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MARTHA
—Isabella, ¿estás en casa?—le llamé, creo que ella era la única que podía ayudar a Harry del estado en que se encontraba.
—Aún no, pero voy en camino, ¿por qué?—se podía escuchar los autos que pasaban a gran velocidad.
—Se trata de Harry—hubo un pequeño silencio en la llamada, supongo que era por lo que Noah iba con ella.
—¿Qué pasa con él?—susurró.
—No sé, lo que pasa es que de pronto lo vine a buscar a su casa pero él salió enfurecido, justo en este momento está bastante agresivo, tanto así que rompió el saco de boxeo—tenía un poco de lastima por él, pues nunca lo había visto de esa forma.
—¿En serio? pues lo siento mucho por él, pero hoy creo que tengo planes con Noah—colgó, era lógico que Isabella aún sentía mucho rencor contra Harry después de lo que le hizo, pero también se me hacía incómodo por el. Creo que será en otro momento que hable con Harry, mientras tanto sólo giré sobre mis talones y me fui del lugar.
ISABELLA
—Se supone que iríamos al apartamento, ¿cierto?— quedé viendo a Noah, él había tomado otra ruta diferente a la que siempre tomábamos.
—Así es, pero antes te tengo una sorpresa— sonrió como si tenía un as bajo la manga, últimamente se ha estado comportando un poco extraño.
—¡Vamos!—hice puchero—dime hacia donde vamos, sabes muy bien cómo soy cuando me dices ese tipo de cosas.
—Ya verás—guiñó un ojo para seguir conduciendo— pero definitivamente te encantará, te conozco muy bien y se de tus gustos—no me gustaban las sorpresas, es decir si, pero mejor que ocurriera hasta ese momento, porque luego la ansiedad me ganaba.
Finalmente llegamos a un lugar bastante lujoso en donde parecía un restaurante de origen italiano, las mesas eran muy elegantes, muchas velas encendidas por cada mesa y todo aquello parecía una película de fantasía, Y lo que más me sorprendía hasta el momento es que no tenía idea como Noah estaba adquiriendo dinero para traerme a estos lugares tan caros.
—Toma asiento por favor —retiró una silla de la mesa para darme lugar, yo no andaba en buenas fachas que digamos y menos acorde al lugar en donde se supone que cenaríamos.
— Al menos me hubieses dicho que vendríamos acá—negué con la cabeza—de esa forma hubiéramos pasado por el apartamento buscando ropa y fuera todo muy diferente— observé a mi alrededor y note que más parejas estaban llegando al lugar pero por sus vestimentas parecían personas adineradas.
—Eso es lo de menos, cariño, sabes muy bien que ese tipo de cosas no son tan importantes, lo más importante es lo que vamos a hacer hoy— sus ojos me ocultaban algo, pero al final de la noche me daría cuenta de cuál era su sorpresita.
—Espera un momento—se levantó de la mesa y se dirigió quizás a los baños, mientras tanto yo estaba pensando en las cosas de Harry, no sé porqué él estaba actuando de esa forma, hacia quien tenía acumulada toda esa ira y si en realidad él estaba arrepentido de lo que me había hecho, no lo sé, pero tengo que sacarme todo esos pensamientos, no puedo bajar la guardia ante el, ahora él es un padre de familia, tiene un hijo a quien cuidar y definitivamente no me veo en esas circunstancias con él, ya el daño está hecho y no hay vuelta atrás, aunque mi corazón me diga lo contrario.
HARRY
El cansancio estaba consumiendo mis energías, estaba en un momento en donde mis emociones eran confusas como por ejemplo, siento el mismo amor, la misma pasión y la misma intensidad hacia Isabella, todo este tiempo que estuve oculto, mi corazón, mi cuerpo le pertenecían siempre a ella e incluso llegué a pensar si en algún momento de mi vida no la volvería a ver, yo me quedaría solo sin importar las consecuencias, sé que actúe mal en no decirle de inicio la verdad, pero todo fue por no perderla, ahora la perdí y creo que la perdí definitivamente.
Me dirigí hacia mi habitación, necesitaba una ducha y estaba muy sudado, mi día había sido muy pesado. ahora que pude tener muy cerca a Isabella me sentía mal porque creí que las cosas entre ella y yo serían diferente, pero ahora su rechazo me quema, pero creo que son las consecuencias de una mala decisión lo único que me quedaba todo este tiempo era aguantar. Me metí en la ducha, estuve bajo el chorro unos minutos dejando que el agua refrescara mi cuerpo.
Mi cabeza solo podía pensar en todas las veces que hice mía a Isa, ahora lo más seguro es que ese imbécil de su novio debe de disfrutarla, pensar ese tipo de cosas robaban la poca paz que tenía en mi cabeza, me sentía más molesto que el inicio, pero no sabía qué hacer, no podia salir corriendo detrás de ella como un loco, pero tampoco me puedo quedar de brazos cruzados, creo que mejor saldré un poco a distraerme, ahora que estoy soltero tampoco tengo que darle explicaciones a Helena.
Salí del baño, tomé lo primero que había en el ropero, lo único que quería en ese momento era relajarme así que la vestimenta no era algo importante, tomé las llaves del coche y salí, en esta ciudad lo que más había eran lugares de distracciones. No dudé, entré en el primer bar que se me presentó, había una fiesta y las luces interrumpidas golpeaban mi vista de forma que mis movimientos parecían ralentizados.
—Un trago por favor—le dije al Bartender— Y lo quiero muy fuerte—hice hincapié.
—Pareces alguien herido—me dijo sirviéndome en un shot—tipos como tú vienen de paso por acá, los puedo conocer a simple vista.
—¿Ajá? ¿Y Cómo? si se puede saber—inquirí.
—es por tu fachada, te ves un sujeto adinerado y si entraste a este lugar es porque realmente tienes problemas, pero no te preocupes, con esto se te quitará un poco—me sirvió dos shot frente a mi, sin dudar tomé uno y en seguida el otro.
—Quiero otros dos—él hizo un gesto extraño con su rostro, quizás asombrado.
—Deberías de llevarte las cosas con más calma—sirvió otros dos tragos—de ser así no creo que puedas irte de este lugar.
—No te preocupes por mí—encogí mis hombros—de por sí sé que mi vida no vale nada—creo que el efecto de los tragos está empezando a notarse en mi cuerpo—sabes, yo he tenido todo en esta vida, dinero, mujeres y lujos, pero algo que nunca pude tener era la felicidad, la encontré en una mujer, pero lo eché todo a perder—tomé un trago—¿quieres brindar conmigo?—le di el otro trago y brindamos—salud por los amigos que uno se encuentra por acá.
—¿Cómo te llamas por cierto?—preguntó mientras atendía a otros clientes.
—Soy Harry Lee,—mi voz sonaba un poco alterada, creo que me estaba pasando un poco, pero eso era lo que buscaba, desconectarme un poco de la triste realidad que vivía, teniendo a la mujer que amo tan cerca y tan lejos a la vez.
—¿En serio?—se sorprendió—¿el famoso abogado?
—así es, el mismo de siempre—actuaba como un tonto.
—Y ¿que te impulsó haber venido a meterte a un lugar como estos? Bueno, si quieres contarme, claro.
—Una chica—golpeé la barra—una chica a quien le entregué mi corazón y más que eso, mi alma, pero yo mismo fui el culpable de haber enterrado eso.
—Veo que estás muy mal—palmeó mi hombro asintiendo—ten otro—me sirvió un trago más grande—te hará bien—lo tomé en seguida, mi cuerpo estaba cada vez peor.
—Creo que me tendré que ir—le dije levantándome del asiento, sentí que todo giraba alrededor, el ruido era ensordecedor, las luces estaban haciéndome una mala pasada y el movimiento de las personas saltando me empujaban en todas direcciones, estaba sufriendo de ataques de pánico, sentí que las personas me observaban con malos ojos.
—¿Donde crees que vas?—una chica con labial negro me tomó del brazo—a penas esta comenzando para que un hombre como tú se vaya—tomó de mi cuello atrayéndolo al suyo para besarme, pero justo antes me hice de lado, empujándola un poco—¿que mierdas te pasa? ¿Estás loco o que? Deberías de sentirte agradecido de que me acerque a ti, imbécil—seguí caminando y la perdí de vista, aparté a quien se me ponían en frente hasta que finalmente llegué a la salida, en cuanto salí del lugar volví a ver hacia todos lados buscando el coche, tomé la llave y oprimí el botón de la alarma, me sentía tan perdido que no recordaba donde lo había estacionado, hasta el momento en que sonó la alarma.
Entré al coche y creo que ni siquiera andaba en mis cinco sentidos, salí del lugar sin rumbo y sin dirección aún pasado de alcohol todavía seguía pensando en Isabella, era frustrante que ni aún así había calmado mi ansiedad.
ISABELLA
— Sé que no tuvimos un mejor comienzo que digamos, mi amor, pero juntos hemos venido venciendo los obstáculos que se nos han puesto al frente y nuestro amor siempre será una llama la cual nada podrá apagarla—Noah me tomó de mis manos acurrucandolas con las suyas— hay tantas cosas que me gustaría hacer contigo y el tiempo no es lo suficiente, pero lo más importante es que estás conmigo, Isabella, pero quiero dar un paso muy importante contigo, creo que es el paso más importante que podríamos dar en nuestra relación— sinceramente me sentí un poco tensa con la situación—Isabella Fox—carraspeó—¿aceptas casarte conmigo?—sacó una caja de cuero blando de color blanco, la abrió y consigo llevaba un anillo con enorme diamante azulado en su centro incluso hasta yo me sorprendí de ese anillo; se miraba lujoso y muy costoso, pero el reto más grande en ese momento era responderle a Noah, Sabía perfectamente lo que yo sentía por él pero sin embargo había un pensamiento rondando alrededor de mi cabeza y es que ahora que había aparecido Harry las cosas eran muy diferentes; aún sentía el rencor y el rechazo hacia él pero muy al fondo también existía esa atracción— vamos, Isabella, te hice una pregunta— me debatía que podría hacer al respecto, sabía que si aceptaba casarme con él sería una responsabilidad muy grande, pero si le decía que no, se sentiría mal y le rompería el corazón, cosa que no quiero que pase dos veces, el siempre ha estado conmigo en las buenas y en las malas incluso cuando llegué a rechazarlo por completo, así que me encontraba en la situación más embarazosa de mi vida.
HARRY
El puente colgante... ¡Oh, si! creo que era uno de los mejores lugares donde me pondré a reflexionar un poco de las cosas que he hecho en esta vida, soy una basura de hombre y lo único que hago es destruir todo lo que toco, la verdad ya no puedo seguir con toda esta locura.
—No tengas miedo, lánzate de acá y todo se acabará, es lo mejor que puedes hacer para todos, de esa forma no producirás dolor en aquellas personas que de verdad te quisiera en algún momento—escuché una voz distorsionada en mi cabeza.
—¿Quien eres?—hablé al vacío, me estaba volviendo loco, pero al menos esa voz que estaba escuchando creo que tenía la razón y lo más prudente es que yo acabara con mi vida en este mismo instante saltando desde acá, caminé hacia la orilla del puente y observé que desde acá estaba muy alto pero de esa forma no encontrarían mi cuerpo.
— ¡hazlo de una vez por todas! no la pienses tanto, entre más tiempo estés acá, más daño le harás a esa chica, ella ya está sufriendo mucho por ti, ahora sólo terminemos esto—escuchaba una y otra vez, ahora estaba más que decidido en hacerlo, respiré profundo para tomar un poco de aire y un poco de valor, crucé la baranda hacia el otro lado, me sostuve un poco tomando los barrotes, no podía negar que tenía un poco de miedo pero solté mis brazos y justo antes de poder lanzarme escuché el frenazo de un auto estacionarse detrás de mí, me giré rápidamente, pero resbalé por accidente.
ISABELLA
Sabía que los sentimientos de Noah hacia mí eran muy sinceros y además de eso sabía que él estaba dispuesto hacer todo por mí, era de esos hombres muy preocupados y lo que más me gustaba de él es que no había hijos de por medio, tampoco mujeres, pero aún con todo eso no me sentía muy segura, todo esto pasa por el idiota de Harry, si no hubieras aparecido en este momento creo que le diría que si sin pensarlo. De pronto sentí un malestar en mi pecho, era algo clavado directamente al corazón, era un tipo de presentimiento muy feo y no se por qué sentí que era con Harry.
—¿Pasa algo, Isa?—Noah se levantó para tomarme de la cintura, realmente me sentía un poco mareada—¿te sientes bien?
—No lo estoy—llevé mis manos al pecho, no podía dejar de sentir esto clavando acá—necesito que salgamos de acá—le sugerí mientras respiraba de manera agitada, algo estaba pasando y sin duda todo apuntaba que era con Harry Lee.