La maldita de mi ex esposa
¿Qué debía sentir ahora que por fin hizo lo que se había propuesto?
Ava salió a toda prisa del privado y caminó por el centro del nigth club, encontrando la mirada de Ángel pocos pasos adelante. Ella tenía sentimientos que no entendía, pues había cumplido con lo que se había propuesto, pero ahora no sabía si había hecho lo correcto.
—¿Estás bien? —le preguntó Ángel desde que ella salió del privado con su maquillaje arruinado y su ropa algo desordenada.
—No pasó nada. Aunque el señor Morgan es algo intenso, logré controlar la situación —ella se dirigió a él mostrando mucho afán y sin parar de caminar, pues no quería ser atrapada y que Louis armara un escándalo.
Sus pasos eran largos para llegar a su camerino y así lo hizo sin mirar a ningún lado. Tenía a su favor que era su hora de salida, así que, sin despedirse, se marchó a casa toda desarreglada y con un gran ardor en su zona íntima. A su llegada a casa guardó los preservativos usados en un vaso desechable en el refrigerador y luego se sentó a la orilla de su cama.
En tanto, Louis quedó más que sorprendido por todo lo que había ocurrido entre ellos. No podía creer que se trataba de Ava. Él miró el divorcio y tomó la sábana manchada de sangre al perder su virginidad ese día. Esto lo enojó bastante y cuando aseguro que no sería burlado, salió para tratar de encontrarla y a quien primero encontró fue a Ángel. Quien lo miró curioso, ya que él la buscaba con la mirada.
—¿Satisfecho con el show, señor Morgan?
—Suelo venir a este lugar a pagar para mi satisfacción, y lo elijo siempre porque salgo más que satisfecho.
Ángel observó que en su cuello tenía labial y esto lo molestó un poco —Siempre logra el servicio completo, aunque con eso rompa las reglas ¿Cierto?
—No suelo romper las reglas y esa chica tampoco me permitió hacerlo.
—Ella es muy profesional.
Louis recordó como lo hizo vibrar —¡Mucho! ¿Dónde está? Me gustaría compartir un rato más con ella.
Ángel se encontró esa petición un tanto extraña, pues él jamás vuelve a mirar para atrás después de estar con una mujer —Debe estar en otro privado, como lo has dicho, ella es mi mejor bailarina en este momento.
Louis se sentaría a esperarla de ser necesario, pero Susi le informo a Ángel que ella se había marchado, ya que era su hora de salida y que la otra persona no se sintió satisfecho con el cambio en el privado, él de inmediato mostró el ceño fruncido. Louis se despidió y se marchó a casa, donde después de servirse un trago, volvió a pensar en esos besos y movimientos únicos.
Ava tenía sentimientos encontrados, después de repetir todo lo acontecido por segunda vez en su cabeza, se fue a la ducha y abrió el grifo para que cayera mucha agua sobre su cuerpo, ella se sentía extraña, no sabía lo que sentía y eso solo lograba desestabilizar su cordura.
—¿Te sucede algo? —Ava saltó al escuchar a Yuli dirigirse a ella.
—No me sucede nada —Fue lo único que pudo expresar.
Yuli se quedó un rato observando las ropas que había dejado en el suelo y cuando Ava salió del baño, observó su cuello y pechos marcados por besos profundos. Ella solo la miró sintiendo molestia porque siempre le decía que no era prostituta.
—¿Disfrutas haciendo esto?
—¿Haciendo qué?
—Entregarle tu cuerpo a hombres desconocidos, solo por dinero.
—¡No soy una prostituta!
—¡Ah, no! —ella la llevó al espejo y le mostró los chupetones de su pecho —¿Esto no se lo hacen a una prostituta?
Ella pasa la mano por su cuello —No soy una prostituta, te lo juro.
—No me molesta que hagas de tu cuerpo lo que desees hacer, me molesta que no confíes en mí y decidas mentirme como si no significaran nada.
—Hoy fue mi primera vez —confesó con lágrimas en sus ojos.
—¡No amiga! ¿En un club? Pienso que merecía más, mucho más.
—Louis pidió un VIP y en ese lugar empecé a jugar hasta que me hizo suya. Y esto no es lo peor.
—¡Hay más!
—Sí. Yo lo planeé. Empecé a trabajar en ese lugar porque sabía que él solía frecuentarlo y sabía sus gustos por las putas —terminó llorando.
—¡Ay amiga! Espero que haya valido la pena entregar algo tan valioso a alguien que siempre dejó claro su desinterés.
—¡Yo lo amaba! ¿Por qué me hizo llegar a este extremo? ¡Ahora lo odió!
Ava no paraba de llorar y Yuli decidió dejarla sola para que pueda sacar lo que tenía dentro mediante lágrimas —Estaré en mi habitación por si necesitas un abrazo o compañía.
—¡Muchas gracias, amiga!
Ella se marchó y Ava lloró desconsolada, todo pudo haber sido diferente. Ella se enojó más y fue al refrigerador, tomó uno de los preservativos usados que ya estaba hecho hielo y con un poco de esfuerzo lo colocó en su vagina, abrazó la almohada y después de llorar por un largo rato se quedó durmiendo.
En tanto, Louis, salió de su mansión y fue con su hermano, ya que era con la única persona que sentía paz, y sin intención a despertarlo, se sentó en el asiento de su habitación pensando lo que había sucedido y sin saber nombrar lo que sintió.
—¿Estás bien? —Steven de inmediato despertó.
—Aquí estoy, y como puedes ver estoy en perfectas condiciones, puedes seguir durmiendo.
—Sabes bien que aunque lo intenté no lo voy a conseguir —él miró el reloj. 5:30 AM.
—Si con mi presencia no podrás volver a dormir, entonces regreso a mi casa.
—Habla y saca lo que te está atormentando en este momento. ¿Acaso no has venido para eso?
Sin tener que pedirlo dos veces, Louis contó todo lo que ocurrió y le entregó el divorcio ya firmado. —Aún no logró asimilar esto.
—Dices que ella…
—Sí. Era ella. “La Maldita de mi exesposa” No sé con qué objetivo lo hizo, pero creo que me ha embrujado.
—Explícame para poder entender ¿Ella pidió que fueras a ese bar? ¿Pidió el privado?
—No, pero marcó mi piel y me dejó deseando más. Esto rompe mis reglas ¿Acaso no lo sabes?
Él miró una vez más el divorcio firmado —Si ahora te interesa, creo que se te hizo tarde.
—No me interesa. Solo pienso que todo transcurrió muy deprisa y me quedé con curiosidad.
—Lo que me sorprende, es que trabajando en ese lugar y aún seguía virgen e intacta.
—100% Virgen. Llevé conmigo la sábana manchada.
—¿Qué deseas hacer?
—Nada. Solo quería hablar de esto y no tengo otra persona que no seas tú.
—Toma un baño, organiza tus ideas y después que tengas claro lo que deseas hacer, darás el próximo paso.
Louis sentía que ni siquiera su hermano, quien siempre tenía la palabra que él necesitaba, en ese momento lo ayudaba. Así que solo aceptó todo lo que Steven le había sugerido y se marchó.
Transcurrió un lapso de dos meses. Ava seguía bailando en night club y se negaba a un segundo privado con Louis. Él se molestó por ser despreciado y le exigió a Ángel que la echará, de lo contrario no volvería a visitar ese lugar nunca más y también retiraría su apoyo. Ángel, de una forma cordial, le pidió que recibiera a Louis, pero ella decidió renunciar antes de seguir complaciendo la voluntad de ese engreído y prepotente.
Ava llegó a su apartamento y al salir del baño empezó a llorar desconsoladamente y tiró las cosas contra el piso y la pared. Esto hizo que su amiga corriera a ver lo que estaba sucediendo.
—¿Qué sucede? ¿Amiga, estás bien?
—¡Nada está bien! ¡Solo soy una ingenua estúpida! —en ese momento, ella le entregó una prueba de embarazo positiva.
—¡Oh por Dios! ¿Seguiste viéndolo?
Ava sintió mucha vergüenza de decirle lo que había hecho con los preservativos usados —No. Solo nos encontramos una sola vez.
—Aquí dice que llevas 6 semanas ¿Qué vas a hacer?
—Me voy.
—No tienes a donde ir Ava. No puedes enloquecer por perder un trabajo, y lo del embarazo lo podemos resolver.
Ella de inmediato negó con la cabeza —Ni siquiera lo pienses. Yo tendré a este bebé sola y decidí irme con mis padres. He cambiado de opinión y no voy a comprar el apartamento, mejor me iré de este lugar. Saber que ese hombre está cerca, solo me hiere más.
—¿Estás segura de esto? Conoces la ambición desmedida de tus padres y ellos pueden hablar sobre tu embarazo, intentando sacar provecho.
—Tienes razón, no me iré con ellos, pero tampoco pienso quedarme a sufrir.
—¿Cómo sufrir? Dices que lo odias y que no sientes nada por él.
Ella solo la miró y rompió a llorar. Todo el tema del embarazo la tenía susceptible —No entiendo lo que estoy sintiendo, solo quiero sanar y lo haré estando muy lejos.
—Si prometes sanar, yo te apoyo en tu partida y prometo guardar el secreto. Solo me preocupa tu situación económica mientras estés sola con un embarazo y sin nadie que te asista.
—Yo en los meses que trabajé en el bar ahorré muy buen dinero, creo sobrevivir durante el proceso de gestación.
—No te voy a acompañar, porque sabes que tengo que estar pendiente de mi madre, pero estaré muy atenta a todo lo que necesites desde la distancia.
—¡Te quiero amiga! Gracias por tu amistad incondicional.
Al siguiente día Ava rentó un apartamento por 12 meses en la República Dominicana. Luego recogió sus cosas y después de despedirse de su amiga, se marchó intentando dejar todo el dolor y lo que sufrió en el pasado.
Le dolía guardar silencio con lo referente a su hijo, pero no se lo pensaba imponer, ella estaba segura de que los dos juntos estarían más que felices. Ese día dejó atrás su dolor e intentó abrir sus alas lejos de todo lo que pudiera hacerle daño.