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Camille es mi novia actual. Además, me empieza a emborrachar viniendo a mi casa en cuanto se cabrea. Acabo de regresar de mi trabajo diario y ella está esperando para cortarme la cabeza.
- Vaya.
Abrí la puerta y ella entró en mi casa. Dejé mis cosas y ella puso sus manos alrededor de mi cuello para besarme.
- Esta noche no, le digo, empujándola. Estoy cansado de ir a casa. Buenas noches.
- Oh vamos. Sé que no puedes resistirte a mí. Y no quiero irme a casa, estoy mejor en tu casa, dijo, sentándose cómodamente en mi sofá.
- Tal vez, pero es mi lugar, como bien dijiste. Y quiero que salgas.
- Por qué ?
- Porque me estás cabreando, le digo simplemente, quitándome la camiseta.
Me dirigía al baño cuando me agarró la mano.
- ¿Qué me estás diciendo? Ya no quieres nada de mi ? preguntó Cam sorprendido y molesto.
- Lo has entendido todo. Ahora, si me disculpan...
Mi teléfono sonó diciéndome que tenía un mensaje.
'¿Tienes algo planeado para mañana? '
El mensaje no estaba firmado, pero inmediatamente supe que era ella, lo que me hizo sonreír. Rápidamente escribí la respuesta mientras me sentaba en el sofá. Finalmente cedió, para mi deleite.
¿Te recojo dónde ya qué hora? '
Recibí una respuesta unos segundos después, donde me decía la dirección donde debía recogerla. No estaba demasiado lejos, en el siguiente pueblo. le respondí
' Esté listo para las dos en punto. ¡Hasta mañana, Jéssica! '
- Está bien, ¿no te estoy molestando demasiado?
La había olvidado… Mi sonrisa cayó por un momento.
- Si un poco en realidad. Cierra la puerta detrás de ti cuando te vayas.
- ¡Realmente eres un imbécil!
Y se fue, dando un portazo con un gesto magistral. Sé que soy un imbécil. Y me gusta. Me divierte, especialmente con ella. Pero bueno, ¡no tendré que aguantar más!
Al día siguiente, estaba esperando de pie, apoyado en mi auto, al lado de un edificio bastante antiguo. La zona estaba bastante tranquila y no había nadie afuera. Me pregunté si no había ido al lugar equivocado. O tal vez me dio una dirección incorrecta.
Pero lo peor de todo esto es que ni siquiera sé si vendrá, puede que incluso esté jugando conmigo, y sin embargo me quedo aquí, esperando.
Después de unos minutos la vi llegar. Llevaba vaqueros oscuros, zapatillas negras, una chaqueta de punto gris claro y un pequeño bolso negro. ¡Más simple que la ropa, es simplemente imposible! Sonreí como un idiota viéndola acercarse a mí, mientras ella admiraba el alquitrán que pisaba. Solo puso sus bonitos ojos en mí una vez que llegó a mi altura.
Es moreno, tiene hermosos ojos azules, una sonrisa asesina, es más alto que yo y es muy sexy. ¡Tenía que enviarle un mensaje, no podía pasar mi sábado sin hacer nada de todos modos! Así fue como terminé sentado en su auto al día siguiente.
- Te dije que nos volveríamos a ver, dijo, abriendo la puerta de su auto para dejarme entrar.
- Resulta que no tenía nada planeado para hoy, respondí, dándole una pequeña sonrisa.
Hizo caso omiso de lo que acababa de decir y dio la vuelta para ponerse de su lado. Se alejó y vi una especie de sonrisa triunfal en su rostro. Había ganado, había conseguido lo que quería. Todo empezó bien… Después de unos minutos, al ver que seguía sonriendo, le pregunté:
- ¿Qué te divierte así?
- Tú.
- Yo ? Y por qué ?
- Desde que aterrizaste, no has dejado de moverte, respondió riendo.
Llevo unos minutos con él y ya se está riendo de mí.
- Ya estabas sonriendo cuando llegué, le señalé.
- En ese momento, me alegré de que no me defendieras, exclamó.