Capítulo 5
- ¡Buen día! ¿Qué sucedió? - Pregunté riéndome de su emoción.
- ¡Cualquier cosa! ¿No puedo simplemente estar de buen humor? - Ella preguntó.
- Claro. - Dijo encogiéndose de hombros.
- Me pareces mucho más dispuesto. Saldrás de aquí pronto. - Ella dijo.
- No veo la hora. Es realmente malo depender de la gente para todo y ya resulta aburrido pasar el día en esa habitación. - Él dijo.
- Si hoy todo está bien con la tomografía, puedo darte el alta. Lo único que queda es que Meredith te dé el alta, lo que debería llevar un poco más de tiempo. - Ella dijo.
- Sólo espero que no sean semanas. - Él dijo.
- ¡Claro que no! Creo que en unos días deberías recibir el alta. - Ella dijo.
- Él había tomado. ¿Me voy a hacer una tomografía computarizada ahora? - Yo pregunté.
- No. - Dijo ella.
- Para eso pensé que habías venido aquí. - Él dijo.
- No, sólo quería verte. Apuesto a que necesitabas un compañero. - Ella dijo.
- Tienes razón. Odio pasar todo el día sola, pero ahora que Jo y Alex están de regreso los veré en cada descanso de la cirugía. - Él dijo.
- ¡Ay mi Dios! Olvidé que me operarán pronto. Intentaré volver y almorzar juntos, ¿qué os parece? - Ella preguntó.
- Yo creo que es genial. Estaré aquí esperándote. - Dijo y ella sonrió.
- Antes del almuerzo le pediré a un interno que te lleve al TAC. - Ella dijo.
- Está bueno. - Dijo y ella se fue.
Sonrío tontamente ante la idea de que ella estaba disfrutando pasar tiempo conmigo.
Como ella había dicho, un pasante vino a mi habitación un poco antes de la hora del almuerzo y me llevó a hacerme la tomografía computarizada. Me concentré nuevamente en mi respiración para mantener la calma dentro de esta máquina.
Tan pronto como regresé a la habitación, Amélia entró más emocionada que antes.
- ¡La tomografía es genial! Ahora podemos dejar de tomar la medicación, estás oficialmente dado de alta del neuro. - Ella dijo.
- ¡Gracias a Dios! - Él dijo.
- Sentí que hoy sería un gran día. - Ella dijo.
- Me di cuenta de. - Dijo y nos reímos.
- Hola, vine a invitar a Amber a almorzar. - dijo Jo llegando.
- En realidad ya la iba a llevar, hoy va a almorzar conmigo. - dijo Amelia.
- Todo bien entonces. - Dijo mirándonos a ambos con recelo.
- ¿Donde esta Alex? - Yo pregunté.
- Aún en quirófano, no podrás almorzar ahora. - Ella dijo.
- ¡Que pena! Pero tengo buenas noticias. Tengo el alta de neuro.- Dijo.
- ¡Eso es óptimo! - dijo Jo sonriendo.
- Ahora vamos a almorzar antes de que me surja alguna cirugía. - dijo Amelia.
- Iré entonces. - Dijo Jo y nos miró extrañado, y se fue sonriendo.
- Creo que puedo levantarme solo. - Él dijo.
- Yo tomaré la silla, espérame. - Dijo y se fue y rápidamente regresó con la silla de ruedas.
Me levanté lentamente y di un paso hacia la silla sola.
- Hicimos grandes avances. - Ella dijo.
- Sí, cada día estoy mejor. - dije y ella comenzó a llevarme a la cafetería.
Me colocó en una mesa vacía y fue a buscar nuestro almuerzo. Miro a mi alrededor y veo que me están observando, especialmente Meredith y Maggie, quienes descubrí que eran como las hermanas de Amelia.
Me parece hermoso su amistad y el hecho de que se consideren hermanas de Amélia. Más aún, siendo Amelia la hermana del difunto marido de Meredith.
Pronto Amélia regresa con nuestra comida y le agradezco.
- Para comida de hospital, esto es muy bueno. - Dijo después de darle un mordisco.
- Eso es el hambre que te engaña. - Dijo y me río.
- Puede ser. - dije y volví a comer.
Amelia me contó sobre su cirugía antes, creo que le encanta el hecho de que entiendo lo que dice a pesar de que no soy médico.
- ¿No te importa? - Pregunté apenas terminamos de comer.
- ¿Con qué? - Ella preguntó.
- Con las miradas. Tus hermanas pasaron mucho tiempo mirándonos. Fue un poco extraño. - Él dijo.
- No te preocupes por ellos, deben estar celosos porque preferí comer contigo que con ellos. - Ella dijo.
- ¡Entonces no hagas más eso! Meredith es mi doctora, se pondrá loca de celos y me matará. - Dijo riendo.
- Ella nunca le haría algo así a la hermana pequeña de su mejor amiga. - Dijo y yo frunzo un poco el ceño.
- Están muy unidos, ¿verdad? - Yo pregunté.
- Sí, son mejores amigos. Siempre están juntos. Él es su persona. - Ella dijo.
- ¿Su persona? - Yo pregunté.
- Es algo que tuvo con Cristina antes de irse a Suiza. Cristina es la ex esposa de Owen de la que te hablé. Ellos son mejores amigos. - Ella dijo.
- Entendí. Así que en cuanto Cristina se fue, Alex ocupó su lugar. - Él dijo.
- Más o menos eso. Siempre han sido amigos hasta donde yo sé. Creo que su amistad es muy hermosa, pasaron por muchas cosas juntos. - Ella dijo.
- Entendí. - Él dijo.
- Ahora eres tú quien está celoso. - Dijo riendo.
- ¡Claro que no! - dije y la llamaron.
- Necesito ir. Es una emergencia. - Dijo levantándose.
- La llevaré a su habitación. - Dijo Meredith acercándose.
- Gracias. - dijo Amelia y corrió.
- ¿Vamos? - preguntó Meredith.
- Vamos. - dije y ella me condujo a mi habitación en silencio.
Tan pronto como llegamos me levanté solo y me senté en la cama.
- ¡Nuestro! Ya es capaz de dar algunos pasos por sí sola. - Ella dijo.
- Amélia me ayudó y ya no tengo tanto dolor. - Él dijo.
- ¡Eso es óptimo! Voy a aprovechar que estoy aquí y te voy a examinar. - Dijo y me recosté en la cama.
Pasó unos minutos examinándome en silencio.
- Estás muy bien. A partir de mañana vendrá un fisioterapeuta para ayudarte para que puedas volver a caminar con normalidad y sin dolores. - Ella dijo.
- ¡Gracias! - Él dijo.
- Noté que tú y Amélia sois muy cercanas. - Ella dijo.
- Sí, ella es increíble. Ella me está ayudando mucho. - Él dijo.
- Y ella ya te dio de alta. - Dijo mirando mi expediente.
- Sí, hoy antes de almorzar. Sólo estoy esperando que Alex salga de la cirugía y venga a verme para hablar con él. Si lo ves, pídele que venga a hablar conmigo. Apuesto que se sentirá aliviado, estaba muy preocupado por mí porque no quería que me operaran más. - Él dijo.
- Déjame pedirle que venga lo antes posible. - Ella dijo.
- ¡Gracias! - Dijo y ella se fue.
Una hora después Alex apareció en mi habitación.
- Meredith dijo que quería hablar conmigo. ¿No has comido todavía? - Preguntó.
- Ya comí, no te preocupes. Quería decirte que Amélia me ha dado el alta y mañana empiezo fisioterapia. - Él dijo.
- ¡Eso es óptimo! - Él dijo.
- Es cierto. Pronto podré salir de este hospital. - Él dijo.
- No puedo esperar a verte levantarte de esa cama. Jo ya te está preparando un rincón en casa, está muy emocionada. - Él dijo.
- Estoy feliz, pero no pienso vivir contigo por mucho tiempo. Voy a buscar trabajo o intentar hacer prácticas. - Él dijo.
- ¿Internado? ¿Te graduaste en medicina? - Preguntó sorprendido.
- Sí, terminé sin hablar contigo. Empecé la universidad porque quería ser médico como tú pero terminé enamorándome de la medicina. Yo también quiero ser cirujano. - Él dijo.
- Esto es increíble. Puedo hablar con Bailey o Webber para ver si puedes entrar a la siguiente clase. - Dijo emocionado.
- ¡Gracias! - Dijo sonriendo.
Estuve la semana haciendo fisioterapia y ya podía caminar sin ayuda. y me había deshecho de todos los puntos.
Las primeras sesiones de fisioterapia fueron muy difíciles y agotadoras pero Amélia estaba a mi lado apoyándome.
Luego, las otras sesiones se hicieron más fáciles y Alex y Jo lograron encontrar tiempo para ir a todas conmigo y, a veces, se turnaban. Pero Amélia estuvo con él en todos ellos.
Desde ayer Amélia está desaparecida y no la he vuelto a ver, lo que me entristeció bastante.
Pero finalmente llegué a mi último día en este hospital y en esta cama. Meredith finalmente iba a firmar mi liberación.
Estaba feliz y al mismo tiempo ansiosa. Ahora tendría que pasar mi tiempo en la casa de Alex y buscar trabajo para ayudar con los gastos.
Me levanté después de tomar mi café y fui al baño donde me duché e hice mis necesidades.
Me puse algo de ropa que Jo me había prestado y volví a la habitación. Me senté en la cama y comencé a esperar. Alex no tardó mucho en aparecer.
- ¡Buen día! - Él dijo.
- ¡Buen día! ¡Hoy por fin podré salir de aquí! - Dijo sonriendo.
- Hablando de eso, Meredith llegará tarde para darte el alta. Hoy está muy ocupado. Me operarán de vez en cuando y tendré que probar pasteles con Kepner. No deberíamos volver a casa hasta más tarde. - Él dijo.
- No hay problema. Llevo semanas aquí, no me importa esperar unas horas. - Él dijo.
- ¿Quieres ir a probar pasteles conmigo más tarde? - Preguntó.
- ¡Claro! - Él dijo.
- Vendré aquí tan pronto como termine mi cirugía para que podamos irnos. - Él dijo.
- No puedo esperar, hace tiempo que no como pastel. - dije con la boca hecha agua y él se rió.
- Hasta más tarde entonces. - Dijo y se fue.
Me acomodé mejor en la cama y suspiré. Encendí la televisión y la puse en cualquier canal.
Era casi la hora del almuerzo y no había señales de Alex, Jo o incluso Amélia, quien creo que me está evitando por alguna razón.
Estaba a punto de levantarme para salir a caminar cuando Amélia entró en la habitación.
- ¡Ey! ¡Alguien va a ser dado de alta hoy! - Dijo sonriendo.
- ¡Gracias a Dios! - Él dijo.
- ¡Estoy muy feliz! Espero no tener que volver a sentarme nunca más en una cama de hospital. Sólo espero verte aquí todos los días cuando hagas tu residencia aquí. - Ella dijo.
- Tambien espero. ¿Esta todo bien? - Yo pregunté.
- ¡Claro! ¿Por qué no lo estaría? - Ella preguntó.
- Además de que estás desaparecido, parece que algo te molesta. - Él dijo.
- Tuve algunos problemas, así que no pude venir a verte antes. - Ella dijo.
- Está bien, pero ¿qué te molesta? - Yo pregunté.
- Es increíble que en tan poco tiempo me conozcas tan bien. Una paciente mía que era cirujana está aquí en el hospital, le saqué un tumor en mariposa y terminó quedándose ciega. Regresó porque tiene dolor pero la tomografía computarizada es normal. - Ella dijo.
- ¿Y cuál es exactamente el problema? - Yo pregunté.
- Ella no sabe que la operé en un acto de locura provocado por mi tumor. - Ella dijo.
- Pero usted es un cirujano increíble, esto no tuvo nada que ver con su tumor. Le salvaste la vida porque eres muy competente, no por un tumor en tu cerebro. Apuesto a que no es gran cosa. ¿Alguna vez has hecho el empuje lumbar? - Yo pregunté.
- Envié a Deluca a hacerlo. Hablando de él, me está llamando. Regreso después. - Dijo y se fue.
Pronto llegó la hora del almuerzo y almorcé solo en mi habitación. Alex no vino a buscarme para comer pastel y me pareció extraño.