CAPITULO 3 “Un día importante”
(septiembre 12, 2017, Cd. de México)
(Narrador)
A la mañana siguiente Marina llegaba a la universidad y saludando a sus amigos entro en su aula a la que más tarde entro Victoria y ambas se pusieron a revisar una investigación que debían entregar sobre Relaciones Internacionales y Diplomacia, a los pocos minutos llegaron Alma y Omar que entraron platicando y riendo, Alma se dirigió a donde estaba Marina y la saludo
-Hola Marina ¿como estas, que hacen?
-Hola Alma, te presento a Victoria y estamos revisando estos apuntes y tú ¿de que te venias riendo?
-Omar me estaba contando todo lo que hicieron él y el sangrón de su primo por estarte siguiendo el día de ayer
-Ah es por eso, bueno no importa, lo que me interesa es saber porque no te presentaste el día de ayer y tampoco fuiste al gimnasio ni al dojo? Así no vas a aprender a defenderte.
- No pude venir, porque fui al médico, pues me desmalle y según me dijo, solo necesito vitaminas, mira estos papeles que me dio
Marina tomo la carpeta que le tendía Alma y vio que contenía unos análisis de laboratorio y unas recetas médicas, y tras leerlos se la devolvió diciéndole
-Con razón te desmallaste Alma, sé que comes muy mal, ¿apuesto que hiciste esa estúpida dieta de la que me hablaste? Y si sumas a eso el desgaste físico por el ejercicio que prácticas y el stress de tus broncas es normal que tengas una anemia clase dos, con falta de potasio
-¿Anemia? El médico no me dijo nada
- pero te receto un complemento vitamínico y recomendó que comieras mucho pescado y plátano, ambos ricos en potasio
-¿entonces si debo tomarme estas? - Pregunto Alma sacando un frasco de su bolso y dándoselo a Marina
- MMM, si son las vitaminas que te receto, pero yo agregaría que comieras un poco de hígado, te ayudara con la producción de glóbulos rojos, además de que comas plátano por la falta de potasio y estas vitaminas que te receto y en un par de meses estarás bien y por favor bájale al ejercicio y al stress.
- Esta bien, me tratas igual que mi madre, siempre diciéndome lo que debo hacer.- se quejó Alma.
-Pues si quieres no me hagas caso, después de todo la del problema eres tú y lo sabes bien, yo solo lo hago por ayudar y mira lo que saco por entrometida.- le contesto molesta Marina
-No te lo tomes de esa manera, yo sé que me quieres ayudar y te lo agradezco mucho y ahora me dirás se me acompañas a ver a una amiga mía se llama Susana, es abogada, que me dices me acompañas.
-Si no me dejas otra opción, tendré que acompañarte
-pues la opción es que no me acompañes, si no quieres
-Tú no te lo tomes de esa manera, sabes que estoy jugando, ¿siempre te acompaño cuando me lo pides o no?
-Sí, no lo niego y si no te callas, nos van a sacar, pues ya entro el Licenciado.- dijo Alma mientras tomaba asiento a un lado de Marina.
Dos horas después salían del aula discutiendo el tema que habían visto, mientras se dirigían a la cafetería, al llegar al mostrador pidieron dos refrescos, los pagaron y salieron a la explanada, iban con rumbo al salón en silencio, cuando Alma ve a Omar platicando con el Lic. Alejandro Cardona y molesta dice
-Aj tenía que venir hoy el pesado de Cardona, me cae mal, no lo soporto, me trae de encargo y no me deja en paz, como si solo yo existiera en el salón
-Ignóralo y te dejara en paz. - le contesto Marina con una sonrisa
-Pues no sé si me sea posible, pues ahí está con Omar y nos está mirando.- dijo Alma
-Te digo que no le prestes atención.
No entraron al salón, se quedaron en el pasillo cerca de la puerta y vieron acercarse hacia ellas a Omar y a Alejandro Cardona
-Hablando del diablo y este que se asoma.- dijo Alma tratando de entrar al salón
-El viene y tu corres, por eso te trae a carrilla, no seas tonta, no le huyas- le decía Marina mientras la detenía por el brazo
-Hola Alma, Buenos días Marina ¿como han estado? - saludo Omar
-Hola Omar, Buenos días Licenciado- contesto Alma muy seria
-Hemos estado muy bien, gracias por preguntar Omar, ¿como están ustedes?- pregunto Marina con una sonrisa
-Pues yo estoy adolorido y muy cansado, por poco y decido quedarme en la cama hoy y no venir.-contesto Omar con cara de dolor
-¿Y usted Lic. Alejandro?- pregunto mientras sonreía aún más
-Me encuentro muy bien.- contesto con seriedad mirándola fijamente, pues no le pasó desapercibido que lo llamo por su nombre, por lo que pregunto
-Y sus costillas ¿cómo están?
-Pues me alegro mucho que este bien, en cuanto a mis costillas, no pasa nada, sigo las órdenes del doctor, por lo que traigo puesto un bonito y muy femenino corse para no lastimarme. -Le contesto Marina viendo cómo se ponía rojo al mencionar el corse, comenzando a retirarse dirigiéndose al interior del salón.
-Por cierto, les recuerdo que no pueden faltar hoy al dojo; hoy habrá prácticas de combate, así que los estaré esperando a los dos.- y entro al salón seguida de Alma
Omar entro en el salón, seguido por el Licenciado Alejandro Cardona, que impartió la clase sin perder de vista a Marina, tratando de imaginar por qué estaría tan risueña y que estaría planeando. Por lo que al terminar la clase llamo a su primo.
-¿Qué crees que estará planeando esa niña? -pregunto con curiosidad viéndola salir sonriendo.
-Pues, francamente no lo sé, pero te puedo asegurar que no estaremos jugando a las muñecas, lo que me gustaría saber es porque dijo eso del corse, ¿sabes tú algo?
-NO, ¿será que quiso decir faja?, por lo de proteger las costillas, no lo sé; ya vez que con ella no se sabe que esperar, por lo que será mejor que nos preparemos
La ultima hora transcurrió muy tranquila para Marina que espera ansiosa el momento de la salida, ya que tenía una cita en la embajada Francesa, había hecho la solicitud para estudiar francés en la embajada, ella sabía que aprender idiomas sería bueno por su carrera y como parte del curso estaba tomando clases de inglés, decidió buscar ayuda para otros idiomas.
Así que al salir se fue directamente a la embajada de Francia, Ya que no quería llegar tarde, a su cita de las trece horas; ya en la embajada vio que había llegado con tiempo de sobra, por lo que anuncio su llegada y espero a que la llamaran para su cita, poco después la llamaron de un escritorio y la atendió una hermosa mujer, que dijo ser del equipo cultural de la embajada, le anuncio que su solicitud había sido aceptada por lo que le daría clases un profesor de la embajada tres días a la semana, comenzando la siguiente semana, sus clases serían los lunes, miércoles y viernes de trece a catorce horas. Le pidieron no fallar a ninguna clase, a menos que pudiera justificarla.
Marina agradeció las atenciones y prometió no fallar y ser puntual, por lo que salió de la embajada muy contenta y más contenta se puso cuando al llegar a su casa, se encontró con que Mario le tenía una sorpresa.
-Por qué tan contenta Mar, ¿que pasa? -Le pregunto su hermano
-Oh nada, solo que vengo de la embajada francesa, recuerdas que te comente sobre ir a solicitar clases de francés; pues me aceptaron, tres días a la semana una hora por día, así que necesito cuadernos para mis clases de francés.
-MMM, entonces esto te gustara-dijo Mario mientras sacaba un paquete envuelto
-¡qué es?
-Ábrelo y lo sabremos- dijo su madre
Al abrirlo, Marina vio que era un curso casero de francés, por lo que salto de su asiento y abrazo y beso a su hermano mayor.
-Gracias, esto me será de mucha ayuda y así aprenderé más rápido, muchas gracias Mario.
-Anda ya mocosa, vete a cambiar que si mal no recuerdo ya vas tarde a tus clases de danza, son casi las tres de la tarde.
-Demonios es cierto. Y salió corriendo a su habitación a recoger sus cosas.
Esa tarde, poco antes de las cinco de la tarde Pedro la vio entrar en el gimnasio y dirigirse a los vestuarios, por lo que la vigilo y le impidió que hiciera su rutina de levantamientos y solo le permitió ejercitarse en los aparatos que sabía no podría lastimarse, por lo que Marina mejor decidió entrar en el sauna durante un rato, ya que quería desintoxicar su piel y su cuerpo sudando, además de que quería estar descansada, para las prácticas de combate, ya que estas no eran solo para los alumnos sino también para los maestros.
Su Sensei le había llamado para decirle que no podía faltar ya que tendrían un visitante muy especial que llegaba desde Tokio, para la organización de un torneo y una muestra internacional de artes marciales en México y que visitaría el dojo para ver el nivel de los estudiantes y entregar algunas invitaciones y convocatorias para los eventos en cuestión. El torneo que había organizado el Gran Sensei, dueño del dojo fue suspendido, para dar prioridad a los eventos de su visitante
Pedro no la perdió de vista, tampoco Alejandro y Omar que habían ido al gimnasio, para después ir al dojo, por lo que al verla entrar al sauna decidió entrar el también, por lo que dejo a Omar con Pedro.
Al entrar al sauna Alejandro la vio sentada, en una banca, parecía dormida, absorta en sus pensamientos, por lo que no se dio cuenta que él había entrado, hasta que le hablo.
-¿que es lo que está tramando esa pequeña cabecita tuya?
-mmm, ¿tramando yo? nada, solo estoy aquí, sudando un poco, y tu Alejandro que haces en el sauna, por lo general solo lo usamos unas cuantas mujeres, nunca había visto a un hombre aquí.
-¿te molesta que entrara?
-No, eres libre de sudar, si es tu deseo.- Dijo sin abrir los ojos
-¿Te sientes mal verdad? ¿te duelen mucho las costillas?
-te preocupa el cómo me sienta o ¿es otra cosa lo que te inquieta?
-es solo curiosidad, cuando llegamos, te vi en la caminadora, ¿no te gustan los ejercicios simples?
-no es eso, Pedro no me dejo hacer esfuerzos por lo de mis costillas, además no deseo cansarme el día de hoy, hay cosas importantes en el dojo esta tarde.
-No te arriesgaras a lastimarte otra vez ¿verdad?, digo el otro día después de lesionarte todavía peleaste con esos pandilleros.
-No pasó nada, es solo disciplina y control del cuerpo por la mente, además tendré puesto mi corse.
-querrás decir faja de soporte
-no, dije corset, uno muy bonito de seda y encaje, muy femenino, sirve igual, ya que tiene varillas de soporte y cumple la función de apretarme las costillas en su lugar y soportar mi torso. -Dijo esto abriendo los ojos y mirando fijamente a los ojos a Alejandro, quien estaba colorado de imaginar el tipo de pieza descrita; era un hombre adulto y ya había visto a mujeres con ese tipo de lencería.
-Pero eso es lencería, no una faja terapéutica.
-para el caso sirve igual, ¿porque?- pregunto sonriendo con desparpajo, había visto lo avergonzado que estaba.
-Además no creo que lo que use o deje de usar sea de tu incumbencia, tú no puedes decirme nada al respecto.
-MJM, es cierto, no soy quien para decirte nada sobre esa cuestión, para eso está tu novio.- contesto con un nudo en la garganta.
-MMM, vaya manera de preguntar si tengo alguna relación, ¡que curioso estas hoy!! - dijo levantándose y dirigiéndose a la puerta y justo antes de abrirla, dijo sobre su hombro.
-No tengo Novio, ni relación alguna con nadie, por si eso es lo que querías saber.- y salió sonriendo.
Al salir de las regaderas y vestirse, para salir del gimnasio, se dio cuenta de que solo eran las cinco con cuarenta y cinco de la tarde y su clase no comenzaba sino hasta las siete de la tarde, por lo que se fue sin prisas al dojo, al salir de los vestuarios no vio más que a Pedro por lo que se despidió, cuando se dirigía a la salida vio que Omar y Alejandro salían de los vestuarios, Alejandro la miraba fijamente, mientras hablaba con Omar.
-No me has contestado, ¿donde te metiste que me dejaste solo con Pedro?.
-entre al sauna unos minutos, nada más.
-¿y eso fue lo que te puso de mal humor?
-no estoy de mal humor, solo no tengo ganas de reír, vamos que aún falta ir al dojo.
-iremos, pensé que lo dejarías, yo estoy cansado
-no lo dejare, tu puedes hacerlo, a mí me parece interesante y me gusto-dijo mientras caminaba rumbo a la salida
-MMM, ¡creo que lo que te gusta es otra cosa! - contesto, lo había visto mirando a Marina.
Cuando llego al dojo esa tarde, llego poco más de una hora antes, por lo que Martha la detuvo y le dijo
-Marina llegas muy temprano y eso es bueno pues no tardan en llegar los demás instructores, habrá una reunión por lo del visitante japonés, tengo entendido que estará observando los combates de los alumnos, además de que será el réferi en los combates de los instructores
-si Martha, ya lo sabía, el Sensei Karima me llamo para decírmelo.- contesto mientras se dirigía al vestuario a prepararse.
-Oye, ten cuidado, creo que algo escuche, de que tú no deberías participar, porque estabas muy lesionada
-¿Donde oíste eso?
-se lo escuche decir a Pedro, el del gimnasio, cuando se lo informaba a Benito, es el quien decidió que no participaras en los combates
-¿Ya llego Benito?
-Sí pero…
Marina ya no escucho más, pues corría al salón de instructores y entro sin llamar, encontrando ahí a Benito.
-Benito, tengo que hablar contigo
-Yo también tengo algo que decirte y es respecto a los combates de hoy, no vas a participar
-Benito, tú no puedes sacarme de los combates
-Si puedo y lo hare.- dijo decidido, mirándola desde su altura de uno con noventa y ocho, a pesar de ser delgado se veía imponente.
-Benito, no me hagas esto, tu sabes lo mucho que he trabajado para poder participar en los torneos y sería un logro para mi si pudiera ir al torneo internacional.
-Mar, yo se lo mucho que has trabajado, pero estas muy lastimada y no quisiera que te lesionaras más de lo que ya estas, empeorando la situación.- dijo bajando las escaleras y llegando a la recepción
-Benito por favor, no lo hagas, te prometo que me cuidare para estar completamente bien para la fecha del torneo, pero déjame participar en los combates.- le pidió
Benito se daba cuenta de que Marina estaba a punto de rogarle que le permitiera combatir y más aún sabía que ella era muy orgullosa y que al hacerla rogarle la estaría humillando, por lo que después trataría de reclamar venganza por esa humillación. Y mientras Marina esperaba una respuesta entraron los demás instructores seguidos por dos hombres a los que había visto en la clase de Marina; todos al entrar vieron que algo pasaba y al ver el rostro de Marina se inquietaron, sabían que no era fácil que ella se alterara, por lo que no dijeron nada.
El silencio se hizo más pesado, Marina esperaba una respuesta y Benito no sabía que decir y los demás instructores no sabían que estaba pasando hasta que Carlos, otro de los instructores pregunto
-¿Bueno, nos van a decir que sucede aquí, o es algo privado?
-No es nada privado Carlos, lo que pasa es que no podré participar en las prácticas de combate por decisión de Benito- Contesto Marina muy molesta, dándose la vuelta para dirigirse a los vestidores y evitar que la vieran llorar.
-Pero es que estás loco Benito, si hay alguien que puede llegar al torneo internacional es Marina, ¿que es lo que te pasa? O ¿es acaso una venganza porque ella no te corresponde?-Repuso Roberto, otro de los instructores
-Cállate Roberto.- Grito Benito
-¿Que fue lo que dijiste Roberto? ¿Me lo quieres explicar? - pregunto Marina desde la puerta que daba al vestidos de señoritas
-Lo que pasa es que Benito está loco por ti y tu ni le haces caso.- Contesto Leopoldo otro de los instructores
-Pero yo no sabía nada, Benito nunca me ha dicho una sola palabra, no puede esperar que yo adivine cuáles son sus sentimientos.
-En eso tienes razón y yo no quería decirte nada, porque no era el momento oportuno, pero ahora que lo sabes, ¿que es lo que me dices? - Repuso Benito
-Benito, yo, te quiero mucho, pero no estoy enamorada de ti, te quiero como a un amigo, igual que a todos, tu sabes que soy diferente a las demás chicas y eso pudo haberte llamado la atención, pudo haberte atraído pero, no creo que estés enamorado de mí, yo te aconsejaría que buscaras una chica más femenina que yo, yo no te convengo, perdóname por favor.- Contesto con tristeza
- No te preocupes, yo entiendo, ¿pero seguiremos siendo amigos verdad?
-Claro que si
-Y bien, ¿participa en los combates o no Benito?- Pregunto Carlos
-Sí, podrá participar, pero tendrás que cuidarte mucho Mar, ¿entendiste? Tú sabes porque lo digo.
-Si lo prometo.- Dijo con una sonrisa
Media hora después comenzaron a llegar los alumnos y se les comunico todo lo referente al visitante especial y a los combates que se realizarían, Martha por su parte hizo una nota para todos los alumnos, pidiéndoles que pasaran a hablar con ella antes de dirigirse al dojo, pues así informaría a los demás sobre el visitante y los torneos.
Quince minutos más tarde Marina y los demás instructores veían llegar al Sensei Karima acompañado del visitante japonés, bajaban de un auto de la embajada japonesa y ambos vestían a la usanza tradicional de Japón, el visitante pudo ver Marina, era un hombre de edad avanzada, denotaba un carácter serio, duro y rígido, Marina al verlo se impresiono y salió del dojo rumbo a los vestidores.
Benito al verla la siguió y la detuvo en la puerta para preguntarle
-Mar, ¿que te sucede?
-Nada Benito, solo es que tengo una idea. - Contesto entrando a los vestuarios y tras unos minutos salió con otra vestimenta totalmente diferente, lo que sorprendió a Benito
-¿de donde sacaste eso?
-Lo mande hacer especialmente para el torneo y me lo entregaron esta tarde, por lo que lo traía en la maleta.
-pero porque te lo pones ahora
-mira me lo iba a poner desde el principio, pero pensé que posiblemente el visitante fuera una persona más joven y dude que fuera a venir vestido de la manera tradicional de un Gran Maestro, pero al verlo pensé que tenía que cambiarme el uniforme y ponerme este kimono, ahora me podrías dejar pasar, que tengo que regresar al dojo, pues ya se me hace tarde. -Contesto Marina caminando rumbo al dojo, ella y Benito llegaron justo a tiempo para formarse para ser presentados al visitante.
-Atención, les presento a nuestro distinguido visitante, el Sr. Hishijiro Kurosawa. El visitante hizo una inclinación a modo de saludo
-Señor Kurosawa, estos son los instructores de los principiantes, mis mejores alumnos. Roberto, Leopoldo, Carlos, Gerardo, Benito y la señorita Marina.- Dijo con orgullo el Sensei
-Señor Omura Karima, veo que usted ha permitido ingresar a las damitas a esta disciplina, eso es bueno, tradicionalmente solo a las mujeres de la familia se les enseñaba unos pocos de los secretos de esta disciplina y creo que es bueno que se enseñe a las mujeres, a ellas también se les debe permitir practicar deportes y esta disciplina es muy buena para ellas; jóvenes, señorita, su Sensei dice que son los mejores, así que espero lo demuestren y no lo deshonren ni hoy ni nunca; recuerden que las artes marciales pueden ser muy peligrosas en una mente maligna; Señor Karima, podemos empezar cuando estén todos listos.