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Capítulo 2

Temprano en la mañana de aquel domingo Sara por iniciativa propia decide ir a trotar al parque normalmente no lo hacía, decidió salir a tomar aire fresco y a contemplar la mañana en el lindo y verde parque que quedaba muy cerca de su casa que por lo general casi nunca iba por sus múltiples actividades en la escuela y su constante encierro.

Encierro del cual ya quería salir, estaba dispuesta a sondear cosas nuevas hasta leía y miraba películas relacionada al sexo, ya lo veía como una necesidad propia del ser humano.

Allí en el parque siente la necesidad de estar acompañada, es una chica muy solitaria y lo más parecido el estar en compañía actualmente es con Darío, lo llama y le dice que se encuentra en el parque donde ella estaba haciendo ejercicios, si no puede venir a verla un momento y pasar un rato juntos para tomar desayuno, él enseguida acepta deja a su hijo con su hermana Marisa, su única hermana quien le ayuda de vez en cuando con su hijo.

Sale de inmediato enciende su auto y va rumbo al encuentro con Sara, se baja de su auto y observa a Sara que está sentada en las gramas cerca de un gran árbol se le acerca y le estampa un beso en la boca a lo cual ella reaccionó y exclamó:

— ¡Cuidado nos pueden ver!

Le Expresa Darío:

— Sara por Dios ya somos adultos para estar con niñerías de estar ocultándose para demostrarnos afectos.

Sin embargo, ella le responde muy irritante:

— Desde mi punto de vista las cosas no son así todavía no somos formalmente novios ni has hablado con mis padres que van a pensar de mí.

A lo que él le responde:

—Sara crece por favor son otros tiempos y así como la tecnología las relaciones humanas también han evolucionado.

Sigue Sara aún sin entender ciertas actitudes del comportamiento de Darío, le vuele hacer caso omiso al asunto y prosigue a ir a desayunar con él, la invita a un pequeño establecimiento de comidas de la zona donde conversan por un instante salen del lugar, y ella sube a su auto donde él la invita a su casa aprovechando que no estaba allí su hijo.

Tenía sus propias intenciones al invitar a Sara a su casa, saca una botella de vino blanco donde ella de una vez responde:

— Es muy temprano para probar licor.

Se deja llevar por el momento y comienza a beber de la copa, le gusta el sabor agradable del vino y lo que el provoca en sus emociones, esa sensación de alegría y desparpajo producto del instante.

Darío la miraba fijamente y reía del comportamiento de Sara por primera vez la ve diferente, extrovertida, un poco más abierta y comunicativa, ella comienza hablarle de su vida sin misterios, ni tapujos, era allí donde Darío quería llegar, descubrir en Sara esa soltura ese aire de sensualidad que se abriera con él y que dejase ser por un instante la típica chica conservadora unigénita de un matrimonio conservador.

Mientras seguían en los suyo entre tragos, música y todo lo demás, paso lo ineludible lleva a Sara hasta su alcoba entre risas y besos, poco a poco la seduce con caricias inhibidas, hasta hacerla suya del modo acostumbrado sin mucho preludio con un lobo cazando una rica presa, solo con su instinto, ella se dejó transportar por el momento. Sin embargo, está algo consternada no era que lo que esperaba, ella imaginaba su primera vez con vientos de primavera y frescura de verano, no entre sombras de un frio invierno. Continuo hasta que acabo de un soplo, sin abrazarla sin el clásico fue maravilloso de un encuentro sexual con la persona que supuestamente has querido toda la vida. Definitivamente esperamos demasiado y recibimos muy poco a veces caemos en el cliché de que no quería que pasara de esta forma, la vida sin embargo nos muestra desatinos, aciertos, a veces se torna gris, algunas veces rosas, no obstante, hay personas que, con tan solo una sonrisa, una palabra de afecto o con un simple y tierno abrazo llenan tu mundo de colores formando un gran arcoíris.

Él salió como si nada de la habitación bebió un poco de vino que aún quedaba en la copa y se sentó a ver su celular, ella estaba en la cama sin ropa con una extraña sensación no sabía que ocurría o si hacer el amor de esa manera era normal, por lo tanto, su cuerpo no sentía satisfacción plena por lo sucedido, para Darío fue como una necesidad más que sacio en un santiamén.

A la media hora Sara entra al baño se ducha se coloca su ropa, del susto hasta se le paso la borrachera y la emoción del momento, sentía que falto algo en aquel encuentro, en resumidas cuentas, no estaba del todo plena.

Una vez vestida sale a la sala allí estaba Darío distraído en el teléfono sin prestarle mucha atención, como si hubiese logrado lo que quería, o tal vez era producto de la imaginación de Sara, en fin, ella se le avecina le dice:

— Darío por favor me puedes llevar a mi casa.

Él le contesta:

— Me siento mal algo indispuesto posiblemente por el vino que ingerimos de verdad no puedo llevarte lo siento.

Ella de despide con un frio adiós y se va a su casa, comienza a caminar sin explicarse lo acontecido, al menos no era así como ella quería que hubiesen pasado las cosas, a un sentía mucha duda e incertidumbre.

Llega a su casa y su madre le pregunta:

— ¿Sara dónde andabas?

A lo que ella contesta:

— Solo fui a caminar un rato para relajarme un poco de la rutina todo bien mamá.

Sin dar muchas explicaciones sube a su habitación, solo toma su almohada y comienza a llorar sin parar no se sentía bien con lo pasado, toma una prenda de casa, se cambia prende su computador y comienza a ver sus redes sociales, allí conoce a Luciana Lagos con el alias de Lucy, una chica extrovertida de mundo oriunda de la cuidad de Bogotá pero que reside en Sevilla España, enseguida comenzaron a escribirse la una a la otra ya que ambas eran oriundas del mismo país.

Lucy comienza a preguntarle a Sara por su vida amorosa como estaba ese asunto, a lo que Sara dudo en responderle y ella a la mínima señal capto que no era algo de lo que a Sara le emocionara platicar.

Como esas casualidades del destino ambas tuvieron mucha química en ese momento y de allí quedaron en ser muy amiga, a Sara le encanta charlar con ella, con el paso de los días se tomaron más confianza e intercambiaron números telefónicos para estar comunicadas diariamente.

Darío siguió frecuentando a Sara, fue hasta su casa para buscarla ya que quería conversar con ella salieron al parque que quedaba cerca a la casa de Sara, sentado en la banqueta Darío le pidió formalmente que fuera su pareja, ella no estaba muy emocionada sin embargo aceptó.

Él le sugirió que esa noche la pasara con él para la celebrar el nacimiento de una nueva relación, a lo que ella accedió, le pidió un momento para buscar sus cosas que la esperara en el parque y a su vez para comunicarles a sus padres que no pasaría la noche en casa.

Su mamá se desconcertó por ser la primera vez que Sara dormiría fuera del hogar, no obstante, no la interrogo como lo suele hacer, sino que le dio su bendición y le dijo:

— Está bien hija cuídate Dios te bendiga hasta pronto.

Lo mismo hizo su papá, Don José tenía un carácter más disipado y entendía que ya ella era una mujer adulta capaz de tomar sus propias decisiones de qué hacer con su vida.

Sale de su casa y llega al parque allí estaba Darío esperándola ese día por fallas mecánicas no llevaba el auto consigo y decidió tomar un taxi hasta su casa, una vez en casa estaba su hermana Marisa junto con su hijo, el niño se emociona al ver a su maestra que ahora sería su madrastra, al instante Marisa se despide, sonríe y sale.

Sara empieza a jugar con el niño mientras que Darío solicita comida a domicilio para la cena, se sentía bastante relajado, a su manera se estaba enamorando de Sara, solo que es de ese tipo de personas que no demuestran sus afectos por alguna u otra razón, producto de situaciones que le hayan sucedido en la vida.

Llega la pizza que había solicitado Darío junto con la gaseosa y el postre, estaban alegres, risueños en compañía de Ricardo. Al pasar el rato Ricardo se queda dormido cansado de su día y de todo que había degustado, Darío lo levanta y lo lleva a su habitación.

Luego él y Sara se van a su habitación hacer lo inevitable, esa noche fue llena de mucha pasión desenfrenada y deseo, ella se dimitió y él está vez fue menos brusco.

Sin embargo, ella a un no se sentía del todo feliz finalmente comprobó que no amaba del todo a Darío, al menos no sentía las respectivas mariposas en el estómago y ni esa alegría de estar a su lado. Él la abraza la lleva a su pecho y de una vez allí ambos se quedan dormidos hasta el día siguiente, en la mañana casi con el alba Darío se levanta con intención de hacerle el amor de nuevo a Sara y lo hacen, la chica sucumbe ante sus encantos y cede al deseo que él manifiesta hacia ella.

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