cuándo sería eso?" Pregunto con curiosidad.

"¿ Eh mañana?" - Dice rápidamente.

— Andressa ¡cómo puedes llamar a tu prima! le pregunto poniéndome nervioso sin saber por qué .

— ¡Sí puedo y lo hice y mañana viene temprano! - Contesta y me mira y dice: - Y ahora que tal si pedimos pizza!

Algunas horas después...

Y aquí estamos sentados en pijama en el piso de mi sala con una botella de vino prácticamente vacía y comiendo pizza mientras la escuchamos decir que deberíamos salir de nuevo.

— ¡Honestamente, estoy un poco cansado de escuchar lo mismo! Gimo y ella me mira con una sonrisa y dice:

— ¡Como acabo de decir, tenemos que salir para distraernos! ella dice de nuevo.

“No, lo que necesito ahora mismo es más vino y tumbarme en esa maravillosa bañera que tengo en mi baño.

— Amiga, lo que realmente necesitas es un buen gato que te ayude a estar realmente relajada — sugiere y me río.

"¡Realmente no lo tienes!" — Juego y le tiro la almohada y ella se ríe.

- ¿Qué? - se defiende.

"¡Hace mucho tiempo que no sé qué es eso!" — le recuerdo.

— Oh, es verdad, ¿eres virgen otra vez? — me cuestiona y con un ojo en el volante y el otro en ella, no puedo creer lo que dijo esa loca.

— ¡Por el amor de Dios, Andressa, creo que has bebido demasiado ! Declaro. Miro con tristeza la botella de vino vacía y me levanto y voy a la cocina a buscar otra y la abro.

— ¡Aún no, pero creo que tengo a alguien que puede ayudarte en este asunto! - Dice en voz alta y me quedo sin palabras. Y vuelvo a la habitación y la miro con incredulidad.

"¿Sobre el tema del sexo?" — Le pregunto y sigo hablando sin darle oportunidad de responder nada: — ¡No, gracias! — Sin mencionar que me llevaba bien con un vibrador y no necesitaba un hombre para satisfacerme.

"¡Oh por el amor de Dios!" - Se ríe y luego vuelvo a mirarla y la veo abrir una sonrisa misteriosa.

— ¿Qué haces ?— le pregunto y vuelvo mi atención a la calle, con ganas de llegar a casa.

- ¿I? ¡No estoy para nada! Ella se defiende y sonríe.

"Vamos, ¿qué estás haciendo?" Pregunto de nuevo.

— ¡Vaya, Mónica, aquí soy inocente, hija! - se defiende de nuevo.

"¡Oh, como si no te conociera!" replico.

— Amigo, justo estaba pensando... — comienza.

— Oh, ¿qué tienes en mente, mujer fiestera?— la bromeo. Oh, esa era la persona a la que le gustaba ir a bailar.

"Entonces, ¿recuerdas a mis hermanos?" - pregunta curiosa y trato de recordar a algún hermano suyo que no conozco.

— Mira, hasta donde yo sé, conocí a André y Anderson, ¿ no?— pregunto con curiosidad, recordando ahora a los hermanitos de mi amiga, una pena que estuvieran todos comprometidos.

— ¡Sí, ellos los conociste! — Andressa sonríe y luego completa: — ¡Ay amiga, como yo, que tonta, se me olvidó decirte que tengo otro hermano!

- ¿Ey? Creo que te escuché decir que tienes otro hermano. — Pregunta sorprendida, ¿será que era un hermano de otro padre? ¿Tuvo su padre un hijo fuera del matrimonio?

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