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Capítulo 2

-Todo lo que pido es un beso-

Apenas escuché esas palabras. Inmediatamente me giré hacia él y lo miré confundido. De ninguna manera era solo un beso lo que estaba pidiendo.

-No puedes pedirme un beso ahora, no cuando sé que quieres más, y no cuando...-

-No cuando quieres, ¿verdad?-

-Yo no-

No pude terminar ni la frase que inmediatamente me abrazó, dejándome un dulce y simple beso en los labios, un pequeño toque ligero. Justo lo que pidió, nada más. Me sorprendió su valentía, no pensé que se hubiera atrevido a hacerlo de verdad.

-Si quieres más, entonces vendrás a los establos esta noche. Si no estás allí, sabré lo que significará-, suspiró, -y si estarás allí, sé lo que significará para ti, princesa. Precisamente por eso te aconsejo que no vengas, no valdría la pena para alguien como yo-

-Esto es lo que me aconsejas. Pero, ¿qué esperas? —pregunté nerviosa, mirando hacia el suelo de la cocina. ¿No valía la pena sentirse amado?

-¿Qué espero? ¿De ti? Hace dos meses ni siquiera habría soñado con hablar con Royal Rose, pero ahora lo estoy. Y hasta te besé. Sería imposible predecir lo que decidirás hacer-

Sonreí levemente, miré hacia arriba e inmediatamente me encontré con el suyo. Parecía nervioso, probablemente por mi tono anterior. No lo pensé más, no necesitaba hacerlo. Me acerqué lentamente a él y luego lo besé.

Finalmente alguien que se preocupaba por mí, alguien que se preocupaba por lo que yo quería. Y lo que quería en ese momento, más que nada, era sentirme amada, así que sí, valió la pena.

-Seguramente serás mi perdición, pero por ahora serás mi salvación-

Ocurrió. Kyle me hizo suya. Ciertamente no es la primera vez, pero todavía estoy tenso. Después de la discusión con mi padre, lo único que puedo hacer es pensar en ese príncipe estúpido y, sobre todo, en una forma de hacerlo desaparecer.

-¿En qué estás pensando?- Y ahí está. El que siempre ha estado cerca de mí. El que es el único que realmente me entiende. El que es el único que me ama. Sí... amor.

-Viene un principe- digo pensativo. Kyle me da una mirada confundida, luego de repente entiende.

-Si es una forma de decirme que termina aquí, está bien, sabía que tarde o temprano sería así.- Lo miro

casi enojada.

-No es por eso que vine aquí. ¿Y entonces te hubieras dado por vencido de esa manera? ¿Y si te amo?" digo furiosa y confundida al mismo tiempo.

Me mira pensativo, luego lleva su mano a mi cara. Acaricia mi mejilla y luego mueve su dedo índice a mi labio inferior. Me siento tan pequeña bajo su toque.

-¿Y es así? Dime que me amas y te juro que haré lo que sea para mantenerte cerca de mí.- Dice con una sonrisa amarga en el rostro. Miro hacia abajo, incapaz de responder.

-No se si es amor u otra cosa, solo se que te deseo. Y nadie mas. Ni ese príncipe estúpido, ni un conde estúpido, nadie. Si no tu.- le digo jugando nerviosamente con mis dedos. Dios, ¿desde cuándo me pongo tan nervioso? Me detengo reflexivamente y miro hacia arriba con decisión. Kyle me sonríe y luego me besa. Un simple beso, como el primero que nos dimos.

Encontraremos una manera de hacer que ese príncipe desaparezca, lo prometo. Pero ahora tienes que vestirte y volver adentro.-

-No. No tengo ganas y tuve una discusión con mi padre...- respondo vagamente.

-¿Sabes lo que quiero en su lugar? Darme un buen baño en nuestra cascada - Sigo sonriendo.

Recojo el vestido que ya había terminado en el suelo entre la paja. Trato de limpiarlo lo más posible y luego empiezo a vestirme.

-Me das una mano?-pregunto mirándolo a los ojos.

Rápidamente, Kyle se levanta del suelo para atarme el vestido.

-Te prefiero sin- dice dejando un dulce beso en mi cuello.

Suspiro, luego vuelvo a mis sentidos y le hago señas para que se vaya.

Mientras tanto, dejo la cerca y me dirijo a la entrada del establo, donde después de un rato Kyle regresa con Moose.

-Bueno, ¿nos vamos entonces?- pregunto.

-¿Qué? No puedo ir, ya sabes- dice confundido.

-Pero si, ¿o quieres que alguien se cuele entre los árboles y me haga algo?- Pregunto con picardía.

-Está bien, iré. Sólo para ver cómo estás.- Dice que va a buscar su caballo.

"¿Y a qué más se suponía que vendrías?", le pregunto seductoramente en cuanto regresa. Me da una mirada de complicidad y luego me sonríe. Me encanta burlarme de él. Y probablemente yo también lo amo.

Inmediatamente le doy un suave empujón al caballo para indicarle que se mueva, y Kyle hace lo mismo.

-Vamos Moose, mostrémosle quién eres- digo acariciando al animal debajo de mí. Mi papá me lo dio cuando tenía... años, y ha sido lo más importante para mí desde entonces. Es mi mejor amigo y sin el no sabria que hacer, con quien huir de mis problemas y donde.

Miro el camino frente a mí y tomo la dirección del arroyo, hasta llegar a una pequeña cascada. Mi lugar mágico, eso es lo que es.

-Bueno, yo me quedo aquí para revisar, llámame para cualquier cosa- dice Kyle sonriéndome. Inmediatamente después le da un golpe al caballo y se aleja.

Dejo escapar un leve suspiro y luego empiezo a desabrochar mi vestido, obviamente con dificultad. Tuve que pedirle a Kyle que me ayudara, Dios.

Después de intentarlo, finalmente logré desabrochar el vestido, así que lo jalé hacia abajo dejando solo una bata ligera.

No espero ni un segundo antes de sumergirme de inmediato en el agua de ese lugar encantado, que sorprendentemente no es tan fría como pensaba. De hecho, hace calor... casi calor. Me dejo llevar relajándome y cerrando los ojos. Me dejo llevar por la suave corriente, mirando el cielo sobre mí. Es tan azul.

EL PUNTO DE VISTA DE ALEX.

Finalmente me las arreglo para dejar atrás a los bandidos. Estoy tan cansada que podría sentarme en esta tierra mojada por la lluvia de anoche.

Un buen baño en el barro, sin embargo, es menos atractivo que un baño en el agua clara de un arroyo. Y es precisamente el sonido de este último lo que me lleva a una visión un tanto angelical.

Una hermosa niña está completamente sumergida en esa agua clara y de aspecto fresco. La túnica blanca que lleva prácticamente se ha vuelto transparente y no puedo evitar mirar sus formas tan evidentes. Creo que estaba encantado, al menos hasta que alguien me golpea en la cabeza. No entiendo mucho, solo escucho voces y luego oscuridad total.

Abro los ojos lentamente sin entender bien la situación. Estoy sentado en el suelo, exactamente donde no debería estar. Lo primero que noto es la figura de un niño, bastante grande.

-Ahora vendrás con nosotros- dice este último. Lo miro mejor, por suerte no parece uno de los bandoleros de antes, pero sigue pareciendo un granjero o algo así. Miro a mi alrededor y noto a la chica de antes, ahora vestida con un elegante vestido azul. Ella ciertamente no es una granjera.

-Creo que entendiste mal- digo poniendo mi mano detrás de mi cabeza, en el punto donde me golpearon justo antes. Dejo escapar un gemido de dolor, luego la chica se me acerca.

-Déjame revisar- dice rápidamente, bajo la mirada confundida y preocupada del chico.

-No creo que debas acercarte a él, ¿te estaba espiando o se te olvidó? Podría ser un maníaco- dice levantando un poco la voz. Mientras tanto siento los dedos de la chica detrás de mi cabeza y la escucho susurrar algo, pero no entiendo muy bien qué.

-Punto uno, podría haberlo detenido de otra manera, en lugar de atacarlo. Y el punto dos creo que deberíamos llevarlo al médico- dice preocupada y en tono decidido.

Él la mira confundido y enojado al mismo tiempo, luego vuelve su mirada hacia mí.

-Antes de decir nada, quiero explicarle todo, no la estaba espiando, absolutamente. Yo solo queria ir a refrescarme al riachuelo y luego la vi- digo mirando en direccion a la chica.

-Bueno, obviamente me aproveché de la situación, pero no era en absoluto mi intención, aunque debo decir que me gustó mucho- digo con un guiño en su dirección. La chica me mira desafiante.

-Me alegra saberlo. Espero que le guste tanto el castigo de mi padre- dice con voz sensual, bajando su rostro hacia el mío. Me encuentro muy cerca de sus ojos, que descubro que son de un marrón particular con filamentos verdes, que chocan con los míos azules.

Sonrío y luego me doy cuenta de lo que acaba de decir, e inmediatamente mi rostro adquiere una expresión de preocupación.

-Disculpe señorita pero no creo que le quede bien- le digo con una mirada socarrona. Ciertamente no sabe con quién está tratando.

-Oh, no creo que le convenga, señor- dice interrumpiéndose. Bien.

-Alexander Hawking, príncipe de Hawking- digo orgulloso de mí mismo. La chica inmediatamente parece cambiar de expresión. Como me imaginaba.

-Bueno, lamento haberlos molestado a usted ya su pareja, señorita, pero realmente debería irme ahora. Hay gente esperándome y seguro que no les gustaría un retraso- digo levantándome del suelo y tratando de asearme lo más que puedo.

Los dos chicos se miran preocupados, luego la chica empieza a hablar.

-Si realmente eres el príncipe de Hawking ¿dónde está tu carruaje?- pregunta con curiosidad.

-Los bandoleros nos atacaron, mi mayordomo fue a buscar ayuda y salí corriendo, el carruaje quedó en manos de esos sinvergüenzas- digo resoplando.

-No debería haber tenido guardias o-

-Oh sí, los tenía, antes de que los bandoleros los mataran- digo con sarcasmo.

"Lo siento", dice ella, mirando hacia abajo. Pongo los ojos en blanco, cansada de esa situación.

-Creo que debería venir con nosotros, príncipe- dice entonces el chico. Le frunzo el ceño.

-Yo soy el que se suponía que iba a conocer. O mejor dicho, una de las personas que la esperaba.- Dice la chica, avergonzada. ¿En serio? avergonzado? ¿Ella? No pensé que fuera posible por cómo se comportó hasta hace unos segundos.

-Soy la princesa Celeste, Celeste Armand- continúa. Mi corazón casi da un vuelco. ¿Acabo de espiar a mi futura esposa? Wow, movimiento inteligente Alex, de verdad. Su padre te matará de verdad.

Permanezco inmóvil durante unos minutos, no sé qué decir.

-Este es Kyle, nuestro novio, estaba aquí para cuidarme y por eso la golpeó. Seguro que lo siente- dice con una mirada seria.

El chico le da una mirada furiosa, por decir lo menos, y ahora que lo pienso, la llamó familiar. ¿Desde cuándo los novios hablan con las princesas?

-No me importa para nada, te estaba espiando, tu padre lo sabrá y le sacará los ojos.- dice el que debería llamarse Kyle si no me equivoco. ¿En realidad?

-No, mi padre no lo sabrá.- Dice sonriéndome amablemente. No puedo evitar devolverle la sonrisa a esta afirmación. No lo creo.

-Ella no lo sabrá porque él se va- continúa. Obviamente esa mirada desafiante volvió a su rostro aparentemente angelical. Aquí está su verdadera naturaleza. Yo imaginé.

¿Qué significa esto?- digo levantando la voz.

-Pues... simple, volverá exactamente de donde vino. Vendrá al castillo, se quedará exactamente un día y luego le dirá a mi padre que ha cambiado de opinión, que este matrimonio no es para ella y que irá a buscar a su novia a otra parte- explica con descaro sonrisa en su rostro. Si crees que voy a caer en este sucio chantaje, te equivocas.

-Está bien, acepto.- digo. Ya siento que me voy a divertir mucho con esta gente.

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