Sinopsis
— ¡Helena, por favor! ¡Duerme conmigo! - pregunto suplicante. - Nathan no podemos! - ¿Por qué? ¿Por mi papá? ¿Y dónde está el ahora? No podemos, pero ¿puede salir y engañarte en la cara? ¡Ven Helena! ¡Regresa en la misma moneda! ¡Quedate conmigo!
Uno
natan
Dentro del avión y mirar las nubes de cerca no me parece gran cosa, y quizás mudarme a casa de mi padre tampoco lo sea.
El vive con su esposa en otro estado practicamente del otro lado del pais, precisamente el estado donde mi examen nacional cayo perfecto con la universidad a la que queria entrar, administracion, pense en desistir y irme con la segunda opcion que era contabilidad y estudio ahí al lado de mi madre y mi padrastro quienes me criaron como un hijo, solo pensar en ellos me hace extrañarlos.
De todos modos, tan pronto como mi padre se enteró de mi aprobación, insistió en que me fuera a vivir con él, a estudiar y, en consecuencia, a hacer una pasantía en su empresa, que dijo que heredaría en el futuro.
Nilo Toledo fue el hombre que depositó en mi madre la semilla de la que me engendré, pero de hecho solo lo vi un par de veces cuando cruzaba el país para visitarme, antes estaba súper ansiosa y feliz con sus visitas, pero con con el pasar del tiempo estas visitas se fueron reduciendo, y poco a poco Malvin fue ganando mas y mas espacio en mi vida, pero no puedo juzgarlo, al fin y al cabo el esta haciendo todo para que yo tenga un buen futuro, aunque no No tengo más obligación legal conmigo, ya que acabo de cumplir diecinueve años, así que sí, decidí dejar que mi madre y mi padre Malven disfrutaran de una segunda luna de miel más larga y me vine a vivir a Goiás con mi padre. Tan pronto como bajo del avión me saluda mi padre, su cabello que antes era rubio como el mio ahora es increíblemente blanco, creo que debe haber usado algo de pintura para acelerar las cosas, creo que debe estar en la edad grupo Con poco más de cuarenta años, no es demasiado joven, pero tampoco demasiado viejo para tener tantas canas. Tiene los mismos ojos azules que los míos, lo único que heredé de mi madre fue una piel dorada, siempre bronceada, lo que me hace agradecer al cielo todos los días, mi padre es guapo pero no me hubiera gustado haber nacido con esa piel. tan pálido como él tiene.
- ¡Hijo! ¡Cuanto tiempo! ¡Mira, mi hijo ya es un hombre adulto! Dice mi papá dándome un abrazo.
- ¡Si padre! ¡Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos! - Respondo amablemente.
"¿Debe haber sido qué?" ¿Hace unos dos años? - pregunta con una expresión pensativa.
- ¡Cinco! Era mi graduación de la escuela secundaria.
— ¡Pues mira, te ves muy bonita! Sacado del padre! ¡Debes ser un gran éxito con las chicas! - la conversación entre nosotros fluye naturalmente, al final no será tan malo vivir con mi padre.
— ¡La modestia se va! Respondí con mi típica sonrisa.
- ¡Eso! ¡Mi chico! Mira, si quieres llevar a alguna chica universitaria a casa, ¡no dudes! - Dice sonriendo y me doy cuenta que heredé de él esa sonrisa sucia. - ¡Nuestro Padre! ¡Pero ni siquiera he empezado a estudiar todavía! - respondo fingiendo vergüenza.
"¡El tiempo es algo que los Toledo no desperdician!" - dice mi padre sonriendo y yo estoy de acuerdo.
Siempre he preferido usar el apellido de mi madre Rock, pero aparentemente por aquí tendré que usar el apellido Toledo, no quiero lastimar a mi padre, después de todo él está tratando de que nos llevemos bien, y Haré lo mismo.
- ¿Lo haremos? ¡Helena ya debe estar terminando de preparar la cena! - Helena debe ser su nueva esposa, escuché que se casó recientemente, solo espero que no le moleste que invada su espacio.
Tan pronto como llegamos a la casa, mi papá estaciona el auto en el garaje y me ayuda a desempacar, y nos dirigimos adentro cuando unas chicas que están bailando descaradamente en la casa de al lado se nos acercan.
- ¡Hola papá! ¡Me refiero al Nilo! ¿Quién es el chico? - se nos insinúa una chica rubia con shorts muy cortos y lápiz labial rojo.
— ¡Hola bebé, este es mi hijo Nathan Toledo! - ¡Si hombre! Definitivamente odio el apellido de mi padre, pero lo cubro con una sonrisa muy traviesa que les doy a las chicas.
- ¡Un placer conocerte! ¡Éstos son mi amigo Manu! - Dice y señala a otra chica de pelo morado.
— ¡Hola Natán! ¡Placer! - se insinúa aún más que el otro.
- ¡El placer es todo mio! - respondo sonriendo.
— ¡Ven luego a hacer algún programa con nosotros! ¡Una película, una balada! - invita la rubia. - ¡Puede ser! ¡Hasta luego! - Le doy a cada uno un beso en la mejilla y sigo a mi padre.
— ¡Adiós bebés! - mi padre se despide de las niñas.
— ¡Adiós papi! - responden los dos.
Me pregunto si estas chicas llaman papá a mi padre frente a la señorita Helena.
“¡Estas chicas son demasiado! ¡Tienes que ver! Y estoy hablando de los dos juntos! - Mi padre habla descaradamente y alto y claro cuando entramos a la casa, y puedo ver la mirada de desaprobación de la chica que nos espera en la habitación.
¿Quién será ella? ¿Quizás su hijastra, hija de Senhora Helena? Lo único que sé es que tiene unos ojos muy llamativos e intensos, y es extremadamente hermosa.
- ¡Hola amor! - Mi padre se acerca a la niña y le da un beso, y no sé por qué, me revuelve el estómago.
— ¡Hijo, esta es tu madrastra Helena! - Me pongo tonto cuando mi padre dice eso, la niña se libera de los brazos de mi padre, un poco demasiado rápido y viene a hablarme, estrechando mi mano de manera respetuosa.
"¡Bienvenido Natán!" ¡Espero que te sientas como en casa! - me dice todo bonito.
— ¡Gracias es... Sra. Helena! - La saludo un poco torpe.
"¡No tienes que llamarla señora!" ¡Helena solo tiene veintiséis años! Está un poco pasada de su edad, pero como pueden ver su apariencia es la de una niña de quince años. - dice mi padre jactándose. - ¡Bien! ¡Es verdad! - No diría quince, pero por lo menos dieciocho, se ve muy joven, pienso mientras miro por los rincones de la casa, tratando de disimular y no mirarla demasiado, porque mi madrastra es realmente hermosa.
"¡Hombre, soy tonto!"
— ¿Vamos a ver tu habitación? Va a estar al otro lado del pasillo, ¡no quiero molestarlos con mis ruidos! - Dice y Helena baja la cara, pareciendo molesta, parece tímida y avergonzada de las cosas que dice, no sé por qué pero me siento mal por ella, pero hago como que no le hago caso.
Mi habitación es grande y espaciosa, hago las maletas y voy a darme una ducha, mi papá dice que hará lo mismo y luego nos reunimos abajo para cenar.
La comida es buenísima, mi madrastra es una excelente cocinera, observo que recoge nuestros platos y lava los platos, y arregla todo con dedicación y esmero, mi padre tiene mucha suerte de estar casado con alguien así.
— ¿Y cómo está Katiane? ¿Todavía pendenciero como siempre? - pregunta por mi madre.
¡Ha estado peor últimamente! No sé cómo mi papá... ¡Malvin puede manejarlo! - Respondo y mi padre sonríe.
- ¡Yo creo! ¡Pero en el fondo le gusta su manera picante! - dice en tono pensativo.
- ¡Verdad! ¡Creo que me voy a la cama ahora! ¡El viaje fue demasiado largo! digo mientras salgo de la cocina.
- ¡Si hijo! ¡Buenas noches!
- ¡Buenas noches Natán! - Mi madrastra se despide. - ¡Buenas noches Helena! - Subo las escaleras, me desvisto y me tiro en la cama en ropa interior, que puedo hacer, solo puedo dormir si es así, y como mi habitación está lejos de la habitación de mi padre y su esposa, creo que no hay problema.
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Me despierto con el sonido de la música a todo volumen, miro el reloj, son como las dos de la mañana, me acerco a la ventana y veo a las chicas que aparecieron antes, al parecer les gusta una fiestecita.
"Oh, papá, si te acaricio, ¿podré comprar con tu tarjeta de crédito?" - dice Manu pegando su cuerpo al de mi padre.
- ¡Sí Baby! ¡Ahora puedes empezar a chupar! - Dice Mine tomándole la cabeza y haciéndola arrodillarse.
¡Santo cielo!
"¿Por qué no trajiste a tu atractivo hijo contigo?" - Preguntó la chica de cabello morado.
- ¡Él está cansado! ¡Pero pronto vendrá de visita! ¡Y a ti te corresponde tratarlo muy bien! - contesta mi padre.
- ¡Con mucho gusto papá! - Responde con un chillido.
- ¡DE ACUERDO! ¡Ahora reúnete con tu pequeño amigo y chúpalo bien! ¡De lo contrario no recibirás un regalo! - mi padre sujeta la cabeza de Malu y la obliga a arrodillarse también. Honestamente, creo que se suponía que debía estar emocionado, pero en realidad estoy disgustado, mi papá tiene casi cincuenta años y estas chicas apenas deben tener veinte, no es que tenga prejuicios con la edad, pero honestamente solo están haciendo esto. por dinero, es obvio que son putas, cosa que nunca me gustó.
Me pongo un par de pantalones cortos y me dirijo a la cocina por un trago de agua, y cuando llego al fondo de la nevera tengo la visión más perfecta que alguien puede tener.
Mi madrastra está de espaldas usando solo un camisón blanco transparente, está agachada en el refrigerador y tengo la vista amplia de su trasero gigante y parte de su ropa interior en exhibición.
¡Eso sí que me emociona!
Se sobresalta al darse cuenta de mi presencia y deja caer algo al suelo.
- ¡Ups! - exclama asustada.
- ¿Helen está bien? - Prendo la luz y veo que se le cayó una botella de agua.
— ¡Ay! Nathan es que me dio sed y vine a beber agua! - dice torpemente.
- ¡Yo también! ¡Perdón si te asusté! - Me disculpo tratando de no mirarla demasiado.
- ¡Todo bien! ¡Déjame limpiar esto! - va a la despensa y toma una pala y una escoba.
- ¡Yo te ayudo!
- ¡No necesita!
- ¡Necesito que sí! Tenga cuidado de no cortarse! - Recojo los fragmentos con cuidado y ella seca el piso, cuando se levanta, me doy cuenta que se mojó cuando se le cayó la botella y...
¡Mierda! ¡Qué visión! El camisón se volvió aún más transparente y pegado al cuerpo por culpa del agua, y sus pechos gigantes y firmes se van dejando ver, incluso se puede ver que el color de sus duros pezones es rosado, trato de controlarme y cierro la boca para no se le cae la baba al verlo. Se da la vuelta y coge otra botella del frigorífico, llena un vaso de agua y me lo da, luego le llena un vaso y empieza a beber.
Me muerdo los labios para tratar de controlar la calentura que siento cuando veo su boca rosada y carnosa tragando agua, nunca he tenido celos de un vaso, pero para todo hay una primera vez.
Trato de sacar estos pensamientos de mi cabeza y beber mi vaso de agua, ella pone la jarra en la nevera y la cierra.
"¡Si quieres más agua, tráela!" Voy a subir a mi habitación ahora. - un fuerte gemido viene de la casa de al lado, escuchamos las risas y gemidos de las dos niñas y claramente los gemidos de mi padre, Helena frunce el ceño y veo una lágrima caer de sus ojos, la cual se apresura y se limpia.
- ¡Buenas noches Natán! - y sube corriendo las escaleras sin siquiera esperar a que responda.
Cuando vuelvo a subir a mi habitación, me cuesta dormir, todavía estoy duro por la escena con mi madrastra caliente en la cocina, mientras me doy una paliza imaginando que estoy haciendo un español sobre esos deliciosos pechos de de ella, me pregunto cómo mi padre tiene el coraje de dejar sola a una mujer así para ir tras unas chicas fáciles como las que viven al lado, sin contar que es una falta de respeto muy grande. Helena es caliente y tiene un culo redondo y respingón, me encantaría follármela a cuatro patas, pienso mientras aprieto más mi polla y subo y bajo sin parar, su coño debe estar rosado como sus pezones, siento mi la verga quedo mas dura y aumento mis movimientos, siento que me voy a correr, entonces me imagino a mi madrastra tragándose toda mi polla para recibir mi semen y no di otra mas, me corro de buena gana, con los ojos cerrados, viendo completamente la imagen de ella lamiendo sus labios después de tragar mi leche.
Abro los ojos y suspiro mientras me limpio las manos con papel higiénico, reprendiéndome por masturbarme pensando en mi madrastra.
¡Hombre, esto está tan mal!