La hermana de Julián.
Pov Regina
—¡Luces hermosa!—Le dije viéndola lentamente de arriba hacia abajo, su vestido blanco como la nieve, perfectamente confeccionado en tela de encaje, su cabello perfectamente recogido y con un velo en la parte de atrás que sujetaba su cabello en un moño y su magnífico maquillaje que hacía contraste con su lindo rostro, mi mejor amiga se veía muy hermosa.
Ella me sonrió y tomo mis manos.
—Tú también te ves hermosa, deseo de todo corazón que llegue el día en el que alguien se pueda enamorar de tu alma, porque el físico con el tiempo se desgasta pero el alma siempre sigue intacta—Pau me dijo, yo empezaba a sentirme conmocionada por sus palabras.
—No lo sé Pau, es decir, solo mírame—le dije señalándome con mis manos—ni siquiera pude hacer algo tan sencillo como traer tacones porque no los puedo usar y si, sé que tú me quisiste enseñar y yo me negué, pero vamos, ambas sabemos que iba a ser inútil que perdieras tu tiempo en eso, además ni siquiera pude conseguir pareja para asistir a tu boda—Le dije sintiendo mi corazón pequeño.
Pau tomo mi rostro y me sonrió.
—No necesitas de nadie para ser feliz, basta con que tú te sientas suficiente para ti misma, para que puedas comprenderlo, estoy segura que llegara esa persona que se volverá loca por ti, porque solo mira esos ojazos que tienes detrás de esas ventanas de vidrio—Pau me dijo haciéndome sonrojar— ¡Eres hermosa!, Si a mí me gustaran las mujeres te juro que en este momento dejo a Julián por ti—Pau me dijo haciéndome reír y luego ambas nos abrazamos.
— ¡Te quiero!—Ella me dijo entre el abrazo.
—Chicas, ya es momento de que Pau baje, la estamos esperando.
Juana llegó avisarnos que ya todo estaba listo.
—Bueno…el momento ha llegado—Le dije a Pau quien me sonrió nerviosa.
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Observaba todo el panorama, todas las personas sonriendo felices, esperando la entrada de Pau, veía a Julián hecho un manojo de nervios mientras la esperaba. Julián es un chico lindo, es alto, castaño, con una barba perfectamente recortada, sus ojos son verdes y además es muy amable, atento y romántico con Pau, yo he sido testigo de cómo se dio su amor y fue de una manera muy linda.
— ¡Psst, Regina!—Sentí el codazo de Juana en mi costilla.
— ¿Qué pasa?—Le pregunté en un tono bajo.
—Mira, ella es la hermana de Julián.
Pude ver cómo entraba una chica alta, castaña, su cabello tenía ondas de medios a puntas, portaba unas gafas oscuras, una camisa de vestir de color blanca con unos botones desabrochados que dejaba ver la entrada de sus pechos, su camisa estaba metida dentro de su pantalón recto de vestir de color beige y sus tacones de color rojo mate. Paula tenía razón, la hermana de Julián es muy hermosa, debo reconocer que tiene mucha presencia. Ella se acercó a Julián, lo abrazo y se sentó en una de las filas de enfrente.
Deje de prestarle atención cuando escuché que empezó a sonar la marcha nupcial.
Sonreí al verla, ella entró del brazo del señor Duarte, tenía una sonrisa hermosa, su rostro brillaba como el sol, se veía muy diferente, se veía radiante y feliz, supongo que es una de las cosas que hace el amor. Ella caminaba a pasos lentos, cuando paso a mi lado me dedico una sonrisa, Julián se limpiaba las lágrimas, él estaba muy conmovido. Paula llegó al lado de Julián, ambos se sonrieron, yo sentía que estaba dentro de una película de amor, es tan lindo ser testigo del amor que se tienen las personas, pero también es triste, para mí es triste porque no sé si algún día llegaré a tener algo tan lindo cómo eso.
Después de un tiempo, Pau y Julián dijeron sus votos, él padre recitó algunas citas de la Biblia y también les hablo sobre el matrimonio.
—Paula Duarte, acepta usted a Julián Cáceres, para amarlo, respetarlo, estar con él en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe.
—Sí, acepto.
Julián sonrió al escuchar la repuesta de Pau.
—Julián Cáceres, acepta usted a Paula Duarte, para amarla, respetarla, estar con ella en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe.
—Claro que sí acepto, padre.
—Si no hay nadie que se oponga a esta boda, yo los declaro marido y mujer, pueden besarse.
Pau y Julián se dieron un hermoso beso de amor, todos aplaudimos, se escucharon los gritos de Juana y Laura por todo el lugar, mis amigas están locas, lo sé, pero son las mejores amigas que la vida me pudo haber dado.
Recepción.
Estábamos en el gran salón del hotel, la música estaba sonando, había personas platicando, otras bailando, era un ambiente muy agradable, las chicas fueron por unos tragos, la verdad es que en ningún momento me habían dejado sola y eso se los agradecía. Lleve mi vaso con jugo de naranja a mi boca, Paula había ordenado a los meseros que también sirvieran jugo de naranja, obviamente lo hizo por mí, porque sabe que yo no bebo alcohol, saque mi celular un rato y me di cuenta que tenía alguna notificaciones de Tinder de personas que estaban interesadas en hacer match conmigo, vi los perfiles, pero ninguno me llamaba la atención, así que decidí guardar mi celular y fijarme en las personas que estaban bailando.
Pov Alondra
Lo vi desde lejos, sonreí y decidí acercarme a él, se veía tan guapo, ahora solo estaba usando su camisa con los pantalones de tirantes y llevaba puesta su moña roja en el cuello, al verme sonrió y pronunció mi nombre.
— ¡Felicidades, Julián!—Lo abracé—Estoy segura de que serás muy feliz, me siento muy orgullosa de que tú seas mi hermanito, sabes que siempre podrás contar conmigo—Le dije empezando a sentirme nostálgica.
— ¡Gracias, mi Alondra!, Eres la mejor hermanita menor del mundo—Él me dijo después de separarnos del abrazo.
Miré a Pau y también la abracé.
—Cuida mucho a este Bicho, te aseguro que hombres como él quedan pocos—Le dije a Pau quien lo miro y rápidamente una sonrisa se formó en sus labios.
—Lo sé, Alondra, soy la mujer más afortunada del mundo—Ella me dijo y asentí con una sonrisa.
Uno de los meseros me ofreció una copa de champagne la cual recibí, me la llevé a la boca, después de tomar un sorbo me di cuenta que un grupo de chicos me estaba llamando, sonreí al verlos, ya eran todos unos adultos…hombres pechos peludos.
— ¡Vaya, vaya…tenemos el honor de tener una celebridad entre nosotros!, Su majestad—Juana me hizo una reverencia.
— ¡Chicos!, Los he extrañado demasiado—Les dije saludando a cada uno de ellos con un abrazo y beso en la mejilla.
El grupo consistía en Sebas (Mi mejor amigo), Juana, Mario y Johan.
— ¡Castañita!—Sebas me abrazó con tanta fuerza que sentía que mis ojos se iban a salir de mi rostro.
— ¡La vas a matar, Sebastián!—Mario bromeó.
—Estas igual o más guapo de cuando me fui—Le dije después de separarnos del abrazo, él me sonrió y se sonrojo un poco.
—Alondra, pero siéntate con nosotros, tienes que contarnos qué tal fue tu vida en Europa—Johan me dijo jalando una de las sillas caballerosamente para que me sentará con ellos.
Se lo que dirán, pero la verdad es que muchas veces he pensado que es mucho mejor la amistad de los niños, ellos no te tienen envidia, no les importa nada de la moda, siempre tienen los mejores chismes y además te cuidan.
Les conté todo sobre mi vida en Europa, les conté sobre mi carrera, algunos proyectos que había realizado, las canciones que hacía compuesto y lanzando y otras que están pendientes, en resumen les conté todo sobre mi vida en Europa.
—Alondra, pero que me dices, tú eres toda una Casanova, creí que te habías casado en Europa—Mario me dijo mientras bebía de su copa de vino.
— ¡¿Qué!? ¡Ni loca!, He disfrutado tanto mi vida de soltera y además he tenido siempre la mujer que he querido—Les dije de forma petulante.
— ¿A poco siempre puedes tener a la mujer que quieres?—Johan me dijo mientras veía a los chicos con una sonrisa.
— ¡Siempre!, No hay mujer en el planeta tierra que se me resista—Le dije a Johan con una sonrisa triunfante.
—Creo que eso tendrías que demostrarlo, Alondrita, ¿Estarías dispuesta a cumplir un reto?—Juanpa me dijo desafiándome.
— ¿Qué reto?—Coloqué mi mano en mi mandíbula simulando que estaba pensando.
Juanpa miró hacia atrás de donde yo estaba y luego miro a los chicos quienes asintieron, bueno Sebas no lo hizo, el pareció entender lo que trataban de dar a entender los chicos y parece que no estaba conforme.
—Alondra, queremos saber si es cierto lo que nos dices y los rumores de que eres una Diosa griega a la cual nadie se le resiste—Mario empezó a decir.
—Así que, si no son sólo rumores y es verdad, tendrás que cumplir este reto o simplemente la imagen que tienes se caerá ante nosotros y ante todos nuestros demás conocidos y sabes que son varios—Johan continuo.
—Serias una cobarde si no lo haces y además una mentirosa—Juanpa me dijo encogiéndose de hombros.
— ¡Eso jamás!, Alondra Castañeda siempre tiene lo que quiere, siendo mujer, he demostrado que soy más ágil con las mujeres que ustedes qué son unos ineptos—Les dije molesta por su incredulidad.
—Alondra, no les hagas caso—Sebas me dijo pero lo ignoré.
— ¿Cuál es el reto?—Pregunte golpeando suavemente la mesa con mi puño.
—Tu reto mi quería Alondrita, será que conquistes a la eterna solterona, debes enamorarla y si es posible volverla tu novia—Juanpa me dijo chocando las manos con Mario y Johan.
Fruncí mi ceño al no saber de quién estaba hablando.
— ¿Quién es la Eterna Solterona?—Les pregunté.
—Ves a la chica que está allá sentada—Mario me dijo haciendo que girará mi cuerpo para saber de quién estaban hablando.
Cuando giré me di cuenta que había una chica bebiendo de un vaso de jugo de naranja, tenía aspecto de ser una ñoña.
— ¿Ella?—me giré y les pregunte.
—Sí—Johan me dijo cubriendo su boca mientras reía.
—Ella tiene fama de ser una solterona, dicen que jamás ha tenido un novio, dicen que esta maldita por un hechizo, el cual toda persona que se le acerca huye, porque no soportan ¡La maldición de la bibliotecaria!—Juanpa dijo fingiendo voz de narrador de película de terror.
—Chicos, ella no es mi tipo y además tengo mejores cosas que hacer—Les dije pensando en lo que pasó con Barbie—Sí las chicas o chicos me ven con ella después no se van a querer acercar—Les dije y todos se rieron.
—Bueno…por lo visto ya comprobamos que todo lo que se dice de ti es una mentira—Mario se encogió de hombros.
— ¡Yo no soy ninguna mentirosa!, Les voy a comprobar que siempre tengo lo que Quiero, esa chica será un capricho más que cumpliré, así que… ¡Acepto el reto!
Les dije y los muy bobos festejaron.
— ¡Esa es la Alondra Castañeda que yo conozco!—Juanpa dijo alzando la copa.
—Queremos ver que sea cierto, así que ve a invitarla a bailar—Johan me dijo—lo miré y alcé una ceja.
— ¡Come on, Alondra!—Juanpa me alentó.
Suspiré, me puse de pie y miré a la dirección en donde estaba la chica, ¡Vamos Alondra, tú puedes! ¿Qué podría pasar?, Solo debes conquistarla y listo, conservas tú imagen ante los demás y luego continuas lo que dejaste pendiente con Barbie.
Caminé con pasos firmes hasta donde estaba la chica y me pare enfrente de ella, la chica levantó su rostro y me miró confundida.
— ¡Hola, soy Alondra Castañeda! Y estoy encantada de conocerte—Le dije extendiendo mi mano, la cual ella apretó aún confundida de mi presencia.
—Yo soy, María José, pero todos me dicen Regina, ¡Es un gustó!—Ella me dijo devolviéndome la sonrisa.
— ¿Regina?, Así que tú eres la mejor amiga de Paula—Le pregunté y ella asintió aún con la sonrisa en su rostro—Julián me habló en una ocasión de ti, pero no me dijo que eras una mujer muy hermosa.
Le dije y pude ver que estaba empezando a sonrojarse.
—También me habían hablado de ti, Alondra—Ella me dijo acomodando sus gafas.
—Espero que cosas buenas—Le sonreí—Oye, me preguntaba si querías bailar conmigo—Le dije y ella negó rápidamente.
¿Acaso esta chica me estaba rechazando?
—No, no, lo siento pero yo no sé bailar—Ella me dijo con pena.
—No importa, vamos—La animé pero ella se volvió a negar.
¡Me está rechazando!, Eso empezaba a molestarme.
—No, te lo agradezco pero no me gusta bailar—Ella me dijo mirándome directamente a los ojos, hubo un silencio por unos segundos que empezaba a incomodarme.
—Bueno, entonces no hay problema, si no sabes bailar yo te bailo a ti—Le dije con una sonrisa coqueta.
Empecé a mover mis caderas enfrente de ella, la miraba y le sonreía coqueta, podía sentir como ella empezaba a ponerse nerviosa, pase mis manos desde mis pechos delineando mis abdomen y mi cintura hasta posar mis manos sobre mis piernas. Coloqué mis piernas entre la pierna de ella, coloqué mis manos rodeando su cuello y seguí moviendo mis caderas al ritmo de la música, la canción que estaba sonando era “Hola, remix de Dalex”, mis caderas se movían en un vaivén, mis gestos eran coquetos, no pude evitar sonreír al ver a la chica hipnotizada con mis movimientos, su rostro estaba completamente rojo.
— ¡Juana!—La chica se levantó abruptamente de su asiento y saludo a una chica que tenía el cabello pintado entre anaranjado y amarillo—Alondra, fue un gusto conocerte, pero debo ir con mi amiga, ¡Ah, y gracias por el baile!—Ella, tomó de golpe lo que quedaba en su vaso, me sonrió y después se fue dejándome ahí parada.
¿Qué le pasa a esta chica? ¡Vas a caer Regina, vas a caer!, Dije sonriendo maliciosa.