Capítulo 4
Tan pronto como estuve limpio y en la cama, vi a Amélia pasar por la puerta de mi habitación con un hermoso bebé.
- ¡Buenos días Ember! Terminé llegando tarde, ¿cómo estás? - Ella preguntó.
- Estoy muy bien. Sin dolor. - Él dijo.
- ¡Que bueno! - Dijo aliviada.
- ¡Que bebé lindo! ¿Y su hijo? - Yo pregunté.
- No. Es el hijo de mi exmarido, lo voy a llevar a la guardería y volveré a verte en un ratito. - Ella dijo.
- Está bueno. - Dijo y sonrió.
Intenté arreglarme el pelo lo mejor que pude con los dedos.
- ¡Buenos días Ember! - Dijo el Doctor Gray, entrando a mi habitación.
- ¡Buen día! - Dijo y le sonrió débilmente.
- ¡Te ves genial! - Ella dijo.
- Me siento mucho mejor. - Él dijo.
- ¡Que bien! Alex pidió hacerte saber que tenía que salir con Jo para resolver un problema y que no debería regresar hasta mañana. - Ella dijo.
- Todo bien. ¡Gracias! - Él dijo.
- Me tengo que ir, el trabajo me llama. Hasta luego. - Dijo y se fue.
Después de unos veinte minutos, Amélia regresó.
- Disculpa la demora. Hablé con el doctor Deluca, parece que pasó la noche muy bien. Incluso escuché que pasaste la mayor parte de la noche hablando. - Dijo mirando mi expediente.
- Intenté enterarme de los chismes de aquí pero no cooperó mucho. - Él dijo.
- Aquí no faltan los chismes. - Ella dijo.
- Sí, he notado que aquí hay mucha vida. - Él dijo.
- Miré tu expediente. Todo parece estar bien, más adelante le haremos otra tomografía computarizada para ver si realmente el medicamento está funcionando como parece. - Ella dijo.
- Está bueno. - Él dijo.
- Ya que noté que estás más dispuesta e incluso te pones ropa más cómoda que el camisón de aquí, salgamos a caminar. - Ella dijo.
- ¿Un paseo? - pregunté sorprendido.
- Sí, un recorrido por el hospital. Espera un poco. - Dijo y se fue rápidamente y regresó con una silla de ruedas.
- ¿Está seguro? Debe tener cirugías programadas. - Él dijo.
- Hoy es mi día libre, solo vine hoy a verte. Vamos, será bueno para ti salir de esta habitación. - Ella dijo.
- Está bien. - dije y me senté con cuidado en la cama.
- Yo te ayudo. - Dijo y tocó mi brazo y automáticamente sentí una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo.
Traté de no mostrar cuánto me afectaba su toque y dejé que me ayudara a sentarme en la silla.
- Te mostraré el jardín de aquí. - Dijo y empezó a empujar por el camino.
- ¿Estás seguro de que no te regañarán? - Yo pregunté.
- Puedes estar tranquila, Amber. - Dijo y llegamos al jardín.
- Está muy bien aquí. - Él dijo.
- Vamos, sentémonos ahí en el banco. Necesitas moverte. - Ella dijo.
- Está bueno. - dije y ella me ayudó a levantarme.
- Ahora sólo da unos pocos pasos. - Ella dijo.
- ¿Por qué no me acercaste? - pregunté quejándome.
- Porque hay que caminar. Te voy a ayudar. - Dijo y pasó su brazo por mi cintura y sentí todo mi cuerpo temblar.
- Si me caigo, te culparé por retrasar mi salida de aquí.- Dije y di el primer paso.
- Vas a agradecerme que haya acelerado tu salida de aquí. - Dijo y dio otro paso más seguro.
La apoyé mejor y logré dar tres pasos seguidos con su ayuda. Cuando llegamos al banco descarté su ayuda y me senté solo, lo cual no fue muy agradable porque sentía dolor en todo el cuerpo, pero era soportable.
- Está bien, me senté. Ahora que vamos a hacer. - dije y ella se sentó a mi lado.
- ¿Qué tal si hablamos un poco? - Ella preguntó.
- Creo que ya sabes mucho sobre mi vida. - Él dijo.
- Sólo historias tristes. - Ella dijo.
- Mi vida se reduce a esto. - Él dijo.
- No es posible. - Ella dijo.
- Aún no he hablado con Alex, pero me gradué en medicina. - Él dijo.
- ¿Grave? ¡Esto es realmente genial! - Dijo emocionada.
- Sí. Tengo muchas ganas de ser cirujano pediátrico como él, o tal vez cirujano fetal. ¡Amo a los niños! - Él dijo.
- ¡Esto es increíble! ¿Vas a intentar unirte a la próxima clase del internado aquí? - Ella preguntó.
- Todavía no lo sé. - Él dijo.
- Este es el mejor lugar para aprender. - Ella dijo.
- Quizás intente entrar aquí. - Él dijo.
- ¿Querías estudiar medicina por Alex? - Ella preguntó.
- También. Antes de que mi hermano se volviera loco vino a visitar a Alex. Llegó a casa y me contó tantas cosas y Alex me inspiró para cambiar mi vida. La primera oportunidad que tuve salí de casa y fui en busca de un futuro mejor y lejos de personas que pudieran hacerme daño, no salió tan bien como imaginaba. - Él dijo.
- Lamento que tu familia haya sufrido tanto. - Ella dijo.
- Está bien, ya estoy mejor. Pero tú sabes mucho de mí y yo no sé casi nada de ti. Todo lo que sé es que estás divorciado y pareces cuidar al hijo de tu ex. - Él dijo.
- Más o menos eso. Estaba casada con Owen, él es el jefe de traumatología aquí. El matrimonio no funcionó pero somos amigos. Lo estoy ayudando a adoptar a Leo. - Ella dijo.
- ¿Y lo amas? - pregunté con curiosidad.
- Creo que no. Es confuso porque creo que me casé con él en un acto de locura a causa de mi tumor cerebral. - Ella dijo.
- ¿Tiene un tumor cerebral? - pregunté asustada.
- Él tuvo. El tumor es una gran excusa para todas las locuras que he hecho en los últimos años. Es bueno poder culparlo. - Ella dijo.
- Sólo quería decir que es bastante irónico que tuvieras un tumor cerebral. - Dijo y nos reímos.
- Así es. - Ella dijo.
- Es tu día libre, ¿por qué pierdes el tiempo con un paciente? - Yo pregunté.
- Porque además de ser mi trabajo, ha sido genial pasar mi tiempo libre contigo. - Dijo y yo sonreí.
Pasamos la mayor parte del día diciendo tonterías y, a diferencia de Deluca, ella me contó muchos chismes.
Me llevó a la cafetería y almorzamos juntos. Después de comer, me llevó a mi habitación y me ayudó a acostarme en la cama.
Se fue diciendo que tenía un problema que resolver.
Casi una hora después vino un interno a prepararme y me llevó a hacerme una tomografía computarizada.
Esta vez no escuché la voz de Amélia así que traté de concentrarme en mi respiración para no ponerme nerviosa.
El interno me llevó de regreso a la habitación y pronto apareció Amélia.
- ¡Buenas noticias! El sangrado ha disminuido mucho. Creo que sólo unos días más de medicación le permitirán salir del hospital. - Dijo sonriendo.
- ¡Que bien! - dije y suspiré aliviado.
- Me encantaría pasar más tiempo contigo, pero realmente necesito irme. Después nos vemos. - Ella dijo.
- Todo bien. - Dijo y ella se fue.
Pasé el resto del día solo en mi habitación. Antes de ir a dormir, Meredith me visitó para ver cómo estaba.
Ember
Me desperté más tarde de lo habitual, lo cual fue extraño porque siempre viene un interno a verme.
Me acomodé en la cama y me senté. Miré el botón y dejé de llamar a la enfermera.
Con dificultad y un poco de dolor logré levantarme por mis propios medios. Tomé el suero y caminé, apoyándome en las paredes, hasta el baño.
Hice mis necesidades y me lavé las manos. La parte más difícil y agotadora fue volver a la cama.
Cuando estaba a punto de sentarme en la cama, Alex entró en la habitación.
- ¿Puedo saber qué haces fuera de la cama? - Preguntó irritado y me puso en la cama.
- Simplemente fui al baño rápidamente. Ahora puedo dar algunos pasos por mi cuenta. - Él dijo.
- ¿Por qué no llamaste a una enfermera? Podrías haberte caído y empeorar tu situación. - Él dijo.
- Sólo quería intentar ir solo. Ya no soporto depender de los demás, ¡lo siento! - Él dijo.
- Está bien, simplemente no hagas más eso. Pídele a alguien que te ayude o te vigile para no correr el riesgo de caerte.- Dijo.
- Está bueno. - Él dijo.
- ¿Quieres ir a tomar un café a la cafetería? - Preguntó.
- ¿Qué sucedió? Te ves raro. - Él dijo.
- Yo estoy bien. - Dijo evitando mirarme a los ojos.
- ¡Está mintiendo! Tiene que ver con tu partida ayer, ¿verdad? - Yo pregunté.
- Sí, fui a ver a nuestra madre. - Dijo y me pongo nervioso.
- ¿Por qué? ¿Le pasó algo? - Yo pregunté.
- No. Ella está bien, muy bien. - Él dijo.
- ¿Como asi? - Yo pregunté.
- Ella está bien. Regresó a trabajar en la librería. Se mejoró de la esquizofrenia y fue al médico. Sólo necesita mantener la misma rutina para mantenerse lúcida. - Él dijo.
- Estoy feliz por ella. - Él dijo.
- Ella me preguntó por ti. - Él dijo.
- ¿Y que dijiste tu? - Yo pregunté.
- Dije que estabas bien y conmigo. Pensé que tal vez, si te apetece... - Dijo y lo interrumpí.
- No quiero verla. Me alegro mucho de que esté bien, de verdad que lo estoy. Pero prefiero mantener la distancia por ahora. - Él dijo.
- ¿Qué pasó entre ustedes dos antes de irse de casa? - Preguntó.
- No es sólo por la enfermedad, sino que por alguna razón no nos llevamos bien. Tal vez sea por nuestro padre, ya que soy el más joven. No hubo una situación específica, fueron varias situaciones que se dieron entre nosotros, incluso agresiones, después de un tiempo simplemente decidí que era hora de salir de allí. Puede que sea egoísta, pero ella no sólo estaba enferma, sino que también me estaba dejando. Pasar los últimos años con ella sola fue muy difícil, simplemente no podía soportarlo más. Después de que me iba, siempre llamaba a una vecina que me daba noticias sobre ella y la llamaba también. Cuando estaba trabajando contraté a alguien para que la ayudara con todo lo que necesitara, tuve que despedirla por falta de dinero. Luego pasé por algunos problemas y no tuve tiempo de saber más de ella. Entonces me siento aliviado de que esté lúcida y ya no dependa de nadie. - Él dijo.
Entiendo que esto fue muy difícil para ti y lo siento. - Él dijo.
- Esta todo bien. Ya lo superé, aunque parezca mentira, he pasado por cosas peores que eso. - dije y suspiré.
- Y no me lo vas a decir, ¿verdad? - Preguntó.
- No estoy listo todavía. - Él dijo.
- Está bien. - Él dijo.
- ¿Y Jo? - Yo pregunté.
- Está en cirugía, hablando de eso tengo que prepararme para una. Pasaré más tarde. - Dijo y me dejó un beso en la cabeza antes de irse.
Poco después, una enfermera me trajo el desayuno. Comí pensando en todo lo que me estaba pasando y una persona destaca en mis pensamientos, Amélia.
Tan pronto como terminé mi café, Amélia, sonriendo, entró en mi habitación.
- ¡Buen dia flor de dia! - Ella dijo.