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Mi Destino eres tu

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Yumaryp93
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Sinopsis

Darilet es una estudiante de periodismo entregada a sus estudios, con poca experiencia sobre la vida. Solo tenía una amiga con la cual compartía habitación y trabajaba medio tiempo en la biblioteca de la universidad para poder tener acceso a internet y así realizar sus trabajos. Había obtenido una beca en Harvard. Una tarde, mientras cubría su turno en la biblioteca, decide revisar su correo electrónico personal y se encuentra con un extraño email que provenía de la empresa Simonovic. Sabía perfectamente de qué se trataba la empresa, pero ella no había enviado su currículum ni solicitado nada relacionado con dicha compañía. De: Miguel Simonovic Asunto: Extrañándote Fecha: 25 de julio de 2020, 14:42 Para: Darilet Cervantes Querida señorita Cervantes: Siempre te recuerdo y te extraño todos los días de mi vida, aunque ya no estés conmigo físicamente. Estás en mi corazón y en mi mente. Cuando tengo estas crisis existenciales, siempre recurro a mi terapeuta, pero él me recomendó una terapia: escribir en una hoja lo que siento y dejarlo fluir. Sin embargo, decidí que se guardara en tu correo. Al final, sé que no lo leerás. Te amo aún después de la muerte. Miguel Simonovic Presidente de Simonovic Internacional Group Este mensaje desencadenó una serie de acontecimientos. Lo que comienza como un simple juego terminará destruyéndolos. Todos sabían que Miguel era un picaflor, con un pasado oscuro que lo atormentaba. Además de ser el hombre más rico del mundo, era un verdugo en los negocios. Con tan solo 25 años, ya poseía un imperio. Los medios de comunicación insinuaban que tenía tratos con la fama, pero él no daba declaraciones al respecto. Ambos vivirán un romance apasionado pero con fecha de vencimiento. ¿Qué harías si, después de dos años de casada, la historia se repitiera? ¿Responderías? ¿Volverías a caer en las redes del amor? Pero en realidad, la pregunta sería: ¿estarías dispuesta a seguir tu corazón o a la razón?

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Cuatro Años atras

Hoy era mi turno de cubrir las horas en la biblioteca, así que si no quería llegar tarde y recibir un regaño de la señorita Margot, debía correr. Me miré al espejo observando mi aspecto. Soy una mujer bastante alta y sin mucho atractivo. Pecaba por ser un poco gorda, así que me gustaba llevar ropa ancha para tapar mis defectos. Tenía una larga cabellera negra azabache y ojos tan negros como la noche. Mi piel era bastante blanca. Mis manos eran lo que más me gustaban, eran largas y delicadas. A mi parecer, lo único bonito que tenía. No tengo buen autoestima, pero es suficiente.

No puedo seguir criticándome de esta manera, debo irme.

Salgo de mi habitación, la cual comparto con mi compañera Daniela. Ella es estudiante de medicina y está en su último año, al igual que yo. Pero lo mío era el Periodismo, las investigaciones, el espionaje. A veces fantaseaba con ser la mejor reportera del país y, cuidado si no, del mundo. Soñar no cuesta nada. Saliendo al campus de la universidad, tropiezo con Dani, quien ya salió de clases...

—Dari, te toca guardia nocturna en la biblioteca —pregunta haciendo que me detenga.

—Sí, Dani, voy tarde, no me esperes despierta. Hoy cerraremos tarde —digo con prisa.

—No amiga, me iré de rumba. Hay una fiesta en el nuevo club que está cerca de la biblioteca, llégate hasta allá —me dice con entusiasmo.

—No. Sabes que tengo que estudiar, mañana presento mi último parcial y no quiero llegar tarde. Me voy, no quiero recibir regaños de la señora Margot —digo haciendo una mueca.

—Suerte con eso —dice y se va.

Atravieso todo el campus corriendo con mi mochila golpeando la espalda. Un día de estos me va a tumbar. Llevo unos libros que tomé prestados de la biblioteca, los cuadernos y una investigación que me llamó la atención una tarde mientras navegaba por internet. Se trataba de un posible tráfico de armas en las empresas Simonovic.

Esta noticia anduvo de boca en boca varios meses, pues todos conocíamos la reputación del dueño de dicha empresa. Era un picaflor; todas las semanas salía con mujeres distintas desde la muerte de su prometida. Pero jamás se le había relacionado con la mafia. Lo más interesante es que él no afirmó ni negó nada, cosa que es de extrañar porque siempre es muy comunicativo con el mundo de la información.

Por andar metida en mis pensamientos, tropiezo con mis pies cayendo de bruces en la entrada de la biblioteca. Mi compañero de carrera, Ton Michel, está viendo todo mi pequeño espectáculo.

—Dari, ¿te lastimaste? —pregunta con preocupación, dándome la mano para ayudarme a levantar.

—No, no. Gracias, Ton —digo sonrojada.

—Llegas tarde y hablando con chicos —dice la señora Margot con esa mirada fría y déspota.

—Lo siento, señora Margot. Me he caído y Ton me ayudó a levantar. Debo irme, gracias de nuevo —digo dirigiéndome a Ton.

Colocar guión largo a los diálogos.

— Vete a casa, Ton—ordeno la señora Margot.

Para evitar que Ton recibiera un regaño, entré a la biblioteca.

La señora Margot siempre me regañaba, pero al menos me libraba de sus largas charlas sobre alejarme de los chicos y enfocarme en los estudios.

No era una mojigata, pero tampoco tenía ganas de andar con chicos. Solo me enfocaba en mis estudios universitarios. Con mis excelentes notas y recomendaciones, había obtenido una fabulosa beca en la mejor universidad. Estaba orgullosa, al igual que mis padres.

Ellos no podían costearme los estudios, prácticamente nada, ya que éramos una familia de clase baja y sufríamos de carencias económicas.

Por eso quería graduarme rápido y con honores, así obtendría un buen trabajo en poco tiempo.

Aunque no tuviera experiencia, la recomendación de la universidad era más que suficiente.

—Otra vez soñando despierta—me dice la señora Margot.

—Lo siento, ¿me puede decir qué debo hacer hoy?—pregunto.

—Te encargarás sola de la biblioteca. Debo salir—comento mientras me miraba—Por muy descabellada que parezca la cosa, confío en que harás un buen trabajo. Cerraremos a las doce. Dejas las llaves al guardia de seguridad. Sabes cómo funciona todo—dice ella mientras agarra su cartera y se va.

Margot era una mujer de unos cincuenta años con un carácter insoportable. Se decían muchas cosas de ella, como que había matado a su primer y único esposo para cobrar su herencia, pero la verdad es que no era una mujer adinerada. Lo sabía por sus ropas. Vivía amargada, no tenía hijos, hablaba seis idiomas y tenía cuatro carreras universitarias. Así que era una gran persona. Conmigo no era tan cruel, solo me aconsejaba, aunque los demás digan lo contrario.

Cada vez que trabajaba, la señora Margot me permitía usar internet y llevarme libros a casa. Hoy debía seguir investigando el caso Simonovic, lo presentaría como trabajo final.

Llevaba casi dos horas trabajando, eran las ocho y no había podido hacer mis investigaciones porque resulta que la biblioteca estaba llena. Debía asesorar a los estudiantes de primer año y registrar todos los libros que salían de la sala. Solo estaba permitido entregar cuatro por semana, si tenías el carnet de membresía. Había cierto protocolo.

Cuando tengo un pequeño respiro, abro mi correo personal. Quería saber si tenía algún mensaje del banco. Estábamos a punto de perder la casa de mis padres. Al abrir la bandeja, un correo llama mi atención.

Era de la empresa Simonovic. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Oh Dios mío, me había metido en problemas.

Seguramente me secuestrarían y matarían ¿Cómo se enteraron de que estaba investigando su posible relación con la mafia? Aunque estaba segura de que era mentira. Esta empresa se encarga de las nuevas innovaciones de la tecnología. Automáticamente borro el mensaje, pero mis manos sudan. Decido recuperar el correo y hacerme la valiente. Pero al percibir el asunto del mensaje, que dice "extrañándote", esto definitivamente no tiene sentido. Decido armarme de valor y abrir el mensaje.