05
5
- En ese momento, me alegré de que no me defendieras, exclamó.
- ¿Entonces no estabas seguro?
- Todavía tenía una pequeña duda. Pero me alegro de que hayas venido, añadió, dándome una mirada rápida.
Unos minutos de silencio siguieron a este breve intercambio durante el cual me pellizqué nerviosamente los dedos. ¿Por qué no estaba hablando? Seguía siendo él quien había querido que nos viéramos. Así que decidí entablar una conversación a pesar de mi timidez y mi falta de confianza claramente visible:
- Qué haces ? En la vida quiero decir.
- Trabajo en la construcción.
- Desde hace mucho tiempo ?
- Tres años. Mi tío me consiguió un trabajo con él justo después de la escuela secundaria. Es un trabajo bastante físico pero me gusta.
Seguimos conociéndonos hasta que llegamos al cine a un cuarto de hora en coche de mi casa. De hecho, era más él quien me hablaba de él y yo lo escuchaba. Así supe que tenía un hermano mayor, Maxime, de veinticinco años, y que había perdido a su madre cuando tenía dieciséis. No había visto a su padre desde la muerte de su madre. Estaba realmente avergonzado de que me hablara de todo esto tan fácilmente, aunque no parecía molestarle mucho.
No me hizo ninguna pregunta sobre mí, lo cual me pareció bien.
- ¿Tomamos un café? me preguntó al salir del cine.
- Correcto.
Como hacía bastante buen tiempo para el mes de septiembre, nos sentamos en la terraza de un café al lado del cine.
- Bueno, te hablé de mí en el auto. Tu turno, dijo con su eterna sonrisa.
Eso es lo que estaba temiendo. No podía escapar de todos modos, pero respondí evasivamente.
- Sabes, no hay mucho interesante que saber.
- Seguro que todo de ti me puede interesar. Tienes hermanos y hermanas ?
- Un hermano mayor y una hermana pequeña.
- ¿Y haces algo fuera de la lectura y la secundaria? ¿Estás bien en la escuela secundaria, por cierto?
- Ya lo sabías, ¿verdad?
Solo me había estado observando durante los últimos días, por lo que no me habría sorprendido si me hubiera seguido a la escuela secundaria.
- Fue sólo una suposición. Pero veo que tenía razón, respondió sonriendo.
- Estoy en Terminal. Literario, añadí.
- Lo habría adivinado, ya que lees todo el tiempo, exclamó divertido. Qué edad tienes ?
Había puesto un aire desinteresado haciéndome esta pregunta, como si no le importara saber mi edad, pero pude notar que estaba esperando mi respuesta con impaciencia. Podría muy bien mentirle para mantenerlo alejado de mí de forma permanente, pero no quería hacerlo.
- Diecisiete años.
Parecía sorprendido pero tranquilizado al mismo tiempo. A menudo me han dicho que parezco mayor, pero ¿por qué parecía tranquilo? ¿Pensó que tenía catorce años o qué? Y además, no debe tener mi edad…
- Y tu ? Le pregunté con calma.
- Veintiún años.
- OK.
Bueno, al menos no tiene treinta... Pero aún así, cuatro años mayor que yo es un poco demasiado, ¿no? Para mí parece enorme, pero quizás no para él, no sé. Veré más tarde si le molesta tener una discusión con una chica de secundaria...
- Dime, añadió después de unos momentos de silencio, ¿me equivoco o no quieres hablar conmigo?
- No te equivocas. No me gusta hablar de mí.
- ¿Cómo voy a llegar a conocerte entonces? preguntó, sonriendo honestamente.
- Nadie me conoce, le digo, esperando que se vaya, me olvide y me decepcione.
Realmente hago cosas contradictorias en cuestión de segundos. En un momento le estoy haciendo preguntas para saber más sobre él, al siguiente soy frío y distante, como siempre lo he sido. Tenía todo para estar confundido pero no por eso se rindió.
- ¿Ni siquiera tu familia?
- Los miembros de mi familia me conocen mejor. Bueno, eso es lo que creen. Nadie me conoce realmente, le digo, mirando mi taza.
- Tendré paciencia entonces.
Levanté la vista y él me estaba mirando. Fue demasiado. Ya tuve suficiente. ¿Cómo puede decir que será paciente? Él no me conoce, y ni siquiera sabe qué esperar de mí. No debí haber accedido a salir con él hoy, fue una muy mala idea. Me levanté, agarré mi bolso y me dirigí al estacionamiento.
No sabía si me estaba probando, jugando conmigo o si realmente se preocupaba por mí. Cualquier opción menos la última. Preferiría que me rechazaran directamente, para no tener que hacerlo yo mismo, cuando no quisiera.
- ¿Dije algo que hirió tus sentimientos? Flo me preguntó después de atraparme corriendo.
Parecía realmente preocupado.
- No. Sólo quiero irme a casa, respondí con frialdad.
Al llegar al auto, se volvió hacia mí mientras yo miraba el parabrisas:
- Escuchar. Realmente quiero saber más sobre ti. No sé por qué, pero es así. Quiero llegar a conocerte, pasar tiempo contigo. Nos conocimos hace solo unos días, pero lo que digo es cierto. Si quieres tomarlo con calma, iremos a tu ritmo. Si no quieres hablarme de ti ahora mismo, esperaré. Después, si no quieres verme más, ni siquiera hablar conmigo, dímelo. Entonces te dejaré en casa y no te molestaré más. Solo di me que quieres. O lo que no quieres. No importa que.
Como no había dicho nada durante varios largos segundos, suspiró suavemente y se fue. Por una vez, su sonrisa se había despegado de su rostro, lo que me hizo sentir rara. Parecía realmente serio. No lo conozco, pero tengo la impresión de que ya logré identificarlo, lo que probablemente sea solo una impresión, por cierto.
Después de lo que me dijo, no supe qué decir. Así que no dije nada. Solo miré hacia otro lado y contemplé el paisaje. Qué tengo que hacer ? ¿Dejo que siga con su jueguecito o me detengo ahora? A pesar de que prefiero la soledad, me gusta. Me gusta mucho su compañía, al igual que me gustan sus ojos y su sonrisa. También quiero saber por qué vino a hablar conmigo. ¿Por qué soy yo el que quiere saber cuando le dije que no lo quería? Es realmente extraño. Me cuenta todo esto cuando no me conoce y yo le dije que no quería hablar con él. Y lo peor es que me habla así solo después de unos días. ¿Qué le pasa? No entendí nada.
- ¿Supongo que quieres quedarte conmigo?
Lo miré, sorprendida.
- Qué ?
- Llegamos frente a tu casa, por si no te habías dado cuenta, me dijo sonriendo.
Miré por la ventana y vi el edificio donde vivo al lado.
- Vaya. Euh sí. Yo... yo estaba perdido en mis pensamientos. Lo siento, tartamudeé.
- No hay problema.