La vida de Antonio

Hace nueve años atrás (1983)

Martha y Alfredo se conocieron de una manera muy inusual. Alfredo es gerente de una empresa y Martha es secretaria de una cooperativa de taxi.

Un día Alfredo, fue a la cooperativa de Taxi para solicitar. un servicio que necesitaba con urgencia, pero como nadie lo atendían busco una solución, para hablar con la secretaría que estaba casi a la entrada de la cooperativa.

— ¡¡Señorita, nadie me atiende y necesito un taxi por favor!!

Apuñando su mano, golpeo sobre el escritorio.

Alfredo con vos exaltada.

— Cálmese , no se enfusque Y por favor espere un momento

Pero en ese momento sus miradas quedaron entrelazadas, como si se habiesen conocido de muchos años atrás. Y entablaron la conversación.

— Señorita cuál es su nombre por favor.

— Me llamo Martha, y usted cuál es su nombre.

— Mmm pues me llamo Alfredo.

Ellos se gustaron y se enamoraron instantáneamente.

En eso, la cajera de la empresa le tenía mucha envidia a Martha y todo lo que ella hacia ella también lo quería.

Sandra se hizo pasar como amiga, y en cualquier momento quitarle el amor de Alfredo.

Alfredo y Martha pasaban momentos muy felices, estaban muy enamorados y con el tiempo fueron cultivando y motivándo para que su amor creciera más y pensando en su futuro. Porque Alfredo desde hace 28 años que trabaja en una buena empresa, y ya tenía mucho dinero en su cuenta bancaria.

Martha visitaba una iglesia por lo cual Mireya la invitaba seguida y estaba reuniendo dinero para poder casarse., Martha quería demostrar a Alfredo que con sus propios esfuerzos podría comprar las cosas para la boda.

Un día Mireya, invita a su iglesia a Martha.

— Amiga te gusto esta iglesia.?

— Si Mireya, es bonita y sus miembros son muy organizados.

— Te gustaría casarte aquí.

— Está bien, le diré a Alfredo para que sepa dónde nos casaremos.

Luego Martha, busca a Alfredo en su trabajo en hora de descanso.

— Amor ya encontré lugar para que nos casemos.

— ¿Y en dónde está amor?

—Es una iglesia adventista.

— ¿Una iglesia? .

— Si amor, ahí Mireya se congrega y he ido algunas veces y me gusta ahí.

— Está bien ahí será.

Pero Alfredo no está del todo convencido por el lugar que escogió.

— Te amo Martha, daría todo para casarme con vos, y formar una linda familia y ser felices para siempre.

— Gracias Alfredo, me has hecho la mujer más feliz del mundo, y darte los hijos para amarlos y darle todo lo mejor del mundo.

— Prometo estar a tu lado y nadie te hará daño mi amor.

Era tanto el odio, que Sandra contrato a un hombre que robara y le hiciera daño cuando saliera de su trabajo.

Ese día eran las 5pm, comenzó a llover y Martha salió de la oficina, tomo su sombrilla y fue rumbo hacia la parada de autobuses, cuando de repente se le aparece el hombre que contrato Sandra.

— Hola chiquita, porque tan solita y muy bonita.

— Váyase de aquí.

— No te corras mamita, no te voy a morder.

Martha corría más rápido por el miedo al hombre que le estaba asediando.

Pero en ese momento, se le apareció adelante y la tomo a la fuerza.

— Vos no te me escapas, serás mía.

Martha estaba forcejeando con el hombre para poder protegerse, pero el hombre más la tomaba a la fuerza y ​​le tocaba sus piernas, pero Martha lo golpeo en sus partes íntimas y además con su sombrilla.

Dejando al hombre en el suelo por el golpe que le dio. Llego a la parada del autobús, pidió ayuda a las personas que estaban allí. Y no le ayudaron, porque no pudieron encontrar al hombre.

Martha llamo a Alfredo muy nervioso.

— Amor ven a buscarme, estoy cerca de la oficina por la parada de autobuses.

En seguida llego Alfredo para auxiliarla y la llevo a su casa.

— Estas más tranquila amor

— Si amor, gracias por auxiliarme pensé que ese hombre me lastimaría.

— Tranquila, yo te voy a proteger y nada malo te pasará más.

Sandra llama al hombre y le dijo

— Cumpliste con el objetivo de aprovecharte de ella y robarle.

— No señora, no logre hacerle lo que me dijo, ella es muy fuerte y me golpeo en mis partes íntimas y no pude, aunque la tome a la fuerza, pero ella no se dejó.

Todos los días, Alfredo la dejaba y la traía del trabajo para protegerla

—Gracias amor, por cuidarme.

— Yo te cuido porque te amo.

— Gracias por cuidarme, estoy agradecida por tener a un hombre como vos.

Pasaban los días y el amor de ellos avanzaba, como la aurora del sol por la mañana.

Un día domingo al anochecer, mientras estaban abrasados ​​dándose besos y viendo las estrellas y la hermosa luna.

Ellos caminaban en el parque Las piedrecitas, juntos observaban el hermoso paisaje de la ciudad, tomándose de las manos, abrasándose y besándose apasionadamente, ellos sentían que el tiempo se detenía, cuando estaban juntos creían que el mundo no existía que solo los dos estaban.

Pero Sandra los observaba, estaba tan obsesionada de Alfredo y esperando el momento exacto para hacer su plan de ataque.

Como toda pareja, que se amaban pasaban tiempos juntos, Alfredo después del trabajo buscaba a Martha.

Alfredo, un día domingo por la tarde estaba en casa de Martha con Mireya, y de repente Alfredo estaba por darle una sorpresa.

— Amor quieres casarte conmigo, y ser felices por siempre.

Cuando terminó de hablar se puso de rodillas, y Martha sorprendió con sus manos en la boca y llorando y Mireya dando aplausos.

—Sí, acepto casarme con vos.

Cuando Alfredo la abrasa y le da vueltas por todos lados.

Esa noche la llevo a comer en un restaurante junto con Mireya como testigo del amor que se sienten.

— Muchas gracias amor por este detalle tan lindo que me haces.

— De nada mi amor, por ti te llevare si fuera posible las estrellas del universo.

Sandra los perseguía como león rugiente y solo pensaba en arruinar esa relación.

— Alfredo será solo mío, no me lo quitaras, algún día el será mi esposo y no de Martha.

Sandra por todos lados seguía a Martha y Alfredo pero cada día se encaprichaba de el.

Estaban haciendo los preparativos para la boda, pero había una persona que no estaba nada feliz con ese compromiso. Sandra muy molesta pensaba arruinar la felicidad de la pareja enamorada.

Dos semanas antes de la boda.

Pero por la intromisión de Sandra todo fue un gran chasco, ella sedujo a Alfredo y fue más fuerte la trampa más sucia que ella pudo haber realizado.

— Para que Alfredo se enamore de mí, más que Martha lo emborrachare y dormiré con él, y así él se casara conmigo y no con Martha y arruinare su tonta boda.

Al día siguiente, Sandra llama a Alfredo con engaños. Entra a la casa.

—Que quieres de mí, Sandra. Sabe muy bien que amo demasiado a Martha y no a vos, muy pronto me casare y será feliz con ella por siempre.

—Lo sé, pero necesitaba verte querer tomar una copa de vino.

— Está bien, me convences de que tome vino.

Entonces Sandra le dio una copa de vino y otras varias más. Hasta que Alfredo quedó muy borracho, lo llevo a su cama y se acostó con ella

Alfredo se despertó por el mañana, se levantó de la cama con Sandra muy decepcionada por lo que hizo y dijo.

—Que paso aquí?