Capitulo 5 ♡
Anashia.
Quería detenerlo del todo, pero mi corazón era traicionera, estaba al borde de hacer locuras de las que luego podría arrepentirme, mi corazón sonaba como un motor pero sin baterías, ya que estába descargado sin poder tener fuerza para alejar a este hombre, no mejor dicho sin querer parar esto.
—Te extrañe pequitas— susurro en medio de nuestro beso; Malditas palabras que me dejan tambaleando. Me alejo de él para reponerme, sinceramente me ha dejado mal, aún siento esas malditas mariposas.
—Deberías irte—Replico caminado hasta la puerta, pero curiosa le pregunto —¿ que haces aquí?
—Estoy asociado con este hotel
—Responde sin quitar su mirada de la mía, vaya que sigue siendo rico—¿Anashia estas trabajando aquí?
—Es obvio no Jefe...— sueno sarcástica, que barbaridad ya veo que no podre alejar mi corazón de este hombre.
—No seas sarcastica, dime ¿Porqué trabajas tanto?. Deberías solo estar en la escuela, deja este trabajo—Pide bajando la mirada, creo que se ve molesto.
—Estas loco, porque debería dejarlo, ah piensas que diré que antes eras mi novio y que aún quieres algo conmigo.—ahora la enojada soy yo.
Alexei negó apretando los puños.
—Nunca pensaría eso, lo que no me gusta es verte trabajando tanto, no se que ha sido de tu vida durante estos años, quisiera saberlo, déjame ayudarte hacerme cargo de ti de ahora en adelante.
Quiero reírme por su estúpida broma.
—Alexei, deja tu juego por favor, crees que deseo bromar con tanto trabajo.
—Crees que estoy de broma. Lo digo muy en serio, prometo protegerte, cuando salgas te veré en la entrada, tenemos mucho que hablar.—Replica con seriedad, cuando voy a responder, me abraza con fuerzas, mi corazón salta muy fuerte.— No pienso alejarme, esta vez no habrá nadie quien nos separe.
No digo nada, quedo ahí de pies toda a tontada. Alexei sale de la habitación, a lo que quedo suspirando.
—Esta bien hablaremos a como él lo desea, si que soy estúpida.
Sigo haciendo mi rutina de siempre, sacar todas las sábanas, lavarlas en la lavadora mientras tanto limpio cada habitación hasta dejarlo reluciente, cuando ya he acabado me tiro en unas de las camas y pienso que quizás todo este tiempo de haberlo esperado va valer la pena. Seguro que si, esta vez aprovechare todo que se trate de él, sin importar qué.
Nuevamente sigo con la rutina, cuando las sábanas y fundas están seca gracias a la maquinita esa, coloco los cubre cama sobre los colchones y las fundas en las almohadas, termino de completar mi trabajo, golpean a la puerta de la habitación, al darles un pase veo que se trata de Alexei, me asomo a la puerta a observar si no hay nadie.
—¿Que te pasa? Como puedes entrar aquí, nos pueden cachar.—sueno molesta pero es el colmo con este hombre; Él sonrie de lado.
—Quería traerte un poco de comida, vi que no bajaste para almorzar— tomó lo que trae en las manos y se lo agradezco
—Gracias, ya iba bajar por mi almuerzo, ahora vete.
—Anashia deja de pasarte la hora de almuerzo porfavor, bueno te veo en la salida.
—Pero—no permite que siga hablando ya que me besa sin importarle que la gente nos vea.
—Te veo afuera, si o si—Afirmo mientras que asentí como esos muñequitos manejados con un control.
Alexei si eso deseas, okey a jugar entonces.
***
Muerdo mi uñas toda nerviosa, espero no arrepentirme por hacer seguirle el juego, suelto un bufido de nervios miro mis manos y están rojas.
Mierda.
No debería estar así, realmente lo sigo amando a pesar de tantos años sin saber de él y veo que siente lo mismo, pero me imagino que tiene su esposa la mamá de su niña, entonces porque razón desea hablar tanto conmigo incluso prometio protegerme.
Dejo mis pensamientos al escucharlo detrás de mi.
—Anashia, estas lista— asentí, Alexei abre la puerta del copiloto a lo que entro en silencio, el hace lo mismo.
—Estas muy callada.—Comenta tomando mi mano, quiero soltarme pero la verdad mi mano no me ayuda, sigue ahí sosteniendo la de él.
—Alexei de que quieres hablar puedes empezar, debo llegar temprano a casa.—Le pedí tratando de no sonar apresurada, de echo en eso estoy debo llegar a casa.
—Quiero que estemos juntos, tengo mucho que decirte, deseo que estemos juntos como hace años, te amo y no quiero volver a perderte.
Si supieras que deseo lo mismo pero no quiero parecer fácil.
—¿Porqué quieres estar conmigo, me imagino que estas casado?—Reprocho quitando mi mano de la suya.
—Estas en lo cierto, sin embargo estoy casado sin amor—Afirma con seriedad.
—Estas con una mujer sin amor y de donde salio la niña si fue sin amor.
—Es algo que ni yo entiendo, pero amo a mi hija, por otro lado mis padres me obligaron a casarme, se que no es una excusa.
—Nadie se deja manipular, pero veo que tu si.
—No lo vas a creer porque tuve que aceptar todo ese chantaje.
Lo observo fijamente, que abra sido eso.
—Te diré todo con detalle, pero iremos a un restaurante estas muy flaca quiero verte comer bien de ahora en adelante.
—Esta bien—Respondo con un puchero.
Él beso mi mejilla para seguir manejando.
El viaje en auto fue rápido, llegamos a un bello lugar llamado las Brisas, se veía todo hermoso, las luces Led por todos lados decorados en las ventanas lujosas, las mesas de madera fina vestían un hermoso mantel color lila, fucsia y blanco, el mesoro se nos acercó dejando el menú.
Alexei me miraba seriamente incluso a mi me daba miedo verlo así, me preguntó que habrá pasado todos estos años, lo veo cambiando.
—Pide tu cena cariño.—Levante la mirada al escucharlo decirme cariño, seguramente lo hizo al ver que el mesero estaba a nuestra par esperando a que le dijéramos que deseamos cenar de una vez. Hasta a mi se me hubiera ido la paciencia.
Pedí Pollo a la plancha con un Té de Jamaica y el pidió Camarón empanizada con un vino tinto. Cuando el chico se va, Alexei toma mi mano para luego dejar besos sobre ellas.
—Té amo, desde la primera vez que te conocí, eso jamas va cambiar. Mis padre hicieron lo posible por alejarme de ti, supieron lo nuestro, nunca supe como paso.
Me suelto de su agarre, toda nerviosa, suponía que algo así había pasado. Malditos viejos de miércoles.
—¿Y entonces que haces conmigo aquí?— Inquiero enojada.
—Anashia eso ya ha pasado.
—Perdón, don Alexei— Alexei esbozo una sonrisa ante mi comentario.
—Mi madre murió hace dos años, le hice promesas por su agonía, sin embargo me arrepiento de haber sido como un títere para ellos.
—Lo lamento mucho, seguro fue duro.
—Claro que lo fue, mama a pesar de todo me dio todo su amor y supo como educarme.
— ¿Y tu padre?— Alexei suspiro.
—El esta bien, vive en Nueva York junto a mi hermano menor. Bueno dejemos eso, tus padres como están.
—Mi padre murió hace 6 años y desde entonces he sido el sustento de mamá.
—Lo lamento Anashia.
Niego aguantando las ganas de llorar. Vaya destino, el perdió a su madre y yo a mi padre.
—Entonces te alejaste de mi por tus padres, dejaste todo por ellos, no te preocupes entiendo eso.—Alexei me mira sin parpadear. El mesero trajo nuestras comidas y bebidas, al dejar todo listo se retira.
—Si, así fue, mi padre me quito el móvil aquella mañana y luego... —Se detuvo negando, coloco las manos en su cabello todo contraído.
—Mejor no digas nada más, no te obligues, veo que no quieres hablar de más.
—Lo haré para que entiendas porqué razón no pude estar contigo.
Lo tome de la mano para que dejara de hacer lo que hacía. Sus ojos azules estaban aguadas, lo mejor es dejarlo pasar por ahora.
—Que tal si cenamos, me dio hambre todo este banquete.
—Esta bien; pero Anashia quiero estar contigo no solo hoy, quiero que sea siempre.
—Quieres que sea tu amante.
—Bueno es que Natalia...—Tape su boca con mi mano para callarlo.
—Acepto, pero por ahora no quiero saber nada de tu esposa, que tal si empezamos a cenar.
Asintió sonriendome, hablamos muchas cosas del pasado, no su presente no quise pensar lo que sucedió hace años, es un recuerdo que me dejo marcada, se que habrá su momento pero no ahora quiero disfrutar estar con él.
Al finalizar de cenar y reímos un poco de todo lo que un dia habimos vivido en la escuela, luego él me pidió ir algún lugar a quedarnos, le dije nerviosa que por ahora estaba en mis días, el río y dijo que lo sabía al escucharme comentarselo a la señora del cafetin del hotel. Reí a carcajadas por la vergüenza.
—Solo deseo abrazarte fuerte y sentirte cerquita de mi.
Sin tanto pensarlo le dije que si y así fue nos fuimos a un hotel a quedarnos juntos. Suaves besos, palabras de amor y promesas fueron lo que nos contamos en esa cama de hotel, no tuvimos relación pero no hacia falta eso más que besarlo con tanto amor de la que ambos sentíamos a pesar de los años sin vernos.