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—Ich liebe dich (te quiero). —respondo de la misma forma, quedando en el silencio de mi cuarto con nostalgia y dolor, pero me digo a mi misma que es lo mejor que nos puede pasar.
Fin Flashback
Después de un viaje de dos horas, llegamos a la capital griega porque mi hermano me obligó a usar un avión familiar, así que Lucía y yo buscamos las maletas con entusiasmo, saltando de alegría, dando vueltas, sacudiendo la cabeza sobre su euforia para parecer una mujer. Cuando hemos hecho todo el papeleo, vamos al auto que mi querido hermano menor ha alquilado y notamos el sarcasmo en mi declaración. Fuimos al hotel más caro de toda Atenas. Roberto estaba loco, aunque reconozco que soy de familia, Martin estaba aún peor.
—¿Marlín qué habitación nos tocó? —Lucía me saca de mis pensamientos con su pregunta.
—No sé, Roberto se ocupó de eso. —respondo mientras nos acercamos a la recepcionista y nos sonríe de oreja a oreja.
—¿Señoritas en que puedo ayudarlas? —¿Cómo puede sonreír tanto?, la envidio, ya que soy más malhumorada a decir verdad.
—Tengo una reservación a nombre de Marlín Enriques. —nos da otra sonrisa mientras teclea en su computadora.
—Si acá está, —busca una tarjeta magnética y me la pasa. —Suite presidencial. —nos informa muy tranquila, mis ojos se quieren salir de mi órbita, mataré a Dereck.
—No puede ser. —susurro en voz baja, pero al parecer escucho lo que dije por qué vuelve hablar.
—No hay errores. —sonríe y me pregunto ¿Si le dan un bono por hacerlo?, llama a un botones con su mano, este acerca y toma nuestras maletas. —Que tengan buena estancia señoritas. —agradezco con mi cabeza sin mirarle, seguro está sonriendo.
El campanario de los ascensores nos conduce a través de un gran hall con un estilo típico griego que me encantó, sus colores azul y blanco en cada esquina le daban ese toque especial a una estancia en un hermoso país. Los tres fuimos juntos a la caja metálica, Lucía miró su celular, pensé que mi hermano menor tenía mucho en común.
-Llegamos. - El chico que me miraba fijamente nos dijo que salimos primero y luego él, recogió las maletas, volteé a mi lugar para inclinar la torre del reloj, que deja mis ojos en mí, algo que yo, qué tía- Aquí. -Señaló el pasillo a nuestra izquierda, dimos unos pasos hasta llegar a una puerta doble blanca, la cual abres para poder entrar.
-Gracias-murmuré, mirando alrededor de la gran habitación con el mismo estilo que la sala de estar. - Puede. Cuando entré en la habitación blanca donde estaba, dije que podía ver el mar porque una gran ventana me permitía entrar.
Me giré para conectar al bebé, así que dejó de mirarme como la octava maravilla del mundo, lo tomó con una sonrisa y finalmente nos dejó solas a Lucía y a mí en la cama.
—Es hermoso, tu hermano sí que sabe lo que es bueno. —hago una mueca por eso, es lo que no me gusta de él. —Lástima que a veces sea tan idiota. —concuerdo con ella al cien por ciento, sale de la cama y va hasta el balcón para admirar la noche estrellada.
—Admito que Dereck tiene buen gusto, —le doy una mirada sugerente, esquiva mi mirada inquisitiva. —Pero es mucho podría haber buscado algo más sencillo. —niego mientras me agarro del barandal.
—Puede ser, pero Roberto es así, derrocha dinero, más si es en su familia. —se encoge de hombros. —Tendrías que dormir mañana madrugas. —cambia de tema rotundamente, asiento con mi cabeza.
—Me daré un baño y me iré a dormir. —respondo mientras camino al cuarto para buscar el baño, que tiene más lujo que la mansión de mis pGregorios, ¿Qué tiene esta familia con ser ostentosa?
—Dormiré en la otra habitación. —anuncia Lucía arrastrando sus maletas.
—¿Necesitas ayuda? —pregunto mientras que la veo batallar con su equipaje, pero esta mujer no sabe lo que es viajar con poca ropa, niega con su cabeza hasta llegar a la puerta.
—Hasta mañana Marlín. —tira un beso al aire y me da una corta sonrisa.
—Adiós Lucía. —saludo con mi mano libre, ya que en la otra cargo el móvil leyendo los mensajes de mi hermanito, prefiero responder un "Estoy bien", así me deja en paz.
Me daré un baño relajante, me acostaré en calzones porque no me gusta dormir con ropa, empiezan a pensar en sus padres, papá tiene que caminar por las paredes y su mamá lo culpa por dejarlo. Tengo mucha libertad. Porque yo soy consentido por Martín enriques y Roberto es consentido por Vivenka enriques, somos como familia juntos, pero no entienden que crecí y quiero hacer por mí o quiero creer todo, prefiero déjalo dormir unas horas y reza para que mi jefe no sea un monstruo, espero que todo esté bien mañana, con el pensamiento de que me quede dormido...
Santiago
Llegué tarde a la empresa, pero diez minutos, pero para mí fue un desastre. Si no me hubiera despertado en la noche con una hermosa rubia en uno de mis clubes, no hubiera pasado, después de las tres de la mañana, me hubiera ido de su apartamento. Y me fui directo a lo mío, me duché, dormí, pero se me olvidó cargar el celular para que no sonara el maldito despertador, ya las 8:30 me levanté de la cama como un alma. Diablo, estoy recién vestido Con un traje perfectamente entallado Tomé las llaves de mi Mercedes Benz AMG GT C, un lujo que había disfrutado hace un año porque había firmado un contrato muy importante que me hizo más millonario que yo.
Entré al estacionamiento comercial, agarré el maletín que estaba en el asiento del pasajero, salí del auto rápidamente y fui al elevador donde estaba esperando el guardaespaldas de William.