CAPÍTULO CUATRO:
Axe entró en las habitaciones y suspiró con fuerza, llevaba sólo cinco minutos allí comparado con todo lo que le esperaba, apenas el primer día, se dijo, y ya quiero regresar, irme tan lejos como fuera posible y nunca regresar, sí, eso era exactamente lo que haría si las razones para quedarse no fueran mayores, se pasó la mano por cuello, por la luna, le dolía el cuerpo, su loba parecía haber entrado en algún estado de tranquilidad, gracias a Fenrir, ya había tenido suficiente de ella por lo que restaba del día, el gruñido lejano en su conciencia le dijo que Igna no estaba alejada del todo, sonrió, e intentó hacerse un moño, el cual cayó como cascada nada más soltó el cabello.
Miró alrededor, la habitación era amplia, iluminada, pero tan sencilla que las cabañas más humildes de Asmax se sentirían ofendidas, se quitó las botas y dejó que sus pies besaran el suelo, era de madera y se sentía frío contra la planta de estos, las cortinas eran rojas, tan brillantes que podría decirse fueron bañadas en sangre frezca, las tocó, no eran suaves, podrían usarse facilmente como lija, miró la cama, amplia, tocó las sábanas, seda, inhaló el aroma, limpias, al menos tuvieron la desencia de darle eso, miró a un lado, el tocador, amplico de espejo doble, suspiró con cansancio, necesitaba dormir, miró de nuevo la cama y frunció el ceño.
⎯¿Asustado, omega?, ¿Temes que algún alfa haya dejado su semilla allí?⎯la divertida voz de Cedric llegó venenosa y sonriente a su espalda, el príncipe omega resopló como si tal idea sólo pudiera parecerle demasiado divertida.
⎯Tendría suerte si ese fuera el caso, con los minutos que llevo aquí creo que mi vida sexual a partir de hoy será lo suficiente triste⎯hizo una mueca como si realmente fuera una tragedia⎯Al menos puedo oler el goce de otros⎯se encogió de hombros con fingida inocencia, Cedric lo miró sin dar crédito mientras Axe comenzaba a acomodarse, tomando una horquilla de una de las bolsas sobre la cómoda para recogerse el cabello.
⎯El rey Kellar realmente no conoce a la joyita que guarda en palacio como si se tratara de una fragil flor⎯Axe rió cantarín, Cedric lo abrazó por la espalda y dejó un beso en cuello, Axe giró y miró al omega a los ojos, mieles y brillantes, era un omega hermoso y tan golpeado por la vida, acarició su mejilla con suavidad y acercó hasta dejar un beso en sus labios, Cedric lo atrajo a sí y profundizó el contacto entre los pares de labios, Axe le tomó del cuello y pegó ambos pechos mordiendo el labio inferior de Cedric, el aroma de ambos llenó la habitación, sin embargo más que excitación había cariño y protección, se separaron y miraron, Axe apretó los labios y dejó caer el rostro en el pecho de Cedric quien lo abrazó con fuerza⎯Todo estará bien, Axe, lo prometo, saldremos de esta, las cosas mejorarán, quizás ni siquiera debas casarte⎯Axe asintió y sonrió alejándose por la habitación.
⎯Eso espero Cedric, porque honestamente, ninguno de los Féret me gusta, parecen tan cerrados, como si escondieran todo de sí detrás de una pared⎯ladeó la cabeza, algunos mechones de oscuro cabello se movieron con soltura, comenzó a quitarse las gangarrias y posteriormente la ropa⎯Estoy seguro de que harán todo porque me adapte a ellos, y dado que soy el omega, tendré que quedarme aquí.
⎯No va a ser un real sacrificio, ¿has visto bien a tu futuro esposo?. Si fuera yo, le daba una mordida⎯soltó Cedric alzando la cejas repetidas veces, Axe lo miró largos segundos antes de reír y negar.
⎯No lo niego⎯aceptó mordiéndose los labios con las mejillas rosadas⎯En otras circunstancias, no me importaría meterlo en mi cama, ni a mí, ni a mi loba⎯Igna gruño en acuerdo, maldita calenturienta, Axe suspiró recordando a Erwin⎯Aunque todo su atractivo se pierde entre esos ojos fríos y expresiones de frustración.
Cedric se alejó hacia una de las butacas y dejó caer cansado.
⎯Te casarás con el heredero, no con el rey⎯dijo Cedric solo un poco más serio, viendo el cuerpo desnudo del omega, Axe sin cohibirse en lo absoluto fue a donde debía estar colgada toda su ropa, un vestidor enorme separado por una pared de mármol, Cedric resopló, ese omega era el descaro en persona⎯Deberías pensar en ello, Axe, esto mismo...⎯señaló a ambos, incluso si él omega estaba del otro lado de la pared y no lo veía⎯Podrían acusarnos de traición⎯la negra cabellera se asomó y le miró con una ceja alzada.
⎯¿Qué haces aquí entonces, omega?⎯preguntó divertido saliendo con una larga bata azul prusia de seda en la mano aún sin vestirse, sus largas piernas, muslos gruesos y anchas caderas a la vista.
Cedric observó el vientre plano, y la cintura diminuta, Axe tenía el equitativo conjunto entre su figura masculina y el perfecto toque omega que le hacía ver femenino, contrario a él, quien no lo era en lo absoluto, Axel tenía un pronunciado trasero, el cabello lacio, brillante y oscuro era tan largo que sería la envidia de muchas omegas mujeres, era como ver la bendición de los dioses en persona, desde su nacimiento se ha creído que Axe fue vendecido por el misma diosa Luna y el dios Fenrir, porque no se podía explicar cómo podía ser tan hermoso, si Cédric fuera alfa o por lo contrario, si Axe lo fuera, no hubiera dudado en unirse con él, sin embargo Cedric dudaba enamorarse de cualquiera para llegar a ese paso, no después de él, aunque eso no le quitaba el goce carnal.
⎯¿No te bastó con la reprimenda del señor Poatta, mi querido Cedric?⎯el moreno estiró la mano y lo jalo hacia él, viendo una sonrisa adueñarse del rosotro del príncipe omega, viéndose totalmente radiante.
Una vez Axe fue conducido a sus aposentos, seguido por un muy receloso séquito atento a todo y a su príncipe, Cedric había llegado junto a al omega a su habitación e incluso cuando Abraham lo había mirado con ojo acusador, dividiéndose entre mirar mal al príncipe y a su parecer guardaespaldas, Cedric había ignorado por completo al pálido hombre e incluso entrado al cuarto después de Axe, este sin siquiera darse cuenta y sin importarle siquiera un poco.
Abraham para ese entonces había bufado, como bestia enojada y dicho que era una falta de respeto el hecho de que alguien ajeno al alfa Féret hijo mantuviera presencia en los aposentos del futuro omega de la corona, Axe había alzado una ceja y escondido su sonrisa, Cedric miró al beta con cara de aburrimiento e intentando no golpear esa ropa cara y boca petulante, optando por salir de ahí con un insultado Abraham detrás y siendo conducido a las habitaciones de invitados con el resto del séquito que intentaba no reír a su costa.
⎯Deberías mostrar más respeto.
Axe se acomodó, cualquier otra persona en su lugar ya habría perdido la cabeza, porque incluso siendo ambos omegas, el deseo iba más allá de la casta, Cedric sabía de eso mejor que nadie, pero no con Axe, podrían perderse en la piel del otro, pero en sus coraoznes nunca sería llenado por un deseo febril, sino más bien por un cariño verdadero y una protección inigualable.
⎯Mi respeto está contigo y Asmax, así como mi lealtad y favor⎯dejó que su mano derecha se moviese y colara en el grácil cuello moviendo los grandes dedos y apretando sutilmente a su alrededor, Axe cerró los ojos ante la caricia y se dejó hacer, Cedric lo observó con una sonrisa, y sabiendo que no valía la pena tentar la suerte, decidió que era hora de irse, lo jaló brusco y rápido acercando ambos rostros, respirando sobre su cachete donde depositó un beso con los labios abiertos, Axe abrió los ojos y le miró ambos concentrados en el otro, bebiendo cada emoción reflejada⎯Quiero que seas feliz, nunca lo olvides, mataría por ti, moriría de ser necesario, te amo Axe y eso nunca va a cambiar.
El omega lo miró con ojos brillantes y se acercó solo lo suficiente para dejar un casto beso en los labios ajenos y alejarse, Cedric ni por un segundo cerró los ojos, y Axe sonrió tocando su mejilla con la mano izquierda mientra aún aguantaba el camisón con la otra.
⎯La vida nos recompensará algún día, cada sacrificio vendrá en bendiciones hacia nosotros, mientras eso llega que la gran madre Luna siempre nos guarde, Cedric⎯susurró.
⎯Así sea Axe, así sea.
Cedric le sonrió una última vez y con cuidado se levantó de la silla, dejándo un beso en su frente y saliendo de allí no sin antes cerciorarse de que no había nadie cerca, Axe vio como la puerta se cerró y suspiró, antes de ir hacia la cama y caer en esta desnudo, giró el rostro hacia un lado y dejó ir una lágrima, le dolía la cabeza y el alma, pero tenía fe, la lucha recién comenzaba, lo sabía, la familia Féret tiene una historia tan turbia como la oscura noche, y Axe tenía miedo, de ser otra alma caída en ella, pero debía mantenerse fuerte, Cedric estaba ahí, su hermano del alma, no lo dejaría, y él confiaba en eso, levantó la vista al techo y susurró una oración a Fenrir.
Que los dioses valoraran su sacrificio en causa justa, que nada sea en vano, que todo sea recompensado.
Se enderezó en la cama y puso el camisón que acomodó sin prisa, abrió las sábanas y no sin antes respirar hondo y asegurar la puerta de su cuarto, ventanas, la desconfianza siempre presente menguara solo un poco y suficiente para dejarlo dormir, cerró los ojos, soñando con viejos y bellos parajes, por cortecía de su loba.