Capitulo 4. Descubierta
La hora de la cena navideña llego, y los invitados comenzaron a llegar a la casa de Casey. Lance tomaba un trago en el bar en compañía de Mark y su padre, mientras que su madre se encargaba de recibir a quien sea que haya invitado.
La verdad él no estaba interesado en la visita, él solo tenía interés en una sola persona que aún no terminaba de bajar. Ya estaba impaciente por tener un momento a solas con esa morena, solo necesitaba que le diera un empujón para se diera cuenta de que ambos debieron hacer aquel asuntito hace mucho tiempo.
Era lo que necesitaba para concluir esa etapa, ahora lo veía muy claro, quería a Charlotte en su cama. Por esa razón siempre estuvo tan molesto con ella, no se había dado cuenta de ello hasta que la vio parada en la puerta de su casa.
Lance le da la vuelta a la butaca donde estaba sentado, con su trago en la mano y observando a todos los invitados que su madre invito. Ninguna de las mujeres que allí estaban llamaba su atención, y eso que todas no le quitaban el ojo de encima.
Hasta que una piel morena llamo su atención, detallo perfectamente a Charlotte bajando las escaleras luciendo un hermoso vestido rojo de seda. Las alarmas del CEO se encendieron, toma lo que resta de su trago y se dice a si mismo que esa noche era para cazar.
Al llegar al último escalón de las escaleras, la morena le echa un vistazo a todos los invitados mostrando una radiante sonrisa, pero al verlo a él, su expresión de apaga y con un mohín se da la vuelta ignorándolo por completo.
Aquel gesto cabreo a Lance, quien esperaba atraparla al bajar las escaleras…
Para mala suerte del CEO, Charlotte le huía a cada minuto, haciéndole imposible quedarse a solas con ella. Ya estaba perdiendo la paciencia con esa mujer, y de tanto perseguirla esa noche que al fin consiguió acorralarla justo cuando salió del cuarto de baño.
—¡Lance! ¿Qué demonios haces aquí? —exclama toda horrorizada.
—Has sido muy astuta toda la noche, pero sabía que en algún momento tendrías que venir al baño.
El CEO la toma de la mano jalando su cuerpo al interior del cuarto del servicio. Charlotte se resiste, pero Lance la sujeta de la cintura con fuerza para que no se le escape. Eleva un poco su cuerpo del suelo y la mete como puede en el baño.
—Suéltame idiota, ¿Qué crees que estás haciendo? Si mi padre nos pilla en esto te matara—se queja revolviendo su cuerpo.
—Solo necesitas un empujón para darte cuenta de que ambos debemos hacer esto, solo será una vez Charlotte —susurra contra sus labios.
—Estás loco —la joven patea su pierna y Lance la libera.
Charlotte sale corriendo, pero este la sujeta de la cola de su vestido devolviéndola a su antigua posición.
—Eso ha dolido y mucho —le dice apretando con fuerza su mandíbula.
—Es lo mínimo que te mereces, ni te imaginas todo lo que me gustaría lastimarte.
—Y tú ni te imaginas todo lo que le haría este cuerpo en la cama —gruñe cerca de su rostro —. Déjame demostrártelo.
—Ya te dije que noooo.
La morena lo empuja y lo aleja, pero Lance la sujeta del brazo y la regresa a él y justo en ese momento aprovecha y termina por besarla a la fuerza.
Charlotte se revuelve en sus brazos mientras que este se apodera de su boca, la joven golpeaba sus hombros, pero él solo estrechaba más su cintura. Hasta que la morena aruño su cuello y fue cuando Lance la soltó de golpe.
Llevo una mano a su cuello y luego la miró a ella.
—Pero que…
—No vuelvas a besarme o te va a ir peor.
Sale de la habitación del baño dejándolo en medio de la penumbra… mira la palma de su mano, pero no distingue sangre, solo fue superficial.
—Es una fiera…
Al cerrar la puerta suelta el aliento, la morena mira el suelo a la vez que observa su pecho subir y bajar. Luego roza sus labios con las manos para luego negar.
—Maldito cretino…
[…]
Lance bajo a por un trago, ese beso solo incremento las ganas que le tenía a Charlotte. Pensó que despertaría en ella ese deseo que permanecía dormido, pero a cambio ella lo aruño como una gata.
Definitivamente, tendría que buscar otro método para llevarse a la cama, pero no se le ocurría ninguno. Luego la ve cruzar apresuradamente el montón de invitados hacia una sección de la casa vacía, curioso, la sigue. Y como nadie estaba al pendiente de ninguno de los dos, era su oportunidad.
La alcanzó a la altura del jardín, cuando hizo amago de hablar con ella noto que llevaba su móvil en la mano. Frunció el ceño puesto que ella no soltaba ese maldito aparato, se escondió detrás de unos enormes porrones que su madre tenía y espero.
Diviso que ella estaba realizando una llamada o algo así; eso sí que le dio más curiosidad. ¿A quién podría estar llamando en noche buena?
—Hola cariño, disculpa que no atendí tu llamada hace rato.
< ¿Cariño? ¿Cuál cariño? ¿Charlotte tenia novio?>
Lance presto atención a su conversación.
—No, no es eso… solo fue un pequeño inconveniente que tuve después de salir del baño, pero no fue nada importante.
< ¡¿Qué no fue importante?! maldita sea, ¿con quién demonios está hablando?>
—Si yo también te extraño mucho mi amor, no sabes lo mucho que deseo regresar a Boston para estar contigo.
< Boston, ¿Charlotte estuvo en Boston todos estos años?>
Se imaginó las infinidades de veces que tuvo que viajar a Boston por asuntos de trabajo, y resulta que ella siempre estuvo escondida allí. Pero lo que más raro le resultaba era que si ese era su novio porque diablos no lo invito a la cena navideña, y porque carajos su madre no le hizo el comentario.
Serena y ella se contaban todo…
—Gaspar, ya hemos conversado sobre esto. No pudo decirles a mis padres nada de lo nuestro, sabes lo que piensa mi papá sobre que tenga una relación en estos momentos de mi vida. Debemos esperar un poco.
En ese momento Lance sonríe abiertamente.
—Mi padre se pondría furioso si se entera que termine saliendo con el sujeto que él despidió de su empresa, entiéndeme por favor, el piensa que no eres un buen hombre para mí. Pero sabes bien que no pienso lo mismo.
Con que la niña renegada tenía un novio a escondidas, sus padres no lo sabían, y ella estaba bajo mucha presión porque el novio quería hacer oficial su relación, pero por miedo a la reacción de Mark ella se mantenía en silencio.
< Es toda una rebelde>
Sonríe internamente ya que la historia de esa morena le resultaba algo graciosa. Era una mujer, porque se escondía de su padre.
—¡No, Gaspar! Mucho menos le puedo decir que nos hemos comprometido, mira, tenemos que hacer como lo hemos planeado. Nos casamos y luego ya mi padre no podrá hacer nada para separarnos, si le menciono ahora que somos novio nos hará la vida imposible.
< ¿Prometidos?>
Lance enderezo su cuerpo y frunció la mirada, ella pensaba casarse a escondidas con ese sujeto. De inmediato su cuerpo se tensó.
—Sí, cuando regrese nos casaremos —Lance la ve sonreír de una manera que no había visto antes —. No me arrepentiré, te lo prometo, nada ni nadie nos arruinara esto. Mi papá tendrá que aceptarte en la familia y de ese modo al fin estaremos juntos.
El CEO frunce la mirada, la mira fijamente sonreír y comenzar a caminar alrededor de aquel árbol donde ambos se dieron su primer beso, y estaba allí tan campante profetizándole amor a otro.
El grado de su paciencia llego a su fin, eso no pensaba tolerarlo.
—Está bien amor, yo también te extraño mucho y hubiera deseado pasar estas navidades contigo. Pero ya sabes que luego de que nos casemos no sé si ya no pueda pasar el próximo año con mis padres, ya sabes hasta que se le pase el mal genio.
Ella sonríe y asiente.
—Nos vemos en unas semanas… adiós.
Él la ve colgar la llamada y es cuando ve su oportunidad para actuar. Ajusta su traje y sale de su escondite, Charlotte aún no se había percatado de su presencia, puesto que estaba metida en el maldito aparato.
No había terminado de hablar con el papanatas ese como para seguir conversando por mensajes.
—¿Has terminado ya? —le dice desde las sombras, lo que ocasiona que ella de un respingo.
—¡Lance! ¿Qué estás haciendo allí?
El CEO sale a la luz de las farolas del jardín, sonríe y la mira con aquel brillo malicioso en la mirada.
—La pregunta correcta para hacerme es, ¿Qué tanto has escuchado de mi conversación, Lance?
Ella ensancha la mirada al verlo, palideció en el acto y se quedó muda por completo. Era la reacción que él imaginaba, estaba atrapada.