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CAPITULO 5 “La Noticia.”

(agosto 27, 2018, Los Ángeles, California, USA)

(Serena Maxwell McNamara)

He estado pensando mucho las cosas y bueno he decidido renunciar a la empresa y trabajar por mi cuenta, aunque tengo que hacer las cosas en secreto y con mucho cuidado.

Por el momento seguiré ayudando a mi padre, pues cada vez se acumula más trabajo debido a que él esta distraído viendo que yo esté segura y tranquila trabajando. Qué tontería.

Además, no puedo solo dejar el trabajo sin tener un plan bien definido. Por el momento debo preparar un buen plan ya que, si voy a vivir mi vida, lo hare fuera de esta casa, por lo que debo buscarme un buen departamento, no quiero algo de lujo, sino un departamento común y corriente en donde pueda hacer una vida tranquila como cualquier mujer joven trabajadora.

También solicite trabajo de maestra en el sistema educativo y esta vez sí aproveche las ventajas de mi nombre, pues se me prometió una plaza como maestra de historia en una secundaria, pero tendrían que ver en donde me acomodarían, pues las escuelas privadas siempre mantenían a sus maestros y pocas veces los cambiaban, por lo que fue una sorpresa para ellos cuando les dije.

-No quiero una escuela privada, sino una publica, los chicos de las escuelas públicas también merecen ser educados con esmero.

-En ese caso es muy probable que le encontremos una plaza, pero tenga en cuenta que las escuelas públicas por lo general están en barrios de clase baja. - me dijo la persona que me entrevistaba

-eso no es importante para mí, la educación de los chicos si lo es. - al parecer mis palabras la sorprendieron aún más, pero dijo que me buscaría una posición y me llamaría.

Como mi cumpleaños se acercaba y aun no tenía noticias del departamento de educación y las clases estaban comenzando, me sentí un poco triste pues pensé que tendría que esperar un ciclo más para poder encontrar un lugar en donde ejercer.

Pero no fue así, pues por correo electrónico me llego una notificación, un maestro se había accidentado a solo unos días de iniciadas las clases y necesitaban un remplazo, por lo que me ofrecieron la plaza de maestra en la Lincoln Junior High School.

Obviamente fui de inmediato a firmar el contrato y a obtener el plan de estudios a fin de prepararme, me habían dado el resto de la semana para hacer los preparativos, por lo que comenzaría mis clases en solo unos días, para ser exactos el lunes diez de septiembre próximo.

Así que siendo martes, puse mayor ahínco en buscar mi nuevo departamento, motivo por el cual comienzo a buscar un departamento cómodo y espacioso en donde poder vivir y estar tranquila, me llevo un poco de tiempo pero lo logre y lo mejor es que esta relativamente cerca de la secundaria en a que voy a trabajar, una escuela en un barrio de clase media en donde hay sobrecupo de alumnos, pocos maestros interesados en algo más que solo sobrevivir el tedio del día y de una gran diversidad étnica y cultural.

No me tomo mucho encontrar el departamento por lo que estaba feliz y más cuando solo debía tomar un autobús para llegar casi a las puertas de la escuela donde trabajaría.

Una vez firmado el contrato de compra del departamento, fui de compras, pues debía decorarlo a mi gusto, compre todos los muebles necesarios y algunos adornos para mi nuevo departamento, también compre utensilios de cocina y ropa de cama, para el jueves seis de septiembre mi departamento estaba listo y ya solo debía preparar mi plan de estudios para seguir el programa educativo.

Es viernes y me despierto temprano, pues tenía una cita para desayunar don Brenda en el Club, por lo que me duche y prepare para salir, ya estando en el club aproveche para jugar al tenis con ella, obviamente me gano pues ella es profesional. Al ir a los vestidores para cambiarme me observo con cuidado en el espejo, yo no me considero bonita, pero todos dicen que soy bella, no lo entiendo siendo una mujer de un metro sesenta de estatura, bien podría decirse que soy de estatura baja y mi cabello es de color negro, largo, lacio y pesado con un corte moderno el cual llevo en este momento trenzado y mis ojos son de un color azul profundo como el mar en calma, enmarcados por unas pestañas largas y una cejas negras, era la típica descripción irlandesa de “ojos azules pintados con dedos sucios” según me dijo el abuelo Conor una vez.

Para colmo mi piel es extremadamente blanca y mi boca es mediana de labios delineados, bien definidos y carnosos y de un natural color rojo, por lo que casi nunca me maquillo, salvo por un poco de brillo y humectante labial.

Viéndome bien al espejo ahora que he crecido y madurado, veo la belleza de la que todos hablan, más yo no me creo una belleza, ya que siempre he sido muy sencilla en mi arreglo y tan básica en mi vestimenta por lo que no trato de resaltar como harían otras mujeres de mi edad.

Eso era bueno, pues ahora que viviría en los suburbios de Los Ángeles en un distrito de clase media o como los llaman los snobs, un distrito proletario que, si bien no era un lugar de ricos y lujos, tampoco era uno de los peores lugares de la ciudad, así que vestir de forma normal y sencilla y sin grandes lujos era mucho mejor.

Esa tarde llegue a casa dispuesta a darme un baño y a descansar un poco antes de seguir con los preparativos de mi próximo trabajo como maestra de historia, el cual comenzaría el próximo lunes.

Estaba recostada en mi cama trabajando en mi plan de estudios, cuando llaman a la puerta de mi habitación y una de las doncellas entro diciendo

-Disculpe Señorita, su padre desea verla

- ¿no sabes para qué? - le pregunto

-No señorita, ha estado hablando con unos hombres. - me dice

- ¿Entonces hay alguien con él en este momento? - le pregunto viendo la ropa que traía puesta, esta era un short blanco con una camiseta ombliguera roja, que dejaba ver algo de piel.

-No señorita, vi salir a unos hombres hace diez minutos. - me respondió por lo que le dije

-Bueno, pues vamos a ver que desea mi padre ahora- temía otra de sus trampas para mantenerme vigilada y bajo su mando y control.

Baje la escalera rumbo al despacho de mi padre, mientras en mi mente sigo disfrutando de mis planes y de mi futura verdadera libertad, en donde viviría una vida tranquila y lo más normal posible, así llegue a la puerta del despacho y sin llamar entro, solo para encontrarme a papá sentado frente a su enorme escritorio por lo que le digo

- ¿que deseas papá?

Mi padre no contesto de inmediato y fijo su vista en algo detrás de mí, por lo que me vuelvo solo para ver qué es lo que llama la atención de mi padre y eso es un hombre muy alto y fuerte, su apariencia era un tanto amenazante ya que su expresión era dura y un tanto peligrosa, claro que le daría miedo a otro que no sea yo, ese hombre parecía una muralla, pues tenía un gran tamaño, se notaba que tenía músculos y un cuerpo definido, pero lo que llamaba la atención eran sus facciones duras como si fueran de piedra y en ella resaltaban unos ojos grises como el acero.

Al verlo yo solo puedo pensar … … … Problemas … … … GRANDES PROBLEMAS y con mayúsculas.

Me volteo hacia mi padre y le pregunto

- ¿Bueno me lo vas a decir o no? – le pregunto a lo que él me sonríe y trata de decir

-Serena, como ya sabes tengo un nuevo proyecto muy importante con el gobierno y este es un tanto secreto, así como peligroso y si la información del mismo cae en malas manos sería demasiado peligroso para todos.- como si no lo supiera desde hace tiempo, ¿mi padre me cree tonta? El que cinco equipos diferentes hagan una parte de un todo no evita que estos sepan lo que hacen los otros, ni que estuvieran traduciendo los rollos del mar muerto, Demonios. Por lo que le pregunto pues él sabe que mañana es mi último día de trabajo en Maxcorp, el cree que volveré al Rancho Highlander.

-¿Y yo que tengo que ver con eso? – estoy molesta por verme involucrada otra vez en sus negocios con el gobierno, aun no olvido que por su ineptitud mi madre murió.

-Lo que trato de decirte cariño, es que el gobierno ha decidido ponerte un guardaespaldas para protegerte. - dijo mi padre, esto no es nuevo para mí, pues la muralla a mis espaldas no estaría aquí solo por su tamaño, pero eso me molesta y mucho pues arruina mis planes, motivo por lo que replico.

- ¿QUE DECIDIO QUIEN? – le grito molesta, mi padre sabe que tendrá que explicarme por qué permitió que esto se repitiera, él sabe que no soporto restricciones, no después de haberme librado de la Bruja Harrison.

-El gobierno cariño, pues saben que la única forma de obligarme a decir o entregar todo es si te secuestraran y te hicieran daño. - dice mi padre sonriendo muy tranquilo.

-JA ¿y todo esto sin consultarme? - mi tono de voz era frio, papá sabe que habrá problemas, por lo que se apresura a decir

-comprende hija, es por tu bien.

- Y un cuerno, nadie, pero nadie me puede obligar a tener un moscón atrás mío, no de nuevo y si esta es otra de tus maniobras, no lo vas a conseguir y si no me haces caso, en mi vida te dirijo la palabra otra vez y me iré de tu casa. - le digo molesta, aun cuando se bien que esta casa y todo su contenido es mía.

Mi padre por toda respuesta solo sonrió de lado y dijo

-Serena, este es el Agente Especial a cargo Maximiliano Hunter. - vi como la sonrisa de mi padre cambiaba a una picara mientras el hombre tras de mí se acercaba a nosotros diciendo

-Su padre no puede hacer nada para evitar que yo la vigile, pues tengo ordenes muy superiores a lo que su padre pueda decir o hacer, también puede llamarme Max, si le es más fácil de recordarlo así. - dijo el hombre mirándome con algo de frialdad y aburrimiento en su fría y dura mirada.

Escuchar su voz, después de que estuvo en silencio la mayor parte del tiempo me sorprende, pues su tono al igual que su cara es frio como sus ojos color acero, pero el que dijera que me vigilaría fue el acabose, no lo voy a permitir, no otra vez, por lo que le respondo

-Bueno, pues ese será su problema, el de mi padre y el del gobierno y con sinceridad le digo que me quitare su sombra tanto como me sea posible.

-Mire Señorita, yo tengo que hacer un trabajo y cumplir órdenes y sería mucho más fácil si usted coopera. - dice el hombre con el mismo tono, como si me hiciera un favor, JA.

-JA, pues no lo hare, de eso puede estar seguro, no lo necesito y no voy a permitir que vuelvan a controlar mi vida, ya no más. - le respondo enojada, eso no es bueno y quien me conoce lo sabe.

-Lo hará, pues desde ahora, yo diré si sale o no de la casa y espero que haga caso. - ordeno el hombre con voz dura y fría como el ártico; en su rostro no se movió un solo musculo, lo que lo hizo parecer aún más amenazante, que bien se ve que está acostumbrado a ser obedecido y más que no me conoce por lo que le respondo.

-ME IMPORTA UN COMINO LO QUE USTED DIGA, TENGO CASI VEINTITRÉS AÑOS DE EDAD, SOY MAYOR DE EDAD, POR LO TANTO, NI SIQUIERA MI PADRE TIENE AUTORIDAD SOBRE MI ¿LO ENTENDIO? – le grito y salgo del despacho de mi padre dando un portazo.

Estoy enojada y debo calmarme o terminare golpeando a alguien de fea manera, al parecer estos quieren arruinarme la vida otra vez, pero no lo voy a permitir, tengo que calmarme y hacer planes para comenzar a vivir mi vida como yo quiero.

(septiembre 5, 2018, Los Ángeles, California, USA)

(Maximiliano Hunter/Agente Especial de Seguridad Nacional.)

Bajo del avión en esta ciudad seguido por los otros dos agentes que fuimos enviados para esta misión de protección. Lo primero que hacemos es reportar nuestra llegada he instalarnos en un hotel cualquiera, solo lo usaríamos para descansar en los turnos, una vez instalados, hago un plan pues hay que verificar lo que haremos y el área a proteger.

Obtuvimos los planos de la casa y sus dimensiones, sé que solo somos tres, pero para cuidar a una niña rica y mimada no necesitamos ser más, solo la orden de que coopere y nos deje hacer nuestro trabajo.

A la mañana siguiente vamos a la casa Maxwell a fin de presentarnos y hablar con los sujetos en cuestión, ellos deberán modificar sus costumbres a fin de evitar ser blancos fáciles de ataques.

Nos recibe una sirvienta y nos lleva al despacho y nos presentamos.

-Señor Maxwell, soy el Agente Especial a cargo Maximiliano Hunter y ellos son los agentes Aníbal Jameson y Jonás Court, somos de la Agencia de Seguridad Nacional, al parecer hay personas no gratas interesadas en lo que usted hace para el gobierno, según inteligencia se sabe de amenazas en contra suya y su familia, por lo que nos enviaron a vigilarlos. - le digo, al ver su reacción sé que lo tomo por sorpresa, pero se recompuso y dijo

-Agente esto no es nuevo, pero que se repita es un problema, si este es todo su equipo prefiero que se concentren en cuidar de mi tesoro, mi hija, si algo le pasa a ella no podré soportarlo, yo tengo mi propia seguridad desde hace años, pero mi hija se libró de ellos hace poco, porque no habíamos tenido problemas; como dije no es nuevo que grupos criminales, terroristas o gobiernos enemigos quieran lo que hacemos, por lo que tenemos estrictos controles de seguridad, pero que las amenazas apunten hacia mi hija es un problema, ella no aceptara otra vez tener escoltas y no será fácil convencerla. No ahora.

-Señor Maxwell, por la seguridad de la Señorita es que nos mandaron, al parecer es la persona más importante para usted de toda su familia, no creo necesitar a más hombres para cuidarla y vigilarla.

Verlo sonreír y negar con la cabeza me desconcierta y más cuando le escucho decir.

-agente Serena, mi hija no es como cualquier otra chica, no se confié, sé que necesitara más personal…

-Señor Maxwell, sé que es su hija, pero una chiquilla mimada y rica no es un problema para nosotros; Somos profesionales en nuestro trabajo. - me apresure a decirle, interrumpiéndolo, tengo que dejarle en claro que soy un agente entrenado no una niñera.

-Agente Hunter, cuando dije que mi hija no es como cualquier otra lo dije en serio, ella no es una niña rica, caprichosa y mimada, es alguien especial con talentos y habilidades especiales y específicos, se ve que no conoce a mi hija y ya que esta tan seguro de no necesitar más equipo, yo tomare la iniciativa en contra de eso, llamare a los encargados de mi seguridad, seguro el antiguo equipo de Seguridad de Serena aun esté disponible.

-Preferiría que agentes externos poco entrenados no intervinieran, mis órdenes son gubernamentales y lo lamento, pero yo seré quien tome las decisiones. - le digo

-Bueno, en ese caso, será mejor que conozca a su protegida, así que la llamare. - dijo el Señor Maxwell; yo solo puedo pensar en sus palabras ¿talentos especiales y específicos? ¿acaso es retrasada mental o está enferma? Nadie informo de eso en su dosier, por lo que es probable que tengamos que investigar a su equipo de atención médica, por lo que tomo nota mental; una persona discapacitada debe ser monitoreada medicamente y hay que asegurar las rutas al centro médico y hacer investigaciones profundas sobre quienes la atienden o la rodean en el Centro medico, por lo que hago salir a Jonás y Aníbal.

Mientras él toma el teléfono interno y pide traigan a su hija, yo observo su despacho, hay libros y objetos de arte y unas puertas dobles que seguro dan a otro salón de entretenimiento; un pequeño mini bar bien surtido y un ventanal por el que entra luz natural, estoy observando un pequeño cuadro de un paisaje junto a la puerta, cuando esta se abre y por ella entra una jovencita no muy alta, no más de un metro y sesenta o un metro y sesenta y cinco de altura calculo, es baja de estatura delgada y de piernas firmes por lo que veo, ya que viste unos shorts color blanco y una pequeña camiseta de color rojo que deja ver más de lo que cubre, una larga melena de color negro trenzado, se ve frágil a pesar de su cuerpo firme y delineado, voy a dar un paso cuando la escucho decir con algo de fastidio.

- ¿Qué deseas papá? – su tono de voz es dulce, como la voz ce un ángel; lo que veo de espaldas no es cualquier cosa, es una modelo de revista y su voz es encantadora; es obvio porque las amenazas contra Maxwell van en contra de su hija; cualquiera podría hacerle daño con solo sujetarla fuerte y si tiene una condición médica el asunto se agrava.

Veo al Señor Maxwell desde donde estoy, él no le responde a su hija, solo me mira, ella debía notar algo porque se giró para verme; Cielos es una belleza angelical, su rostro de facciones suaves y esos ojos azules resaltados por las pestañas largas y unas cejas tan negras como la noche, la hacen ver como una modelo de pasarela o mejor aún, como esas antiguas y delicadas muñecas de porcelana que son de colección, que pueden ser dañadas con solo rosarlas.

Ella me observa, lo hace minuciosamente y veo como sus ojos se abren, parece que nunca ha visto a un hombre armado, voy a decirle algo mientras acomodo mi saco que había dejado a la vista mi arma, pero ella se voltea y le pregunta a su padre

- ¿Bueno me lo vas a decir o no? – esta vez su voz a pesar de ser dulce, va cargada de molestia; veo a su padre sonreír a medias pensando que responderle.

-Serena, como ya sabes tengo un nuevo proyecto muy importante con el gobierno y este es un tanto secreto, así como peligroso y si la información del mismo cae en malas manos sería demasiado peligroso para todos. - le escucho decir, al parecer la chica es consciente de los negocios de su padre con el gobierno, eso es bueno pues la hará cooperar en todo lo que se le ordene.

Pero la escucho replicar y su padre le explica el porqué de mi presencia aquí, veo su reacción y es tensar el cuerpo, al parecer la noticia de que desde hoy tendrá seguridad no fue de su agrado, lo confirmo cuando pregunto gritando

- ¿QUE DECIDIO QUIEN? – es obvio que está muy molesta

-El gobierno cariño, pues saben que la única forma de obligarme a decir o entregar todo es si te secuestraran y te hicieran daño. – le responde su padre sonriendo; algo me dice que no confié en esa sonrisa, pues algo esconde.

La escucho replicar y reclamar a su padre por no ser tomada en cuenta al decidir, pero la verdad es que no hay mucho que decidir, el gobierno los considera de interés y simplemente ordenaron su protección y como ciudadana le corresponde obedecer y aguantar las decisiones que otros tomen.

La chica hasta se atrevió a amenazar al padre con la típica frase “y si no me haces caso; en mi vida te dirijo la palabra otra vez y me iré de tu casa”; como si una niña rica, caprichosa y mimada pudiera valerse sola en la ciudad si el dinero de papi rico, todas son iguales, acostumbradas a gastar en cosas inútiles, ir de fiesta todas las noches y terminar borrachas en la cama de cualquiera que le caliente el oído.

Por toda respuesta su padre me presenta con una sonrisa divertida en su rostro, lo que confirma mis sospechas de que Serena Maxwell es otra niña rica, inútil y sin cerebro por lo que tras la presentación le digo acercándome

-Su padre no puede hacer nada para evitar que yo la vigile, pues tengo ordenes muy superiores a lo que su padre pueda decir o hacer, también puede llamarme Max, si le es más fácil de recordarlo así. – le digo seriamente y con sarcasmo ya que chicas como ella con tarjetas de crédito y sin cerebro hay muchas y son fáciles de controlar.

Ella me observa y se nota que está molesta, pues dice

-Bueno, pues ese será su problema, el de mi padre y el del gobierno y con sinceridad le digo que me quitare su sombra tanto como me sea posible. - eso no me gusto, porque sé que causara problemas, por lo que le digo

-Mire Señorita, yo tengo que hacer un trabajo y cumplir órdenes y sería mucho más fácil si usted coopera. – Ella obviamente se negó a cooperar por lo que termine diciendo

-Lo hará, pues desde ahora, yo diré si sale o no de la casa y espero que haga caso. – No estoy dispuesto a cumplir caprichos de una niña mimada y tonta.

-ME IMPORTA UN COMINO LO QUE USTED DIGA, TENGO CASI VEINTITRÉS AÑOS DE EDAD, SOY MAYOR DE EDAD, POR LO TANTO, NI SIQUIERA MI PADRE TIENE AUTORIDAD SOBRE MI ¿LO ENTENDIO? – me dijo gritando, se nota que ésta enojada, para luego dirigirse a la puerta y salir dando un portazo

Es cuando escucho a su padre decir

-Es un poco difícil, hasta ahora la he podido contener, pero ya no puedo. - el hombre sonríe con algo de vergüenza, lo que me indica que esa chica será un verdadero dolor de cabeza por lo que le digo

-Espero que no me de muchos problemas, pues yo no creo tener tanta paciencia.

Tras decir eso, salgo del despacho para hablar con Aníbal y Jonás, hay que poner vigilancia y estar atentos.

Para evitar problemas el Señor Maxwell ordeno se nos asignaran habitaciones en la casa, por lo que envíe a Jonás por nuestras cosas al hotel y nos acomodamos en las habitaciones asignadas, esto nos daba mayor comodidad para cumplir con nuestro trabajo.

Aun, así como es nuestra costumbre siempre traemos una maleta con ropa de emergencia en el auto.

(septiembre 6, 2018, Los Ángeles, California, USA)

(John Maxwell/ presidente de Maxcorp.)

Estoy trabajando en casa o eso dije, en verdad lo que estoy haciendo es pensar en qué hacer para retener a Serena aquí en casa, ella otra vez presento su renuncia a Maxcorp, Caramba pero si hice todo lo posible para que se sintiera bien e indispensable, tanto que me ocupe de cosas intrascendentes dejándola a cargo de la dirección de la empresa, lo que causo que mucho trabajo se acumulara en mi despacho, mismo que ella trato de sacar adelante y lo hacía bastante bien; muchas de sus decisiones fueron buenas y sus negociaciones fueron magnificas; pero me tomo por sorpresa el lunes pasado que nuevamente presentara su renuncia, alegando estar estresada por la carga de trabajo.

Si bien creo que me excedí al dejarle la mayor carga de trabajo en la presidencia de Maxcorp, sé que ella puede hacerlo solo quiero que comprenda y tome poco a poco las riendas de la empresa; su futura herencia.

Sé que no ha dejado de atender todo lo que ha hecho, mejorando los vinos, haciendo nuevas mezclas de uvas, acrecentando el patrimonio que heredara de Conor y Helena, se bien que creo dos nuevos negocios con el de las mermeladas y las galletas y dulces, además de que las damas del terror de Mendocino no dejan de llamarla para cualquier cosa.

Ahora que ella renuncio otra vez, sé que volverá al Highlander, a sus caballos, a sus paseos por las montañas de California y a los viñedos, lo que la llevara a estar lejos de mi vigilancia y protección; pero yo sé bien que las amenazas están ahí, latentes y que ella ya no tiene escoltas, por lo que llamo a Nathan para que estén todos atentos.

Es cuando llegan tres hombres que se presentan como agentes federales de Seguridad Nacional, al parecer otra vez inteligencia ha confirmado las nuevas amenazas en contra mía y de mi hija, por lo que le hago saber al agente a cargo, el Señor Hunter que las amenazas no son nuevas pero que a mí no me deben cuidar sino a mi hija Serena; es en ese momento que el agente Hunter me dice que fueron enviados en especial para vigilar a Serena y así protegerla.

Yo no creo que solo tres agentes sean suficientes además de que al parecer el agente desconoce quién es mi hija, vaya ¿es que el gobierno no aprendió nada del desastre de la vez anterior?

Motivo por el cual me decido a llamar nuevamente al Capitán Stilgart, el sabe como es mi querida hija y como tratarla.

Aun así, le advierto al agente Hunter que Serena no es una chica común, ya que ella es alguien especial con talentos y habilidades especiales y específicas y vaya si es especial, es una McNamara, lo que vivió aquella vez no fue fácil y sumando a su entrenamiento, su inteligencia superior; mi hija es capaz de darle una gran lección al mejor agente de Seguridad Nacional con los ojos cerrados, siendo honesto y eso me da miedo; pues ella podría quedarse sola el resto de su vida.

El agente Hunter prefiere no contar con la ayuda del Capitán Stilgart, pero yo creo que, si la necesitara, al menos Stilgart ya está sobre el caso y lo está a distancia, para no enojar a Serena.

Mando llamar a mi hija Serena y cuando ella entro sin llamar a mi despacho, vi como el agente la miro con asombro, al parecer no sabía que mi hija es una belleza extraordinaria, me pregunto si de aquí podría resultar algo más que solo una misión cumplida para un agente experimentado como el que está parado tras de mi hija.

Para colmo Serena está molesta, lo que no es bueno y aun así el agente Hunter trata de imponerse ante Serena, yo solo puedo sonreír, pues vi como este hombre llamo la atención de Serena; más por el momento echan chispas y están en lados opuestos de la línea, pero sé que si hago un par de movimientos obtendré más que solo la seguridad de mi hija.

Como era de esperar Serena lanzo sus amenazas y grito, haciendo muchos aspavientos, lo que me indica que trata de poner al agente Hunter en su lugar, pero puedo ver que este hombre no se dejara intimidar por Serena, más creo que tampoco sabe exactamente quien es mi hija o lo que puede y es capaz de hacer.

Cuando Serena sale molesta dando un portazo de mi despacho, solo puedo tratar de disculpar su comportamiento rebelde, pues la comprendo, fue reprimida por esa mujer de Servicios Sociales por mucho tiempo, es el motivo por el que Serena no acepta más restricciones, así que digo

-Es un poco difícil, hasta ahora la he podido contener, pero ya no puedo. – lo hago sonriendo, pues a Serena no le hace falta un escolta, lo que ella necesita es una pareja que la comprenda, que la cuide y la proteja de aquello de lo que ella misma no puede defenderse.

-Espero que no me de muchos problemas, pues yo no creo tener tanta paciencia. - me responde el agente algo serio, pero sin tanta dureza como demostró hace unos momentos.

Veo al agente salir de mi despacho, creo que he encontrado al hombre perfecto que buscaba, ahora el problema será que ese par coopere y en un futuro no muy lejano me den nietos.

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