5
HARRY
Manejé con manos temblorosas hacia el banco, no podía ser que esto me estuviera pasando. Justo ahora cuando todo iba bien con Isabella, cuando estábamos superando cosas, cuando teníamos un hijo y cuando quería casarme con ella. Pero así... ¿qué haré así? No entiendo. Me estacioné y salí en busca de la oficina. Mi contador estaba esperándome.
Le había mandado un mensaje a Louis antes de todo, necesitaba que estuviera presente. El también tenía que ver aquí.
—¿Qué pasó? —llegamos a su oficina.
—Tiene que ver esto —me mostró los números de mi cuenta bancaria, esos que un día tenían millones de dólares ahora solo quedó 1$ dólar. Sentí que el mundo se me venía encima. Me sentía como si fuera parte de una mala pesadilla.
—¿Qué mierda es esto?
—No lo sabemos, le he dicho a la policía que venga porque quien le dio el dinero fue uno de nuestros trabajadores pero era una mujer. Lo lamento mucho, el chico es nuevo y no sabía lo de las actividades ilícitas en su cuenta.
—¡Mierda! —me puse de pie y llevé una mano a la cabeza. Esto no puede estarme pasando. Es decir, tenía otras propiedades, casas, autos. Aunque nos vendiera no me daría para vivir. Empezar de nuevo. ¡No! Me niego, me rehuso.
—Tenemos que encontrar a esa mujer —le dije.
—Buenas tardes —un detective entra.
—Señor Lane, este es Harry Lee, la persona de quien le hablé.
—Estuvimos investigando, buscando huellas, cualquier cosa que nos sirva.
—Necesitamos buscarla y que me devuelva todo lo que me ha robado.
—Haremos lo posible.
En mi mente solo rondaban las palabras de Patricia diciéndome que ella sabía quien era esa mujer y que podía devolverme todo lo que me robó.
ISABELLA
El pequeño Harry se había quedado dormido, mi madre vendría al rato. Ella siempre me ayudaba con todo y me enseñaba ciertas cosas. Por ser madre primeriza no sabía nada. Me sentía inútil a veces. Harry me había dicho que vendría temprano pero aún no lo hace. Salí afuera para tomar un poco de aire. En eso, veo el carro de Harry arribar. De solo verlo me daba felicidad, por fin sentía que todo se acomodaba. Aunque en el fondo había algo que me molestaba. Me acerqué a Harry pero mi sonrisa se borró cuando lo miré serio.
—¿Te pasa algo? —quise saber.
—No —intentó fingir una sonrisa, pero sabía que no estaba bien. Así ha estado todo este tiempo y ahora era más evidente. —Solo estoy cansado, es todo.
—Entiendo... Harry está dormido.
—Está bien, iré a buscar unos papeles. Tengo que volver al trabajo.
—Pero pensé que pasaríamos un rato juntos. —lo seguí, ni siquiera se había detenido a darme un beso o algo. Eso me hizo sentir mal.
—Lo sé, discúlpame, surgió algo y necesito arreglarlo. Te lo repongo mañana, ¿vale? —se giró y me dio un beso en los labios. Pero ese beso ni siquiera fue real.
Me entristecí y dejé de seguirlo.
HARRY
En la oficina de la casa busqué todos los papeles de las casas a mi nombre o demás que pueda servir para que me de algo de dinero mientras soluciono todo esto. Me sentí mal con Isabella, ella debería de saber todo esto. Me da miedo su reacción. Además no quiero preocuparla. No merece cargar con esto. Soy yo el problema. Ella merece lo mejor y ahora no puedo dárselo. Tomé lo que me hacía falta y los metí en un maletín. En eso recibí una llamada y contesté rápidamente.
—Diga.
—¿Lo estás pensando, Harry? —reconocí la voz de Patricia— He hablado con uno de mis contactos y dicen que te quedaste sin dinero. Todo pasó antes de lo esperado.
—Debes de estar feliz.
—Para nada. Estoy muy preocupada.
—Harry —Isabella entró al despacho.
—Te hablo después —guardé el celular en mi bolsillo del pantalón y la miré. Me pareció que se desconcertó por haber guardado el celular así de rápido. Solo espero que no piense otras cosas.
—¿Pasó algo?
—Nada, solo te iba a comentar que hoy vino alguien a buscarte.
—Ya lo sé, llegó a mi oficina.
—¿Y cómo estás?
—No lo sé, estoy... confundido.
—Tranquilo, todo se solucionará.
—Eso espero, verla así de nuevo fue.. duro —y más con lo que me acaba de pedir.
—Cambiando de tema... estaba pesando en ir este fin de semana al mar. En el yate que me regalaste. Nos merecemos un momento juntos después de todo lo que ha pasado.
—¿Este fin de semana? Creo que tendré que ver cómo estoy de clientes. Yo te aviso vale, no me esperes despierta —le di un beso en la frente y salí del despacho. Me sentía mal portándome así con ella, pero le estaba mintiendo y no podía ni verla a los ojos. En el fondo quería tirar todo a la mierda y llorar, los hombres también lloran, porque lo que me estaba pasando me sobrepasaba.
ISABELLA
El comportamiento de Harry me ponía mal, no entendía por qué actuaba así. ¿Será que me está dejando de amar? Me pregunté.
SEMANAS DESPUÉS
Mientras los días pasaban la situación era peor, no sabía que hacer ni a quien acudir. Harry casi no venía a dormir y su actitud era cambiante. Me evadía. Eso sentía. Una vez que fui a darle una sorpresa a su oficina lo encontré con una chica, me dijo que se llamaba Cassandra y que venía con su abuela. Okay, no dije nada a pesar de que me sentía celosa. Quería entenderlo pero no podía. Sentía que casi no hablaba conmigo. Y yo estaba muriendome por dentro.
Al menos lo había convencido de ir a la playa para distraernos un rato. Me sorprendió que aceptó.
—Isabella, tengo que hablar contigo —me dijo mientras caminábamos. Nos detuvimos y lo miré.
—Dime —sonreí.
—Es algo muy delicado y muy importante. —admitió. Se miraba muy serio así que dejé de sonreír porque sabía que no era nada bueno— Antes que todo quiero decirte que el hijo que tenemos es lo mejor que me ha pasado en la vida. Te amo como nunca amé a nadie. Pero...
—¿Pero...?
—No puedo ser más cruel contigo, mereces la verdad.
—¿Qué verdad?
—Perdóname por no haber cumplido la promesa que te hice aquel día, que no te dejaría de amar.
Sentí que mi corazón se partía. ¿Acaso ya lo hizo?
—¿De que hablas?
—Son cosas que pasan, Isabella, yo no planeé esto. No tengo elección.
—Explícate —demandé. Estaba seria, sentía rabia y dolor. Era una broma, si, eso era. Le seguiré el juego, vamos a ver hasta donde llega.
—¿Recuerdas a Cassandra?
Asentí.
—Bueno, ella y yo nos estuvimos viendo este tiempo y me di cuenta de muchas cosas.
Sabía que mentía.
—Gracias a mi abuela me di cuenta de que Cassandra es la mujer para mi.
Mentía.
—Y... —respiró profundo como agarrando valor—... Me casaré con ella.
El mundo se me vino abajo.
Pero era mentira.
Le seguiré el juego.
A pesar de que mi corazón se rompía poco a poco pude hablar.
—¿Estas hablando en serio? ¿Dices que estabas con ella aún estando conmigo?
Asintió.
Limpié una lagrima que rodaba por mi mejilla y suspiré profundo.
—Está bien, supongamos que te creo... vamos al mar. A ese hotel al que fuimos aquella vez. —le tomé de la mano.
—Isabella, ¿acaso escuchaste lo que te dije?
Asentí.
Caminamos por la playa hasta llegar al lugar.
—Estuve aquí una vez... pero sola —le dije.
—Isabella, por favor no hagas esto más difícil.
Me niego, Harry, me niego.
—Busquemos un lugar —lo tomé del brazo y elegimos una habitación. Quizás haciendo el amor me de cuenta de si en realidad me ama o ya no. El hotel estaba cerca del mar. Habían más personas.
—Ésta está genial para pasar la noche —elegí una habitación con ventanales de cristal.
—Isa...
—¿Me esperas? Iré por un vaso de agua —lo dejé en la habitación mientras salía por la puerta en dirección al mar. Me quité las sandalias y metí mis pies al agua. Quería llorar, quería despertar de esta pesadilla. Mi corazón estaba roto, hecho añicos, estaba destrozada. ¿En que momento me dejó de amar? ¿Cuando pasó? Ese no es Harry, en mi corazón siempre sentí que era imposible que Harry dejara de amarme, no podía ser. El no podía dejar de amarme. No podía ser. Me abracé a mi misma mientras el viento hondeaba mi cabello y mi vestido. Mis lagrimas salían sin parar y el nudo en la garganta cada vez se hacía más grande. Más incómodo.
Quería gritar. Desahogarme.
NO PODÍA SER, NO PODÍA SER, NO PUEDE SER. NO. NO. NO.
Harry me ama y vendrá en cualquier momento para decirme que era todo mentira.
HARRY
Soy un maldito imbecil, no merezco el amor de Isabella. La estaba viendo abrazándose a ella misma cerca del mar. Quería ir y decirle que todo lo que le dije era mentira. Que tuve que hacerlo.
Marqué el número de Patricia de inmediato:
—Harry.
—Ya está hecho. Ahora dime quien es la persona que me está robando.
—Mis hombres me afirmaron que sí le rompiste el corazón a esa chica. Te felicito. Un trato es un trato. Cuando vengas te diré todo y recuperarás todo.
Corté.
Lo que Patricia no sabe es que cuando sepa la verdad sobre la mujer que me ha estado robando y recupere lo que es mío, volveré con Isabella y le diré toda la verdad.
Solo espero que me perdone porque yo JAMÁS dejé ni dejaré de amarla y tuve que mentirle para que Patricia se creyera que rompí con ella.
HARRY
Isabella no me dijo cuando se fue, simplemente desapareció. Cuando la llamé por celular ni siquiera me contestó, lo único que mandó fue un mensaje diciendo:
Iré a casa.
El dolor en el pecho que sentía era inexplicable. Jamás había sentido algo tan así. Pero lo arreglaría. Juro que lo haré. Manejé hacía la oficina, en donde me esperaba Patricia con las personas que me habían estado robando. Cuando bajé del coche me encontré a Louis bajando del suyo.
—¿Louis? ¿Qué haces aquí? —me sorprendió.
—Patricia me dijo que viniera —explicó un poco desconectado.
—Qué extraño.
—Vamos, será algo importante.
Subimos el ascensor.
—¿Qué pasó? ¿Hablaste con Isabella?
—Lo hice, rompí con ella. Al menos fingí hacerlo.
—¿Y ella que dijo?
—Pensaba que era mentira. Tan grande era su dolor que no lo aceptaba.
—Pero lo era, ¿no es así?
—Claro, Isabella es la mujer de mi vida. Cuando termine todo esto la buscaré, le pediré que me perdone por haberle hecho pasar ese dolor y me casaré con ella.
ISABELLA
Cuando llegué a casa derrotada me encontré a Álvaro en la entrada. Quizás estaba buscando a Harry o algo así. Había dejado al bebé con mi madre y siendo sincera no podía estar con el ahorita. No quería que sintiera mi tristeza. No quería transmitírsela.
—¿Qué haces aquí? —lo miré.
—Tranquila, vine a buscar a Harry.
—No está —busqué mis llaves en el bolso. Hoy no estaban los de seguridad porque se supone que Harry y yo pasaríamos la noche en otro lugar así que les habíamos dado el día libre. Solo estábamos Álvaro y yo. La noche caía lentamente.
—Puedo esperarlo.... Isabella, no te ves bien.
—Estoy bien —sorbí mi nariz.
—No lo estás —cuando Álvaro me tomó de la mano me zafé de inmediato y lo vi. Él se desconcertó y elevó sus manos en forma de paz. Luego me sentí mal por haberlo tratado así. Quizás había sido injusta con Álvaro todo este tiempo y lo había confundido con otra persona.
—Lo siento —me disculpé— No fue mi intención.
—Tranquila.
—No encuentro mis llaves —me resigné de buscar y recosté mi espalda en la puerta. Así estaba: derrotada, con un profundo dolor en mi corazón.
—Si quieres puedes estar en mi casa mientras viene Harry.
Reí sin ánimos.
—Harry... no creo que venga hoy. Ni mañana. Ni el día después de mañana. Nunca —solté en llanto. No me importaba que Álvaro estuviera ahí y me viera llorar, ya que no lo había hecho frente a Harry por orgullo lo haría frente a él. Igual no me importaba. —Harry... —me llevé una mano a la boca para limpiar las lágrimas allí—... no sé en qué momento me dejó de querer. Harry se casará... pero no conmigo —me quebré.
—Isa... —Álvaro se acercó, haciendo el amago de abrazarme. Lo dejé. Puso mi cabeza en su pecho y me sobó el pelo.
NOAH
Frente a Ricky me quedé en espera a lo que tenía para decir. Había pensado bien las cosas y no quería seguir más con esta vida. Por más dinero que hacía sentía que me quedaba más vacío. Y ahora que Isabella no está conmigo y tiene un bebé de alguien más me doy cuenta de que quiero algo así. Quiero encontrar a alguien con quien vivir ese tipo de cosas. Eso quiero.
—Entonces quieres irte —murmuró.
Asentí.
—No quiero seguir así. Me perdí a mi mismo en este trayecto y quiero dejarlo. Empezar de nuevo.
Pareció pensarlo. Bien decían que cuando te metes a este mundo la única forma de salir era muerto.
—Todo este tiempo te he apreciado, Noah, no te preocupes —se puso de pie y me estrechó la mano. Lo miré sin entender pero también se la estreché—Fue un placer trabajar contigo. Puedes irte tranquilo.
—¿De verdad?
—Claro, solo que no te pierdas. Me gustaría seguir la amistad.
—Por supuesto, nos iremos a tomar una cerveza de vez en cuando.
—Eso me gusta.
Dejé mi arma y me despedí de los chicos. Sentía que estaba dejando un peso enorme atrás mientras salía de las instalaciones. Ahora iría a buscar a Isabella para hacer las pases con ella también.
HARRY
Cuando entramos a la oficina nos quedamos estáticos ante lo que veíamos. Estaba Kelsey atada a una silla, tenía la boca tapada con un pañuelo y junto a ella había otro tipo. Jamás lo había visto.
—Al fin llegas, Harry —Patricia se puso de pie—Louis, te preguntarás por que tu novia... o tu ex novia están aquí.
—¿Fuiste tu verdad? —Louis se quiso acercar a ella pero lo detuve— Eres una....
—Tranquilos.... lo importante es que logramos detenerlos antes de que abordaran ese avión.
—¿Como sabias que era ella?
—Suelo investigar muy bien a todas las personas que nos rodean. Y no solo la investigué a ella, Harry, sino también a tu ex esposa.
Arrugué la cara.
—¿Helena?
—Por supuesto. Fue ella quien planeó el secuestro junto con su amante. Te quitaron muchos millones.
Me quedé estático, ¿Helena...? ¿Como pudo?
—¿Como estás seguro de eso?
—Te digo que investigo muy bien a los que te rodean.
—Helena... —intenté procesarlo.
—Por ella no te preocupes, la policía está llegando al apartamento de quinta donde vive con su amante para detenerlos.
—Pero ella tiene un bebé.
—La madre se hará cargo de el, no te preocupes.
—Kelsey, ¿como pudiste? —Louis la miró— Sabía que no podía ser tan bueno que fueras así conmigo.
Puse mi mano en el hombro de Louis porque quería ir a por ella. Y esta muy enojado y dolido. No vaya a ser y haga algo de lo que después se arrepentirá.
—La policía está en camino. —habló Patricia— Harry, tu dinero está completo en tu cuenta de banco —me tendió un celular— Revisa.
Me acerqué y lo tomé. Ver los números en mi cuenta me hizo soltar un suspiro de alivio. Ahora sí me sentía más desahogado. Aproveché para cambiar mis claves y mis correos. Ni Patricia podría adivinarlos. Igual iría al banco después a cerciorarme de que nadie sino soy yo pueda sacar dinero. Ahora no le debía nada— Luego hablaremos sobre los preparativos para la boda.
—Buenas noches —la policía llegó a la oficina.
—Buenas noches, oficiales —Patricia se puso de pie—Arresten a estos dos.
—Yo me encargaré del caso de ellos dos y de Helena, Harry —me dice Louis— Es lo menos que puedo hacer. Con tantos cargos en su contra no creo que salgan pronto.
Asentí.
La policía se llevó a Kelsey y a su amante, ella iba pataleando y chillando.
—Harry, tenemos que hablar.
—Hablaremos, Patricia.
ISABELLA
—Perdí mis llaves —me quejé con Álvaro.
—No puedo dejarte aquí sola —me dice, tomándome de los brazos— Ven, vamos a mi casa y ahí esperaras que venga Harry.
—Que no vendrá —caminé por el lugar en que me llevaba. Era detrás de la casa.
—Sí lo hará —me siguió encaminando hacia su casa. Cuando llegamos nos adentramos y Álvaro cerró la puerta tras nosotros. Incluso escuché que le puso seguro. Me giré a él y lo miré sin entender.
—¿Pasa algo? —quise saber.
—Nada, ven, te haré un té —avanzó hacia la sala.
—¿Puedo usar tu baño? —de repente me habían dado ganas de orinar.
—Claro, está arriba la primera puerta a la derecha.
—Gracias. —empecé a subir las escaleras y busqué la primera puerta que encontré. Me sentía tan mal que no tenía apetito de nada. Cuando abrí me equivoqué de lugar, era la habitación de Álvaro en donde había entrado. Iba a salir de inmediato pero cuando vi su laptop encendida en su cama me quedé quieta tratando de adivinar qué había en la pantalla. Me acerqué un poco y la tomé con manos temblorosas. En la pantalla había un baño... un baño que yo conocía bien. Era el baño de mi casa. El miedo se apoderó de mi, dejando la laptop en la cama. Cuando giré para irme Álvaro me interceptó y me cubrió la boca con un pañuelo impidiéndome gritar.
NOAH
Cuando me estaciono frente a la casa de Isabella me sorprende que no haya ni una luz encendida. Tomé el celular y marqué su número pero me salía fuera de servicio. Marqué el número de Harry, este por desgracia sí me contestó.
—Noah, ¿qué quieres?
—¿Isabella está contigo?
—No, estoy en la oficina. Dijo que iría para la casa.
—Pues aquí no hay nadie.
—Estará con su madre.
—Llamaré a la mamá y le preguntaré.
—Avísame por favor.
Le corté y marqué a la señora Fox, pero ella me dijo que no estaba y que le habían dicho que Harry y ella se irían a la playa y volverían hasta mañana. Pero Harry estaba en la oficina. Le mandé un mensaje a Harry diciendo que Isabella no estaba en la casa de sus padres. Él solamente respondió que venía para acá de inmediato.
HARRY
—¿Qué estás diciendo? —Patricia estaba verde del enojo ante lo que le acaba de decir.
—Eso, gracias por regresarme lo que es mío pero no me casaré con Cassandra —se sentía tan liberador decir todo esto.
—Teníamos un trato.
—Teníamos, pero lo rompí.
—Harry, no sabes lo que estás diciendo.
—Lo siento, abuela, pero si tienes un poco de amor hacía vas a dejarme en paz y dejarás que haga mi vida con quien más quiero, y a quien más amo es a Isabella.
Eso la hizo quedarse callada y pensativa. Di media vuelta y me fui de allí. Tenía que encontrar a Isabella. En mi pecho tenía un mal presentimiento.
NOAH
Cuando Harry llega de baja del coche y se dirige donde mi.
—¿Has sabido algo?
—Nada.
En el momento en que él iba a hablar escuchamos un grito muy agudo. Los dos miramos hacia la montaña, en donde estaba la casa de un tipo que no conozco.
—Isabella —es lo que dice Harry para salir corriendo detrás de la casa. Lo seguí sin entender bien. Corrimos por un camino hasta llegar a esa casa. Harry llegó y tocó la puerta rápidamente.
—¡Álvaro! —gritó—¡Isabella!
—Harry, ¿quien es ese?
—Llama a Louis y dile que traiga a la policía.
En mal momento dejé mi arma, maldita sea.
Tomé mi celular y le llamé a Louis.
—Noah...
—Llama a la policía y ven a la casa de Álvaro en este momento, tiene a Isabella. Y date prisa.
No lo dejé hablar, solo colgué.
—Iré por la puerta trasera. —le dije—Quizás haya una entrada.
HARRY
Impotencia. Eso sentía. Golpeé y golpeé la puerta una y otra vez con la esperanza de que se rompiera. Por mi cabeza pasaban las imágenes de todas esas veces en las que Isabella me decía que Álvaro era extraño, que no le gustaba y que sentía que la vigilaba. Pero no le creí. Y ahora la tiene. Con toda la fuerza que pude tener derribé la maldita puerta. Cuando entré estaba todo oscuro. ¿En donde estará en esta casa tan grande?
—¡Isabella! —la llamé. Quizás haga algún sonido y pueda escucharla.
—¡Harry...! —gritó de nuevo. Se escuchaba como en la planta alta. Corrí escaleras arriba y abrí cada puerta de esta casa. Pero una estaba cerrada.
—Isabella, ¿estás bien?
—Harry, Alvaro... te hará daño —se escuchó que estaba llorando.
—Tranquila, estoy aquí —seguí empujando la puerta hasta abrirla. Cuando entré Isabella estaba atada a una silla cerca de la ventana. Pero en ese momento sentí un golpe fuerte en la nuca.
NOAH
Escuché un estruendo fuerte en el piso de arriba cuando logré entrar por la puerta trasera. La puerta principal estaba rota así que supuse que Harry había entrado ya. Pero antes de subir fui a la cocina por un cuchillo. Necesitaba estar preparado.
Subí las escaleras con sigilo y avancé por el pasillo. La puertas de las habitaciones estaban abiertas, pero la última estaba media destrozada. Escuché voces.
—Harry... —era Isabella. Y lloraba. Me apresuré a llegar donde ella. Harry estaba en el piso inconsciente, Isabella estaba atada a una silla y Álvaro la tocaba según el para que dejara de llorar.
Cuando Isabella me vio se sorprendió. Le hice seña de que no dijera nada. Lo atacaría por la espalda.
—Cálmate, Isabella —decía Álvaro— Estarás bien, Harry ya no podrá hacerte más daño. Conmigo estarás bien.
Isabella solo asentía siguiéndole el juego.
Avancé, pero al pisar una tabla Álvaro se giró de inmediato y al verme se me lanzó encima. Mi cuchillo se zafó de mis manos yendo a parar quien sabe donde. Forcejeé con Álvaro, golpeándolo. Pero admito que tenía bastante fuerza.
ISABELLA
Harry estaba inconsciente en el piso mientras que Noah luchaba con ese loco de Álvaro. Noté que le cuchillo que traía Noah estaba a un lado cerca de mi, pero con mis manos y pies atados no podía hacer nada. Intenté soltarme, quise zafar mis manos de las ligas aunque dolieran con todas mis fuerzas. Hasta que pude soltarme. Sentía feo cuando Álvaro golpeaba a Noah. Harry se removía en el piso. Me desaté los pies de inmediato y tomé el cuchillo. Y ahora no sabía qué hacer. Álvaro tenía a Noah del cuello, asfixiandolo. No lo pensé dos veces, me lancé a él y enterré el cuchillo en su espalda baja. Lo sentí clarito cuando atravesó su piel. Me sentía asustada, en shock por lo que había hecho. Álvaro soltó a Noah y se giró a mi, sus manos estaban en su espalda queriendo sacar el cuchillo pero no podía. Me miraba fijamente.
—¿Qué has hecho, Isabella? Si estábamos destinados a estar juntos —habló. Me alejé un poco de él.
HARRY
Desperté con el dolor en la nuca, aclaré mi visión y miré a Isabella como le enterró el cuchillo a Álvaro. Me puse de pie, ella estaba asustada. Álvaro cayó al piso. ¿Estaba muerto, desmayado?
—Isabella, ¿estás bien? —la tomé de la cara y me cercioré de que nada le hubiera pasado. Tenía un golpe en su mejilla. Sentí rabia al imaginar al imbecil de Álvaro pegándole.
—Si, estoy bien —respondió. No pude más y la abracé con todas mis fuerzas.
—Perdóname —le dije.
—Te perdono.
De pronto escuchamos el ruido de unas sirenas. La policía había llegado. Louis se apareció con una pistola en la habitación.
—¿Qué ha pasado? —nos preguntó.
Un celular sonó a lo lejos.
—Es el mío —dijo Isabella— Debe de ser mamá —y se puso a buscarlo en toda la habitación.
—Justo a tiempo —dice Noah—¿Por que será que los refuerzos solo llegan hasta que el peligro ya pasó? —nos pregunta Noah, acercándose. Tenía maracas rojas en su cuello. A pesar de todo había resultado buen tipo Noah. Había sido de mucha ayuda.
—Revisamos la casa —dice Louis— Había un cuarto en donde tenía muchas fotos de Isabella, Harry, fotos de ella en la casa, en el centro comercial, en la universidad. En todas partes. Quien sabe desde cuando la ha estado siguiendo.
Me llevé una mano a la cabeza, Isabella había teñido razón todo este tiempo y no le había creído.
—Es un maldito —me giré a Álvaro, pero no estaba tirado en el piso como todos creíamos.
—Harry... —la voz de Isabella nos hizo girar hacia la ventana. Lo que vi: Álvaro tenía agarrada a Isabella de la cintura, amenazada con el mismo cuchillo que había utilizado. Álvaro sonreía. Por Dios, era el segundo piso.
—Juntos hasta que la muerte nos separe —fue lo que dijo Álvaro antes de dejarse caer con Isabella. Miré todo en cámara lenta. No me dio tiempo de actuar, no me dio tiempo de correr y rescatarla. En mi cabeza se repetía la escena una y otra vez de Isabella cayendo por la ventana.
UN MES DESPUÉS.
—Hoy cumple un mes —le dije a Harry cuando llegué y lo abracé por detrás. Estábamos en la playa, todos, mis padres, mis amigos, incluso Noah.
Harry se giró y me miró.
—Gracias por hacerme tan feliz —me dijo.
Sí, Harry me había confesado todo lo que estuvo pasando estos meses, las amenazas de su abuela, los fraudes, el tener que mentirme que no me amaba para que Patricia le devolviera lo que era suyo. Todo. Me sentía mal por el, que haya estado pasando todo esto solo. Si tan solo me hubiera contado todo sería diferente. Pero ahora ya todo estaba resuelto, sigo teniendo el amor de Harry y todas esas personas que un día nos hicieron daño están en la cárcel. Hablo de todos porque Trevor también lo está, fue encontrado en el aeropuerto Justo cuando planeaba fugarse. Pero no pudo. Helena, su amante, Kelsey y su amante pagarán por hacerle daño a Harry.
—Tú me haces feliz.
—Isa, Harry, les tenemos una noticia —Martha llega junto con Alberto. Se miraban emocionados.
—¿Pasó algo? —quise saber.
—Bueno, pasa que... ¡Estoy embarazada!
Me llevé una mano a la boca con total asombro.
—Felicidades—me acerqué y la abracé—Estoy muy feliz por ti.
Harry felicitaba a Alberto, pero ahora era mi turno.
—Vas a ser un excelente papá —le dije de corazón.
—Eso espero —se notaba un poco nervioso.
—Tranquilo, todo saldrá bien.
El estar todos unidos me hacía sentir en paz, feliz, tranquila. Noah y yo habíamos hecho las pases, me dijo que arreglaría su camino y que estaba seguro de que encontraría a una chica, pero cuando vi a Louis y a Noah con dos chicas en la playa supe que no sería difícil para ellos. Mis padres estaban con mi bebé bajo una sombrilla grande y cerca de la playa. Estaban más que encantados. Kara jugaba voley con unos chicos que había conocido en la playa.
—Les daremos la noticia a tus padres a ver qué dicen —Martha tomó de la mano a Alberto y se fueron para donde ellos.
—Parece que todo se acomoda —tomé de la mano a Harry.
—Ven conmigo —nos acercamos al muelle en donde estaba una lancha.
—¿A donde vamos?
—A nuestro lugar.
•
Cuando llegamos a la misma playa de la otra vez me sentí feliz, estaba anocheciendo y al llegar a la orilla pude apreciar más las olas fosforescentes.
—Harry, me encanta este lugar.
—Lo se, es por eso que te quise traer aquí —me tomó de la cintura y de su bolsillo del short sacó una cajita—Para hacerte una pregunta muy importante —la abrió. En ella había un anillo con una piedra pequeña y azul. Miré a Harry totalmente emocionada.
—¿Te quieres casar conmigo para que estemos juntos hasta la muerte?
Cuando dijo eso recordé la vez que Álvaro me tomó de la cintura y nos hizo caer desde la ventana. Casi había dicho esas mismas palabras. Por suerte Álvaro y yo caímos en la piscina así que no nos hicimos daño. Ahora Álvaro está en un manicomio muy vigilado.
—Lo siento, no debí de decir eso —se disculpó Harry.
—No, está bien. Harry, sí quiero casarme contigo. Quiero estar contigo siempre.
Harry sonrió emocionado y me puso el anillo. Lo besé con mucha pasión y con mucho amor. Mi pecho estaba lleno, sentía que no me faltaba nada.
—Te amo, Harry Lee —le dije, mirándolo a los ojos—Y estaré contigo por siempre.
—Te amo, Isabella Juliette Fox, y prometo hacerte feliz y amarte hasta el día de mi muerte e incluso después de esta.
Harry y yo esa noche hicimos el amor en la orilla de la playa, con las estrellas encima nuestro y el mar con olas fosforescentes a nuestro lado. Y pensar que todo fue posible gracias a que tomé la decisión que de el señor Lee haya sido mi jefe en aquel momento, desde ese entonces Harry se ha encargado de Esclavizarme, Traicionarme y por último terminé Embarazada de mi jefe.
FIN