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3

-¿Estás tratando de seducirme Crisanto?- digo en broma, tocando suavemente su nariz. Trato de sonar segura, pero mi voz se quiebra cuando digo su nombre.

-¿Eres seductora?-, pregunta, sus dedos apartan cuidadosamente un mechón de cabello de mi cara. -No me digas que estas con alguien-

-No-, niego con la cabeza. Me llevará un tiempo acostumbrarme. He estado con Tony durante casi dos años.

Crisanto parece satisfecho con mi respuesta. -Has tenido sexo antes, ¿verdad?-

Asiento automáticamente. -Por supuesto lo hice-.

-¿Entonces no eres virgen?- pregunta Crisanto arqueando las cejas. Niego con la cabeza. -Bien- me responde tirando de mi encima de él.

Estoy sorprendida por el movimiento repentino y que haya sido tan audaz, pero me gusta su confianza, así que no me muevo, y disfruto la sensación de su cuerpo encerrado entre mis muslos.

-No podemos-, le digo, mi boca repentinamente seca. Incluso si realmente quiero.

-¿Quién no puede?- me desafía. Solo lleva un par de calzoncillos negros, lo que me hace sonrojar. Soy muy inexperto y me siento jodidamente estúpido. Estoy a horcajadas sobre él, mi vestido se ha levantado sobre mi trasero, revelando casi todo a un Cazador que parece apreciarlo. -Eres increíblemente sexy Emily-.

Me siento sexy, especialmente cuando me mira así. Podría derretirme ahora mismo, lo presionado que está su cuerpo contra el mío y cómo sus ojos me miran.

-Crisanto-, digo alerta mientras su mano sube por mi muslo.

-Dime que me detenga y me detendré- dice mientras me atrae hacia él y huele mi cabello. -Pero recuerda que esto es un rapidito y que nadie tiene que saberlo si no quieres-.

Por nadie se refiere a Tara. Literalmente me repudiaría si descubriera que algo sucedió entre uno de sus hermanos y yo.

¿Es ese el código de las chicas, verdad? No puedes dormir o estar en una relación con familiares, ex o cualquier persona que tu mejor amigo considere inadecuado.

Mi mente me dice que no, pero mi cuerpo no escucha a mi cerebro.

Pero se ve jodidamente increíble.

Sus labios se presionan contra mi cuello, dejándome cálidos besos, así que inclino la cabeza para darle más acceso. Lo siento sonreír contra mi piel mientras su mano alcanza mi centro.

-¿Lo tomo como un sí?- Ella lo hace como una pregunta, pero no respondo, demasiado envuelto en la sensación de su duro pecho contra el mío.

Crisanto se mueve y en un instante está completamente encima de mí, sonriéndome con arrogancia, mostrando sus dientes blancos perfectamente rectos. Extiendo la mano y rozo su barba mientras continúa besando mi cuello con fuerza.

Hablando de cosas difíciles.

Se frota contra mí e incluso a través de su ropa puedo sentir su erección. Me siento eufórico y emocionado.

La pequeña Emily Carter. La chica que solo se ha acostado con otra persona.

Y eso, no tenía absolutamente nada que ver con Crisanto, y apenas me tocó.

Se me corta el aliento cuando su mano roza mis bragas de nuevo. -Necesito una respuesta antes de continuar, Emily-, dice con seriedad, con los ojos fijos en mí como si mirara dentro de mi alma. -Una vez. Sin vinculación. - dice aclarando las condiciones. -¿Quieres que me detenga?-.

Niego con la cabeza sin pensarlo dos veces. No hay manera de que pueda echarme atrás ahora. Me puso tan nervioso, y si no fuera por el hecho de que no tengo experiencia sexual, probablemente me habría saltado sobre él hace cinco minutos.

-No. No te detengas- le digo, mis palabras salen con ansiedad. Su sonrisa ganadora es todo lo que necesito mientras se inclina, presionando sus labios firmemente contra los míos.

Lo miro. Seguro que lo estoy haciendo pero no puedo parar. Crisanto muerde su sándwich de pollo y lame sus deliciosos labios, una acción que estaba segura que hizo a propósito, lo que me trajo recuerdos de sus labios vagando sobre mi piel mientras estaba en su cama.

Desde esa noche, he tenido flashbacks ocasionales de su cuerpo bronceado y musculoso sobre el mío, jugueteando con mi centro con sus manos y mis pezones con su lengua.

Estos flashbacks son cada vez más frecuentes y realmente estoy empezando a arrepentirme de tomar ese rapidito nuestro.

El es un Dios, no hay otra explicación.

Me hizo sentir cosas que nunca había sentido antes. Es increíblemente talentoso con sus manos y su lengua y su...

-¿Me estás escuchando?- Despierto de mi ensoñación sexy gracias a los ojos entrecerrados de Tara sobre mí. -¿Qué opinas?-

No escuché ni una palabra de lo que dijo, así que asiento con la esperanza de que no estuviera tratando de hablar sobre el trabajo que se suponía que debíamos hacer.

-Ni siquiera me estabas escuchando, ¿verdad?-

-Sí, te estaba escuchando- le respondo y ella resopla irritada.

-¿Así que crees que debería usar un afro rosa y pantalones acampanados con flecos para el baile de invierno?-, Responde. Oh mierda, tal vez debería intentar prestar más atención. -Sí, claro que me estabas escuchando- pone los ojos en blanco.

Suspiro profundamente. -Lo siento Tara. Me distraje por un segundo- lo admito, volviéndome completamente hacia ella para hacerle saber que tiene toda mi atención.

-Déjala en paz- dice Crisanto -Tiene la cabeza un poco ocupada en otra parte. Aunque me gustaría saber qué es lo que la preocupa tanto, juro que vi algo de baba antes...

Entrecierro los ojos y me limpio la boca con el dorso de la mano, aunque sé con certeza que no he babeado.

Crisanto me guiña un ojo y giro la cabeza, feliz de que Tara no se dé cuenta de lo que pasó entre nosotros hace dos semanas.

Mierda.

-¿Qué decías Tara?-

Tara inmediatamente comienza a darme una oportunidad para la prueba, al parecer he sido elegido para presentar nuestro proyecto a la clase, y aunque no estoy del todo feliz por eso, no protesto. Luego continúa diciéndome que está planeando un viaje de compras a Nueva York en dos fines de semana, para buscar su vestido de graduación de invierno.

El pequeño pueblo en el oeste de Connecticut donde vivimos no tiene muchas tiendas a las que podamos ir. Con una población de poco más de dos mil quinientos habitantes, obviamente no había necesidad de tiendas de ropa costosas y puntos de venta de diseñadores.

Cualquier cosa que no sea espectacular nunca será buena para mi mejor amiga y, por supuesto, todo lo que Tara quiere, su papá lo compra. Entonces, un viaje extraordinario a Nueva York, en realidad no es nada especial.

-No puedo esperar- digo con todo el entusiasmo posible. Estoy feliz, sinceramente. Pero la idea de gastar demasiado dinero en un vestido, solo para usarlo una vez y tirarlo al fondo del armario me asusta muchísimo. A diferencia de la familia de Tara, la mía no tiene mucho.

Económicamente somos normales pero nunca podría permitirme gastar cientos de dólares en un vestido.

-Yo también. Podemos ir a ver a Declyn mientras estamos allí y Sophie y las chicas pueden ayudarnos a encontrar el vestido perfecto-. Tara chilla de emoción mientras habla de su hermano mayor, su esposa y sus hijos.

-Quizás me corra yo también- exclama Crisanto mientras se mete el resto del sándwich en la boca.

Me doy la vuelta y lo miro, pero él solo da una sonrisa astuta y molesta. -¡Es una gran idea Crisanto!- dice Tara emocionándose más cada segundo.

¡Es una idea terrible!

Mi mente grita ante el pensamiento. Puede que me guste y ciertamente disfruta estar cerca de él, pero eso no significa que quiera pasar más tiempo con él del absolutamente necesario.

-Voy a llamar a Dec y ver si hay suficiente espacio para que todos duerman. De lo contrario, tomaremos una habitación en el hotel- gorjea Tara saltando del taburete península en la cocina y saliendo de la habitación en busca de su teléfono celular.

De repente, siento un cambio en el aire y me doy cuenta de que es la primera vez que estoy a solas con Crisanto desde nuestra... reunión.

Lo llamo así porque no encuentro una palabra mejor.

Me costó mucho convencerme de lo que realmente sucedió, y mucho menos de lo que sucedió con Crisanto.

¡Es Crisanto Evans, por el amor de Dios!

¡Cazador, maldito Evans! ¡El hermano de mi mejor amigo!

Estoy avergonzado de lo amiga de mierda que puede ser, pero todavía no puedo desear que no haya sucedido. fue increíble

-Te ves un poco nervioso Em- bromea Crisanto cerca de mi oído y me sorprende lo cerca que está. A pesar de mi falta de experiencia, nunca me sentí ansiosa o nerviosa con los chicos. Me suelo llevar muy bien tanto con chicos como con chicas.

Las chicas me intimidan más.

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