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Capítulo 2: La búsqueda continúa.

Aquella noche decidimos ir a mi casa a ver una película con mi abuela. Comenzaba a creer que esto era una idea estúpida. Ya habían pasado varios días en los cuales visitamos distintos lugares y no podía encontrar al chico indicado para mi venganza en contra de Marlon.

Hablando del antes mencionado, lo he estado evitando desde el día que me enteré que me engañaba. No atendía sus llamadas, y sus mensajes los respondía de forma cortante y grosera. No voy a mentir, realmente lo extrañaba y echaba de menos. Sin embargo no podía permitir que ese intruso continuará pisoteando mi dignidad y orgullo.

Trabaje en la tienda de mi abuela hasta las cuatro de la tarde que ella llegó de su cita con el médico.

—¿Ya te vas al cielo?. Asentí mientras tomaba mi mochila.

—Si, voy a salir con Sasha a hacer compras.

—Está bien. Solo no regreses tarde por favor. ¿Si?.

—Te lo prometo. —Me acerqué a ella tomándola por los hombros y besé su frente.

Nuestra próxima visita para continuar con la búsqueda de nuestro conejillo de indias, era el centro comercial. No estaba muy lejos, en veinte minutos llegaba caminando.

Me apresure para llegar un poco antes, no quería que Sasha se desesperara y me dejara veinte mil mensajes en WhatsApp para recordarme mi impuntualidad.

Miraba sin cesar de un lado a otro para ver si podía encontrar a alguien que considerara indicado antes de llegar al centro comercial con Sasha, y aunque uno que otro llamaba mi atención, decidí llegar hasta el lugar citado con mi amiga.

Ella me esperaba de pie, miraba con atención algo en su celular.

—Llegue.

—Sshh.. espera. —Me hizo una señal con su mano y después me mostró una foto de Marlon con una chica.

Él tomaba la foto mientras que su otra mano la tenía en la cintura de la chica mientras que éste, se encontraba de lado con ambas manos en el cuello de Marlon y a su vez le besaba la mejilla.

Una sensación extraña me invadió, quizás esa era la chica con la que me estaba engañando. Estaba celosa, y trataba de calmarme diciéndome que estaba bien.

Que pronto él, lo iba a pagar.

Con mi mano baje el teléfono de Sasha para dejar de mirar aquélla foto.

—Vayamos adentro, no quiero pensar en ese idiota ahora.

—Esa es la actitud. Entremos entonces, probablemente aquí encontremos al indicado.

Enarque ambas cejas mientras avanzaba antes que ella. A los pocos segundos ella imitó mi acción.

Nos dirigimos a una tienda de ropa como era el plan inicial desde que acordamos salir. Ella me señalaba a algunos chicos para preguntarme que opinaba a lo que yo solo negaba. Sasha tenía gustos muy exóticos.

Miramos algunas prendas que nos medimos en los probadores.

Decidimos comprar algunas de las prendas que probamos, y dimos un paseó por el centro comercial.

Estaba distraída mirando uno de los mensajes de Marlon. Accidentalmente choqué con una chica pelirroja, mi teléfono cayó estrepitosamente chocando contra el suelo. Iba a agacharme pero ella se adelantó y tomó mi teléfono para dármelo. Lo primero que note, fue que la chica tenía ojos de color verde. Su piel era blanca, y ni hablar de su sonrisa.

Quedé impresionada con aquella chica, a tal punto que no reaccioné dejándola con mi celular en la mano.

Sasha me ayudó puesto que me dio un codazo en la costilla. Estire la mano y murmuré un;

—Gracias.

Ella sonrió de lado y solo me dio un asentimiento. Luego siguió su camino con mi mirada puesta en ella.

—¿Recuerdas cómo se respira?.

Mire a Sasha dándole una mirada desaprobatoria.

—cállate, solo me impresionó esa chica.

—¿De verdad?. Ni siquiera lo noté eh...

Su tono sarcástico me hizo entornar los ojos de inmediato.

—¿Qué estás insinuando?. —Ella sonrió encogiéndose en hombros, mirándome con una sonrisa picarona.

—¿Yo?. Nada, no estoy insinuando nada. Pero, si me lo preguntas, esa chica tiene pinta de ser una muy buena amante.

Mi rostro se puso caliente. Le di un golpe en el brazo mientras ella soltaba una sonora carcajada.

—¡Eres una idiota!.

—¿Por qué?. No me vengas a decir que esa chica no te provocó una sensación de querer enredar para saciar tus bajos instintos y vengarte del imbécil de Marlon. Estoy segura de que te gustó.

—¡Aaghhh! Eres imposible. Además, estamos buscando un chico, no una chica, no seas tonta Sasha.

—¿Cuándo dijimos eso?. El punto era encontrar a alguien que te agradará y yo estoy segura de que ella te agradará, y mucho. Además, si una traición con un chico es dolorosa, ¡Imagina cómo se sentirá cuando sepa que no solo lo engañaste y se entere que es una chica!. Va a ser un muy, muy fuerte golpe a su masculinidad y a su ego.

Acomode un mechón de cabello detrás de mi oreja mientras negaba.

Aquello dicho por Sasha tenía mucho sentido.

Creo que lo tomaré en cuenta, aunque a decir verdad sería imposible. Esa chica ni siquiera me había dicho nada, debió creer que soy una retrasada.

—olvídalo Sasha.

Ella levantó ambas manos a modo de rendición y fingió cerrar su boca con un cierre.

....

Cuándo llegué a mi casa luego del largó camino que recorrimos sin éxito alguno, me encontré con una nada agradable sorpresa.

Marlon me esperaba dentro de mi casa. Él estaba tan sonriente con mi abuela mientras comían galletas y miraban un programa de comedia en la televisión. En otro tiempo, me habría llenado de ternura. El siempre fue educado con mi abuela; sin embargo lo único que me producía ahora era cólera. Quería decirle a mi abuela que lo echara porque es un maldito traidor, pero no podía arruinar mi plan sin antes ponerlo en marcha.

—Mi amor ha llegado...

Sonrió mientras se ponía de pie para acercarse a mí y saludarme. Tragué saliva conteniendo las ganas de darle una fuerte bofetada y echarlo de mi casa, no merecía el amor de mi abuela. Tampoco sus galletas.

Me besó. Intenté sonreír pero él lo noto.

—¿Te pasa algo?. ¿Está todo bien?.

De nuevo intenté sonreír mientras frotaba mi frente con una mano.

—Es que no me he sentido bien los últimos días. Se me bajó la presión hace unas horas—. Más bien, mi malestar inició cuando entré y lo vi de lo más campante divirtiéndose con mi abuela— seguro que mañana iré al médico.

—Oh, pobre de mí princesa. Puedo acompañarte si quieres.

Aferró sus manos a mi cintura. No pude evitar que la imagen de aquella foto de Marlon con la que probablemente me engañaba, llegara a mi mente. Puse mis manos sobre las suyas e hizo que retrocediera un poco.

—¿Podríamos vernos en otra ocasión?. Quiero descansar un poco.

Sonrió un poco confundido.

—Ah... No nos hemos visto en casi dos semanas, Mayte.

—Lo sé—. Dije sonando calmada— pero te repito que estoy agotada.

Quería abofetear lo ahí mismo. ¿Cómo podía ser tan hipócrita?. El muy hijo de puta me estaba poniendo los cachos con otra mujer y todavía tenía el cinismo de querer reprocharme por qué decidí tomar un poco de distancia.

—Te he estado llamando y no atiendes mis llamadas. Si te envío mensajes me respondes de manera borde y hoy qué decidí venir a buscarte, ya que te has negado a verme, me pides que me marché. ¿En serio?.

Mi abuela notó que estábamos teniendo una ligera discusión y decidió marcharse para no entrometerse.

—Lo lamentó, pero no te quiero ver ahora. Quizás mañana podamos salir pero por ahora, tengo que pedirte que te marches.

Eso era lo mejor que podía hacer. De continuar hablando con él, solo lograría enfadarme más hasta el punto de gritarle todo lo que llevaba guardándose todos esos días, desde que supe que me engañaba.

Estaba furiosa. Quería pedirle la foto de su amante. Él no tenía esa sensación de vacío en el pecho por qué no era él quien estaba siendo engañado.

—¿Por qué?.

—Vete por favor Marlon. ¿Nos vemos mañana si?.

Se mordió el labio inferior y se marchó sin decir nada más.

Suspiré. Estaba al borde del llanto. Mi abuela se asomó y me miró echa pedazos. Quizás solo se había alejado un poco para darnos privacidad.

—¿Qué sucedió con Marlon?.

Fue directo al grano.

—¿Puedo contarte un secreto y me aseguras que no se lo dirás?—. Mi abuela asintió mientras se acercaba a mí tomando mis manos para guiarme al sofá donde minutos atrás ella estaba sentada con Marlon. Deje caer algunas lágrimas que mi abuela se encargó de limpiar de mi rostro—. El me engaña con otra chica.

—¿Por qué no has terminado con esa relación entonces?. No entiendo porque tienes que torturarme de esa manera.

—Porque quiero que el pagué por el daño que me hizo—. Ella me miró con desaprobación— no me mires así. Yo lo di todo por él y ni siquiera le importó. ¿Por qué debería de importarme que él sufra ahora?.

—Porque las cosas no se solucionan de esa manera. Pero si tú crees que eso te hará sentir mejor, adelante.

Abrió sus brazos para abrazarme y dejar que llorará en su hombro. Debía sacarme este sentimiento de una buena vez por todas. No es grato vivir así. Enamorarse tiene sus pros y sus contras, quizás deberían decirnos que cuando te enamoras de una persona, y luego repentinamente todo termina, tu vida no vuelve a ser nunca la misma. Mi vida se sentía tan incompleta sin Marlon, teniéndolo cerca y a la misma vez lejos.

Todo había cambiado ahora, no pensaba tener consideración con él por ningún motivo.

—Te aseguró que me sentiré mejor cuando lo vea destrozado...

Mi abuela tomó un largo suspiró mientras negaba, sin decir nada.

Me besó la frente y después me dio la bendición como usualmente acostumbraba hacer antes de que fuera a dormir.

Subí con pesadez las escaleras de mi casa para ir a mi habitación. Me quité primero los zapatos y así hice después con mi ropa hasta quedar solo en ropa interior. Me quité la liga del cabello y me tumbé sobre mi cama mirando el techo.

No supe en qué momento vino a mi mente aquello que me dijo Sasha en el centro comercial, aquello de que Marlon sufriría aún más si supiera que lo engañó con una chica. Aquellos pensamientos me llevaron a recordar a la pelirroja ojiverde con la que accidentalmente choqué.

Era hermosa.

Su sonrisa podía recordarla a la perfección. Quería entender porque me sentí así al estar frente a ella sin conocerlo siquiera.

Sentí mi rostro caliente al momento, aquello de cierta manera me hacía sentir algo incómoda. Aún así, tenía clara una cosa;

Esperaba que no fuera de esas personas que solo tienes el placer de verle una vez en la vida. Nunca antes deseé tanto coincidir de nuevo con alguien.

Seguramente me estaba volviendo loca.

No lograba discernir porque el solo verla, me convirtió en un manojo de nervios. Juro que sentí como mis manos sudaban y mi cuerpo se paraliza de inmediato. No entendía porque me había puesto así con una mujer, nunca me había pasado.

Probablemente ahora me encontraba pensando en ella porque en mi cabeza, la idea de Sasha era demasiado buena. Si ella no se hubiera hecho la graciosa insinuando que esa chica "me gustó", probablemente ni siquiera estuviera considerando intentar acercarme a ella.

—Debí preguntarle su nombre...

....

Acá les dejó el segundo capítulo de esta historia, que aunque será un poco lento el comienzo de nuestras protagonistas, prometo que valdrá la pena la espera.

Les ruego que si hay faltas de ortografía me lo hagan saber para poder corregirlas después.

Lamento que el capítulo sea demasiado cortó.

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