Capítulo IV. La boda de las mosqueteras: Dogos.
Narrador.
Y el día de la boda llegó, durante la ceremonia que se realizó en el Salón de ceremonias principal del prestigioso Hotel Sultán de la Cadena de hoteles de Powell Holding, se habían convocado más de dos mil invitados, entre empresarios, políticos, familiares y amigos de los novios.
Los novios se veían serios y muy atractivos, esperando en el altar a la llegada de las novias, cada uno iba vestido atendiendo a sus gustos, Michael, iba más moderno con un chaquet negro con botones dorados, estilo esmoquin de la casa Valentino, mientras Kevin J. con un esmoquin gris y negro, de la marca Ralph Lauren, Por último, el más serio y tradicional era Keanu un traje Dolce y Gabbana negro con una camiseta de cuello blanco. Toda mujer que los miraba parcia ver un desfile de Top-model masculinos, y muchas de las féminas estaban babeando, mirando a esos tres especímenes de hombres.
Cuando la música empezó a sonar aparecieron varias damas de honor acompañadas por varios padrinos, entre ellos estaban Jason Graham y su esposa Emily Graham, considerados, la pareja más atractiva de todo el sequito que acompañaban a las novias, y uno a uno se iban colocando en su lugar.
Al fondo tres mujeres caminaban a un mismo paso una detrás de otras junto a sus acompañantes, vestidas de novia, robándose toda la atención del público. Nadie sabía definir cuál de ellas eran las más bella.
Miriam iba con un vestido de corte moderno blanco y con el corpiño con un rosa pastel, el corpiño ese asemejaba a un corsé que se ataba por delante hasta la cintura con una asilla de gasa, se estrechaban tanto a su cuerpo que sus senos se elevaban llamado así la atención, el cuerpo estaba formado por gasa seda y perlas, y bordados de hileras plumas de cisne que daban la sensación de que en cualquier momento esa falda se iba a echar a volar. Su padre era quien la entregaba, vestidos de esmoquin y muy serio y solemne, todo el mundo destacó, la mirada afilada que el rígido y callado señor Lugo le dirigió al novio antes de entregar a su hija era claramente una amenaza de muerte, en forma de advertencia. Lógicamente, Kevin J. le prometió que eso nunca ocurriría, no solo porque amaba a su hija, sino porque Miriam ya pagaría, y había pagos que él aún nos estaba dispuesto a hacer.
Elena había elegido un traje más años cincuenta atada a la cintura por un lateral como si fuera una toga, que dejaba un hombro al descubierto era de seda y había una abertura que le llegaba casi a media pierna, caía recto, hasta que se abría en vuelo desde la cintura. También fue entregada por su padre, que iba muy atractivo, según comentaron algunas señoras que lo observaban avariciosas. El señor Corzo, bromeó con su yerno, con el problema que le caía encima, pero que no iba a dudar en asesinarlo si su hija sufría un solo día de su vida a su lado. Por su parte el novio, Michael Powell, prometió proteger y adorar a su hija, y morir a su lado.
Finalmente, Arianna era la más clásica, su vestido era corpiño de pedrería hasta la cintura donde se abría en una gran falda, el corpiño no tenía hombros, y una especia de rebeca bordada le cubría los hombros para la ceremonia. La novia fue acompañada de sus dos hermanos, que parecían dos auténticos divos salidos de un pase de modelos, de alta costura, que, al entregarla, casi hacen le firmar un documento de responsabilidad civil al novio, claramente le avisaron que mejor sería que se aniquilaran ellos mismo, antes que su hermana sufriera o llorara de cualquier forma, por cualquier daño que él le provocara, a su adorada hermana. Arianna tuvo que contener la risa nerviosa, ante la actitud de capo de la mafia que exhibía tanto Marcos, como Guille Cortes, aunque algunos invitados, no pudieron, y se oyeron en el silencio de la iglesia, algunas risas amortiguadas. Keanu Powell, serio y empresario de éxito, prometió que no hacía falta que ellos lo amenoraran, ya él mismo, mataría a quien dañara a su adorada Sirena, incluido él mismo.
Lo que más quedó gravado en la retina de todos asistían a la boda, la cara de los novios la ver llegar a sus futuras esposas caminando por el pasillo de la iglesia dirigiéndose al altar, eran todo un poema. Mientras que ellas, en varias ocasiones, quisieron salir corriendo para abrazarlos, para acabar con esto ya de una vez, y disfrutar de la tan deseada noche de bodas.
Los votos se hicieron rápidamente, por órdenes del abuelo Kevin S. Powell, tenía miedo de que alguno de sus nietos se arrepentirá antes de la boda, así que en media hora ya se estaba poniendo los anillos, y tras declararlos maridos y mujer, cuando de los herederos Powell cogieron a sus mujeres entre los brazos para besarlas con pasión. Fue así como las Miriam, Elena y Arianna se convirtieron en mujeres casadas, las señoras Powell, en las conocidas y admiradas herederas Powell. Lo que más destacaban los invitados que vieron la ceremonia, fue la cara de amor y emoción que se veían tanto en la cara de los familiares, como la de los novios, demostrando que estas bodas, verdaderamente, eran por amor.
Tras las bodas, las parejas se dirigieron a descansar a una habitación que se les había habilitado en el hotel, mientras los invitados y familiares se reunían en la lujosa sala, donde pronto se celebraría el banquete.
- “¿Esto va a tardar mucho?”- se quejó Michael, mientras abrazaba a su esposa, si querer soltarla.
- “Un minuto, ya es demasiado”- se quejó la descarada Mirian, acariciando los botones de la camisa de su marido, que la miraba embelesado.
Arianna, aprovechó esta conversación para llevar a un lado a Keanu, que no apartaba la mirada de ella, mientras sus ojos la devoraban con la mirada.
- “Podrías dejar de mirarme así, estas siendo muy descarado señor Powell, todos los invitados se van a dar cuenta lo que quieres hacerme, y no es precisamente disfrutar de nuestro banquete de boda.”- le dijo sonriendo coqueta, Arianna.
- “Perfecto, así, entenderán que nos vayamos pronto de este estúpido ritual que sólo retrasan lo que verdaderamente quiero hacer en este momento.”- le dijo abrazando a su esposa.
- “No tan rápido señor Powell, recuerda que tenemos un trato, antes de cruzar el barco que zarpa esta noche, y que ambos deseamos, tenemos que negociar ciertos términos, donde yo tengo que recibir una compensación. No eluda sus responsabilidades, CEO.”-le dijo acercándose los más posible a lo que pensaba ella, que era el hombre más deseable, y tentador que existía.
- “Quien ha dicho que pretendo eludir mis responsabilidades, está usted en mi terreno señora Powell, nunca rehuyó a una negociación.”- le dijo acorralándola contra la pared para proceder a besarla con pasión.
No había llegado a contactar sus labios, cuando Elizabet Powell, William Powell, los padres de Keanu y Michael, acompañada de Brenda Powell, la seria y exigente madre de Kevin J, aparecieron en la habitación, exigiendo que ya podían hacer la gran entrada, debido a que los invitados esperaban impacientes para celebrar el banquete.
Mientras las novias sonreían, divertidas, ante los gestos de hastío de los novios, las tres parejas acompañadas por los padrinos Jason y Emily Graham, procedieron a ir la celebración, que para los novios era más una fastidió, que una felicidad, ya que las tres parejas, estaban ya más en la noche de bodas, que en los engorroso tramite que con llevaba una boda, sobre todo una organizada por Elizabet Powell.
Pero todo lo que vendrá después, pondrá a prueba a los seis, así como el amor que se profesan.
¿Podrán la heredera Powell, y sus nuevos maridos, adaptarse a sus nuevas vidas? Conozcamos la historia del matrimonio de la última de las parejas, entre el pretendiente a CEO, Keanu Powell, y la mosquetera, más decidida, constante, y también emotiva, Arianna Cortes Basterra. ¿Podrán salvar todos los baches que este matrimonio les presentará?