Capítulo 5
Pero ver tus ojos llorosos y tu petición de ayuda me mató, no lo puedo negar.
La mirada de Alex también me pide que la ayude.
—Está bien- digo y ella me da una pequeña sonrisa—¿Puedes caminar?
—No soy débil, puedo hacerlo - responde convencida.
"Si tú lo dices", se queja Alex, ocultando una sonrisa.
—Vamos, mi casa no está tan lejos- dice comenzando a caminar con dificultad.
Alex camina a mi lado, divirtiéndose con la chica que finge ser fuerte.
—Está llena de dolor y le cuesta caminar- comenta observándola—Esta terquedad me recuerda a alguien.
Me encojo de hombros con desdén y la seguimos por cuadras.
—Esa es mi casa- señala la Casa Blanca que está al otro lado de la calle de dos pisos.
Cruzamos la calle y la puerta de la casa está abierta, estoy atento a eso pero no noto nada extraño.
—MADRE- grita llamando a su madre entrando a la casa—MADRE.
—Aquí no hay nadie- digo y ella corre escaleras arriba gritando llamando a su madre demasiado emocionada.
La niña vuelve a bajar llorando, las piernas le fallan en los últimos escalones. Soy rápido y la atrapo antes de que caiga.
—Se la llevaron- susurro entre sollozos—Se llevaron a mi madre.
—Mantén la calma- digo tomándola en mi regazo—Primero cuidemos tus heridas.
—Debí haber obedecido- dice mientras camino con ella hacia el sofá—Ella me dijo que no me fuera pero que necesitaba vengarme antes de irnos.
—Ahora que has aprendido, escucha a tu madre la próxima vez. Las madres siempre tienen razón - digo poniéndola en el sofá y ella gime.
Me siento a su lado y me corto la muñeca, guiándolo hasta su boca.
—Aquí- le digo y ella me mira asustada—Si quieres sanar rápido.
—No soy un vampiro- dice enojada, negándolo y dejando escapar un suspiro de frustración.
—Yo tampoco soy tu amiga, pero vine aquí para ayudarte- digo con rudeza y ella me mira dolida.
—No tenía por qué ser tan grueso- responde, tirando de mi muñeca y chupando la sangre, soltándola poco después—¿Feliz?
—No- digo y ella resopla.
¡Niño!
—Me voy a dar una ducha y luego voy a buscar a mi madre- dice y yo acepto.
—Te estaremos esperando- digo y ella se levanta y analiza su hombro y su pierna ya curada.
—Wow, realmente se curó rápido- dice deslumbrada—Mierda, parece magia.
"Eres demasiado joven para decir malas palabras", le digo y ella me mira irritada.
—Y eres muy joven para hacer el papel de mi padre- responde y sube las escaleras.
—Chica atrevida- murmuro y escucho reír a Alex.
—La niña tiene una personalidad fuerte- comenta mirando una foto—Y su madre es muy linda.
Me acerco a él y me entrega la foto.
Me tambaleo al ser atacada por los salvajes ojos marrones que siempre me han atormentado, la sonrisa es la misma. Sus rizos enmarcan su rostro y junto a ella está la chica con los mismos ojos salvajes y el resto es diferente.
—Giovani, ¿qué está pasando?- pregunta Alex y no puedo desviar la atención del retrato que tengo en mis manos—¿conoces a la mujer?
¿Si supiera?
Me siento en el sofá analizando a la mujer de la foto, mi esposa.
Me pierdo en recuerdos lejanos que viví con ella, su mirada enojada, su sonrisa arriesgada, sus ideas locas. Ella lo fue todo para mí, ella lo es todo para mí.
No sé cuánto tiempo permanezco perdido en los recuerdos, pero vuelvo en mí cuando escucho la voz de la niña.
Me levanto y me acerco a ella, que está asustada por mi acercamiento grosero.
"¿Cómo se llama tu madre?", le pregunto y ella mira el retrato que tengo en las manos.
—Nevim Dovin- dice volviendo sus ojos hacia los míos—¿Me vas a ayudar a mirar?
-¿Cómo te llamas?-Pregunto y ella me mira confundida.
—Vénus- dice y escucho a Alex jadear detrás de mí y soy transportada a un recuerdo.
—Quiero tener una niña y darle todo el amor que ellos no me dieron- dice recostándose en el pasto y voltea hacia mí— ¿Y tú?
—¿Yo qué?- pregunto mirándola.
—¿Quieres tener hijos?- pregunta y sonríe.
—No lo sé- digo y sus ojos brillan con orgullo.
—Si yo lo quiero, tú también lo quieres. Y la vamos a llamar Venus porque fue la primera persona que nos unió y fue un ángel en mi vida.
—Nunca entenderé tu veneración por Venus- digo y ella pone los ojos en blanco.
—No es entender, es aceptar. Venus me salvó y estaré eternamente agradecida.
—¿Vénus?- pregunto aún incrédulo.
—Sí, Venus Dovin.
—¿Cuántos años?- Pregunto sintiendo mis ojos llorosos, mi corazón duele y mi cuerpo débil.
—No creo que eso sea importante- dice con recelo
—¿Cuántos años tienes?- Pregunto más tranquila.
—Veintiuno- responde y empiezo a hacer cuentas.
—¿Tenía cinco meses de embarazo?- Pregunto y ella se aleja asustada.
—¿Cómo sabes eso?- pregunta alejándose un poco asustada—Agradezco mucho tu ayuda, pero creo que puedes irte. Todo lo soluciono yo mismo.
Miro a la chica que acaba de cambiar mi vida por completo y ni siquiera lo sabe.
Venus Dovin
Lo miro, preguntándome sobre sus preguntas y la forma en que me mira ahora.
¿Cómo sabe que el embarazo de mamá fue de cinco meses?, ¿por qué le importa eso?
Me mira intensamente y veo que se le llenan los ojos de lágrimas, parece emocionado.
—Llevo años buscando a Nevim, desde que desapareció y nunca me imaginé, te juro que nunca me imaginé que quedaría embarazada después de nuestra primera vez- dice luciendo confundido y trato de asimilar todo lo que dijo.
Él conoce a mi madre y la ha estado buscando. Él pronuncia su nombre con tanta devoción.
¿Puedo ser su hija?
—¿Conoces a mi madre?- Le pregunto muy confundida y él asiente—¿De dónde?, ¿Quién eres?
—Por qué no te sientas, tus emociones son fuertes- dice el hombre que está con él.
Camino hacia el sofá y me siento, el hombre de ojos azules se sienta frente a mí y el hombre de ojos marrones se sienta en la esquina de la habitación, prestándonos atención a los dos.
—Mi nombre es Giovani Vodmont. Conocí a Nevim cuando yo tenía trece años y ella quince, nos enamoramos antes de que yo descubriera que ella era mi mitad. No la solté, su madre era todo para mí, la amaba con todo lo que tenía y sé que ella también. Un día Nevim simplemente desapareció y no pude empezar a buscar de inmediato, pero en cuanto pude comencé a buscarla pero nunca se me pasó por la cabeza que quedara embarazada.
—¿Quieres decir que soy tu hija?- Pregunto incrédulo.
—Sé que es difícil asimilar todo esto, para mí también ha sido difícil. Pero todo coincide, la fecha, el nombre, hasta tu terquedad.
Al mirar a Giovani a los ojos, recuerdo la conversación que tuve con mamá.
—Era muy guapo cuando lo conocí, ahora debe ser fascinante. Como puedes imaginar, él era blanco, le tiraste el pelo negro. Pero sus ojos son míos porque tiene los ojos azules más bellos del universo.
—¿Te amaba mamá?- Pregunto y ella se queda en silencio un rato.
—Sí, sentí su amor constantemente, él siempre me demostró su amor.
Por lo que tengo entendido, Giovani siempre amó a mamá y ella se fue, ¿por qué no le habló de mí?
¿Por qué me privaste todos estos años de la presencia de un padre, de una familia?
—Si todo esto es cierto ¿por qué no te habló de mí?- Le pregunto y él me mira confundido.
—Tu secuestrador debe haberla vetado, la estoy buscando desde que se la llevaron – dice y ríe sin el menor humor.
¿La ama tanto que no se da cuenta de lo que hay en su cara?
—¿Qué secuestrador?- Pregunto con rudeza—No hay ningún secuestrador, siempre fuimos mamá y yo.
—Hay alguna explicación Venus, tu madre no me dejaría. Ella me ama- digo con seguridad y me siento mal por lo que voy a decir.
—Tengo ese maldito teléfono desde que tenía diez años- digo poniéndome de pie—Ella siempre tuvo una manera de contactarte y no la tenía.
—¿Qué quieres decir con eso?- pregunta también poniéndose de pie.
—Mami no quería que la encontraran, no te quería cerca- digo y se aleja como si le hubiera golpeado.
—Nevim nunca dejaría que crecieras lejos de mí, lejos de tu familia por capricho- dice pasándose la mano por el cabello—Ella sabe muy bien cómo valoramos a la familia, cómo la defendemos sin importar el costo.
—Pero ella lo dejó, lo hizo. No tienes idea de lo que hemos pasado aquí, de todo lo que he sufrido, de cuantas veces le dije que quería un padre cerca, de todas las veces que lloré rogándole que me contara mis orígenes. Y ella siempre se negó, pensé que me estaba protegiendo de la gente mala.