Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capitulo 1

Mónica Santiago

Hoy mi día no fue nada bueno, y cuando digo eso es porque no lo fue! Una cosa que necesito es una buena ducha y una copa de vino.

— Mônicaaaaa ... — Escucho la voz desesperada de mi mejor amiga y me detengo justo en la entrada del foro.

- ¿Qué paso? Pregunto, preocupada por ella.

- Amigo, me alegro de haberte encontrado justo a tiempo - dice sin aliento cuando se acerca a mí.

— ¿Qué pasó, Andrea? - la cuestiono, preocupada.

— ¡Entonces, amigo mío, me prometiste que irías de discotecas conmigo! dice, y yo la miro. Quiero ahogarla.

"¡Joder, amigo, y pensé que era algo serio!" La regaño y comenzamos a caminar por el estacionamiento del juzgado.

"¿ No es así?" Maldita sea, Mónica, ¿sabes cuánto tiempo me has estado dando largas por salir? ella se queja. Y pongo los ojos en blanco tratando de no matarla por haberme dado un susto.

“¡Mierda, mujer, estoy trabajando de principio a fin! — Me defiendo.

"Me engaña que me guste". ¡No eres un robot, amigo mío!

— Andressa, súbete al auto. ¡Y entra pronto! Digo con cansancio mientras alcanzamos mi auto y salimos del juzgado.

Mi coche estaba todo blindado. Siendo juez, siempre tuve problemas con las amenazas y siempre tuve dolores de cabeza. Sobre el hecho de que nunca salía con mi amigo, la verdad es que quería quedarme en casa a dormir durante meses. Eso sí que sería un placer.

— Ahora, dime: ¿por qué estás enojado? Lo miro tan pronto como detengo mi auto en el semáforo, deseando que se abra pronto.

— ¡Ay, Andrea! Estoy bastante cansada. Estos casos que recibo me dejan con los nervios de punta, lo confieso.

"¿Has tenido problemas con algún recluso?" pregunta ella, curiosa. A diferencia de mí, Andressa era una buena fiscal y no se alteraba demasiado por las amenazas que recibía.

"¡Ah, chica, he empezado a recibir amenazas de nuevo!" Lo digo y luego me arrepiento. No quería que mi amiga se preocupara y tampoco quería ponerla en peligro por mi culpa.

"¡Creo que necesitas un guardaespaldas!" - comentario, preocupado.

- Mira quien habla. ¡Tú también necesitas uno! Declaro. Andressa es fiscal y también siempre está recibiendo amenazas, es decir, nuestras profesiones siempre nos ponen en peligro.

— Estoy tranquilo por el momento; No he recibido amenazas.

— La verdad, Andressa, no sé cómo puedes mantener la calma en estas situaciones y encima ¡quieres salir de fiesta hoy! — Pongo el auto en marcha cuando escucho el claxon.

— Amigo, si me enfoco solo en esto, terminaré muriendo.

“He estado entrando en pánico. Las cartas que he estado recibiendo me dan aprensión.

—Honestamente amigo, es hora de contratar un guardaespaldas.para ti! —Sugiere Andressa

— Andressa, sabes que soy muy desconfiada, más aún contratando a alguien en quien ni siquiera sé si se puede confiar o no. - comento y le doy una mirada que me mira sonriendo y me pregunto si debo o no preocuparme por esa sonrisa suya.

"Entonces tengo una sugerencia…" dice sonriendo.

"¿Y debería preocuparme por esa sugerencia?"

— Ah, Mónica, ¿deja de sospechar? - Me regaña y yo me río.

—¡Realmente lo soy, parece que tenemos que confiar en alguien! "Lo recuerdo.

"¡Esta bien, te entiendo!" Ahora, ¿puedo decir lo que estoy tratando de sugerir?

"No creo que me vaya a gustar tu sugerencia, ¿verdad?" - Bromeo con ella riéndose y es su turno de ponerme los ojos en blanco .

"¡En serio, Mónica! - Ella insiste y termino cediendo.

- ¡OK todo bien! ¡Vamos, te escucho! — Respondo, deteniéndome en el semáforo en rojo y revisando si las ventanas están bien cerradas, no quisiera correr el riesgo de ser asaltado o incluso de ser emboscado.

A veces me gustaría que mi vida fuera un poco más liviana y no llevar el peso de ser un juez que siempre está en riesgo de vida.

“Entonces, como te digo, necesitas un guardaespaldas y tengo a la persona perfecta para ti…”, comienza.

— ¡Y quién sería esa persona tan perfecta para mí! "Yo juego con ella".

"¡Es mi primo!" — dice encogiéndose de hombros y detengo mi auto frente a mi edificio y en cuanto me ve el portero de turno aprieta el botón para abrir la puerta del estacionamiento y en cuanto se abre pongo el auto en marcha y entro directo del estacionamiento.

Y luego me doy cuenta de que no respondí la pregunta de Andressa y tengo curiosidad por saber quién era el primo que era el guardaespaldas. Y tan pronto como estaciono el auto en mi lugar, lo apago y me vuelvo hacia ella y le hago la pregunta:

- ¿Qué primo? Pregunto con curiosidad.

“Su nombre es Miguel De Albuquerque. - Habla toda emocionada y yo hasta me río.

"¿Y cómo es que nunca he oído hablar de él?" —pregunto, todavía curiosa. Nunca supe de ese primo que era el guardacostas.

— Es que siempre estaba viajando en misiones. — dice Andressa, encogiéndose de hombros y salimos del auto y pulso la alarma y me dirijo directo a mi apartamento.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.