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7:00 am. Suena mi alarma. Saco mi mano para poder apagarla, toco la mesita dando palmaditas en ella; un mal movimiento de mi mano hace que mi alarma caiga al piso. Me sobresalto y quedo de rodillas en mi cama; froté mis ojos. Bostezé. Saco mis pies, quedando centada y me inclino para poder recoger el despertador. La coloco en su lugar. Intento levantarme, pero el sueño me lo impide. Me dejo caer de espaldas en el colchón. Dos golpecitos en mi puerta hacen que cierre mis ojos, porqué sé que es papá, quién me viene a despertar.
一¡Bebita!, ¿estás despierta?一. Pregunta, del otro lado de la puerta.
一¡Si!一 le grité para que escuchara.
一Te espero abajo一 dijo con voz desvelada. Él, ayer no consiguió trabajo, quizá hoy sí. Escuché pasos alejarse, supuse que se fue. Me puse en pie, arrastrandolos hacia el baño; abrí la puerta y la cerré estando dentro. A veces, cuándo despierto, me siento cansada, cómo si no hubiese dormido nada. Me deshago de mi pijama, enciendo la ducha y dejo que el agua recorra todo mi cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. Aplico shampoo en mi cabello, dándo masajitos suaves en él.
Me enjuago toda y busco mi toalla para envolver mi cuerpo en ella. Salgo de la ducha, descalza; me encamino hacia mi armario, dejando la puerta del baño entre abierta; saco un vestido color rosa pastel, un abrigo y, unos botines. Me coloco cada prenda a mi cuerpo, hasta quedar completamente lista. Cepillo mi cabello, dejando éste suelto; tomo mi cartera, mi celular y salgo de mi habitación. Al llegar a la cocina, me encuentro a mi papá, vestido de traje, se ve elegante.
一Buenos días, papito一. Saludé, dándole un beso en la mejilla.一¿Tienes una entrevista?一. Pregunté curiosa. Me senté en la silla, acomodando mis codos en la mesa.
一Algo así一. Murmura. En sus manos traía mi cereal. Eso era lo único que desayunaba cada mañana.
一Te amaran一. Lo calmé. Me hace compañía en la mesa, quedando frente a frente. Su rostro se le veía preocupado. No lo veía así desde... 一¿Te pasa algo?一. Me atreví a preguntar. Su semblante volvió a ser el mismo al escucharme preguntarle eso.
Negó con la cabeza y sonrió.
一Nada. Solo, estoy así por la entrevista, nada más.
Dudé. Pero quería creerle. Él no me podía engañar, pero, no hay nada que me pudiera estar ocultando, quizá sí, sólo está preocupado por la entrevista de hoy.
一Te amaran, ya te lo dije一. Insistí. Se levantó de su silla y tomó su portafolio.
一Me voy, mi bebé一. Se acercó para darme un beso en la mejilla, hice lo mismo. Caminó hacia la salida y se fue.
Desde hace cinco años solo hemos sido él y yo, y así seguirá siendo. Él, sufrió mucho cuándo... Cuando Evelyne se fue. No tubo ningún remordimiento en dejarnos, ni siquiera pensó en mí. La odio, la odio por haber dejado a mi papá. Ojalá no vuelva nunca. Prefirió a otro hombre, antes que a su esposa y a su hija.
Me levanto. Con paso lento. Coloco la taza en el fregadero; cuándo vuelva lavo los trastes, ahorita tengo prisa. Agarro mi bolso que estaba en la mesa y camino hacia la puerta.
Ya afuera, intento saber por dónde ir primero. Llevo mi mano a mi sien y doy un golpe leve, ¡soy una tonta!, no conozco esta ciudad, olvidé recorrerla cuándo recién llegué. Empecé a caminar, observando muy bien a mi alrededor, no me quiero perder. Hay varios restaurantes por aquí, varias librerías; lo bueno, es qué están cerca de casa. Cruzo la calle, observando a los lados. Como veo que no viene coche, me apresuro a cruzar. La bocina de uno me hace sobresaltarme.
一¡Perdón!一. Le grité. Me giro para ver el nombre del restaurante, dice "El sol", camino hasta llegar dónde un muchacho qué está en la barra.
一Disculpa一. Capto su atención. Él, deja de hacer lo que estaba haciendo y se hacerca a mí, limpiando sus manos con un trapo.
一¿Se te ofrece algo?一. Pregunta. Me regala una perfecta sonrisa, dientes blancos y bien acomodados.
一Quería saber si ustedes, quizá, esten buscando mesera o algo por el estilo一. Mi voz sonó nerviosa.
Me volvió a sonreír.一¿Cómo te llamas?一. Pregunta con voz suave. Es guapo, muy guapo.
一Holly一respondí tímida. Le sonreí. Espero que no note mi nerviosismo. No me gusta que piensen que soy fácil de manipular.
一Iré a preguntarle al dueño del lugar一. Avisa一esperame aquí一 pidió. Asentí, brindandole una sonrisa. Caminó hacia una habitación al final del pasillo, que tenía una cortina color roja, en lugar de una puerta.
Mientras, observo el restaurante; todo es completamente rojo; algo lujoso. Sillas y mesas de madera; este lugar tiene pinta de que solo se llena de noche y no de día. De noche no me apunto a trabajar. ¿Porqué?. Nadie interrumpe mi sueño.
Me giro al escuchar pasos tras de mí. Es el chico; no trae buena cara, puedo imaginar cuál es la respuesta.
一Perdón, Holly, pero el jefe dice que estamos llenos.一 dice con voz dudosa. ¿Porqué presiento qué me está mintiendo?.
一No te preocupes. Gracias igual一 me despedí. Bueno... Empezamos mal. Me regaló una mirada de compasión y volvió a su puesto de trabajo. Salí un poco desanimada; mi primer intento falló, pero, no pienso darme por vencida a la primera. Caminé mas rápido al mirar qué, en la esquina, está una pequeña librería. Deseando qué mi suerte cambie, me apresuro hasta colocarme frente al local; el cuál tiene de nombre: Mi Mundo Entre Libros. Lindo título. Me gusta la lectura. ¿Porqué no?. Abrí la puerta principal, entrando en el pequeño lugar, lleno de libros. Me detengo frente a una estantería, dónde se colocan los libros de romance. Desearía uno.
Camino hacia la persona que se encuentra en "caja", ya qué no hay ninguna otra persona en este lugar. Es una señora, tendrá unos 35 o 40 años; estaba leyendo un libro de poesía, con sus anteojos puestos; al parecer, no se había percatado de mi presencia.
一Disculpe一 capto su atención. Deja de leer su libro y se centra en mí. Me regala una sonrisa sincera; retira sus lentes con su mano derecha y, hace a un lado el libro con su mano izquierda.
一¿Se te ofrece algo? 一dijo con voz cansada. Sus ojeras, sus ojos apagados y sus labios resecos, me dicen que lo está.
一Perdón por molestar. Mi nombre es Holly 一estreché mi mano en forma de saludo; ella asiente, también, estrechando la suya. 一solo quería saber si, usted necesita ayuda en este lugar.
Su semblante se vuelve tranquilo al escuchar eso.
一Lo siento, querida. Pero, me temo que no. No es porqué no te necesite; si no, que pronto me retiraré de este lugar. Lo venderé一explicó. Su mano se posó encima de la mía, quién estaba puesta en su escritorio. 一Lo siento一 volvió a decir, dando golpecitos a mi mano. La retiró.
一Oh. Entonces, gracias por su atención一 acomodé mi bolso. Salí de allí, mucho más desanimada.
Segundo fallo, Holly, segundo.
Las calles estaban algo solitarias, miré al cielo y, observé qué el tiempo estaba cambiando. Lloverá hoy, también. Miré mi reloj, eran las diez de la mañana con cuarenta minutos. Es muy temprano. Si llueve, tendré que volver a casa, y seguir mi busqueda de trabajo mañana. Sigo mi camino, observando a mis alrededores: casas, restaurantes, eskimerías. A lo lejos, muy a lo lejos, puedo observar un McDonald's. Pero no. No creo que me acepten ahí. Me duelen los pies de tanto caminar, hasta que...
一Creo que mi suerte empieza a cambiar一 me dije a mi misma.
En otra esquina, se encontraba una librería, mucho más grande. En la pared de ésta, había un letrero que decía:
Es mi momento. Cruzo la calle, apresurado el paso, para llegar a la puerta principal. Pero, cómo no soy seria, antes de llegar, tropiezo, haciendome caer de boca. Perfecto. Hago una mueca de dolor y, observo el piso. Hay sangre. Gotitas de sangre. Intento levantarme, apoyando mis manos en el pavimento, quedando de rodillas. Con mi dedo índice, toco la parte baja de mi nariz, dónde siento un cosquilleo. Al tocar, puedo diferenciarlo cómo un líquido, pero al mirar mi dedo, no es cualquier líquido, es sangre. Hay Dios.
一¿Estás Bien, jovencita?一 pregunta una voz femenina, a mis espaldas. Volteo a ver de quién se trata; es una señora, quién está bien vestida. Es fina.
一No一. Respondí al vacío. 一digo, sí. Solo me caí一. Apoyé mis manos en el suelo, para poder ponerme en pie. Quedé frente a ella, quién me miraba con ternura.
一Estás sangrando一 se alarma. Empieza a buscar algo en su bolso.
一Esta bien. No es nada一. Limpio mi dedo lleno de sangre en la manga de mi abrigo.
一Toma, pontelo ahí一. Me entrega un pañuelo color blanco. Lo tomo cómo si éste fuera a escapar y, me lo coloco bajo mi nariz.
一Gracias一. Agradecí. Después de secar mi nariz, quise devolver el pañuelo pero, ella negó.
一Conservalo一. Dijo con voz suave. 一¿venías a esta librería?一 señala hacia un costado, dónde se encuentra.
一Sí. Estoy buscando trabajo一. Dije mientras seguía con el pañuelo bajo mi nariz. La sangre seguía saliendo. Me dolía la cabeza, me golpeé fuerte.
一Ven一 toma de mi brazo, dirigiéndome hacia el interior de la librería qué, cómo nombre tenía: Entre Letras. Ella saludó a unas empleadas cómo si las conociera de toda la vida y, pasamos hacia una oficina, cómo si se tratase de su propiedad. ¿Será la dueña?. En la oficina, estaba sentada, una señora, de unos 33 años; ella, levantó la vista, sonrió y se puso en pie.
一Lilian, que gusto verte一. Dice ella. Rodeó su escritorio, abrazó a la otra señora que me donó el pañuelo.
一Anne, tanto tiempo 一. Su voz sonó amorosa. Se abrazaron cómo si no se hubiesen visto en años. Solo ellas sabrán su vida. Al separarse, Anne se fijó en mí. Frunció el ceño al verme con un pañuelo bajo mi nariz.
一Hola, ¿tu eres...? 一. Se refirió a mí.
一Soy Holly, mucho gusto 一. Le estreché mi mano, brindándole una sonrisa.
一Mucho gusto, Holly 一correspondió el gesto. Nos hizo seña para que nos sentaramos, a lo qué hicimos caso.
一Anne, una pregunta, ¿todavía tienes disponible el puesto de ayudante?一. Le pregunta Lilian. Se miraba interesada. Eso me halaga un poco.
一Claro qué sí, ¿porqué? 一. Dice curiosa. Anne, se miraba cómo toda una profesional. La oficina era muy grande, espaciosa, tenía algunas fotografías de su família.
一Ella está buscando trabajo 一. Se refirió a mí. Miré a Lilian, quién me estaba sonriendo y, luego a Anne, quién también estaba sonriendo.
Asentí. 一Así es.
一Bueno, Holly. El puesto de ayudante solo está disponible a partir de la una de la tarde... Hasta las siete de la noche. Dime, ¿te interesa?一 se miraba decidida.
Si me interesa.
一Claro que sí.
Me dieron varias indicaciones, un recorrido por la enorme librería. Mi sueldo era bastante bueno para ser un trabajo de medio tiempo. Mañana empezaría a trabajar. Me despedí de Anne y de Lilian, quiénes resultaron ser buenas personas y, salí hacia la calle. Estaba oscureciendo y hacía mucho frío. Debo apresurarme, si no quiero llegar mojada y me valla a dar un resfriado.
Caminé varias cuadras, volvieron mis dolores en mis pies. Soy poca para caminar tanto. En educación física, siempre reprobaba. Iba del otro lado de la calle. Antes de cruzarme: observé estacionarse frente al restaurante "El sol" una camioneta negra; luego alguien salió del bar y se metió en ella. Ésta arrancó, pasando frente a mí. No pude ver de quién se trataba, pero, por cómo iba custodiado, supongo qué era el jefe. El qué no me quiso dar trabajo.
Crucé la calle algo rápido, ese bar ya se empezaba a llenar, al parecer, sí era un bar nocturno. La música se escuchaba hasta el patio de mi casa. Busqué mi llave entre mis cosas; al encontrarla, pude abrir la puerta. Me encerré porqué, al parecer, mi papá no estaba todavía en casa.
Me deshice de mis zapatos, quedando descalza, en el frío suelo. Caminé hacia la cocina, dejé las llaves en la barra y, abrí la nevera. Cogí una manzana, le dí un pequeño mordisco y limpié un poco de jugo que se deslizaba por mi quijada. Escucho sonar el teléfono de casa, tal vez sea papá. Corrí hasta cogerlo....
contesté. Hubo silencio del otro lado de la línea.
volví a repetir.
habló una mujer. Esa voz...
dijo la mujer entre sollozos.
¿Mi mamá?... No puede ser.
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