Capítulo 1
Freya se paró frente al espejo y su reflejo mostraba una imagen que destilaba elegancia y sencillez. Llevaba un largo vestido sin la voluminosa falda, pero sus líneas limpias lo hacían destacar de manera excepcional. El vestido tenía un cautivador tono marfil, con un escote en forma de V y mangas con detalles florales. Al dar la vuelta, el vestido reveló su espalda, decorada con encaje chantilly y un delicado patrón floral que seguía la línea de su columna vertebral. Su cabello estaba semi recogido, con una diadema vintage de oro.
—Amiga, te ves absolutamente deslumbrante, pero no estás siguiendo la tradición de llevar el vestido blanco de novia con velo. Seguro que dejarás a muchos con la boca abierta —exclamó Isis, quien había sido su amiga desde que ella reencarnó, y juntas habían fortalecido sus fuerzas para este día.
—Lo que piensen los demás no importa en absoluto. A partir de hoy, comienza mi venganza contra aquellos que me llevaron a la muerte en mi vida pasada. Mi futuro esposo y la gente de esta manada pronto conocerán a la verdadera Freya Sith —declaró con una mirada gélida, desprovista de emoción.
En ese instante, tocaron la puerta y ambas jóvenes se voltearon. Isis inquirió.
—¿Quién es?
—Querida Freya, ¿estás lista? Todos aguardan en el templo de la Diosa Luna, el anciano sabio y tu mate te esperan en el altar —anunció Agamenón desde el otro lado de la puerta de la habitación, especialmente preparada cerca del templo para que la novia se arreglara.
Desde que Freya había renacido, evitó encontrarse con su mate. No deseaba llegar antes de la boda a la manada; todas sus pertenencias habían sido enviadas a la mansión Apka el mismo día. Un profundo suspiro se escapó de sus labios y, con una voz inquebrantable, declaró.
—Vamos, amiga, ha llegado el momento de encarar mi destino.
Con paso firme, se dirigió hacia la puerta y la abrió. Cuando Agamenón vio a su hija, su rostro se iluminó de satisfacción, y tomándola de la mano, le expresó con amor.
—Estás hermosa, mi lobita. Hace apenas un año, pensaba en entregarte a tu futuro esposo con un vestido blanco de princesa y un velo de flores, Sin embargo, esta nueva versión de ti, decidida, audaz y guerrera, me agrada. Aunque no esté a tu lado para protegerte, sé que sabrás cuidarte sola y serás una excelente compañera para Crono, y una valiosa luna para esta manada. Realmente estás hermosa, mi pequeña lobita. Eres la viva imagen de tu difunta madre.
—Papi, me vas a hacer llorar —respondió Freya sin emoción en sus ojos—. Sabes que estoy haciendo esto porque no tengo otra opción. —Luego, soltó un profundo suspiro y continuó—. Ya hemos hablado sobre esto, y necesito que te cuides. Si llegaras a necesitar apoyo o si la manada está en peligro, por favor, avísame, y estaré ahí para ustedes. —Desde que había renacido, vivía con el constante temor de no saber en quién podía confiar y quién había sido el traidor de su manada que entregó documentos al líder alfa de la región sur.
—Hija, el día después de tu decimoctavo cumpleaños, tuviste un cambio radical, desconfiando de todo el mundo y queriendo suspender tu casamiento. No comprendo qué te pasó para cambiar de un momento a otro. Sabes, estoy tranquilo y feliz de que estarás segura y protegida en las manos de tu futuro esposo.
Ella era la única hija de Agamenón, el líder de una poderosa manada de lobos. El día de su decimoctavo cumpleaños, ella descubrió que Crono era su pareja destinada, su mate. Esta revelación hizo que Agamenón se le hiciera más fácil casar a su hija con el hombre que amaba desde que lo vio por primera vez. El decidió forjar alianzas estratégicas con Crono que garantizaría la felicidad de su hija, y el ascenso de Crono hacia el puesto de alfa supremo de la región del norte de las tierras de lobos. La unión de su hija con su mate fortalecería la manada y aseguraría un futuro próspero y seguro para todos.
Freya susurró mentalmente. "Si supieras, papi, que al lado de Crono es el lugar menos seguro para mí, él piensa que eres un traidor, pero yo le demostraré que no es verdad. Vengaré nuestro sufrimiento en la vida pasada, papi". Ella solo pudo hacer una mueca con la boca.
—Vamos, que todos nos esperan —interrumpió Isis, saliendo de la habitación.
Agamenón se posicionó a su lado, y Freya enlazó su mano en el brazo de su padre, caminando juntos hacia el templo. Mientras tanto, la multitud estaba impaciente, aguardando la llegada de la nueva luna de la manada. No solo estaban contentos por la boda, sino también por el ascenso del alfa al liderazgo de su región.
Cuando Freya entró al antiguo santuario de la diosa Selene acompañada por su padre, su mirada se posó en un lateral en el fondo del templo. Reconoció al hombre con el rostro carente de emoción, y su seriedad resultaba escalofriante. Susurró en su interior: "Primero acabaré con los peces pequeños y, por último, con el pez gordo, el culpable de la muerte de mi madre. Disfruta, tío querido, tú eres el último de mi lista". En su vida pasada, al estar emocionada por su boda, no se dio cuenta del hombre que la vigilaba.
Mientras tanto, Crono se enfureció al verla sin velo y pensó: "Solo tenía que seguir el protocolo. Me está haciendo quedar en ridículo, aunque no puedo negar que se ve hermosa y atractiva con ese vestido. Es más bella de lo que recuerdo" Sacudió la cabeza y añadió en su mente. "Deja de pensar estupideces. Es la hija de un traidor."
Freya avanzó hacia el altar con una mezcla de rabia y temor con sus ojos. Aunque sus piernas temblaban bajo el peso de la tensión, su rostro mantenía una máscara de serenidad. Al llegar al altar frente a Crono, sintió cómo su corazón galopaba desbocado en su pecho. Se esforzaba por controlar sus emociones, conteniendo la furia de matar allí mismo al causante de la muerte de su padre en su vida pasada.
El anciano lobo, comenzó la ceremonia. Cuando llegó el momento de los votos, Freya como la luna de la manada, dejó a todos boquiabiertos con la frialdad de sus palabras y la velocidad con la que pronunció sus promesas. El asombro se adueñó del lugar, y las miradas de los presentes se encontraron en sí.
Crono, se sentía incómodo por la actitud de Freya delante de gente, pronuncio su discurso de amor con calma y sin emoción.
—Alfa Crono, puedes besar a la luna de muestra manada. —Anunció el viejo lobo culminado la ceremonia.
Crono dio un paso hacia adelante pero lo que consiguió fue un beso tosco. La frialdad en los labios de Freya produjo un escalofrío de enojo en todo su cuerpo.
Al separarse, Freya sin perder tiempo, se giró sobre sus talones y camino hacia la salida sin mirar hacia atrás.
Él apretó los puños con fuerza y, manteniendo la compostura, se dispuso a seguirla a pasos acelerados. La alcanzó justo a tiempo, introduciéndose también con ella en el carro negro que aguardaba para llevar a los recién casados.
—A la mansión —gritó él con una mirada asesina, quería estrangular allí mismo a su Luna por dejarlo en ridículo delante de su gente. Ella ya estaba poniendo a prueba su poca paciencia.