CAPITULO 2 “UN DIA DE MUCHAS SORPRESAS”
(septiembre 11, 2017, Cd. de México)
(Narrador)
Marina iba reflexionando en todo lo que había sucedido en su primera semana de clases, mientras caminaba deprisa con su maleta en la mano, cuando choco con una persona que salía del edificio frente al que pasaba todos los días de camino a sus clases de ballet, ella conocía bien al portero del edificio, mismo que era de oficinas. También conocía a varias de las personas que trabajaban en ahí.
Al chocar con el hombre le tiro una carpeta con documentos que él iba leyendo al salir y ella sin ver al hombre con el que había tropezado, le dijo
-Discúlpeme por favor, fue un accidente.- y se agacho rápidamente a recoger los papeles que le había tirado al hombre.
Don José el portero corrió a ayudarla, mientras le decía
-Qué te pasa pequeña, hoy no andas en tus cinco sentidos, ¿Porque tan pensativa?
-No me pasa nada Don Pepe, lo que pasa es que estaba pensando en alguien
-Ahh, ¿conque enamorada ehh?- le dijo el portero ayudándola a levantarse con los papeles en la mano, para entregárselos a su dueño.
-Le pido nuevamente, que me disculpe, es que no…- Marina no pudo terminar de hablar, pues acababa de ver con quien había tropezado y este no era otro que su profesor, el Licenciado Cardona.
-¿Usted?- dijo asombrada
-Sí, yo, ¿que le pasa señorita Romanov? ¿Ahora tropieza con la gente mientras piensa en las mentiras que les contara a sus compañeros de la universidad?-
-¿Mentiras? ¿Quien le dijo que yo voy por ahí diciendo mentiras?- le pregunto enojada mientras se unía a ellos Omar, que venía a buscar a Alejandro
-Buenas tardes Marina, hola Alejandro
-Hola Omar- contestaron al unísono tanto Marina como Alejandro, Omar noto que Marina estaba molesta y le pregunto
-Marina, ¿te pasa algo?
-A mi nada y solo espero que no hayas sido tu Omar, porque de ser así te vas a arrepentir toda tu vida.- y volviéndose le dijo al su profesor
-Y usted señor Cardona, averigüe primero si son mentiras y si tiene algo que reclamarme lo hace; no puede ser más idiota porque no es más grande y mire que es bastante grande.- El enojo de Marina era tal que no escucho al pobre Don José cuando se despidió.
Mientras la veían irse Alejandro se reía y Omar no entendía a que venía la amenaza de Marina.
-¿Me quieres decir que fue lo que paso aquí?
-Nada, solo que tropezó conmigo
-Y solo por eso se enojó, pero no entiendo, ¿porque me amenazo?
-Es que cuando se disculpaba, le he preguntado si ahora tropezaba con la gente por ir pensando en las mentiras que diría a sus compañeras
-¡demonios!, pero que bruto eres, no le hubieras dicho eso, ahora andara de mal humor toda la semana y no se calmara hasta no desquitarse, así que ten cuidado y más que nada debo pensar en cómo hacer para disculparme yo, aun cuando no tengo ni culpa ni pecado.
-Ya, hombre no pasara nada, vamos te invito un café y después vamos al gimnasio.
Marina llego al centro cultural y tomo su clase de ballet, todos sus compañeros que la conocían, se dieron cuenta de que algo había pasado, pues estaba de muy mal humor y todo empeoro cuando ninguno de los pasos de baile que sabía le salían como debían ser, por lo que Sandra Maldonado su instructora le llamo la atención y trato de que se calmara para que pudiera concentrarse en el baile, pero no resulto, por lo que al salir del centro cultural, estaba de peor humor y al llegar al gimnasio a las tres de la tarde, Pedro Torres, su instructor se dio cuenta, mas no comento nada y solo la ayudo a preparar el aparato de pesas que había escogido y la dejo sola.
No habían pasado ni quince minutos cuando Marina lo llamo
-Pedro ¿podrías ayudarme? - este se acerco
-¿En que necesitas ayuda Marina?
-A preparar las pesas, pon otros cinco kilos por favor, ya es hora de aumentar
-¿No es demasiado? Hasta ahora solo has podido levantar 55 kilos, y podrías lastimarte
-No va a pasar nada, tu ponlos por favor- la voz de Marina era dura y Pedro sabiendo que podía lastimarse pero no queriendo pelear con ella hizo lo que le pidió. No se había dado cuenta de que habían llegado los dos nuevos miembros que estaba esperando y no eran otros que Alejandro y Omar Cardona
Marina al verlos se enfadó más y ese fue el motivo por el que llamo a Pedro, para que preparara nuevamente el aparato incrementando el peso, en eso estaba cuando se acercaron Alejandro y Omar
-Hola Pedro, buenas tardes, como prometí ya estamos aquí.- dijo Alejandro
-Hola Alejandro ¿como se sienten hoy?
-Bien, por lo menos yo, pero lo de ayer sí que fue bastante pesado.- dijo Alejandro
-Pues yo aún me siento adolorido- se quejó Omar
-Es normal señores y más cuando no están acostumbrados a hacer ese tipo de ejercicios o a levantar ese peso y en repeticiones, ¡miren a esta chica va a levantar veintidos kilos más que ustedes!
-¿Qué? estas diciendo que va a levantar sesenta kilos en repeticiones? eso no puede ser.- dijo Alejandro viendo que era Marina
-Pues sí, o al menos intentara hacerlo, si lo logra estará trabajando con eso por un rato.
-Ya verás que si lo hare y más aún, pues tendrás que venir para aumentarlo en quince minutos; ¿está listo ya? - pregunto enojada, pues estaban dudando de ella
-Si linda, ya está listo
-No te atrevas a burlarte de mí o a ser condescendiente, no estoy de humor para soportar tonterías.- dijo Marina mientras se acomodaba en el banco para levantar la barra y hacer sus veinticinco repeticiones
-Si linda, ya me había dado cuenta.
-¿Quieres que te ayude?- pregunto Pedro preocupado
El silencio fue la respuesta que recibió de Marina, que no apartaba los ojos de Alejandro con coraje, por lo que este pregunto:
-¿Estas segura que una niña como tu podrá levantar ese peso?
-Espera y lo veras
Alejandro no perdía de vista la barra de las pesas, pues sabia lo peligroso que podría ser que estas le cayeran encima a la chica, pero vio que estaba decidida a levantar ese peso, pero no la creía capaz, todo cambio cuando Omar le pregunto:
-¿Que tienes, estas muy callado?
-Nada, es que no lo lograra y lo único que conseguirá es lastimarse, prepárate por si hay que ayudarla
-Yo no diría eso, miren como lo levanta.- les dijo Pedro y ambos volvieron para ver a Marina subir la barra y sacarla de sus apoyos, bajarla a su pecho y volverla a subir, para hacer la primera repetición.
-Vez, te lo dije Pedro, regresa en media hora para aumentar el peso otra vez- dijo mientras la volvía a bajar y subir la barra. Pedro asentía, mientras Alejandro y Omar ponían cara de tontos.
-Oye Pedro, una pregunta; ¿cuanto levantaron los novatos, para que se sorprendieran? - pregunto Marina alzando la voz
-Solo treinta y ocho kilos, querida, pero como dices, solo son novatos.
-Les falta mucho niños y tu Pedro no los trates mal, que a estos dos los conozco ¿entendido?- dijo Marina sonriendo, su mal humor se estaba esfumando
- Ya entendí cariño, ya entendí, pero no te preocupes que yo también los conozco y no son florecitas delicadas
- Mejor aún, no los canses mucho, para que los mandes con Benito.- aconsejo Marina
-De acuerdo y creo que eso les ayudara
- Ya lo creo que les ayudara
Pedro noto que sonreía y que en su mirada se notaba que tramaba algo, por lo que había que irse con cuidado y no fue el único en notarlo, pues Omar y Alejandro lo notaron también,
-¿Quien es Benito?- Pregunto Omar
- Es el instructor de artes marciales de la escuela que está aquí a la vuelta
Omar y Alejandro se pusieron a hacer sus ejercicios en los aparatos de pesas cerca de Marina y a la media hora, vieron a Pedro poner otros dos y medio kilos más a la barra por lo que ya estaba levantando sesenta y dos y medio kilos, tan fácil como los cuarenta kilos que ellos estaban levantando.
Mientras Omar hacia levantamientos, Alejandro lo cuidaba y vigilaba a Marina, por si tenía problemas, lo mismo hacia Omar cuando el que levantaba era Alejandro.
Al cabo de otros treinta minutos Pedro volvió a subir el peso de la Barra de Marina, agregando otros dos y medio kilos, con lo que estaría levantando sesenta y cinco kilos de peso.
Estos incrementos en tan poco tiempo le preocuparon por lo que pregunto.
-Marina, hay algo que deba saber o ¿es que ahora entraras a una competencia y no me he enterado?
-Para nada solo traigo mucha energía y debo sacarla, además volveremos a repetir los incrementos durante un mes o dos, quiero poder levantar los ochenta kilos para finales de año.
-Pero linda, faltan cuatro meses para fin de año, eso es mucho, pero ya sabes que te ayudare en lo que pueda, con esto.
En eso estaba Marina con sus repeticiones cuando una chica que venía distraída observando a Alejandro y Omar mientras estos se preparaban la barra agregando peso, cuando tropezó con el borde de la alfombra y el agua fría que llevaba en un vaso se derramo y fue a caer sobre el cuerpo de Marina, que tensa por el esfuerzo que realizaba se sobresaltó y por consiguiente se desconcentro, provocando que sus brazos cedieran al peso y la barra le cayera sobre las costillas, la sorpresa y el golpe hicieron que Marina lanzara un grito que fue tanto de sorpresa como de dolor, todo paso en cuestión de segundos; Pedro corrió hacia Marina al igual que Omar y Alejandro, para cuando los demás se dieron cuenta de lo sucedido Pedro y Alejandro quitaban la barra del cuerpo de Marina que solo apretaba los labios y cerraba los ojos para no volver a gritar, pues sabía que por lo menos serian tres o cuatro costillas las que se habían roto.
Omar ayudo a Marina a levantarse del banquillo con mucho cuidado para no lastimarla más; Marina sentía los ojos húmedos por las lágrimas que se negaba a derramar, mas no pudo esconderlas de la vista de Alejandro.
-Hay que llevarla a la enfermería,- decía Pedro, pero antes de que alguien dijera algo Alejandro levanto en brazos a Marina y ordenaba con voz fuerte y calmada
- Todos habrán paso; Pedro tu guíame a la enfermería y llama al médico.
Marina solo lo miraba, y cuando Alejandro bajo la vista no supo cómo interpretar su mirada, si como odio y coraje o como dolor, él la deposito con mucho cuidado en la camilla de la enfermería, esperando al medico del gimnasio llego para atenderla.
-Oh Dios, perdona Marina; todos ustedes curiosos salgan y esperen afuera- dijo el médico sacando a todos y cerrando por fin la puerta, tras lo cual Marina pudo derramar las lágrimas que contenía .
-Vamos a ver Marina, creo que tienes al menos cuatro o cinco costillas rotas, por lo que tendré que hacerte una placa con el aparatito que tenemos aquí, solo para ver qué tan grave es. – le dijo el médico a Marina mientras la llevaba a un pequeño tomógrafo portátil que había en otra habitación.
Unos minutos después se confirmaba que tenía cinco costillas rotas, dos del lado izquierdo y tres del derecho, no eran lesiones graves pero si dolorosas, por lo que le puso un fuerte vendaje y le recomendó.
-Bueno Marina, el vendaje te ayudara, pero es mejor que utilices un corset que te apriete el torso y te ayude a sostener y proteger el pecho, y por favor no levantes pesos por al menos tres semanas. Y toma un ibuprofeno de cuatrocientos miligramos cada doce horas para el dolor.
- gracias doctor, le agradezco la ayuda y tratare de hacer lo que dijo pero no puedo estar tres semanas sin hacer nada.
-pues tendrás que hacerlo, pues le diré a Pedro que no te deje hacer esfuerzos ya que estas muy lastimada.
-ok, doctor, hare caso, un corset y los ibuprofenos.