Capítulo 4
━ Hola, Margo, ¿cómo estás? ━ preguntó la señora Doherty mientras cortaba los arbustos de su jardín. Ella era una de las poquísimas personas que no se lanzaba a preguntar sobre mí si necesitaba algo, pero en realidad querían datos sobre la muerte de Jimmy. Vaya par de chismosas.
━ Hola señora Doherty, me he sentido mejor que otros días. Hace una hora tuve sesión con el grupo. ━ sonreí a medias y me indicó que me sentara en el césped a su lado.
━ Bueno, tendrás tu sesión con la psicóloga Doherty, puedes maldecir o gritar tanto como quieras. ━ reí y miré hacia el frente. ━ O lo que creas que es mejor para ti.
━ Hoy leyeron en clase una carta que no tengo ni la menor idea de cómo llegó a manos de la profesora Stefanie y eran las mismas palabras de Jimmy.
— ¿Quién fue el que lo hizo?
━ Un chico que es sobrino de la profesora.
━ ¿Y cómo lo manejaste? Sé que la muerte de tu hermano fue un golpe muy duro para ti, y todavía te cuesta aceptarlo.
Asentí.
━ Jimmy fue uno de los chicos que me impresionó. Tuvo el concepto de buen hijo, hermano y ser humano, o al menos en mi opinión reunía las características para ser las tres cosas.
━ También lo extraña.
━ Fue de los chicos que creo que es difícil de encontrar o conocer. ━ comentó. ━ Y sabes que a él no le parecería bien que te sintiera así, tan melancólica, y más a tu edad. No pretendo decirte qué hacer, tan solo es lo que pienso.
━ Jamás pensaría que tratas de mandar en mi vida. Eres una de las pocas con las que puedo hablar y sé que siempre quisiste lo mejor para Jimmy, y para mí. Incluso él dijo que serías la primera en recibir la invitación para su graduación, cuando acabara la carrera, y bailar la primera canción. Para nosotros, desde que nos mudamos y te conocimos, no nos llevamos bien, y el tiempo nos cambió, y aprendimos a olvidar nuestras diferencias.
━ Y por lo mismo, siempre podrás contar conmigo. Desde el uno hasta el mil, desde el comienzo hasta el final, y aunque estemos a gran distancia. ¿Y sabes por qué?
━ ¿Por qué? ━ sonreí y ella me abrazó por los hombros.
━ Dos razones: Te quiero como a la nieta que no tuve y por la promesa que les hice a ambos. De nunca dejarlos solos.
La señora Doherty fue en los años anteriores la abuela genial, pese a su carácter, y hasta el día de hoy lo sigue siendo. En las veces que podía la visitaba y pasaba un par de horas, conversando o viendo sus programas de cocina. Un dato curioso: La señora Doherty ama con locura las tartaletas de moras, razón por la que cocina y regala un pedazo a cada casa. Es un amor de persona. Quien diga lo contrario de evidente que no la conoce lo suficiente.
━ He horneado unas tartaletas de mora que están para morirse, ¿quieres pasar y probarlas? ━ sin pensarlo nos levantamos y entramos a su casa. La decoración era crédito mío, y es que una tarde la señora Doherty estaba buscando opciones en una página, pero no tuvo suerte y justo toqué el timbre. Fuimos a la tienda en la que venden buenas cosas a un precio accesible, y terminamos haciendo un buen trabajo. Con ayuda de Jimmy movimos los sofás y las mesas, mientras que la señora Doherty llevaba la cuenta de lo que estaba listo.
Dejé mis cosas en el sofá y la acompañé a la cocina a servir dos rebanadas. Aunque algunos adolescentes prefieran pasar el rato viendo su celular que estar con personas mayores, estaría encantada de hacerles saber que están equivocados, con ellos también pueden tener una conversación sin aburrirse.
━ ¿Y cuál es tu veredicto? ━ preguntó al verme dar el primer bocado.
━ Buenísimo como siempre. No deberías sorprenderte, eres estupenda.
━ Bueno, espero que no me extrañes a mí ni a mis tartaletas por los próximos dos meses…
━ ¿Cómo?
━ Debo visitar a un familiar y es urgente. Volveré en cuanto todo esté solucionado. ━ asentí.
━ ¿Quién estará en su casa por mientras?
━ Contraté a un servicio para que limpie y mantenga el orden, no tienes porqué preocuparte. Solo me quedaré más tranquila si prometes estar bien.