La vida nos dará otra oportunidad
Sinopsis
Leonardo, un chico solitario sin nadie a su lado, solo él y su mundo oscuro. ¡A la edad de quince años, todo le fue arrebatado! La persona más importante para él, ella era su única razón de vivir; desde entonces su vida cambia, se vuelve oscura, fría y oscura, con un solo propósito: ¡VENGANZA! Pero un día conocerá a alguien que lo cambiará, finalmente encontrará su rayo de luz, que también está lleno de moretones y dolores; con un fuerte pasado a sus espaldas y un futuro bastante difícil de afrontar. ¡Habrá dos cosas que podrán mantenerlos en marcha, el amor y la fe! Esa fe de creer en los milagros, las segundas oportunidades y sobre todo en las curaciones.
Capítulo 1
Bajo el volumen del estéreo y escucho voces que vienen de abajo.
¿No era solo mamá abajo?
Para ver quién es, bajo las escaleras dirigiéndome hacia abajo, pero lo que veo es algo descabellado, algo que no deseas ni para el peor de los enemigos.
Hay tres hombres, dos de ellos rebuscando en los cajones mientras otro sujeta a mi madre por el brazo.
"¿Qué está pasando?" Grito de pánico.
Mi madre voltea bruscamente y en sus ojos solo puedo leer miedo, el mismo miedo que estoy sintiendo en este momento.
“Leonardo se escapa”, se las arregla para decirme antes de que el tipo le dé una bofetada en la cara.
Ante ese gesto, aprieto los puños con tanta fuerza que puedo sentir mis uñas clavándose en mi piel.
Tomado por la adrenalina, me lanzo al tipo y empiezo a golpearlo en la cara, uno, dos, tres puñetazos, mis manos se llenan de sangre junto con su cara.
Me siento tirado por la camisa y arrojado al otro lado, mientras los amigos ayudan al tipo.
Intento acercarme a mi madre pero uno de ellos saca un arma y le apunta.
Mi mirada está fija en el arma mientras los muchachos la mueven de mí a mi madre.
Para luego apuntarme con el arma.
"¡Leonardo se va!" mi madre llora.
Y luego un disparo ensordecedor, tan fuerte que te atravesó los oídos.
Es un grito desesperado, el grito de un chico de quince años que grita exasperado.
"¡MAMÁ!"
Siete años despues.
Salto en medio de la noche, mi corazón late con fuerza, mi cuerpo está empapado en sudor y mis manos tiemblan incontrolablemente.
Siempre la misma pesadilla...
Siempre la misma escena... ¡
Siempre la misma historia cada noche!
Ella está llena de sangre, él con su mirada gélida y yo con los ojos de quien sabe que está indefenso en un momento así.
Tengo que estar en el trabajo en media hora, así que me alisto y me subo al auto que se precipita por las frías calles de Brighton.
Trabajo en un supermercado, pero no de dependiente ni mierdas así, estoy abajo haciendo paquetes.
Me detengo en un semáforo en rojo, esperando que se ponga en verde, enciendo un cigarro, abro la ventana y empiezo a disfrutarlo lentamente.
Muevo mi mirada al espejo retrovisor, mis ojos verde oscuro con grandes bolsas debajo dejan saber lo cansada que estoy de todo!
Se apaga el semáforo en verde y tiro con él pero de repente escucho un golpe a la derecha de mi auto, doy la vuelta y...
Mierda, un coche me atropelló, pero ¿dónde estaba mirando eso?
Me bajé del auto como un loco "¿Dónde carajos estabas mirando idiota?" —grito mientras me acerco a su coche.
Pero una chica sale del coche.
¡Aquí estás! Tuve que imaginarlo.
«Siento no haberte visto, tenía prisa, sabes que es mi primer día de trabajo y no quería llegar tarde así que me tiré con la tarjeta amarilla pensando y esperando que no hubiera nadie y en cambio estuvieras tú. Dios mío, lo siento mucho"
¿Pero cuánto habla?
“Oye, oye, oye, me importa una mierda tu trabajo, tu primer día y el semáforo. Te me echaste encima —le grito.
Ella abre mucho los ojos y retrocede.
¿Volver a la mierda? No quiero golpearte.
"Lo sé, lo siento mucho. Pero por favor no vayamos a la corte acabo de sacar mi licencia de conducir me quitarían muchos puntos y ya me quitaron cinco, después me quedaría sin licencia y luego si quieres te puedo llevar a un mecánico que conozco muy bien es uno de los mejores en la zona y obviamente yo pagaría todo..." vuelve a empezar a hablar sin parar.
Cristo, me duele la cabeza.
Miro mi auto y noto que no es nada grave, solo algunos rasguños.
"Escucha, déjalo en paz", le digo mientras me subo al auto y me voy al trabajo.
Pienso que si no me hubiera ido él hubiera hablado por horas y en consecuencia yo hubiera llegado en la tarde para trabajar.
Llegado aparco el coche en el sitio de siempre y me bajo.
Entro al supermercado y el jefe me regaña como siempre por llegar tarde, lo miro fijamente sin siquiera contestar.
Entonces me dice que vaya a cambiarme y me quede arriba porque hoy viene uno nuevo a trabajar y tengo que mostrarle el lugar.
Pero si yo tampoco conozco el lugar, ¿cómo diablos se los muestro?
Voy al vestuario y me pongo esa repugnante camiseta azul con el escudo del supermercado.
Odio esta camisa y odio este estúpido trabajo.
Subo y espero a que llegue el imbécil. A los diez minutos llega el jefe con... ¿con la chica del coche?
Vamos, ¿qué hice mal?