Capítulo 4 Documento Importante
Capítulo 4
Documento Importante
Narrado por Amy
Amy: -¿Y qué documento es este? - pregunto con miedo.
George: -Un contrato muy valioso que tiene que ser cumplido sin más dilación – dice mi padre con decisión.
James: -Sí, todos hemos esperado mucho tiempo para que se cumpla, ya era hora - dice el Sr. Harrison impaciente.
Alejandro levanta una ceja.
Alex: -Pero, ¿qué tenemos que ver todos con este contrato? - él pide.
Grace: -Bueno – dice feliz su madre – tu contrato de matrimonio, que más podría ser.
Alexander se estaba cayendo del pequeño sofá en el que estaba sentado y creo que me va a dar un infarto, pongo mi mano en mi pecho y me siento sin aliento.
Me pongo de pie rápidamente, para que el aire atrapado salga de mis pulmones.
Miro las caras felices de esos tres y solo quiero golpear esas caras sonrientes y tontas.
Amy: -QUE?? ¿PERO ESTÁS LOCO? - Grité nerviosa.
Jorge: -Cálmate, hija, ¡qué nervios está esto! - dice mi padre.
Miro boquiabierta a mi padre, pero ¿está loco? Solo puede.
Amy: -Dices algo así y que quieres, que te quedes tranquila y lo aceptes? - Digo molesto.
George: -Pero es tradición Amy, tú...
Lo detuve de inmediato. .
Amy: -No quiero saber nada de esto- digo desconcertada.
Alexander, que había estado en silencio hasta entonces, finalmente habló.
Alex: -¡No me voy a casar! Y menos con ella -dice con desdén- no era esa novia de la que me hablaste.
Me dirijo a él.
Amy: -No quiero casarme contigo petulante.
Dicho esto, salgo de la biblioteca y azoto la puerta.
Que mala suerte...
Narrado por Alejandro
Después de recibir algunos golpes de mi padre, el Sr. George sugiere que lo acompañemos a su biblioteca.
James: "Vas a disculparte con la señorita Amy de inmediato", dice mi papá.
Miro asombrado y cuando estoy a punto de hablar, mi madre me interrumpe.
Grace: -Cállate Alexander – dice irritada – así no te enseñamos a tratar a una dama.
Pongo los ojos en blanco, pero ¿qué dama? Santo Dios.
Entramos en la biblioteca y ella está sentada leyendo un libro y parece molesta.
George: -Me alegro de que estés aquí, iba a mandar por ti- dice el Sr. George a la hija.
Murmura algo que no entiendo, seguro que dice una mierda ffff.
Jorge: -¿Qué dijiste? - le pregunta su padre
Amy: -Nada papá, nada – solo dice, no satisfecha – qué quieres de mí después de todo.
Jaime: -¡Alejandro! - llama a mi padre - ¡te estamos esperando!
Oh, qué carajo.
Doy tres pasos y rápidamente me acerco a ella.
Alex: -Por favor, acepta mis más sinceras disculpas por haberte ofendido de alguna manera - le digo, poco convincente, lo admito.
Amy: -Es esto sincero o es porque te dijeron que dijeras
Que jodidamente complicada mujer.
Alex: -Un poco de los dos - digo
-¿Y si no acepto tu disculpa?
Qué carajo, me ha cabreado.
George: -Amy, pero que te pasa, ¿esas formas de tratar a los invitados? - la regaña su padre.
Amy: - Tampoco tenía modales cuando me insultaba en el jardín. Alex: -Que gracioso - le digo - si mal no recuerdo a mi tambien me ofendio, y todavia no la he oido disculparse por eso
-¡¡¡Alejandro!!! - regañar a mis padres. - pero que caminos son estos??
Me cruzo de brazos y me dirijo a un rincón de la biblioteca.
Me gustan estas fiestas, termino conociendo a media docena de chicas y luego divirtiéndome un rato. Y ahora aquí estoy discutiendo con una chica que me pone nervioso.
El propósito de esta fiesta es diferente, no entiendo qué estoy haciendo aquí cerrado.
La miro, es linda, tiene el cabello rubio rizado hasta la cintura, ojos verdes y es mucho más baja que yo, tal vez 1.65 cm, es realmente encantadora… pero… pero, ¿para qué diablos estoy aquí? ? Es una tontería, sí.
Cruzo los brazos con más fuerza, molesto conmigo mismo.
Alex: -¿Puedo volver a la fiesta? - Pregunto esperanzado. Ya no hago nada aquí.
-NO- mis padres y su padre casi gritan.
¿Qué carajo, estás loco?
Amy: -Pero, ¿qué está pasando de todos modos? ella preguntó.
George: -Bueno – dice George – sugiero que todos se sientan – como todos sabemos aquí, somos descendientes de duques, condes y vizcondes. Y tenemos las antiguas tradiciones de nuestros ancestros muy arraigadas en nosotros, está en la sangre, sangre real.” Él sonríe.
La hija se ríe y él la mira con desaprobación. Aburrido.
Jorge: - Bueno, siendo así, no es de extrañar que sigamos cumpliendo con las tradiciones y para eso tenemos este documento tan importante que se firmó la noche que nos dejó mi querida esposa y tu madre.
Amy: -¿Y qué documento es este? - ella pregunta.
George: -Un contrato muy valioso que hay que cumplir sin más dilación.
James: -Sí, todos hemos esperado mucho tiempo para que se hiciera, ya era hora - dice mi padre.
No me gusta esta mierda ni un poco
Alex: -Pero, ¿qué tenemos que ver todos con este contrato? Pregunto, temeroso de que la respuesta sea lo que estoy pensando.
Grace: -Bueno – dice mi madre – tu contrato de matrimonio, que más podría ser.
Oh no, casi me caigo del sofá, por favor.
La miro y parece que va a tener algo.
Oh, lo haré, seguro, qué mala suerte para mí.
Amy: -QUE?? ¿PERO ESTÁS LOCO? - grita fuera de control.
Jorge: -Cálmate, hija, ¡qué nervios está esto! - dice su padre.
Ella mira a su padre.
Amy: -Dices algo así y que quieres, que te quedes tranquila y lo aceptes?
George: -Pero es tradición Amy, tú...
Amy: "No quiero saber nada de esto", dice.
Por fin hablo, después de este susto que me llevé.
Alex: -¡No me voy a casar! Y mucho menos con ella - digo - no era esa novia de la que me hablaste.
Ella se vuelve hacia mí.
Amu: -No me quiero casar contigo petulante.
Va a la puerta y se va, llamando a ella.
Realmente loco.
Pensé que mi prometida sería una mujer tranquila, no una loca.